Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

Capítulo 76

[Les ecomiendo leer la letra y escuchar la canción con el capítulo para mayor disfrute y compenetración con el contenido.]

Me gustaría decirles algo especial hoy, ya que el capítulo lo amerita, así que les pido de favor que no ignoren la nota de autor al final del capítulo. Tengo un mensaje para ustedes.
.
.
.
.
.
Me aparto con suavidad de su cuerpo al sentir el agarre de sus brazos a mi alrededor debilitarse. Permanezco inerte en mi sitio, intentando regular mi respiración y los constantes espasmos en mi diafragma producidos por el llanto, mientras que él con parsimonia y su semblante decaído se aleja hasta tomar asiento en uno de los sillones de la habitación junto a la pequeña camilla. Posa su cabeza entre sus manos soltando un suspiro apesadumbrado, apenas transcurren unos pocos segundos antes de que, resignada a que el momento ha llegado, me deslice a su lado guardando silencio.

—Son tantas las cosas que quisiera decirte…que no sabría por dónde comenzar.—murmura aún con su cabeza baja, evadiendo mi mirada.

—Supongo que podrías empezar por aclarar todas las mentiras que dijiste.—mi tono, más que demandante, se percibe dolido. Mi voz apenas emana como un rasposo y discreto resuello.

Suspira una vez más antes de responder, esta vez elevando con lentitud su cabeza, observándome con sus ojos marchitos y cristalinos. El leve temblor en su labio inferior delata cuánto le afecta lo que ha de contar a continuación…

—Te mentí sobre la razón por la cual decidimos irnos de Busan.—profiere sin dilaciones, como si hablar sin pensar en la profundidad de su historia le otorgarse el valor de compartirla.—No fue solamente por mi sueño de ser deportista, de hecho…ese ni siquiera fue el motivo principal.

Hace una pausa moviendo sus labios en silencio, como si se debatiera mentalmente cuál sería la mejor manera de proseguir. Su declaración me confunde, sin embargo no muestro reacción alguna mientras poso mi vista sobre el monitor que marca los signos vitales de Junghyun…

¿Por qué ha de decir que no despertará cuando su corazón late a la perfección y su pecho marca el ritmo de su respiración?

—Cuando Junghyun cumplió nueve años fue diagnosticado con distimia.—mi cabeza se gira con  brusquedad en su dirección al escucharlo.—También conocido como Trastorno Depresivo Persistente o…Depresión Crónica.

Crónica…

No sería capaz de verbalizar con exactitud la manera en la que esa última palabra ha calado en mi interior.

¿Cómo es que nunca fui capaz de notarlo?

Todos en algún punto de nuestra vida hemos experimentado los síntomas de la depresión, y yo siempre consideré que lo que esos pensamientos te hacen sentir es algo horrible… ¿Cuán complicado ha de ser lidiar con algo así cuando sus efectos se magnifican y sabes que nunca desaparecerán?

Es como correr hacia el vacío y en círculos. Porque mientras que otros superan el obstáculo con el paso del tiempo, Junghyun sabía que tendría que soportarlo por el resto de su vida.

Estoy consciente de lo que conlleva dicho trastorno, no es una simple depresión adolescente como la que en su momento me pareció la peor del mundo, es una condición mucho más profunda y dolorosa. Aún no concibo nunca haberme percatado de que él atravesaba por algo así, aprendió a fingir bien o yo siempre estuve tan centrada en mis propios tormentos que no me permití ver los suyos. Fui tan egoísta…

—En Busan no contaban con el tratamiento y los profesionales necesarios para su condición.—continúa explicando y con cada palabra que dice percibo el temblor de mis dedos y el escozor en mis lagrimales intensificarse.—Las personas a nuestro alrededor habían comenzado a hablar, los rumores de que mi hermano presentaba una enfermedad mental perseguían a mi familia y atormentaban a Junghyun, incluso cuando nadie estaba por completo consciente de lo que realmente sucedía.

Para nada me es ajeno el estigma que constituyen específicamente en esta sociedad las enfermedades mentales. Es lamentable que continúen tildándose de tabú, que muchos prefieran evadir su condición antes que buscar ayuda por temor a la opinión del resto. Solo me queda imaginar cuán difícil debió de ser para un simple niño lidiar con todos aquellos comentarios denigrantes y ofensivos, incluso para su propia familia, porque no olvido que Jeon también estuvo envuelto en ello.

