Capítulo 71
Maratón 1/4
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—¿Vas a contestar o no?
Suspiro con pesadumbre aún con mi rostro contra la almohada, los sollozos habían cesado minutos antes y ahora solo se escuchan por toda la habitación los reclamos de Seokjin y el inoportuno sonido de su celular que no ha parado de exigir atención desde que apagué el mío con la esperanza de poder ignorarlo, a pesar de saber lo mucho que me costaría.
—Eun Mi.—él insiste colmando mi, ahora nula, paciencia.
Como niña pequeña pataleo un poco sobre el colchón y esa parece ser suficiente indirecta para él, puesto que el incesante sonido del celular se detiene seguido de un bufido por su parte.
—Bien, ya está. Lo he apagado.—anuncia y siento el colchón hundirse a mi lado y su colonia impregnarse en mis fosas nasales cuando se acerca hasta dar pequeñas palmaditas sobre mi cabeza estampada contra la almohada.—¿Me dirás ahora qué ha sucedido?
Suspiro agobiada y niego, sin verbalizar respuesta o siquiera mirarle. No quiero hablar con nadie justo ahora.
—Eun Mi, no puedes seguir así. Desde que llegaste no has salido de la habitación, Jungkook en cualquier momento terminará por hacer estallar mi teléfono con sus llamadas y mensajes, tuve que mentirle y decirle que no estaríamos en casa para que no se aparezca y por si fuese poco ni siquiera has notado la ausencia de Namjoon.
—¿Namjoon no está?—elevo un poco mi cabeza al deparar en dicho punto, realmente no me había percatado de eso.
Jin bufa con obviedad y lo imagino rodando sus ojos a causa de mi despiste.
—No, salió apenas recibió tu mensaje. Al parecer tiene un plan.—asiento conforme con la respuesta y casi por inercia dejo caer mi cabeza nuevamente en la suave superficie.
—Ya basta.—antes de que mi frente toque la funda de la almohada, las manos de Seokjin toman mis hombros y me giran sobre el colchón hasta quedar mi espalda apoyada contra este y su rostro preocupado frente al mío.—Dime de una vez qué te sucede.
—No quiero…—hago una pausa para sorber mi enrojecida nariz.—No quiero hablar de eso.
—¿Entiendes que me preocupas, verdad?—inquiere esta vez con un ápice de mayor seriedad.—Ahora eres mi responsabilidad, no puedo simplemente dejarte tendida en esta cama como si nada y menos aún en el estado en que te encuentras.—desvío la mirada avergonzada, odio saberme en estas condiciones, pero justo ahora no tengo fuerzas o voluntad para algo mejor.—Así que anda, dile a Jinie oppa qué es lo que pasa.
—Jinie oppa…—el apodo me hace sonreír levemente, solía llamarlo de esa forma cuando era niña. En algún punto de mi adolescencia decidí dejar de hacerlo pues me parecía algo ridículo e infantil, pero supongo que él aún no lo ha olvidado.
Jin me devuelve la sonrisa, la suya mucho más radiante que la que yo puedo ofrecerle, da una palmada en el colchón a mi lado y se levanta estirando su cuerpo. Aún lleva su camisa blanca y los pantalones de vestir que usó esta mañana antes del inicio de nuestro fatídico plan.
—Vamos, hace tiempo no tenemos una conversación solos tú y yo.—señala tomando mi brazo y levantándome en peso del colchón sin esfuerzo alguno, casi como si de una muñeca de trapo se tratase.—Prepararé algo de comer y hablaremos.
—No tengo apetito…—me detengo en cuando su mirada inquisitiva perfora mis pupilas y entonces recuerdo que negarle a Jin la comida es un pecado capital así que, por muy estúpido que suene, no me queda más remedio que ceder.—Está bien.
Él sonríe complacido por mi cambio de opinión y termina de sentarme sobre la cama. Se arrodilla hasta dar con mis pantuflas, y como si fuese una niña pequeña, las coloca en mis desnudos y fríos pies.
