Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

Capítulo 67

Jungkook abre sus ojos atónito por mi pregunta, noto su nuez de adán descender con brusquedad en cuanto pasa saliva y las minúsculas gotas de sudor formándose en su frente a medida que transcurren los segundos de silencio entre nosotros.

—¿Qué…qué quieres decir con eso? Claro que es mi verdadero nombre.—confirma y de forma ansiosa retira mi mano de su brazo.

—¿Estás seguro?

—Bueno ¿Quieres ver mi jodida acta de nacimiento también o qué?—espeta con rudeza en mi dirección y yo aparto la mirada cohibida por su cortante tono de voz. Es la primera vez que me trata de esta forma desde que estamos juntos.

—Lo siento, fue una pregunta estúpida…—me giro dándole la espalda para colocar la clave en la puerta y terminar con esto de una vez.

—No…yo lo siento.—se apresura a responder con un frustrado suspiro de por medio.—No debí hablarte así…

—Da igual, es mi culpa por ver siempre sombras donde no las hay.

—Eun Mi...

—Nos vemos en un rato.—sin dejarle aportar algo más, abro la puerta y entro cerrándola justamente frente a su rostro.

Mentiría si dijese que no me ha dolido su trato, y mentiría también si afirmase que su respuesta no me ha decepcionado un poco.

Claro que ese es su nombre real… ¿En qué estaba pensando?

Obviamente no podría ser él, estoy segura de que me habría dado cuenta hace mucho. Ni siquiera sus nombres coinciden. Tal vez mi problema esté en intentar relacionarlo con todo lo que ocurre a mi alrededor. Tengo que dejarlo ir de una vez y resignarme a que jamás volveré a verle.

—Con que ya estás aquí.—apenas entro al lugar diviso a Kwan Chul sentado en su sillón con un vaso de alcohol en su mano.

Ni siquiera pregunta cómo he estado, simplemente me observa fijamente desde su posición mientras bebe.

—No por mucho tiempo, voy a irme con Seokjin.—al escucharme, chasquea su lengua y comienza a negar con su cabeza con desaprobación.

—Eun Mi, Eun Mi…¿Qué fue lo que dije sobre esa estúpida idea?—se coloca de pie con amenazante parsimonia mientras habla.—No vas a ningún lado, tu lugar es aquí.

—Mi lugar es donde pueda recibir la atención que necesito mientras esté convaleciente.—espeto cruzándome de brazos, sé que solo tiento al caos, pero ya no le tengo miedo.

Aprendí que siempre que se quiere se puede.

—Al parecer el golpe en tu cabeza te ha hecho olvidar cómo son las cosas por aquí…—masculla y da un último trago a su bebida.—Déjame recordártelo…

Ahogo un grito cuando repentinamente lanza el vaso de cristal y este se hace añicos contra la pared justo a mi costado. Incluso cuando tal acto me ha sorprendido y los vidrios se han fragmentado a escasos centímetros de mi rostro, no me amedranto. No voy a demostrarle debilidad alguna.

—¿Qué sucede?—justo en ese instante Jae Sook hace acto de presencia bajando las escaleras, el ruido parece haber llamado su atención.—¿Eun Mi?

—No vas a ir a ningún lado, maldita perra.—ruge Kwan Chul acercándose e ignorando la llegada  de su hijo.—Te quedarás aquí y harás todo lo que yo te diga, ese es tu puto lugar.

—Ya no más.—profiero con seguridad y él suelta una sarcástica risa carente de humor por completo.

—Tu amnesia parece ser más grave de lo que pensaba, quizás debería hacerte recordar de una forma más concisa.—apresura sus pasos y eleva su puño en mi dirección, justo cuando se prepara para hacerlo impactar contra mi mentón, una figura se interpone entre nosotros.

—¡¿Qué crees que estás haciendo mocoso?!

—Ya basta papá, déjala en paz.—habla Jae Sook con voz temblorosa mientras intenta apartarme de los golpes de su padre.

—Sang Jae Sook, apártate ahora mismo si no quieres que te golpee también.—le amenaza, y a pesar de los notables nervios de Jae Sook, él no se mueve de su sitio.

Me habría conmovido el acto de no ser porque la realidad es otra, sé que Jae Sook no lo hace por querer protegerme o porque sus sentimientos hayan cambiado. Está actuando bajo la amenaza de Jeon, de alguna forma él sabía que algo como esto sucedería a mi regreso. Y a pesar de que se lo agradezco, ya no necesito de la protección de nadie.

—¿En serio? ¿Me vas a golpear como hacías con mamá?—Jae Sook entra en cólera y noto que la discusión comienza a hacerse algo personal. No tengo tiempo para esto.