—En Seúl poseían el tipo de servicios que requeríamos y la abuela se ofreció a acogernos en su departamento hasta que Junghyun fuese tratado. Para entonces yo tenía diez años y había comenzado a jugar, mi padre procuraba mantenerme entretenido con el deporte…supongo que para evitar que la preocupación por mi hermano afectara mi rutina. Aunque no sabía con exactitud lo que pasaba con él, entendía que no estaba bien así que trataba de animarlo siempre que podía…—sonríe con nostalgia y tristeza, dicha expresión en su rostro causa que una escurridiza lágrima escape de mis ojos, la intercepto justo antes de que se deslice hacia mi barbilla.

—Junghyun comenzó a asistir a las consultas de Seokjin, a recibir medicación pero…ninguno de nosotros fue capaz de advertir a tiempo que dicho tratamiento no estaba dando los resultados esperados.

La imagen de ese pequeño niño de sonrisa jovial y piel pálida escabulléndose por los pasillos de este mismo hospital, ocultándose del interno Kim y de su madre, viene a mi mente. Entonces algunas cosas comienzan a cobrar sentido, siempre me pregunté porqué cada vez que nos encontrábamos aquí Junghyun estaba huyendo de Seokjin…incluso cuando él  nunca me contó para qué eran exactamente sus consultas.

—Junghyun era muy reservado.—sonríe de medio lado mientras cuenta.—No solía compartir con facilidad lo que pasaba en su interior. Incluso para mí, su mejor amigo y persona de confianza, era un completo misterio el tormento que a diario enfrentaba.

No puedo emitir palabra alguna mientras cada memoria que estalla en mi cabeza parecer coincidir con otra, como perfectos engranajes de un viejo reloj que después de tanto tiempo ha dado inicio a su marcha de nuevo, y cada sonido de sus manecillas al moverse trae consigo una nueva revelación.

—Solía referirse a ti como “La persona que más amo en el mundo”.

Los oscuras pupilas de Jungkook reparan con rapidez en mi rostro y su espalda se yergue de forma tensa sobre el sillón. No he podido evitar contener mis palabras al percatarme del significado de esa frase que tiempo atrás sembró en mí tantas dudas.

De entre todas las cosas que pasaron por mi mente al encontrarlo después de tanto tiempo, una de esas preguntas fue porqué Junghyun jamás lo mencionó. Ni siquiera tuve que analizar demasiado la situación para percatarme de las semejanzas físicas entre ambos, incluso en aspectos como algunos gestos y palabras, al ver a Jungkook en el marco de la puerta supe al instante que eran hermanos.

Junghyun nunca había mencionado el nombre de Jungkook, no me había dicho que tenía un hermano…y solo hasta ahora comprendo que sí lo hizo, solo que a su manera.

Para Junghyun valía mucho más referirse a su hermano como lo que significaba realmente para él…"La persona que más amaba en el mundo."
Incluso tenía la esperanza de que algún día yo pudiera conocerlo, porque ambos éramos importantes para él.

《—¿Oye, quién es ese?—cuestioné notando una figura plasmada en uno de sus dibujos.

—Es…la persona que más amo en el mundo.—sonreía con orgullo mientras observaba la pintura.

—¿Es tu papá?—pregunté frunciendo el ceño para aclarar mi vista y observar mejor.

Negó ante mi suposición y comenzó a reír.

—¿Y dónde está?—pregunté otra vez.

—Muy lejos...—su semblante se entristeció y un suspiro escapó de sus rojizos labios.—Pero volverá pronto, tal vez los presente. Ustedes son muy importantes para mí.》

Hace cinco años, Junghyun había pintado un paisaje…en medio de este la silueta de alguien desconocido, alguien a quien se refirió como la persona que más amaba en el mundo. Recuerdo que aquello me hizo sentir un poco de celos, aunque no lo exterioricé en dicho momento, me detuvo la admiración con la que pareció describir a esa persona.

Pero aquella pintura quedó grabada en mis pensamientos, incluso cuando mi subconsciente intentó retener ese recuerdo con el paso del tiempo…y justo ahora que la verdad se muestra ante mí soy capaz de identificar el significado de esa sensación de familiaridad que me invadió aquella tarde cuando Jungkook me llevó al campo de baseball abandonado.

Sí, aquel sitio era el mismo de la pintura. Un paisaje que ambos solían frecuentar al parecer, el lugar especial para Jungkook…y su hermano supo plasmarlo en aquella pintura que tan irrelevante me pareció hace cinco años atrás.

Ahora cada pequeña memoria, diálogo, suceso, cada mínima señal que antes no supe ver, comienzan a tomar sentido. La verdad estuvo frente a mis ojos incluso mucho antes de que todo esto pasara.