—Te espero en la cocina, no tardes o tendré que venir por ti.—me advierte, aunque más que una amenaza suena como una orden y sé que no aceptará una negación por mi parte.
Jin sale de la habitación y no me queda más opción que prepararme psicológicamente para su interrogatorio y levantarme por una vez de esta cama. Me coloco de pie y camino hacia el espejo donde me pierdo por breves segundos en el bronceado bermellón de mis mejillas, nariz y en los círculos púrpuras que han rodeado mis cansados y lacrimosos ojos. Es tan estúpido que me sienta así cuando fui yo quien decidió ponerle fin a todo…
Pero a pesar de mi estado y lo mucho que duele cada fibra de mi ser, no me arrepiento. No lo hago, porque en el fondo un pequeño vestigio de conciencia me dice que esto ha sido lo mejor para ambos. Que quizás de esta forma seamos capaces de evitar la punción de un dolor que nos quebraría a los dos estando juntos.
Jungkook lo dijo...
<<Tu dolor es mío también ahora.>>
Y viceversa, es mucho peor sufrir por alguien a quien amas que por una cuestión personal… y yo no quiero eso para nosotros.
Esa es la razón lógica, la parte futurista del motivo por el cual ahora soy yo quien quiere alejarse de él. Luego está la parte sentimental e inmadura que no puede concebir que ose mentirme con tanta precisión a diario, que no confíe en mí como me gustaría que lo hiciese y que se siente tan cansada de los engaños y los secretos que no está preparada para lidiar con algo mucho más grande.
Porque sí, estoy huyendo de él…estoy huyendo de lo que siento y de lo que podría causarme lo que me oculta.
Al final, soy una cobarde.
Esa parte inmadura no puede evitar comparar nuestra relación a otras que ha visto y piensa que ambos merecemos algo mucho más convencional y de ensueño, es la parte que aspiraba castillos en el cielo y a su paso solo encontró puros escombros…
No me quejo de nada, estoy enamorada y el solo hecho de poder tenerlo en mi vida es más que suficiente como para ignorar la normalidad o las características típicas que debería cumplir un noviazgo. Pero ya lo he dicho antes, soy cobarde.
Temo por él, porque desconozco la magnitud de lo que lo acongoja y me aterra que pueda mellar en su futuro, temo por mí, porque no sé si seré capaz de soportar lo que me diga después de lo que ha acontecido en mi vida. Y temo por la fuerza de estos sentimientos que jamás había experimentado y cada vez son mayores.
Antes estaba decidida a quedarme a su lado pasase lo que pasase, pero la llegada de Namjoon y la parte faltante de la historia de mi vida cambio todo, ahora no sé si sea capaz de soportar otro golpe mucho más doloroso que ese.
Y en el fondo creo saber qué es lo que oculta, solo que quizás es algo que quiero omitir, algo que evito pensar siquiera.
Dicen que el primer amor nunca es duradero y es el más doloroso de todos, supongo que estoy comprobando eso justo ahora.
No le esperé en el aparcamiento como pidió, tampoco he contestado sus insistentes llamadas y le pedí a Jin que mintiera para que no viniese hasta aquí. Algo inmaduro e irracional, porque sé que en algún momento tendré que hablar con él, tendré que decirle personalmente que este es el fin de todo. Pero…me siento tan devastada y dolida que justo ahora no podría enfrentarle, no podría lidiar con ese escenario frente a mis ojos. Necesito un tiempo para calmar mis emociones antes de verle otra vez.
Eso es lo que mi corazón me pide, un poco de tiempo para procesar el vacío que dejará su partida de mi vida.
Tal vez hablar con Seokjin no sea tan malo, necesito decir cómo me siento y dejar salir la emoción que me lacera desde adentro.
A pasos cansados y monótonos avanzo por el corredor hacia la cocina, escucho a Jin tararear mientras que el vapor de la olla al fuego baña su rostro. Tomo asiento en una de las sillas tras la isla de la cocina y en cuestión de segundos tengo frente a mí una pequeña cacerola de fideos y sopa. Jin coloca con parsimonia los palillos a un costado de la mesa mientras que yo no me siento capaz de elevar la mirada, entonces por ultimo deja reposar a mi lado un pequeño bol de arroz y verduras cuyos ingredientes forman lo que parece ser una deforme carita sonriente sobre la blancura del arroz.
Tan tierna imagen me hace sonreír con nostalgia, mi madre también solía crear figuras y caritas divertidas con las salsas en la comida. Jin despeina un poco mi cabello complacido por mi reacción y termina por sentarse frente a mí con su plato de fideos en mano.
—Come antes de que se enfríe o los fideos se hincharán.—dice dando toquecitos con sus palillos metálicos en mi cacerola, y en el fondo agradezco que no haya iniciado su ronda de preguntas así sin más. Me está dando tiempo para que me prepare, pero sé que en un final tendré que contarle todo.
Comemos en silencio, únicamente con el sonido de los palillos impactando contra el fondo de las cacerolas y los graciosos ruidos que hace Jin al sorber sus fideos. No me había percatado de que realmente necesitaba de esto hasta sentirme satisfecha una vez mi plato estuvo vacío.
—¿Y bien?—inquiere Jin luego de limpiar la mesa y volver a sentarse frente a mí, esta vez exigiendo respuestas.
—Jungkook y yo terminamos…—mascullo con incomodidad intentando ser lo más directa posible, no me pasa desapercibida su expresión de desconcierto y confusión.
—¿Terminaron? ¿Qué…? ¿Por qué?—cuestiona negando con su cabeza incapaz de comprender.—Hasta hace apenas un día las cosas iban bien entre ustedes…
—Ya…pues no todo era perfecto al parecer.—me limito a contestar jugueteando con mis dedos sobre mi regazo.—Creo que…ambos necesitamos un tiempo para aclarar muchas cosas…
—¿Qué fue lo que hizo Jungkook, Eun Mi?—espeta esta vez con frustración presionando entre sus dedos el puente de su nariz.
—Nada, fui yo quien decidió terminar…
—Espera.—me detiene colocando la palma de su mano frente a mi rostro.— ¿Él lo sabe? ¿Sabe que decidiste romper con él, verdad?
Presiono mis labios en una fina línea y lo miro con vergüenza, Seokjin abre sus ojos desmesuradamente al ver mi reacción y casi bufa con sarcasmo.
—No he hablado con él aún …
—¿Qué vas a hablar con él, mujer? Si ni siquiera contestas sus llamadas.—me reprende y bajo la mirada, sé que estoy actuando mal.—¿No crees que estás siendo un poco cruel al desaparecer sin darle explicaciones?
—Lo sé…pero no me siento preparada para enfrentarle ahora.
—Jungkook debe de sentirse fatal…—murmura más para sí mismo que para mí.—Él no es cualquier persona Eun Mi, si te alejas de manera tan repentina podría interpretarlo de muchas formas.
También sé eso, y entiendo que justo ahora Jin está hablando como su doctor. Porque no es ningún secreto para mí que Jeon ha asistido a consultas de Jin por lo que sea que lo limita y también entiendo a qué se refiere con su última frase. Ese miedo constante de Jungkook cada vez que estábamos juntos a que yo desapareciera de un momento a otro, a que yo lo dejase solo…no es algo normal. No es simplemente a causa de lo que siente por mí, es mucho más profundo.
<<Por favor, no me dejes solo, esto duele demasiado.>>
Y el solo hecho de recordar aquella súplica no hace más que aumentar mi tristeza, soy el peor ser humano del mundo por abandonarlo pero…
¿Acaso está mal que intente protegerme yo también?
—No tiene caso, no creo que haya una esperanza para lo nuestro.
—Joder…es que no lo entiendo.—vuelve a quejarse Jin.—Esta es la relación más efímera que he visto, ni siquiera alcanzaron el mes.
—Sabes…pensé en eso también.—confieso.—Pensé que…el poco tiempo que llevamos juntos ha sido una lucha constante, empezando por el día en que Myung Soo me lanzó a la costa, e incluso desde antes. No hemos tenido realmente un tiempo para nosotros, no hemos vivido nada de lo que debería vivir una pareja de nuestra edad.
Jin permanece en silencio, escuchándome con atención y sé que quiere que prosiga porque de esta forma me estoy desahogando con respecto a lo que siento, así que eso es lo que hago.
—Nunca tuvimos una conversación de pareja…como de esas estúpidas en donde planeamos nuestro futuro juntos sin saber siquiera si la relación será duradera.—sonrío inconscientemente pensando en el montón de cosas que me habría gustado compartir con él si todo fuera diferente.—Nunca tuvimos más de una cita o caminamos de la mano por las calles, nunca me presentó a su familia…
—Eun Mi.—Jin me detiene inconforme con mis palabras.—Lo que sucedió solo fue una mala experiencia entre muchas cosas buenas que podrían experimentar, no llevaban tanto tiempo juntos…aún hay oportunidad de que puedan vivir todo eso.—se interrumpe en cuanto me ve negar con mi cabeza.
—Ese es el problema, no creo que Jeon y yo seamos capaces de vivir algo así jamás. No si no vencemos lo que nos impide ser felices individualmente ahora…y he notado que Jungkook no parece tener intenciones de dejar ir su pasado por el momento, eso nos consumirá a ambos mientras estemos juntos.
—¿Qué…?
—Estoy cansada de secretos Jin, estoy harta de ser engañada y subestimada. Solo quiero un poco más de consideración de su parte, porque con su actitud únicamente siento que me aleja más y más, entonces estos sentimientos no tienen sentido alguno.
—No entiendo qué quieres decir con…
—No tiene caso fingir, Jin.—le advierto mirándolo fijamente a los ojos.—Los escuché hablar en mi habitación en el hospital. Sé que ambos guardan secretos.
Seokjin frunce sus labios sin argumentos con los que debatir y se reclina en su silla soltando un suspiro cansado.
—¿Qué escuchaste?
—Lo necesario como para saber que lo que sea que tú y Jeon ocultan desde el principio es más grave de lo que ambos quieren hacerme creer y que además es algo que me incumbe a mí también
—Entonces... ¿Estás terminando con Jeon solo porque no te dice lo que crees que debes saber?—espeta con escepticismo.—¿Te has puesto pensar en que si él no te ha contado nada es porque tiene una razón sólida para no hacerlo? ¿Has pensado en que lo hace por tu bien, para protegerte?
—Esa es la cuestión Jin, no me están protegiendo ocultándome cosas, simplemente me hacen más vulnerable al sentirme ignorante de algo que parece ser tan importante. No me causan bien alguno.
—No es tan fácil como crees Eun Mi, no es solamente por ti. Para Jungkook también es desgastante todo esto…
—Quizás por esa razón no debamos estar juntos.—me convenzo desviando la mirada de Jin hacia la pared a nuestro costado, otra vez volvemos al punto de partida de este tipo de conversación.—Jungkook y yo estamos tan ligados al mismo problema que terminaremos quebrándonos mutuamente mientras uno se empeñe en ocultar la verdad del otro.
—Tienes razón, ustedes no debían siquiera estar juntos, eso fue un error imperdonable de Jeon.—sus palabras captan mi atención y nuevamente esa punzada de dolor y tristeza se instaura en mi pecho. Ya sabía eso, Jungkook lo había dejado en claro hace mucho.—Pero sucedió y no hay vuelta atrás. No elegimos que pasen estas cosas, si hay algo de lo que el ser humano aún no tiene completo dominio es de sus sentimientos. Se enamoró y escogió amarte sin límite alguno incluso cuando eso suponía más dolor para él.
A este paso las lágrimas bañan nuevamente mis mejillas, porque me siento identificada con cada palabra dicha.
—Él está loco por ti Eun Mi, para él vale la pena todo sufrimiento si puede evitártelo a ti. Si desapareces de su vida ahora…no puedo asegurarte que sería de la existencia de Jeon en lo adelante.
Sorbo mi nariz y paso mis antebrazos por mis ojos. Me siento de la misma forma, yo también estoy tan perdida en él que no pienso con claridad las cosas. Por esa misma razón me alejo, porque no quiero que sufra…y sé que el hecho de que me ame de igual forma ya es una carga para él aunque no lo vea de esa manera.
—Jungkook…ha calado tan dentro de mí que me cuesta pensar con coherencia y lucidez, todo en mi interior se transforma en un total desastre cuando de él se trata. No puedo razonar con lógica o siquiera identificar que me sucede.—profiero aún con mi mirada perdida.—Solo sé que lo que me hace sentir es tan abrumador que es casi insoportable. Duele Jin, quererlo duele demasiado…y de alguna forma siento que necesito huir de esas emociones antes de que me consuman también.
—Se llama amor Eun Mi, estás enamorada y el amor duele.—coloca su mano sobre la mía y me sonríe con empatía.—Y si lo mezclas con un poco del drama que hay aquí…digamos que se convierte en un dolor de cabeza.—su intento de broma no me causa efecto, pero aún así continúa.—Mi punto es…que no creo que hayas tomado la decisión correcta al distanciarte de esta forma, pero entenderé si sientes que es lo que necesitas para estar bien contigo misma. Respetaré tu decisión y te apoyaré, tal vez más adelante tu perspectiva cambie.
Sí…espero que algún día podamos estar juntos nuevamente, tal vez en condiciones distintas. Entonces seré capaz de caminar a su lado de nuevo.
—Simplemente…no creo que sea lo suficientemente fuerte como para soportar su pasado junto a él, temo solamente hundirle más por ser tan débil.—confieso, porque esa es una de las principales razones que ponen en duda mi decisión.
—No eres débil, creo habértelo dicho en más de una ocasión. A veces toda la fortaleza que necesitamos esta en nuestra propia mente, deberías confiar más en ti Eun Mi. Mira a dónde has llegado después todo…
—Yo solo veo a una niña cobarde incapaz de lidiar con sus propios sentimientos.
—Habrá que limpiar el espejo.—espeta y yo frunzo mi ceño por el mal chiste, esta vez ni siquiera él se ha reído de su propia estupidez.—Te diré una última cosa que quiero que tengas presente hoy, mañana y por siempre.
Asiento secando mis últimas lágrimas, agradecida de que la conversación llegue a su fin de una vez. Seokjin inclina su torso hacia adelante hasta acunar mis mejillas entre sus manos y entonces sonríe como lo haría un hermano mayor a su pequeña hermanita, o al menos eso es lo que profesa con su cálida mirada.
—Cuando alguien te ama realmente, todas y cada una de sus acciones serán pensando en tu bienestar. Independientemente de los errores que cometamos como seres humanos, nunca nada de lo que se haga será con el afán de lastimarte y si en algún punto nos equivocamos… perdónanos porque de ilusos pensamos que de esa forma estarías a salvo.
Con parsimonia se aleja de mí, y sus palabras permanecen grabadas en mi mente incluso cuando se han detenido. Entiendo porqué lo dice, y sé que tiene razón.
<<Por favor, prométeme que pase lo que pase no vas a odiarme.>>
<<Prometo decirte en cuanto todo termine, solo espero que me comprendas.>>
Nunca había visto a Jin llorar salvo por esa ocasión en la que me repitió aquellas frases con un significado similar a esta última. Ya sabía que Seokjin tenía algo en común con Jeon, desde un principio lo sospeché, pero ahora tengo la seguridad de que ambos se encuentran en el mismo barco.
El celular de Jin resuena en la estancia y yo me sobresalto de forma inconsciente.
—Creí que lo habías apagado…
—Por supuesto que te mentí para que dejaras de soltar mocos sobre mi almohada.—enfatiza y yo ruedo los ojos por el poco tacto en su argumento.—No puedo apagarlo en caso de que Nam intente ponerse en contacto.
Se levanta y camina hacia la encimera en donde había dejado su teléfono, permanece unos segundos observando la pantalla, por el sonido de la vibración parece solo un simple mensaje de texto.
—¿Es él…?—pregunto sin mirarle siquiera.
—Es Namjoon.—me tranquiliza y al instante suspiro aliviada, debo terminar con este tormento cuanto antes.—Ha enviado un mensaje, al parecer encontró algo de utilidad y estará en casa en menos de una hora.
—Espero que sea algo bueno.
—Eso parece.—se encoge de hombros y camina nuevamente hacia mí.—Sabes que tarde o temprano tendrás que llamarle… ¿Verdad?
—Lo haré…solo necesito unas horas más para pensar con claridad qué le diré.
—Bien, pero ya basta de caras largas y de llorar ¿Sí?—coloca sus manos en el espaldar de mi silla haciéndola girar hacia afuera de la mesa.—Date una ducha y haz algo productivo como leer o ver alguna película, deja de pensar en eso.
—No sé…
—¿Por qué no llamas a uno de tus amigos?—me recomienda en cuanto planeo refutar.—Hablar con alguien más y de otros temas te hará sentir mejor.
Durante unos segundos proceso lo que dice, tiene razón…quizás debería intentar relajarme por el momento. Tal vez no sea mala idea llamar a Hye y saber cómo están los chicos.
—Está bien.—accedo y Jin da una palmada al aire con ánimo incitándome a ponerme de pie.
Acatando su indicación termino por regresar a la habitación mientras que él se queda limpiando la vajilla. Cierro la puerta antes de tomar mi celular y encenderlo consiguiendo que este vibre entre mis manos incontables veces hasta que se detiene. De más esta recalcar el montón de llamadas y mensajes por parte de Jeon que ni siquiera tengo el valor de revisar, voy a ignorar solo por unas horas lo mucho que me duele pensar en él.
Voy directo al contacto de Hye y espero a que conteste la llamada tomando asiento en la cama. Al quinto tono responden y en lugar de su voz me recibe el sonido ambiente de murmullos y gritos provenientes de donde sea que se encuentre ahora, incluso juraría que he sido capaz de escuchar el ruido de varios silbatos.
—¿Hye?
—¡Corre mal nacido que para eso te pagan!—su grito rabioso seguido del silbato me obliga a alejar el teléfono de mi oído.—¿Ya vieron monos apestosos? Así es como se hace…
—Min Yoon Hye.—reclamo nuevamente su atención y es solo entonces cuando parece recordar que hay alguien más en la línea.
—¿Quién…? ¡Ahh! ¡Eun Mi!—exclama con emoción cuando reconoce mi número.—Perdona, estaba algo ocupada por aquí ¿Cómo has estado?
—Mucho mejor…¿Qué se supone que haces?—no puedo evitar reír al imaginarme todo en lo que podría estar metida alguien como ella, por el ruido en su locación parece un campo de batalla eso.
—Pues verás, han pasado muchas cosas estos últimos días.—me dice con notable felicidad, los chicos y ella han estado demasiados atareados con la escuela y yo con mi recuperación, así que no hemos podido conversar mucho últimamente aunque siempre me escriben para saber cómo me encuentro.—El entrenador quedó tan fascinado con lo que hizo Yoongi en el partido que ahora es parte del equipo oficialmente.
—¡Es genial! Es lo que siempre ha querido…
—Y yo soy la nueva asistente del entrenador.—me interrumpe.
—¿Qué…? ¿Asistente?—espeto incrédula.—Pero Hye…tú odias el baseball, ni siquiera sabes nada sobre ese deporte.—señalo conteniendo la risa, lo cierto es que no me la imagino en dicha posición.
—Pues eso no parece ser importante aquí, con saber gritar, maldecir y soplar el silbato basta.—responde con indiferencia.—¡El entrenador me adora! Y el equipo realmente tiene buenos pronósticos bajo mis métodos.
—Yoon Hye, en serio…—río y ella me interrumpe nuevamente con su silbato.
—¡Hey tú, bestia roñosa!—grita a quien quiera que sea su próxima víctima.—Regresa a tu sitio y hazlo de nuevo, estas pelotas no se lanzan solas.
—Creí que odiabas el baseball.—no puedo evitar reír con solo notar el empeño que parece estarle poniendo a su nueva ocupación.
—Bueno, desde que Yoongi está en el equipo oficialmente no me parece tan mala idea dar un poco de amor por aquí.—yo ruedo mis ojos con diversión, de seguro les da todo menos amor a los jugadores.—Además quiero ayudar, ya sabes…el sueño de mi hermano se ha cumplido y ahora que él y los chicos se irán lejos creo que sería bueno pasar más tiempo juntos y…
—¿Se irán lejos?—cuestiono sin comprender dicha frase.—¿A dónde irán?
—¿No te lo dijo Jeon?—habla ella notablemente confundida y yo emito un sonido de negación.—Hace tres días recibieron la noticia de las captaciones hechas para la beca.
—¿La beca…?
—Sí, del equipo ganador el rector de la universidad de deporte americana seleccionó cinco jugadores, no sé qué clase de brujería habrá hecho mi hermano para eso, pero fue uno de los cinco seleccionados.
—¡¿En serio?!—exclamo con orgullo y emoción, entre todo lo acontecido había olvidado el tema de la beca.—Yoongi debe de estar muy feliz.
—¡Sí!—confirma ella igual de alegre.
—¿Qué hay de los otros chicos?
—Bueno, Hoseok no fue seleccionado.—masculla y por alguna razón no se nota desanimada por ello.—Pero sí Taehyung, Jimin y Jungkook.
—¿Jungkook también?—espeto sin ocultar la decepción que me ha causado saber de esto por alguien más.
¿Cómo es que no me dijo nada cuando hablamos?
Le pregunté dónde había estado estos últimos tres días, ahora sé que estuvo en las captaciones para la beca y fue seleccionado… ¿Por qué no pudo decirme en ese momento?
¿Acaso planea irse sin avisar?
—Sí…Eun Mi, me extraña que no lo supieras.—apunta ella confundida.—Creí que Jeon te lo habría contado.
—Pues no lo hizo.—profiero sin poder disfrazar la molestia y la tristeza en mi voz.
Esta es otra cosa que evidencia la poca confianza que hay entre ambos. Puedo entender que exista algo grave que no quiera decirme… ¿Pero qué necesidad de ocultarme esto tiene?
—Oh…¿Problemas en el paraíso?
—Al parecer nunca hubo un paraíso en un primer lugar.—suspiro, y antes de que la conversación pase a temas más profundos, decido finalizar la llamada.—Lo siento Hye, debo irme ahora…hablaremos después.
—Está bien Mi, si necesitas algo no dudes en llamar. Aquí estamos para ti.—sonrío enternecida por sus palabras y asiento incluso cuando sé que no puede verme.
—Lo sé, gracias Hye…te quiero.—la frase brota de mis labios sin percatarme, es la primera vez que le digo eso a un amigo que no sea él. Y es porque realmente así me siento, los quiero a todos ellos por lo mucho que me han enseñado desde que llegaron a mi vida.
—También te quiero Mi.—responde al cabo de unos segundos y seguidamente finalizo la llamada.
Le prometí a Jin que no pensaría más en ello pero no puedo evitarlo, son demasiadas emociones juntas. Y por más que intento buscarle una salvación a lo nuestro…cosas como esta solo me confirman que quizás sea lo mejor.
¿Cómo habría terminado todo si Jeon se hubiese marchado al final sin decirme?
Justo como él lo hizo…
No creo que pueda soportar algo así de nuevo.
No pueden acusarme de egoísta e irracional cuando solo intento proteger mi corazón, porque me aterra pasar por ese dolor nuevamente. Me mentalizo que quizás lo mejor es dejarlo todo así, antes de encariñarme más y que luego su partida sea dolorosa en demasía, pero en el fondo sé que eso es solo una quimera…porque lo cierto es que Jeon está tan impregnado en mi ser que la distancia me dolerá de cualquier forma.
Ya es demasiado tarde incluso para intentar salvarme.
Ya regresé, otra vez sana y salva por suerte 🤧
Estaré subiendo los próximos capítulos en breve así que atentos 7w7
Solamente adelanto este será un maratón bastante intenso.
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