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Capítulo 77

La frialdad que destilan las puntas de sus dedos arropa el cálido y vital tacto de mi mano sosteniendo la suya. Aparto con delicadeza las hebras oscuras que se esparcen por su frente y los costados de sus mejillas, su cabello ha crecido mucho desde la última vez que nos vimos…todo él ha cambiado demasiado y a la vez se percibe con la misma familiaridad de antes.

Su pecho continua ascendiendo y descendiendo en condescendencia con el leve ronroneo de la máquina a su lado, pero ya no es algo que me alarme…a decir verdad no me causa nada. Ni esperanza ni desilusión, ahora que entiendo lo que tanto tiempo las pequeñas señales intentaron  decirme…acepto que este haya sido el final. Y a pesar de que hubiese deseado un desenlace distinto para nosotros, prefiero saber la realidad que haber vivido ajena a un secreto como este.

Mi conciencia pesa al pensar en lo mucho que juzgué su partida, asumiendo que me había abandonado, traicionado nuestra amistad y roto sus promesas…fue mucho más que algo tan inmaduro como eso. Debí confiar siempre en nuestro vinculo, en que Junghyun jamás me haría algo como eso. Pero supongo que cuando atravesamos por ciertas dificultades el dolor y la tristeza son capaces de nublar el raciocinio e incluso los sentimientos…no tenemos absoluto control sobre nuestras emociones.

Me hostiga también pensar que siempre lo supe, que la vida se encargó de enviarme señales claras que obviamente yo reconocí pero no estuve dispuesta a aceptar. Comenzando por la primera vez que vi a la mujer de la puerta cuatro, era de extrañarse que después de tanto tiempo alguien regresara a ese apartamento que había quedado olvidado incluso para el resto de los inquilinos y el propio propietario del complejo…nadie estuvo dispuesto a ocuparlo hasta que ella volvió.

Cuando vi sus ojos y escuché su voz, aunque no podía asegurar que la conocía por completo, la sensación de familiaridad fue abrumadora…al igual que con Jeon. Si lo analizo de este modo el hecho de que él siempre estuviera presente en mis pensamientos, incluso cuando lo repudiaba, se debió a los muchos aspectos de su persona que llamaban mi atención…cosas que ya había visto antes. Lo sospeché, llegué hasta creer que realmente había una relación entre ambos, pero siempre descarté la idea, habían cosas que desconocía y no terminaban de encajar. Era demasiado absurdo para parecerme real.

Ahora que por fin lo entiendo todo las cosas comienzan a tener sentido, la actitud de Jungkook y su madre hacia mí, la posición comprometedora de Seokjin y su vínculo con Jeon, el tiempo que pasé sin saber de Junghyun…incluso las propias palabras de Mimi, aunque ella no tiene que ver con nuestra historia, inconscientemente me guió hacia este sitio.

"El túnel oscuro donde vive ella…la muerte."

El corredor C, donde los pacientes son únicamente fallecidos.

Jungkook me contó sobre ello, Seokjin se lo había explicado en una de sus consultas. Cuando el abuelo aún era director del hospital, en sus inicios, se registraron determinada cantidad de pacientes con muerte cerebral. Está claro que en esos casos no hay nada más que hacer, pero muchas familias se negaban a desconectarlos…querían seguir aferrándose a una esperanza aunque fuese nula, justo como Jungkook.

El hospital no podía realizar tal proceso sin la autorización de los familiares, así que no les quedaba más remedio que conservar los cuerpos en sus respectivas instalaciones…hasta que estas empezaron a colapsar al punto de que el hospital no tenía habitaciones libres para pacientes que realmente las necesitaban. El abuelo no quería obligar a nadie a desalojar el centro…así que ordenó la construcción de esta ala del lugar, este corredor en específico, y lo dotó de las condiciones necesarias para estos pacientes. alejados del resto de la rutina en el hospital.

Una sala de ilusiones y dolor, una zona de falso confort para las familias…lo hizo por ellos, para que continuaran aferrados a esa esperanza nula si eso les hacía sentir mejor aunque todos estaban conscientes de que ese diagnóstico significaba el final definitivo. Es por ello que nadie suele venir o gusta pasar por aquí. Los únicos transeúntes son las personas cargadas de tristeza, de soledad, llorándole a sus fallecidos y soñando con su despertar.