—¡Cállate!—Kwan Chul le grita y yo salgo de atrás de Jae Sook para caminar rumbo a las escaleras.—¡¿A dónde crees que vas jodida zorra?!

Intenta interceptar mi brazo, pero palmeo con fuerza su mano en cuanto noto sus intenciones y me aparto. Esto claramente no hace más que enfurecerlo en demasía.

—Voy a buscar mis cosas.

—¡Te he dicho que no irás a ningún lado!—Jae Sook intenta detenerle, pero este lo aparta de un solo golpe antes de girarse hacia mí y nuevamente levantar su puño en mi dirección.

Antes de hacerlo descender siquiera, se detiene y frunce su ceño sorprendido por mi acción.

—No volverás a tocarme jamás.—hablo mientras mantengo elevado mi teléfono, mostrándole la pantalla.

—¿Qué se supone que haces imbécil?

—He grabado todo, esta conversación y cada gesto agresivo que has hecho. Basta con que solamente toque la pantalla para que esto vaya a parar al celular de Seokjin, y créeme que no dudará en llamar a la policía.

—No eres capaz.

—Pruébame.—le reto y avanzo en su dirección, lo he tomado por sorpresa y ha bajado su brazo.—Un solo toque y tu posición en el hospital se irá al carajo, al igual que tú. Vas a terminar en la cárcel querido tío, no voy a callarme nada en cuanto me pidan declarar.

—Nadie va a creerle a una mocosa traumatizada como tú.—afirma con seguridad, yo simplemente sonrío de lado.

—Quizás no, pero a esta grabación sí le creerán. Y tengo testigos.

—¿Qué testigos?

—Jae Sook testificará.

—¡¿Qué mierda dices?!—Kwan Chul se gira con furia hacia su hijo y este se sobrecoge en su sitio antes de lanzarme una mirada horrorizada y confundida.

—Si sabe lo que le conviene lo hará.—sí, estoy siendo realmente maldita justo ahora aprovechándome de aquel chantaje. Pero ellos lo merecen, yo ya he soportado lo suficiente.

Kwan Chul gruñe por lo bajo e intenta acercarse para arrebatarme el teléfono, pero consigo esquivarlo y alejarme de su alcance.

—Un paso más y lo enviaré.—amenazo y el opta por permanecer en su sitio en silencio.—Tú decides, o te apartas y me dejas marcharme en paz o te vas al mismísimo demonio con esto.—hablo agitando el teléfono con satisfacción.

—Hija de puta, todo se ha complicado por tu jodida culpa. Debiste haber muerto ese día…

—Dime algo que no te haya escuchado decir antes.—espeto rodando mis ojos.—Maldito abusador, supongo que si vas a la cárcel y recibes algún que otro golpe podrás ponerte en el lugar de tu esposa e incluso en el mío y entender porqué en el jodido mundo nadie te soporta.

Él no dice nada más, simplemente se mantiene serio observándome con la furia y el odio pululando en su intensa mirada. Jae Sook por su parte ha bajado la cabeza y hasta lo he escuchado sorber su nariz, sabe que todo lo que he dicho ha sido la pura verdad. No hay un argumento con el que puedan contradecirme.

Y quizás siempre tuve la capacidad de hacer esto, pero no el valor. Justo ahora solo puedo pensar en cuánto dolor y sufrimiento pude haberme evitado si hubiese entendido eso antes.
Si hubiese comprendido antes el significado de aquella nota sobre mi almohada…

“La única culpable de tu dolor es tu propia mente, porque ella conoce tus miedos y alimenta tus inseguridades. Huye de sus monstruos ¿Cuánto tiempo deberás correr? Eso depende solamente de ti.”

Y sí, yo ya he escogido dejar de correr y comenzar a luchar.

Al notar que no tienen intenciones de acercarse, porque obviamente no les conviene, subo con rapidez las escaleras y cierro la puerta de mi habitación precaviendo que alguno intente entrar o algo por el estilo. Con agilidad tomo solo las cosas que considero necesarias, unas pocas prendas de vestir, accesorios de aseo personal y por supuesto la vieja caja de galletas en donde oculto todas las notas y la fotografía de mis padres.

Rebuscando en el armario, me topo con el abrigo blanco de Jeon, ese que no tuve oportunidad de regresarle, así que también lo guardo junto a las cosas que me llevo. No voy a bajar nuevamente, nada me garantiza que no intenten agredirme si lo hago, así que abro la ventana y lanzo mi mochila a uno de los escalones de la escalera de emergencias antes de bajar. Diviso mi habitación por última vez, y con ello la almohada a mi lado…vacía.

No ha vuelto a escribir.

Resignada a que debo partir ya, doy un pequeño salto hasta caer en la escalera y comienzo a bajar por esta. Mi vista se desvía inevitablemente hacia la ventana del piso contiguo, frente a la cual me encuentro justo ahora. Está abierta y el interior absolutamente oscuro, así que no puedo ver con claridad la habitación, por lo que paso de largo y termino por bajar los escalones mientras le envío un mensaje a Jeon para que regrese al auto. No estaba en mis planes terminar de esta forma.

Una vez consigo llegar al suelo, rodeo el edificio hasta llegar al sitio donde Jin nos espera y ya Jungkook se encuentra a su lado.

—¿Todo bien?—pregunta Jin inquieto mientras toma la bolsa de mi hombro para ponerla a su lado en el asiento del copiloto.

—Perfecto.—sonrío satisfecha de que mi plan haya funcionado. A partir de ahora las cosas serán muy diferentes.

—Vamos entonces.—Jin sonríe y yo me introduzco en el auto, sin hacer contacto visual con Jungkook siquiera.

Ha permanecido en silencio y ausente desde que nos hemos vuelto a encontrar. Lo cierto es que aún estoy algo avergonzada e incómoda por nuestra última conversación, y él parece sentirse igual. De cierta forma puedo decir que el ambiente se ha vuelto tenso entre nosotros.

—¿No vienes?—le pregunta Jin al notar que él no se ha subido al auto.

—Tengo algo que hacer.—habla sin mirarme.—Supongo que les veré luego.

Jin lo observa fijamente durante unos instantes, casi como si pudiera hablarle con la mirada. Pero Jeon no muestra expresión ninguna en el proceso.

—Llámame más tarde.—masculla Jin antes de poner en marcha el auto.

Cuando la distancia es considerable, me giro para ver a Jeon. No me gusta que las cosas acaben así entre nosotros, pero tampoco tengo claro qué debería hacer para resolverlas. Para mi sorpresa lo veo caminar hacia una esquina del lugar y de ahí sacar su motocicleta. Solo puedo preguntarme…

¿Por qué está su motocicleta en frente del edificio si ambos hemos venido en el auto de Jin?

¿Acaso estuvo antes aquí?

—Eun Mi.—Jin me llama regresando mi atención al frente.—Cuando lleguemos a casa…tendremos esa conversación pendiente.

—Lo sé…

—Solo quiero pedirte una cosa.—asiento y lo dejo continuar.—No entres en pánico y por favor, déjanos explicar las cosas hasta el final.

¿Déjanos? Creí que solo hablaríamos él y yo.

—¿Quién más estará ahí?

—Lo sabrás dentro de poco.—se limita a responder y yo suspiro resignada antes de reclinarme en el asiento.

Supongo que al fin parte de mis dudas serán respondidas.

El apartamento de Seokjin no queda muy lejos del hospital, así que en unos breves minutos llegamos al lugar. El complejo donde vive no es tan lujoso como el mío, pero parece ser un sitio tranquilo y bastante decente. Solo he estado aquí una vez y fue cuando niña en la graduación de Jin, algunos miembros del hospital le habían preparado una fiesta sorpresa y yo había venido con el abuelo y la enfermera Choi. Pero desde eso ha pasado ya mucho tiempo.

Dejamos el auto en el aparcamiento y él toma mi mano para guiarme al interior del edificio, como la mayoría de los complejos, este cuenta con un guardia y un ascensor en su recepción. El apartamento de Jin queda en el primer piso, así que no debemos tomar el ascensor o las escaleras, para nuestra suerte. Mientras caminamos ninguno media palabra, pero no es un silencio incómodo, más bien reflexivo.

No tengo la preocupación de que lo que hice ponga en riesgo el trabajo de Jin en el hospital, Kwan Chul no se atrevería a comprometer su posición sabiendo que tengo la grabación en mi poder. Básicamente si Jin cae él también lo hará. En otras circunstancias lo correcto sería denunciarlo y dejar que la justicia obre, pero yo no puedo hacer eso…no me convendría. Aún soy menor de edad y él es mi tutor legal y único familiar vivo, por lo que si termina en la cárcel mi futuro sería muy incierto. Terminaría en asistencia social o protección de menores…podrían llevarme a cualquier sitio lejos de aquí, lejos de Jungkook y mis amigos. No quiero eso.

Tan solo debo esperar unas semanas más, hasta mi cumpleaños dieciocho, entonces podré decidir qué hacer con respecto a todo.

—Siéntete como en casa.—dice abriendo la puerta y quitándose sus zapatos en la entrada a lo que yo imito la acción.

El lugar no es tan espacioso como mi departamento, pero aún así descuella la limpieza y un ambiente acogedor. Siento que podría acostumbrarme a estar un tiempo por aquí.

—Preparé uno de los cuartos de huéspedes para ti, puedes ir a dejar tus cosas allí, cambiarte o descansar.—me sugiere con amabilidad.—Estaré en la cocina preparando la cena.

—¿Dónde…?—Seokjin se aleja con tal rapidez que mi pregunta queda a medio formular, ni siquiera noté en qué dirección partió.

—¡Por el pasillo a tu derecha!—grita desde donde, deduzco, debe ser la cocina.

Suspiro con alivio de poder estar a salvo aquí y me adentro en el oscuro pasillo. Hay al menos cuatro puertas y una de debe ser la habitación de Jin. No me especificó cuál será la mía, así que no me queda más remedio que abrir una por una hasta dar con la que parezca una habitación de huéspedes o algo así.

Automáticamente abro la primera puerta y encuentro un escritorio repleto de papeles médicos y libros, debe ser su despacho. Continúo con la segunda y diviso una habitación completamente pulcra y limpia, al instante me percato de que se trata de su dormitorio por las batas de médico colgadas en las perchas y las fotografías personales sobre la mesilla de noche. Así que queda una tercera opción.

Abro la tercera puerta y solamente oscuridad me recibe, sin embargo puedo distinguir que se trata de una habitación de huéspedes por la silueta de la cama en el interior y los típicos muebles que esta suele contener. Este debe ser el lugar. Me adentro sin dudarlo y palpando la pared consigo encontrar el interruptor, pero me sorprendo en cuanto la luz ilumina mi alrededor. Hay al menos dos maletas a los costados de la cama, ropa desparramada sobre esta y zapatos a orillas del armario.

Si la habitación de Seokjin era la segunda puerta…¿Quién se supone que use esta?

Creí que había dicho que la preparó para mí, pero este lugar luce completamente desordenado y habitado por alguien más.

Como siempre, la curiosidad rige mis acciones, así que al notar que Jin aún está en la cocina me adentro un poco más para husmear en el interior. Definitivamente es un hombre quien duerme aquí, puedo decirlo por la ropa y el desorden…y obviamente ese hombre no es Seokjin. Su habitación y esta son completamente lo contrario.

Camino hacia un pequeño escritorio cerca de la ventana donde un cúmulo de papeles descansa, miro por sobre mi hombro asegurándome de que nadie está a mis espaldas y una vez hecho esto tomo los papeles en mis manos. No parecen contener nada llamativo, solo cuentas, horarios y anotaciones extrañas. Un objeto cae a mis pies de repente, así que me coloco de cuclillas para tomarlo, es una fotografía.

Una fotografía incompleta.

Los nervios y la inquietud comienzan a perforar mi abdomen y a paralizar el fluir normalizado de la sangre en mi cuerpo. Y siento miedo, confusión y ansiedad. Sin dudarlo, lanzo la mochila en mi hombro sobre la desordenada cama y la abro para extraer de su interior la lata de galletas. En cuanto retiro la tapa con fuerza, algunas de las notas quedan desparramadas alrededor, pero eso no me detiene y continúo rebuscando hasta dar con la fotografía.

Es entonces cuando junto ambas partes y mis ojos se cristalizan del pánico y la incertidumbre. Porque ese trozo de imagen que he encontrado en esta habitación coincide a la perfección con el pedazo faltante en la fotografía de mis padres. Al fin puedo verlo, al fin puedo saber cómo es la persona cuyo rostro fue arrancado de la foto.

Es un hombre como ya suponía, su sonrisa se me hace familiar y sus notables rasgos más aún. Y sé que en algún punto de mi vida yo vi a esta persona antes, pero no puedo recordar quién es.

—Eun Mi…

Un llamado a mis espaldas eriza mis vellos por completo y hace que mi respiración se detenga por breves instantes. Es su voz, es la misma voz de las extrañas llamadas telefónicas.

—Ha pasado mucho tiempo.

No contesto, pero cierro mis ojos con fuerza mientras me giro con lentitud a su encuentro. Porque lo cierto es que ahora mismo estoy demasiado asustada y no sé cuáles son las intenciones de este extraño que ha estado acosándome desde hace un tiempo ni porqué está justamente en casa de Jin.

Elevo la mirada en su dirección apenas me volteo y no evito ocultar mi sorpresa al percatarme de que se trata del mismo hombre de la foto, solo que un poco mayor. Su sonrisa se ensancha denotando unos característicos hoyuelos que aumentan esta sensación de familiaridad en mi pecho, él camina con lentitud hacia mí, pero yo retrocedo.

—¿Quién…quién eres tú?—pregunto con dificultad.

—Sabía que probablemente no me recordarías.—masculla con nostalgia en su voz.—Soy yo Eun Mi, soy tu tío.

¿Mi...mi qué?

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro