Capítulo 69
—¿Estás segura de esto?—pregunta por novena vez y yo ruedo los ojos un poco exasperada.
—Te he dicho que sí, es la única forma.—le reitero.—Si continúas preguntando terminaré por echarme atrás.—él suspira y murmura por lo bajo antes de emitir un sonido de aprobación con su garganta.
Sé que es arriesgado, que podría terminar fatal o simplemente ser en vano. Hay más probabilidades de que esto no sirva de nada a que sea de alguna ayuda, pero tenemos poco tiempo y es a lo único a lo que podemos aferrarnos justo ahora. La valentía que reuní para venir aquí y convencer a Namjoon y a Jin de mi idea va mermando poco a poco mientras más me acerco al edificio.
—Mientras sigan las pautas del plan todo estará bien.—le recuerdo, más como una seguridad para mí misma que para recalcárselo en sí.
—Descuida, todo está bajo control. Lo he visto salir del edificio hace media hora y la enfermera Choi me ha avisado que la reunión a la que asistirá no comenzará hasta dentro de veinte minutos, va a tardar en regresar.
—Perfecto, recuerda lo que hablamos…
—Cualquier imprevisto te avisaré.—repite lo acordado.—Estoy solo a unas pocas calles así que descuida.
—Bien…nos vemos en breve.—con una profunda exhalación finalizo la llamada y guardo mi teléfono antes de entrar al complejo.
Se supone que debamos encontrar en tiempo récord las pruebas suficientes para consolidar la investigación del abuelo e inculpar a Kwan Chul, nuestro mayor impedimento es que el reloj no está a nuestro favor y tampoco tenemos muchas opciones de búsqueda. Si Kwan Chul pudo provocar la muerte de mis padres y salir invicto sin pruebas que lo apuntasen lo más seguro es que lo que sea que está haciendo ahora se encuentre bien oculto y planificado, no va a dejar fácilmente rastros y pistas en cualquier parte.
Hasta el momento los únicos dos sitios donde podría existir algún indicio que lo incrimine son el departamento y el hospital, principalmente el área del Corredor C, es lo que más frecuenta y es por donde el abuelo inició la investigación.
Según lo planeado, nos encargaríamos de reunir pruebas antes de actuar. Gracias a que Seokjin es uno de los pocos médicos con acceso al corredor él se ha comprometido a comenzar por allí, en cambio yo propuse regresar al departamento, ahora que nos hemos asegurado de que Kwan Chul estará afuera por unas horas, para revisar más a fondo en caso de que haya algo llamativo entre sus pertenencias privadas. Luego Namjoon se encargará de juntar y organizar toda la información recopilada hasta tener una base sólida con la que presentar la denuncia, él no puede exponerse más de lo necesario.
Solo han pasado tres días desde nuestro primer encuentro, tres días en los que he compartido con él y Seokjin sintiendo por efímeros instantes lo que debería ser tener una familia o al menos ser querido fraternalmente por alguien más. Aún no lo conozco a fondo, no existe esa extrema confianza que podríamos tener si las circunstancias fuesen distintas para nosotros, pero no nos ha sido complicado congeniar una vez dicha la verdad y las cartas puestas sobre la mesa. Durante estos tres días solo he podido pensar en lo oportuna que ha sido su llegada a mi vida en medio de toda esta situación.
Diría que lo único que he echado en falta estos cortos tres días ha sido a Jeon…
Desde nuestra absurda última discusión, si puede catalogarse como una, no he sabido nada de él. Sé que ha hablado con Seokjin, justo como él le había pedido que hiciera esa tarde antes de que partiéramos, pero no se ha puesto en contacto conmigo y yo tampoco lo he intentado por pura inseguridad. Tal vez me sobrepasé al preguntar algo tan estúpido y obvio, pero de igual forma no justifica su reacción ruda y a la defensiva, lo cierto es que me hirió que me tratase de esa forma. Como si yo buscara lastimarle, revolver su pasado a posta, como si no confiara en mí…
Y no sé porqué me duele tanto esa última suposición. Me duele el saber que él no confía en mí cuando incluso yo, con todo y mis demonios, deposito a diario poco a poco una parte de mi esencia en él. Simplemente que no sea recíproco me hace pensar que esto no tiene un buen futuro, porque nada puede esperarse de una relación unilateral en donde solo uno lo entrega todo y el otro únicamente recibe y no arriesga nada.
Así que tampoco le he llamado, y no pienso hacerlo. No hasta aclarar todo lo que pasa por mi mente en estos momentos, todas las dudas entre nosotros. Y también porque en el fondo quisiera que fuese él quien me buscara, quisiera darle el beneficio de la duda… la oportunidad de cambiar las cosas y redimirse.
Suspiro pasando junto a la recepción aliviada de que, como planeamos, el guardia del edificio se encuentre haciendo la mensajería en estos momentos. No es un mal hombre, pero no tengo la certeza de que si me ve no se lo comente a Kwan Chul y todo sea un desastre. Seokjin está en su auto a unas cuantas calles, recibiendo las indicaciones de la enfermera Choi sobre la locación de Kwan Chul para asegurarse de que no me atrape infraganti. A pesar de que ella no conoce con lujo de detalles la gravedad del problema, no dudó en ayudar sin hacer preguntas en cuanto solicitamos de su apoyo para esto y lo que seguirá.
En cuestión de instantes me encuentro frente a la puerta del departamento, Jae Sook en estos momentos ha de estar en la escuela y el corredor está desierto, no hay forma de que alguien me vea. Coloco la contraseña y el dispositivo emite un pitido antes de que esta se abra, siempre me ha llamado la atención que la contraseña del departamento desde que vivo en este lugar sea nada más y nada menos que la fecha de la noche en la que se fue su esposa. Algo irónico cuando él fue el único culpable de que eso sucediera.
El silencio en el interior del departamento se me hace escalofriante y agobiante, no sabría decir si es a causa de los recuerdos que me trae este solitario entorno o son simplemente los nervios por lo que me encuentro haciendo. Ignoro esa sensación de asfixia y el mal presentimiento que acaba de embargarme apenas doy los tres primeros pasos hacia las escaleras y comienzo a subir a la segunda planta, en dirección a la habitación de Kwan Chul.
Solo he entrado unas pocas veces a este lugar, únicamente cuando me he encargado de la limpieza, siempre en compañía de Kwan Chul y cuando este no está en casa suele asegurar su puerta. Nunca permite que nadie esté a solas en su habitación, mucho menos si no tiene un objetivo del cual él esté consciente, algo que jamás me había interesado hasta ahora que asocio que tan sospechoso comportamiento ha de tener una razón de ser y es precisamente por eso que he propuesto el venir aquí y hacer algo así de arriesgado.
Si Kwan Chul me viera en estos momentos probablemente no esperaría hasta mi cumpleaños para degollarme con o sin herencia, nada puede salir mal.
La puerta obviamente tiene seguro, pero yo sé dónde encontrar la llave maestra de la casa, solía guardarla como parte de mis responsabilidades domésticas. Aun así nunca se me hizo llamativo el intentar utilizarla para abrir la puerta de su habitación, en aquel entonces no me extrañaba que cuidara tanto de su privacidad y tampoco tenía ánimo alguno de contradecirlo, él también era consciente de eso. Sin premeditarlo mucho y antes de amedrentarme más aún, hago girar la pequeña llave y la puerta rechina dejando a su paso oscuridad.
A zancadas lentas y cautelosas avanzo hacia el interior, el asfixiante silencio y el aroma de su colonia abruman mis sentidos por breves instantes y otra vez ese mal presentimiento de hace un momento regresa, solo quiero terminar con esto lo antes posible. Encuentro el interruptor y la habitación se ilumina. Todo limpio, impoluto y organizado…demasiado para ser algo normal y cualquiera pensaría de igual forma si tuviera este escenario ante sus ojos.
No sé con exactitud qué estoy buscando o dónde se supone que deba revisar, así que solamente husmearé por los alrededores hasta toparme con algo que llame mi atención. Debo ser extremadamente cuidadosa y procurar mantener todo ordenado y en su sitio una vez termine. Estoy segura de que si hay algo fuera de lugar, por muy insignificante que sea, Kwan Chul sería capaz de notarlo.
Comienzo por el armario, rebusco entre sus trajes y las perchas, en los bolsillos de sus chaquetas y pantalones, en la sección de sus zapatos y en cada rincón de dicho lugar fallando en mi búsqueda. Continúo por la estantería, abro y cierro cada libro y reviso cada caja polvorienta que hay a mi paso, nada. En sus gavetas tampoco hay nada sospechoso, incluso en su escritorio solamente hay papeles de recetas médicas y algunas historias clínicas que trae para continuar el trabajo en casa. No hay absolutamente nada sobre el Corredor C, una lista o un nombre que llame la atención. Todo está limpio.
Escasa de opciones y comenzando a frustrarme de que mi idea haya sido en vano por completo, aunque ya tenía esa corazonada, me decanto por revisar el último sitio que no he tocado en este lugar, la cama.
Coloco mis rodillas en el suelo y curvo mi torso para revisar debajo de esta, no hay ni siquiera un mísero zapato extraviado o una minúscula mota de polvo. Palpo las sábanas con dedicación, toda la superficie es plana sin ninguna irregularidad llamativa, elevo el colchón y escudriño bajo este, solo me recibe la madera de soporte que lo mantiene en su sitio, no hay nada más. Suspiro resignada y acomodo todo nuevamente, el colchón en su posición y las sábanas estiradas sobre este, es entonces cuando una punzada de curiosidad me perfora al observar su almohada...
Debajo de su almohada.
Levanto el esponjoso cojín y el cosquilleo ansioso en mi estómago se intensifica al encontrar lo que buscaba, o al menos eso es lo que creo.
Es un celular, un celular antiguo y de prepago, Namjoon tenía uno similar así que no me cuesta reparar en ello. No estoy segura de si realmente esto signifique algo o no, pero a mi parecer es bastante sospechoso. Reconozco el teléfono de Kwan Chul, el que utiliza a diario, y jamás había visto este.
Los teléfonos de prepago en su mayoría son desechables, muchos los utilizan para realizar llamadas de emergencia o transmitir información que no desean que sea detectable. Justo como lo hacía Namjoon con sus mensajes y llamadas, por eso a la policía se le dificultaba rastrearlo, se deshacía del teléfono una vez cumplía su objetivo.
¿Por qué esconder algo así precisamente en un lugar tan poco usual como debajo de su almohada?
Sinceramente ha sido el último sitio en el que imaginé que encontraría algo, pero ahora que lo pienso…esto últimos meses incluso mi propia almohada me ha traído sorpresas.
Tomo el pequeño aparato y lo enciendo, mis dedos tiemblan y mis manos sudan pero aún así me las arreglo para desbloquearlo con facilidad, no tiene ningún tipo de seguridad, quizás es característico de estos de artefactos. Lo primero que hago es entrar a la galería, pero está completamente vacía, no hay una sola foto o video. Seguidamente reviso si existe algún audio extraño, tampoco encuentro algo así.
En un final reviso el historial de llamadas y me sorprendo al divisar un número al que llamo recientemente, hace solo unos días atrás, hay al menos cinco llamadas que ha hecho a ese contacto durante esta última semana. No hay nombre, solo un número desconocido para mí. Inmediatamente copio dichos dígitos en mi teléfono y paso al siguiente paso, los mensajes de texto.
Nuevamente mi sorpresa y confusión aumentan al encontrar solamente un chat activo perteneciente al mismo número de las llamadas. Que sea lo único que posee el teléfono me hace deducir que probablemente su principal objetivo es contactar únicamente con esta persona en específico.
Entro al chat, el último mensaje recibido fue hace unas dos horas. Frunzo el ceño al leer la conversación y el mal presentimiento continúa corroyéndome, Kwan Chul le ha enviado solamente cuatro mensajes, y el contacto le ha respondido una única vez.
>>Hidrógeno. Yodo. Galio.
Darmstatio. Oxígeno.
>>Óxido de carbono. Rodio.
Nitrógeno. Europio. Arsénico.
>>Plutonio. Litio. Molibdeno.
Nitrógeno.
>>Óxido de carbono. Radio.
Zinc. Oxígeno. Nitrógeno.
Recibido.<<
¿Qué se supone que significa esto?
¿"Recibido"?
No comprendo absolutamente nada de lo que simbolizan todos esos elementos químicos desordenados y sin sentido. Ni siquiera constituyen algún equipamiento médico, no hay relación aparente entre ninguno.
¿Por qué Kwan Chul le enviaría algo como esto a esa persona?
No tiene nada que ver con la teoría del abuelo…siento que en lugar de encontrar pistas para esclarecer la investigación solo la estamos complicando más.
Extrañada y confundida decido de igual forma tomarle una foto a la conversación, no creo que tenga algo que ver con lo que se supone que buscamos pero aún así es sospechoso, sea lo que sea que signifiquen los mensajes extraños…espero que Namjoon pueda descifrarlos.
Guardo mi teléfono y me aseguro de salir de cada aplicación y apagar nuevamente el de Kwan Chul antes de ponerlo otra vez bajo su almohada. Justo cuando me dispongo a eliminar las arrugas de las sábanas que podrían ser rastro de mi intromisión, el pitido de la puerta siendo desbloqueada detiene mis movimientos abruptamente.
Mi corazón comienza a bombear con frenesí y el sudor a acumularse en mi frente. Hay alguien más en la casa.
Reviso mi teléfono, y no hay ninguna llamada o aviso de Jin por lo que dudo que sea Kwan Chul. La única suposición acertada es que Jae Sook se haya saltado la escuela u olvidado algo, pero eso queda completamente descartado en cuanto escucho su voz e inevitablemente los vellos en mi nuca se ponen de punta.
—Te he dicho que no me llames a este número un montón de veces.—escucho el tintinear de las llaves del auto y el tacón de sus zapatos bajos al rechinar contra el mármol del suelo.—Para eso hemos tomado medidas.
Joder no…
¿Por qué rayos Jin no me ha avisado que regresó?
El sonido de sus pasos se intensifica y sé que está ascendiendo hasta la segunda planta, lo más probable es que venga hacia su habitación, así que con rapidez y sigilo salgo de la misma antes de que llegue y me atrape con las manos en la masa. Por desgracia el corredor es estrecho y corto, no hay muchos lugares en dónde esconderse, inevitablemente tengo que entrar en alguna otra habitación y ocultarme mientras tanto.
Sin dudarlo avanzo a grandes zancadas hasta mi habitación, la más alejada del sitio por donde debe pasar para llegar a la suya.
—Tú solo encárgate de tu trabajo, el resto es asunto mío.—espeta con molestia llegando al último escalón a la par que yo me coloco tras la puerta de mi habitación e intento regular mi agitada respiración.—Te enviaré la próxima información en breve, ya sabes qué hacer…
Continúa hablando, se ha detenido frente su habitación a unos pocos metros de mí. Necesito salir de aquí cuanto antes.
Mi corazón se detiene por milisegundos en cuanto el notable sonido de una vibración seguido del temblor en el bolsillo de mis jeans se hace presente. Entonces siento la sangre drenarse por completo de mi rostro antes de tantear con temblorosos dedos el teléfono en mi bolsillo.
Seokjin:
>>Kwan Chul se saltó la reunión, sal de ahí ahora mismo.
Apago con rapidez el teléfono, sus habilidades como espía son un desastre.
Joder, ojalá hubiese recibido cinco minutos antes ese mensaje. Sin embargo, mi mayor preocupación es el silencio que se ha cernido nuevamente por toda la casa, justo después de la vibración de mi teléfono que, estoy segura, Kwan Chul fue capaz de oír.
—Espera un momento…—lo escucho murmurar y seguidamente sus pasos volver a resonar, esta vez en la dirección opuesta.
Oh, no.
Mi pecho se expande en una entrecortada exhalación, presa del pánico porque esté disminuyendo la distancia que nos separa y próximo a descubrirme, me alejo de la puerta y busco con la mirada cualquier escapatoria factible. En cuestión de segundos analizo mis opciones, debajo de la cama no es una, el mueble es demasiado bajo como para que mi cuerpo pase entre este y el piso. En el diminuto baño bastaría con que se asomase un poco para ser descubierta y no es como si tuviera muchos metros cuadrados de espacio a mi favor.
La única forma de no ser descubierta es saliendo de aquí, pero cómo…
Una brisa leve sacude las hebras de mi flequillo, y como si con esa acción me indicara exactamente lo que debo hacer, mis ojos se desvían a mi ventana que aún continúa abierta desde la última vez que la utilicé para salir de aquí. Supongo que repetiremos la experiencia.
A pasos rápidos, pero intentando ser silenciosa, me lanzo sobre la cama y trepo hasta el alféizar de la ventana, cada vez sintiendo sus pasos más cercanos y mi corazón incrementar su bombeo. Me deslizo hasta que mis pies tocan la base de la escalera de emergencia, a la vez que escucho el sonido de su pierna pateando la puerta de mi habitación. Implorando que con mis pasos la oxidada escalera no rechine, comienzo a descender hasta llegar al piso contiguo, es entonces cuando diviso de reojo su cuerpo asomándose por la ventana encima de mí.
No puedo moverme. Se encuentra recorriendo el entorno con su mirada, justamente sobre mí. Si salgo del balcón del apartamento contiguo para continuar bajando las escaleras es seguro que pueda escucharme y verme descendiendo hasta el primer piso, así que presa del pánico me apego a la ventana del departamento buscando ocultarme lo máximo posible de su campo de visión.
Mis ojos se abren del horror cuando su torso se curva sobre el alféizar de la ventana para mirar hacia abajo, precisamente hacia el balcón en el que me encuentro. Es segundos antes de que eso suceda que siento el vidrio apegado a mi espalda desaparecer y por ende mi cuerpo pierde un poco el equilibrio cayendo hacia atrás, al interior del departamento.
Justo antes de que pueda emitir un grito de sorpresa, siento un fuerte agarre envolverse alrededor de mi cintura, mi espalda impactando contra una nueva y dura superficie y una mano cubriendo con vehemencia mis labios acallando cualquier sonido que pueda delatarme.
No asimilo lo que sucede del todo en medio de la estupefacción cuando en cuestión de segundos el extraño que me sujeta arrastra mi cuerpo hacia el interior del departamento, justamente cuando Kwan Chul se inclina lo suficiente como para tener una vista perfecta de mi locación. La oscuridad en el interior del lugar me recibe y apenas soy capaz de respirar correctamente entre mi agitación por el miedo y la enorme mano de la persona que cubre mis labios y parte de mi nariz.
Cuando analizo lo que sucede el terror aumenta, comienzo a removerme y a gemir con pánico intentando deshacerme del agarre que envuelve todo mi cuerpo por completo. Me retuerzo y mis quejidos son acallados por la palma de su mano, pero en lugar de lograr mi objetivo solo consigo agotarme y que aquel extraño intensifique la presión sobre mi piel y caderas, apegándome más a sí mismo, siendo capaz de sentir a la perfección cada músculo de su pecho y el sonido de su agitada respiración impactando contra la cima de mi cabeza.
—Shhh.—me silencia con sus labios en mi oído y la acción me petrifica por completo enviando un escalofrío a lo largo de mi columna vertebral.
Por inercia me quedo quieta y en silencio, con mis ojos desorbitados y algunas lágrimas formándose en la zona de mis lagrimales.
—No pasa nada, solo…creí que había escuchado algo.—la voz de Kwan Chul se percibe sobre nosotros, en el interior del apartamento debajo del suyo. Seguido de eso, escucho el característico sonido de mi ventana al cerrarse y sobre nuestras cabezas los pasos de Kwan Chul, supongo que abandonando mi habitación de una vez.
Estuvo demasiado cerca, casi que por puro milagro no fue capaz de verme. Aunque ahora no estoy segura de sí habría sido mejor ser descubierta por él que apresada por esta extraña persona que, incluso cuando el peligro ha desaparecido, continúa sin disminuir la intensidad de su agarre.
Me cuesta respirar, así que comienzo a hiperventilar contra la palma de su mano y él parece notarlo puesto que al instante la aleja con rapidez.
Cuando creo que todo ha terminado y que seré capaz de enfrentar a este extraño que no sabría decir si me ha salvado o me ha arrastrado aquí con segundas intenciones, su mano se envuelve en mi muñeca y con una rapidez apremiante hace girar mi cuerpo, colisionando bruscamente mi mejilla contra sus pectorales y sus manos pasando por mi espalda baja apegándome mucho más a su torso, si es que eso es humanamente posible.
No me muevo, increíblemente no soy capaz de reaccionar ante la sorpresiva acción, me está abrazando.
Mis vellos se ponen de punta cuando lo siento plantar un pequeño beso en la cima de mi cabeza y no soy capaz de comprender qué carajos pasa hasta que habla y escucho la dulce melodía de su voz.
—Te extrañe, Eun Mi.
Visiblemente sorprendida y carente de raciocinio por completo elevo mi mirada con apremio, impactando mis pupilas oscuras contra unas de un marrón intenso y afable que me observan como si pudieran escudriñar cada parte de mi interior, como si no le bastara nuestra cercanía para estar seguro de que no desapareceré de su lado de un momento a otro, incluso cuando ya se lo he prometido en más de una ocasión.
Estoy de vuelta (:
Perdón por haberme tardado en actualizar. Trataré de subir próximamente un maratón en compensación así que esperenlo por favor, ya cada vez queda menos para el final.
Espero que todas estén muy bien y cuidándose mucho 🤗
Nos leemos el lunes ❤
PD: ¿Alguna valiente se atreve a intentar descifrar lo que significan los mensajes?
Quisiera saber sus teorías :D
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