Es el único hospital en el país que cuenta con esta particularidad, en otros sitios no se preocupan con la misma intensidad por quienes experimentan una pérdida como esta. Aquí trasladaron al hermano de Mimi luego de que el accidente la causara muerte cerebral, es por eso que jamás volvió a verle…pero aún su madre frecuenta el lugar, y es aquí también donde dejaron a Junghyun hasta que la familia Jeon decidiera dejarlo ir.

“Ella se lo quiere llevar, pero no la dejan. Ellos no dejan, la muerte está molesta…sí, molesta porque no la dejan. Pero ya lo tiene…ella ya tiene todo.”

Mimi tenía razón, la muerte realmente se ha apropiado de ellos…pero son sus seres queridos quienes aún no permiten que descansen en paz. No aceptan que ha llegado la hora de dejar ir sus memorias.

"Ten cuidado con los muertos del Corredor C, nos engañan a todos."

En aquel momento me pareció absurdo que se refiriera a Jungkook como un muerto del corredor, ella solo asumió que era parte de los pacientes porque solo él y pocas personas lo frecuentan. Jungkook suele venir a diario, para ver a su hermano y leerle sus notas…las cosas que jamás pudo decirle en vida. Ese día también estuvo conmigo mientras aun yacía en coma, fue cuando Mimi lo vio junto a mi cama…llorando.

Y pensar que cuando niños Junghyun y yo solíamos evitar este lugar, huir de él …Junghyun a sus once años todavía pensaba que el abuelo ocultaba un monstruo entre estas paredes. En realidad nos atemorizaba demasiado este oscuro corredor, es una completa porquería que en un final haya terminado aquí después de todo.

Entiendo cómo deben de sentirse Jeon y su madre, pero no puedo terminar de aprobar que aún lo mantengan de esta forma. Junghyun no habría querido eso, creo que internamente era su mayor miedo.

—Aún estás aquí…

Despojo la mirada del rostro pálido y terso de mi amigo para posarla en la entrada de la habitación. Se encuentra de brazos cruzados junto a la puerta, sin atreverse a dar un nuevo paso. La bata blanca se arruga sobre sus hombros debido a su postura y la expresión arrepentida en su mirada cala en lo más profundo de mi sensibilidad, no omito lo difícil que debió de ser para él también todo esto.

—¿Cómo sabias donde encontrarme?—mascullo apartando la mirada de su cuerpo.

—Haneul.—es lo único que dice, asiento en silencio y lo escucho suspirar antes de adentrarse en la habitación.—Eun Mi, yo…

—Está bien Jin.—lo interrumpo previendo lo que dirá.—Jungkook me ha contado todo.

—Entonces ya sabes que él…

—Sí.—nuevamente silencio sus palabras.—Lo entiendo, y también entiendo porqué ninguno dijo nada al respecto…aunque no estoy de acuerdo con eso.

—Lo siento Eun Mi.—se deja caer en el sillón que anteriormente ocupaba Jungkook.—No queríamos lastimarte, que supieras las cosas así. Y Junghyun quiso que…

—Lo sé, no le guardo rencor a ninguno. Sé que a pesar de los errores sus intenciones fueron protegerme y lo agradezco…solo que habría deseado que las cosas fuesen distintas.

—Era mucho con lo que lidiar.—se justifica.—La salud mental de Jungkook se iba en picada y no quería que tu regresaras al punto del que lograste salir luego de superar la muerte de tus padres. Yo realmente no sabía qué hacer para protegerlos a ambos de todo y luego estaba Junghyun…no pude hacer mucho por él.

—Hicieron lo posible Jin, todos lo hicieron. Hay cosas en la vida que no dependen de nosotros, cosas que no podemos evitar. No nos queda más remedio que seguir adelante, nuestra existencia no se detendrá por ello, la vida continúa…y todos tenemos derecho a ella.

Seokjin sonríe levemente y me observa con un brillo distintivo en su mirada, su mano va a parar a mis hombros y me atrae hacia sí besando mi frente en el acto.

—Estoy orgulloso de ti Eun Mi, estoy orgulloso de los tres, de Jungkook…incluso de Junghyun. Porque a pesar del final que escogió para él, me enseñó que no existen impedimentos para amar a otros con todo tu ser, hasta el punto de poner su bienestar por encima del propio. Los tres han sido muy valientes.

Tiene razón, Junghyun guardó para sí hasta el mínimo detalle que nos hiciera preocupar. Nos amó incluso cuando él no podía amarse a sí mismo, pensó en nosotros hasta en sus últimos momentos y es así como decidí recordarlo. Una persona que lo entregó todo, incluso de lo que carecía, a cambio de la felicidad de quienes amaba.

Es irónico que precisamente yo sea quien hable de superación y el derecho a seguir viviendo, me hace pensar en lo mucho que he cambiado estos últimos meses…ya no soy esa chica solitaria que en las noches le lloraba a su almohada. Aprendí que siempre hay una esperanza y una mano que sostener, nunca es tarde para enmendar los errores y arriesgarse en favor de la felicidad. No soy menos que nadie, nadie puede lastimarme si yo no lo permito, toda la fuerza para enfrentar mis temores radica únicamente en mi interior. Y esto me hace creer que también he cumplido mi promesa, me convertí en alguien fuerte así como Junghyun lo quiso…y no pienso defraudarlo jamás.

—¿Qué hay de Jeon?—pregunta al cabo de unos segundos de silencio donde solo contemplamos la figura inerte de Junghyun, cada uno sumido en sus propios pensamientos.

—Quería estar unos minutos a solas con Junghyun…así que se decidió salir por un momento, no debe tardar.—le explico.

—Bien…

—¿Encontraste algo? Sobre…el plan.—re direcciono la conversación al notar que se queda en silencio.

—¿Segura que quieres hablar sobre ello ahora?—inquiere confundido, está tratando de tener tacto y no agobiarme con nueva información.

—Está bien, tarde o temprano tenemos que hablarlo y ahora estamos a solas, no hay cámaras…y yo necesito ocupar mi mente en algo más.—Jin muerde su labio inferior con nervios, lanzándome una mirada desconfiada por mi excusa, pero en un final decide hablar.

—Como suponía, el cadáver aún no ha sido retirado de la morgue, no tuve ninguna complicación para hacer el ultrasonido.

—¿Viste algo fuera de lo común?

—No tiene corazón Eun Mi, estábamos en lo correcto.—a pesar de la buena noticia, de que al fin tenemos una prueba contundente con la que inculpar a Kwan Chul, no emito reacción alguna.—Hice una copia de la imagen y fotografié el cuerpo, si realizamos pronto la denuncia quizás el equipo de criminalística pueda analizarlo antes de que la familia lo reclame.

—¿No te meterás en problemas por haber hecho eso?

—Si logramos que detengan a Kwan Chul, la sanción que me impongan no será nada comparado con lo que a él le espera.—profiere sin una pizca de temor o arrepentimiento en su voz.

—Gracias Jin…aprecio todo lo que has hecho por mí y por Nam.—susurro con sinceridad.

—Ridícula.—espeta sorprendiéndome.—Ya te dije que tú eres parte de mi familia, eres mi hermana de vida y haré lo que sea necesario para que estés a salvo.

—No hacía falta el insulto.

—No me van las cursilerías.—me interrumpe encogiéndose de hombros.

Sonrío un poco por su respuesta inmadura mientras el juguetea con el dobladillo de su bata médica.

—Jin…

—Mmm.

—¿Qué pasa si desconectan a Junghyun antes de que detengan a Kwan Chul?—la pregunta ha estado carcomiéndome los pensamientos desde que me quedé sola con él en la habitación.

—¿A qué te refieres?

—Solo…es algo que he estado pensando.—me encojo de hombros.— ¿Qué pasa si Kwan Chul intenta hacer con el cuerpo de Junghyun lo mismo que hizo con el de ese señor? No quiero que lo profane de esa manera…

—Hey.—Jin me interrumpe negando con su cabeza.—Deja de pensar en ello, no va a suceder algo así. Vamos a detener a Kwan Chul pronto, soy el encargado de Junghyun en el hospital y no permitiré que se quede a solas con el cuerpo…

—Pero él es el director del hospital, tiene la autoridad superior.

—No va a pasar Eun Mi.—zanja el tema.—Además…no creo que Jungkook esté de acuerdo en dejarlo ir tan pronto.

—¿Pronto? Lleva años en esta cama Jin.—señalo casi que con indignación.—Junghyun no habría querido permanecer así…

—Tampoco estoy conforme con ello, pero es algo que depende de su familia…no puedes presionarles a tomar una decisión tan complicada para ellos incluso cuando todos sabemos que es la única opción.—responde con serenidad.

—Su madre está de acuerdo, pero Jungkook…

—Jungkook ha pasado por mucho Eun Mi, no olvidemos que en un final solo es un adolescente al que le ha tocado una vida difícil. Él tiene que perdonarse a sí mismo, tiene que sanar antes de aceptar la realidad. Esto es lo único a lo que puede aferrarse.

—No…me tiene a mí también. Prometí ayudarlo, darle un motivo para seguir adelante, un apoyo del cual sostenerse. Él va a superarlo justo como yo aprendí a lidiar con el dolor.—respondo con convicción.

—Sabes…realmente no sé qué habría sucedido con él si ustedes no se hubiesen conocido. Junghyun siempre supo lo que hacía, incluso cuando guío a Jungkook hasta ti.

—También sabes sobre eso…

—Soy su psiquiatra, Eun Mi.—espeta con obviedad.

—Hablaré con el más tarde sobre ello, ya es hora de que Junghyun descanse.

—¿Le contarás también sobre lo que está pasando? Sobre...Kwan Chul y Namjoon, lo que hemos venido a hacer hoy.

—No lo sé, no creo que deba preocuparle con mis problemas, menos aún sabiendo por lo que transita ahora. No me parece un buen momento para decirle...

—¿Decirme que?—la nueva fonación, que interrumpe las palabras que Jin estuvo a punto de decir, nos sobresalta a ambos por breves instantes.

Jungkook está de pie en la entrada de la habitación, sosteniendo en cada una de sus manos un pequeño vaso blanco colmado de un humeante líquido. Nos mira con sus ojos entrecerrados ladeando su cabeza, esperando una respuesta. Su aspecto luce mucho más estable que antes, a pesar de que aún la irritación en la punta de su nariz y la hinchazón en sus labios y párpados permanece.

—¿De qué hablan?—al notar nuestro silencio decide entrar por completo en la habitación, deja uno de los vasos en mi mano y lleva el otro a sus labios para darle un sorbo al café mientras eleva sus cejas, expectante.

—Ah…es que yo…—bajo la mirada al oscuro líquido entre mis manos sintiendo el calor que desprende el vaso, pensando en una excusa.

Para mi fortuna, Jin responde.

—Pues que dentro de unos días es el cumpleaños de Eun Mi.—espeta con serenidad.

—Eso ya lo sabía.—Jungkook frunce el ceño confundido por tan estúpido argumento.

—Sí bueno, lo que realmente quería decirte es que ella no celebra sus cumpleaños porque…

—También lo sé.—le interrumpe con exasperación.

—Pues no sabíamos que lo sabías pero ya sabemos que lo sabes.—Jin emite una sonrisa forzada y eleva su pulgar.

Corrección…

Para mi desgracia, Jin responde.

—Voy a necesitar ver tu título de psiquiatría.—contesta Jungkook al cabo de unos segundos observando a Jin como si tuviera algún tipo de retraso.

Yo permanezco en silencio y bebo del café, mientras Jungkook busca donde sentarse, pateo disimuladamente la pierna de Jin y este solo se encoje de hombros con inocencia.

Jeon en un final toma asiento en una de las orillas de la cama, ahí se queda por breves minutos observando a su hermano e inconscientemente acomoda las sábanas sobre su cuerpo con la mirada perdida, mientras que Jin y yo lo observamos con empatía.

Definitivamente tengo que ayudarle.

—Será mejor que me vaya.—Jin comunica segundos después.—Hay cosas que hacer por casa… ¿Vienes Eun Mi?

—¿Estás ocupada hoy?—interviene Jungkook antes de que alcance a responder.

Niego a su pregunta mientras Jin se coloca de pie.

—¿Vendrías conmigo? Quiero llevarte a un sitio…—me sorprendo un poco por su propuesta, en un final dirijo mi mirada a Jin y este solo asiente en silencio.

—Está bien.—Jeon sonríe y toma mi mano desde su posición.

—Te veo en un rato Eun Mi.—Jin se despide de ambos y sale del lugar.

—¿A dónde iremos?

—Quiero empezar esta vez bien contigo, sin secretos o malentendidos.—se limita a contestar.—Tan solo…quedémonos por unos minutos más.

Asiento convencida con su respuesta y entrelazo nuestros dedos mientras ambos yacemos en la habitación. Es  momento de decirle adiós a Junghyun por hoy, sé que regresaremos pronto.

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