Jungkook sonríe y sorbe su nariz antes de mirar hacia la camilla, al cuerpo inerte de su hermano. No dice nada, pero si pudiera leer lo que pasa por su mete estoy segura de que le estaría confesando en silencio lo mucho que también lo ama y lo importante que es para él de igual forma.

—Un día…la oferta para la beca llegó, había vencido en mi primer partido de captación y mis padres no dudaron en enviarme a América. Yo lo veía como una oportunidad de cumplir mis sueños, mis padres como una forma de mantenerme ajeno de las dificultades que conlleva luchar contra una condición como la de mi hermano…al fin y al cabo es algo que afecta a toda la familia.—prosigue al cabo de unos segundos, sin responder antes a mi comentario.—Siempre pensé que mis padres priorizaron demasiado mis sueños y dejaron de lado a Junghyun…quizás creían que si ignoraban el problema este desaparecería eventualmente, pero la falta de atención en cierto punto solo hizo que la situación empeorase para él y al no compartir cómo realmente se sentía…nadie era consciente de lo equivocados que estábamos.

—Imagino que en algún  momento él se percató de ello, de cómo yo incluso estando lejos me había convertido en el orgullo de la familia y él…se sentía como una carga para nuestros padres, aunque estos jamás tuvieron la intención que eso sucediera. Sin embargo, Junghyun nunca se quejó, muy por el contrario siempre estuvo ahí para apoyarme.—permanezco en silencio escuchándole, necesito hallarle un final a todo esto.—Cuando estaba en América solíamos hablar seguido, con el tiempo fui conociendo otras prioridades…y el escuchar a mi hermano no estaba entre estas. Siempre me culparé de no haberle prestado la atención necesaria cuando pude, fui demasiado egoísta y estúpido.—murmura con arrepentimiento pasando una de sus manos por su cabello con frustración.

Verlo tan abatido germina en mí el impulso de querer posar mi mano sobre su brazo y reconfortarlo, a pesar de que estoy consciente de que ni siquiera mi tacto podrá remediar el dolor que le causa culparse de todo. Solo ahora entiendo un poco más la presión sobre sus hombros. Sin embargo, las palabras que emite a continuación detienen mis acciones.

—Una noche…recibí una llamada de mi madre, Junghyun había tenido un accidente y estaba en el hospital. En aquel entonces yo solo tenía quince años, me había dicho que todo estaría bien…que iría a recuperación. A los pocos meses supe que mi hermano había caído en coma, ella dijo que no debía preocuparme, que me mantuviera enfocado en mis estudios y eso hice, confiando en que mi hermano mejoraría pronto y mi madre decía la  verdad. Pero esas solo fueron unas pocas mentiras comparadas con la enorme que vendría después…

Cuando Jungkook tenía quince años Junghyun apenas había cumplido sus catorce, al igual que yo. Esa es la edad que tenía cuando murió el abuelo…y cuando él desapareció.

—No volví a hablar con mi hermano…pero siempre que preguntaba mi madre decía que se recuperaría pronto. Pasaron dos años y Junghyun no despertaba, fue entonces cuando comencé a ser más consciente de que algo extraño sucedía…o el coma se había extendido o mis padres ocultaban la realidad de su estado. Quise regresar, ver a mi hermano con mis propios ojos y saber de él, pero mis padres me lo impidieron. Según ellos, él estaría bien y yo no debía descuidar mis estudios en América, no podía perder la beca por la que tanto me había esforzado…me convencieron de que no había razón por la que querer volver, y como yo aún no había cumplido la mayoría de edad no podía realizar el viaje sin su consentimiento. Al principio pensé que lo hacían porque no deseaban que me preocupase en el exceso…luego comprendí que todo fue para evitar que me enterase de lo que había sucedido realmente, no sabían si yo sería capaz de enfrentarlo.

—¿Qué fue lo que pasó…?—mascullo con voz temblorosa temiendo el dolor que podría causarme su respuesta.

—Tiempo después mi padre falleció, tuvo un infarto…al parecer no pudo soportar el estrés de lo que enfrentaba. Fue entonces cuando mi madre se quedó sola y sin amparo, tuvo que vender la casa que habían comprado, al ingresar Junghyun al hospital, para pagar las cuentas y regresar al viejo departamento.—eso explica porqué se marcharon sorpresivamente aquella noche.—Al verse en esa situación…me pidió que regresara, necesitaba ayuda para sobrellevar esto. Recién había cumplido mis dieciocho y solo entonces pude volver, justo antes de ello me había puesto al tanto sobre la verdadera situación de mi hermano.

Jungkook y yo nos miramos en silencio, yo expectante a sus palabras y él procurando expresarlas de la forma menos lacerante posible. Entonces hace lo que en un principio pareció ayudarlo a romper el hielo, hablar sin pensar en las consecuencias.

—Junghyun no había tenido un accidente…había saltado al medio de esa carretera por voluntad propia, intentó quitarse la vida.—un sollozo entrecortado rasga mi garganta cuando llevo mis manos a mis labios y  las lágrimas humedecen mi piel, nunca pensé que llegaría a esos extremos.—En el impacto contra ese auto no murió, solo entró a cuidados intensivos en el hospital. Sin embargo tiempo después sufrió una aneurisma, el derrame le produjo una muerte cerebral inmediata…

Es solo al escuchar ese término que el alivio que en un principio sentí al ver el pecho de Junghyun moviéndose al compás de su respiración y los signos vitales detectados en el monitor, se convierte en un profundo y tortuoso terror. Porque ni siquiera esas simples acciones le pertenecen, entonces me percato por completo de la máquina conectada a su cuerpo y entiendo por fin a lo que se refería Jungkook cuando dijo tan convencido que él jamás despertaría.

Junghyun se ha ido para siempre y lo único que mantiene aún su cuerpo frente a nosotros es esa máquina alimentando y manipulando su interior como una simple marioneta…pero ninguno de sus movimientos es real.

La muerte cerebral…el final completo e irreversible de todo el sistema nervioso, no hay en su organismo nada que le ordene a sus pulmones respirar, a su corazón latir, a la sangre precipitarse por sus venas, a abrir sus ojos…a sonreír de nuevo. La muerte cerebral es el equivalente a la muerte definitiva, sinónimos, no hay manera de luchar contra ello. No hay salvación una vez se haya confirmado.

Lo conozco, sé lo que significa, y ver a una persona que tanto quise siendo víctima de tan tiste final solo aumenta  mi dolor y devora la poca esperanza que me quedaba.

No puedo evitar derramar mis lágrimas y sollozar en voz baja mientras cubro mi rostro. No escucho a Jungkook a mi lado, permanece en completo silencio con la mirada fija en el cuerpo sin vida de Junghyun, tampoco intenta consolarme al verme llorar…puede ser porque él es quien necesite realmente más consuelo ahora, pero yo no puedo dárselo en estos momentos.

—Junghyun no pudo evitarlo, no había una razón en específico…pero sí quizás muchas. Él solo podía pensar en ello, era la depresión hablando por él, estoy seguro de que si aún conservaba una mínima esencia del niño que en un principio fue…habría pensado mejor las cosas.

Él continúa hablando, casi más para sí mismo que para ambos, y yo no puedo evitar sentirme dolida en demasía. No lo sabía, no sabía que Junghyun pasaba por tanto…no pude hacer nada para ayudarle, pero quizás esa decisión no dependía de nosotros después de todo.

Tal vez no había nada que pudiéramos hacer. Junghyun fue fuerte, soportó hasta su límite lo más que pudo y jamás demostró sus tristezas a las personas que amaba…él realmente terminó siendo mi ángel.

—No podía aceptar la verdad, que jamás volvería a hablar con él y que no pude despedirme…decirle cuánto sentía el no haberme dado cuenta, el no haberle dedicado más tiempo, atención, contestado todas esas llamadas suyas que rechacé por excusas estúpidas. Yo era su hermano mayor, su mejor amigo…la persona que existía para apoyarlo siempre y estar a su lado en las buenas y malas. No dejo de castigarme cada día por todo lo que pude haber dicho y hecho antes de que se marchara…

Ahora es su rostro el que de forma silenciosa se ha bañado de sus propias lágrimas, estas caen humedeciendo la tela de su pantalón…pero aun así él ni siquiera parece percatarse de ello.

—Las secuelas del arrepentimiento, del estrés postraumático al haber recibido la noticia no son más que una parte del dolor que merezco por lo que le hice. Junghyun terminó así por mi culpa, por no haber estado para él como lo estuvo para mí …

—Jungkook…

—Hice un acuerdo con mi madre.—me interrumpe, parece desesperado por contarlo todo de una vez.—No desconectaría a Junghyun hasta que regresara al país…y luego hasta que ambos estuviésemos de acuerdo en hacerlo. Pero yo aún…no quiero dejarlo ir a pesar de saber que ya es muy tarde para tener alguna esperanza. Seokjin era el doctor de mi hermano, así que mi madre me convenció de asistir a sus consultas en cuanto volví, pero realmente todo ha sido en vano porque…el dolor jamás desaparece.—lleva su mano a su pecho y palpa dicha zona, por encima del latir de su corazón.

En ningún momento me mira, parece perdido en sus propios pensamientos.

—Las cartas…—rompo el silencio que quedó tras su última frase.—Las cartas del hospital en la puerta del departamento, son por Junghyun ¿verdad?—Jungkook suspira y asiente dedicándome una mirada cargada de tristeza.

—El hospital ha estado enviándolas desde hace unos meses, Junghyun ha excedido el tiempo establecido para un paciente en su estado. Ellos sugieren que ya es hora de desconectarlo.

Bajo mi cabeza, con mi vista fija en mis dedos retorciéndose en mi regazo. Es irónico que a pesar de saber que ya no hay solución y que Junghyun se ha ido ninguno desee dar ese siguiente paso, incluso cuando es lo correcto y la única opción que tenemos.

—También estabas tú.—añade de repente haciéndome fruncir el ceño.—Además de la presión por todo lo que había sucedido…tenía que encontrarte, debía evitar que la historia se repitiera contigo.

Entreabro mis labios sorprendida por dicha revelación, aquella frase constante vuelve a manifestarse y comienza a tomar sentido “no quiero que la historia se repita”. No esperaba realmente que mi presencia en su vida constituyera una carga tan pesada, incluso cuando él nunca lo reflejó de esa manera.

—¿Encontrarme?—inquiero confundida al reparar en esa palabra en particular.

—Hay algo que aún debes saber…—confiesa asintiendo en medio de un suspiro.—La última vez que Junghyun y yo hablamos, antes de que todo sucediera, me hizo prometer que te buscaría…que cuidaría de ti si él no estaba presente, y que evitaría que siguieras sus pasos. Él realmente se preocupaba por ti Eun Mi, y a pesar de que no ocultó ese sentimiento en aquella llamada yo no fui capaz de percatarme cuán mal iban las cosas en ese momento.

Un jadeo entrecortado escapa de mis labios, y el hecho de recordar lo mucho que él siempre veló por mí mientras yo permanecía ajena a sus sentimientos, resulta un doloroso golpe en el centro de mi pecho. Es devastador solo pensar cuánto Junghyun arriesgó por mí y yo jamás fui capaz de notarlo. No imagino cómo debe de sentirse Jungkook creyendo lo mismo.

—Él sabía que existía la posibilidad de que intentaras algo, sabía que no estabas bien…y que si ya te habías arriesgado aquella vez en esa azotea podrías volverlo a hacer. Así que apenas regresé supe que debía encontrarte, tenía que salvarte así como Junghyun lo había hecho años atrás.

—¿Cómo sabes sobre eso? ¿Junghyun te contó…lo que sucedió en la azotea?—pregunto negando con mi cabeza, creí que era un secreto entre Junghyun y yo, él había prometido jamás contárselo a nadie.

Desde que Jeon y yo nos conocimos no se ha molestado en ocultar que es consciente sobre dicho suceso, pero siempre que se lo cuestionaba evadía mis interrogantes. Ahora por fin será capaz de decirme cómo sabe sobre ello.

No responde de inmediato, en cambio se gira hacia su costado y extrae de un bolsillo de su chaqueta ese viejo y desgastado diario que siempre lleva consigo. Ladeo mi cabeza dudosa en cuanto lo extiende hacia mí, mis dedos escuecen por los deseos de tomarlo…pero entonces el recuerdo de su violenta reacción la última vez que lo tuve en mis manos regresa, así que permanezco estática en mi sitio, sin comprender porqué aún continúa con su brazo estirado en mi dirección.

Las cejas de Jungkook se elevan señalando el diario y con un gesto de aprobación me invita a tomarlo. Suspiro de forma imperceptible en cuanto mis dedos rozan la gastada carátula y él lo desliza con delicadeza en la palma de mi mano.

—Es el diario de Junghyun, lo encontré en su habitación la noche que regresé.

El aire se agolpa en mis pulmones con violencia mientras observo esas iniciales inscritas en la portada “JJ” ahora entiendo que representan a Jeon Junghyun.

Ni siquiera sospeché de un apellido tan común, pero ahora tiene un peso inimaginable. Todo lo que no noté y siempre estuvo ahí…

No espero a su confirmación y abro la primera página al azar, comprendo por qué Jungkook se negaba a compartir el contenido del diario conmigo, supongo que aquí está todo. Leo uno de los escritos y sonrío con melancolía al imaginar a ese pequeño niño mordiendo de forma distraída su labio inferior mientras intenta redactar.

Así que Kookie es el apodo con que él solía llamarle…

Encuentro los textos de ese día, el del cementerio y la azotea, también algunos sobre las cosas que pasaban por su mente a raíz de la distimia, realmente tristes y devastadores. Él solo era un niño.

Hay muchos sobre mí y Jungkook. Junghyun le confiaba todo a este viejo cumulo de papeles, habría deseado que de igual forma se abriera con uno de nosotros…pero supongo que no dependía de él ver las cosas de ese modo. Jungkook permanece a mi lado en silencio, siento la intensidad de su mirada en mi perfil mientras continúo leyendo, entonces un recuerdo repentino se manifiesta…

《—¿Por qué quisieras que yo me quedase con algo tuyo?

—Para que puedas recordarme…supongo que quiero que me tengas presente a pesar de todo.

—Dijiste que no me ayudarías.

—Eso planeaba yo también…trataré de no hacerlo.

—¿Qué es lo que cambió?

—Una página.》

Una página…esa había sido la respuesta de Jungkook aquella noche, justo cuando aspiraba a saber el porqué de su temperamento voluble.

《—¿Qué es lo que sabes?

—Lo sé todo y a la vez no sé nada sobre ti. Puedes estar segura de que no te sostendré, no te ayudaré, no estaré ahí para ti cuando llores…pero sí puedo prometerte que cuando todo esto termine tu dolor habrá desaparecido.》

Él no mintió en aquel entonces, realmente sabía demasiado sobre mí…y todo gracias al diario. Comprendo con mayor exactitud el porqué de su método extremista para cambiar mi actitud, deseaba con todas sus fuerzas que yo dejase de ser la chica débil, patética, deprimida y a la que todos humillaban…en verdad estaba intentando salvarme a pesar de sus errores. Estaba desesperado porque la historia no se repitiera.

Sonrío levemente mientras continúo ojeando dichas páginas, hasta llegar a un escrito en especial que estremece por completo mi interior apenas comienza la primera sílaba.

<<Estoy tan cansado de todo y de todos…nada de lo que hago parece ser suficiente, me siento horrible por mentirle a Eun Mi y decirle que todo está perfecto, también a mis padres, a Kookie, al interno Kim…

No quiero preocuparlos, no quiero que sepa nadie que el tratamiento no ha tenido avances, pero estoy tan cansado de todo…

¿Sera este el momento de hacer algo estúpido?>>

Sin embargo no es esa última frase la que termina por aturdir mis sentidos, sino aquella escrita al pie de la página con las letras agolpadas contra sí, como si no hubiese suficiente espacio en el papel, pero aún así soy capaz de reconocer esa caligrafía a la perfección…

“No porque no puedas ver su luz significa que las estrellas han desaparecido. Nadie te dirá el camino, tu solo debes construirlo con tu andar y rendirse no es una opción.”

—Esta…—balbuceo señalando dicha zona con estupefacción e incredulidad.—¿Qué significa esto?

Me resulta imposible asimilar la nueva realidad que se ha presentado ante mí, algo que jamás imaginé viniendo específicamente de él y ahora solo esa puede ser la respuesta a lo que tantas veces me he preguntado.

Jungkook curva sus comisuras antes de despojar el diario de mis manos y comenzar a pasar las páginas frente a mí.

—Y esta, esta…esta también, esta…—enuncia mientras señala en cada página una frase diferente, frases que ya yo conozco a la perfección.—Todas ellas son las cosas que debí decirle a mi hermano en su momento y nunca logré hacerlo, son mis emociones y mi dolor intentando remediar el suyo en vano.

—Pero tú…

—Hasta el día de hoy no creo que existan dos almas que se complementen tanto como la tuya y la de Junghyun lo hacían, me di cuenta de eso esa noche…la primera vez que te oí susurrarle a tu almohada y esas palabras fueron vivas réplicas de los escritos de mi hermano.—me interrumpe con convicción, preparado para dar su respuesta sin remordimientos.—Fue cuando dejé en tu lecho la primera nota, cuando me propuse hacer por ti todo lo que por el no pude. Estaría velando por tu bienestar desde las sombras, hasta poder llegar a ti. Me salvaste al concederme un razón por la cual seguir viviendo…yo debía hacer lo mismo.

Nuevamente esa sensación cálida y embriagadora que me embarga siempre que él está presente se expande en mi interior. No creí que el chico frío, misterioso y desagradable que desde un principio me hizo sufrir tanto siempre estuvo ahí para mí y se convirtió en un incentivo para afrontarlo todo. Cada nota sobre mi almohada era un bálsamo para mis heridas, esa persona sin saberlo se estaba convirtiendo en mi ángel y esa persona, sin yo saberlo, era el propio Jeon Jungkook.

《No somos tan diferentes, hay algo que nos une después de todo.》

Sí, estamos más unidos de lo que nosotros mismos somos capaces de ver. Incluso sin percatarnos antes... nuestros caminos siempre estuvieron entrelazados por un mismo ángel, por Junghyun. Y el hecho de que él haya guiado a Jungkook hacia mí me hace pensar que, además de para protegerme, lo hizo a conciencia de que Jungkook también me necesitaría, prescindiría de alguien que compartiera su pesar y lo comprendiera tanto como yo.

—¿Por qué nunca nadie…dijo nada al respecto?—a pesar de que en mi interior anhelo poder expresar tantas cosas, es esa la única pregunta coherente que atino a formular.

—Junghyun dejó una carta, era un adiós y una petición.—responde ensombreciendo su semblante nuevamente.—Pedía que, si llegaba a pasar lo peor, lo mantuviéramos oculto de ti. Sabía lo de tus padres y no quería que lidiaras con una pérdida de ese tipo de nuevo, era algo sobre lo que él no tenía control. Y además…deseaba que lo recordaras como el amigo que fue para ti, no como el chico “débil y cobarde” en el que la distimia lo convertía, según expresa la carta.

Nuevamente suspiro reclinándome en el sillón, yo jamás pensaría eso de Junghyun, de nadie que tomara una decisión de ese tipo…

“La vida es difícil para todos en un final, solo que quizás la diferencia radique en que algunos sufrimos más que otros, y eso no nos hace menos humanos, pero si seres más conscientes y sensibles. Nadie soporta el dolor de la misma manera. Entonces no somos aptos  para juzgar las elecciones ajenas, para criticar sobre lo que decidieron hacer con su existencia, porque después de todo, ponerse en los zapatos de los demás no es sencillo. Y nunca sabremos con exactitud por cuanto paso cada quien y cuanto soporto para llegar al punto en el que está, incluso si eso se refiere a los extremos.”

He pensado eso muchas veces, y aunque no puedo aprobar ciertas cosas, no recrimino nada. Pero comprendo que Junghyun era solamente un niño de catorce años cuando decidió llegar a ese punto y yo le importaba…solamente no deseaba verme sufrir y se preocupó por quedarse en un rincón grato de mi corazón.

Él solo quería eso…

—Esa es la razón por la que mi madre evitaba ser reconocida por ti, por la que se le pidió al doctor Seokjin firmar un contrato de confidencialidad con los familiares del paciente así ningún entrometido podría volver a perturbar la memoria de Junghyun y es el motivo por el cual guardamos silencio…porque así lo quiso mi hermano.—confiesa con seguridad y yo no tengo nada que argumentar en contra de la última voluntad de Junghyun.—Además temía lastimarte, cuando comencé a sentir por ti algo más que simple empatía, la preocupación de lo que pudiera causarte la noticia comenzó a ser mucho más fuerte que nunca. Ya no me importaba el tener que lidiar con todo si podía protegerte de esa realidad…

—Jungkook…

—Entiendo que cometí muchos errores contigo, que incluso cuando fue la última voluntad de Junghyun tus tenías derecho a saber. Me sentí muy dolido cuando mis padres me lo ocultaron de igual forma y muchas veces estuve a punto de contarte, pero no podía…

—Jungkook...—me interrumpe nuevamente.

—Está bien, imagino cómo debes sentirte. Comprenderé si luego de saber todo esto no quieres volver a verme, si ya has tenido suficiente de mí, porque realmente solo he llegado a tu vida para atormentarte. Si me odias y te vas no te guardaré rencor por eso, respetaré cada una de tus decisiones y…

—¡Jungkook!—exclamo deteniendo su monólogo, consigo que sus ojos se abran en demasía y su atención se dirija a mí con cautela…casi como un niño asustado de los reproches de su madre.

—Gracias.—profiero con sinceridad.

—¿Qué?—él frunce su ceño descolocado, sin poder concebir que aquellas palabras realmente emanaron de mí.

—Gracias.—repito con una leve sonrisa de por medio.—Gracias, porque a pesar de todo lo que has tenido que enfrentar tú solo, de todos tus padecimientos y aflicciones, de tu dolor y tus heridas, siempre estuviste para mí. Cada nota sobre mi almohada significó un consuelo, un pequeño aliento para seguir adelante, lo hiciste Jungkook, cumpliste tu promesa y me salvaste.

No sé cuantos segundos transcurren en los que permanece observándome atentamente, como si cada uno de mis rasgos fuese la pincelada más exacta y exquisita que ha visto en su vida, hasta que noto su labio inferior temblar levemente y la punta de su nariz enrojecerse a la par de sus mejillas.

Bastan pocos segundos para que sienta su cuerpo completamente sobre el mío, sus brazos envolviendo mi torso con apremio e innecesaria fuerza, su cabeza oculta en mi cuello abriéndose paso por entre las hebras de mi cabello y su respiración tornándose irregular en mis clavículas mientras que los incontrolables sollozos emergen de su garganta y sus lágrimas humedecen  mi ropa.

¿Cuánto tiempo ha estado conteniéndose para no estallar de esta forma?

Todo esto es demasiado para él solo.

Jungkook después de todo es simplemente un adolescente que aún no se permite llorar la muerte de sus seres queridos por cargar con una culpa y un castigo que no le corresponden. Porque la realidad de todo esto es que la entera batalla ha intentado librarla por su cuenta…y nadie puede enfrentar tanto dolor en soledad sin terminar quebrándose antes.

—Lo siento tanto…lo siento tanto Junghyun…—solloza contra mi pecho como un niño pequeño mientras que yo acaricio su cabello en un intento de consuelo.—No pude salvarlo…

—Pero me has salvado a mí.—lo interrumpo.—Y lo que sucedió con Junghyun no es tu culpa Jungkook, no dependía de él cambiar las cosas…no dependía de nadie. Fuiste un gran hermano, Junghyun nunca pensó menos de ti, eras y siempre serás tú la persona que más amó en el mundo…y eso nadie podrá negarlo. Le diste a Junghyun algo que atesorar por siempre, incluso donde quiera que esté ahora, le diste amor y eso es más que suficiente.

—No quiero perder a más nadie otra vez…—confiesa presionándome contra sí, y a pesar de la incómoda posición de ambos en un sillón distinto, tenerlo entre mis brazos y poder consolarle es lo único que me reconforta en estos momentos.

—No volverás a estar solo Jungkook, te lo prometo. Enfrentaremos juntos cada obstáculo que se avecine.—su cabeza se separa de mi pecho, sus mejillas encarnadas y húmedas enternecen la vista en cuanto sus ojos cristalinos y de un intenso marrón buscan la sinceridad en mi mirada.

Nunca estaremos preparados para todo lo que la vida nos depara, pero mientras no estemos solos…podremos ser capaces de superarlo. Él se quedó a mi lado, me enseñó cuán fuerte puedo ser, me dio un motivo para seguir adelante, me mostró cuánto puede el amor sanar nuestras heridas. Y ahora yo…

Debo salvarlo a él.

Acuno su rostro entre mis manos, buscando que mis palabras calen lo más profundo posible en su interior, que se conviertan en una promesa inquebrantable para ambos, porque a partir de este momento no volveré a separarme de él.

—Incluso si nuestros pasos no están sincronizados, quiero andar por este camino contigo.

Ya estamos de vuelta con un capítulo que me hizo llorar. Me vi otra vez el booktrailer luego de editar esta wea y no se si son las hormonas menopáusicas XD pero me puse hiper sensible :")

Bueno, vamos con lo importante:

No sé si algunas de ustedes recuerde que en la descripción de la historia menciono que contiene sucesos de la realidad, pues sí... les estoy escribiendo una parte de mi vida, así que cada párrafo aquí es un pedazo de mi corazón. Aún no me siento preparada para compartir del todo lo que realmente sucedió con mi Junghyun y mi JungKook... pero ya se harán una idea.

En fin...solo quería compartir esto con ustedes, y hacerles llegar con la historia mi mensaje de que no dejen que su mente les pongan los límites, no juzguen a los demás sin antes saber la realidad de lo que sucedió. Piensen cuando más solas se sientan que en algún lugar del mundo hay alguien que les quiere, quizás quien menos se esperen. Nuestro ángel esta más cerca de lo que creen. Y por último...no menosprecien algo tan común como lo es una simple depresión, hablen y pidan ayuda siempre que lo crean necesario.

Saben que al menos mi dm estará abierto siempre que alguien lo necesite❤

Quizás algún día me arme de valor y les cuente la verdadera historia detrás de PillowTalk.

Por último, si quieren conocer más sobre la distimia y la muerte cerebral los invito a investigar, nunca está de más ser consciente de cosas de ese tipo, que aunque tristes y duras de afrontar son reales y están a nuestro alrededor.

Gracias por leer 💜

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro