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Capítulo 59

—De costado ¡De costado!—ordena Hye nuevamente arremetiendo contra la puerta del autobús. El conductor rueda sus ojos y retira su gorra antes de palmear su frente, pero a ella no parece interesarle en lo absoluto la exasperación del pobre señor.

—Hye, podrías…enrollarlo o algo, ya sabes…—sugiero al ver la insistencia con la que continúa intentando subir el colosal cartel al autobús.

—No quiero que se estruje.

—Igual si se estruja no le hará muchos cambios a la imagen.—murmura Jimin con asco mirando el dibujo de la pancarta.—¿Quién diablos dibujó esa cosa?

—Fui yo.—espeta Hoseok exasperado cruzándose de brazos.

—¿Qué tipo de cuadrúpedo con anorexia es ese?—Taehyung aparece levantando la visera de su gorra para observar con detenimiento y extrañeza el infeliz intento de felino que han hecho Hoseok y Hye en el cartel.

—Se supone que es un tigre.—responde Yoongi terminando de colocar nuestras pertenencias en el interior del autobús.

Deberíamos haber partido hace diez minutos, pero Hye se ha empeñado en meter al autobús un enorme cartel de apoyo para los chicos que ni siquiera cabe por la hendidura de la puerta. Ella y Hoseok se pasaron gran parte del día de ayer, luego de las prácticas, diseñando dicho proyecto para terminar en un lastimoso intento de un gato con parálisis facial y un letrero de brillantina que dice ¡Vamos Tigres! ¡Grrr!

Definitivamente las artes plásticas tampoco son lo suyo…pero el lado positivo es que Hoseok encontró una excusa para pasar tiempo junto a ella.

—Cielos.—masculla Jeon llegando a mi lado con la misma expresión de rareza con la que todo el que ha pasado junto a nosotros ha mirado el cartel.

—Ni se te ocurra sacar eso en medio del partido.—habla Jimin horrorizado.

—¿Por qué no? Hoseok y yo lo hicimos para ustedes, creo que se ve muy adorable.—se justifica Hye.

—Si alguien ve eso allá es probable que nos descalifiquen automáticamente por intento de brujería para ganar.

—¡Eres un insensible!—chilla Hye ante la exagerada excusa de Jimin.

—Insensibles son ustedes…¡Miren lo que le han hecho a ese pobre animal!—exclama el señalando al tigre...cielo santo, ni siquiera puedo verlo fijamente.

—Él tiene su punto.—lo apoya Taehyung en voz baja.

—No molesten ¿Sí? Lo que vale es la intención.—Hoseok interviene y coloca sus manos sobre los hombros de Hye cuando esta comienza a despotricar en dirección al resto.

—¿¡Bueno van a subir de una vez o no!?—inquiere frustrado el conductor, deteniendo nuestra discusión.

—No podemos meter el cartel, es demasiado grande.—le explica Yoongi.

—Pues no lo lleven y listo, así de fácil.

—¿Cómo que "no lo lleven"? Oh no, el cartel va sí o sí.—dictamina Hye.

—Ay, cielo santo.—Jimin cubre sus labios horrorizado ante la declaración de la chica.—¿Y cómo se supone que vas a llevarlo entonces, genia?

Yoon Hye se queda unos minutos en silencio, meditabunda, mientras el resto de los estudiantes se quejan desde el interior al compás de las protestas del conductor. Entonces chasquea sus dedos y sé que se le acaba de ocurrir la peor idea de este universo.

Sin mediar palabra, corre hacia la recepción y no pasan ni treinta segundos antes de que regrese con un rollo de cinta adhesiva.

¿Cómo lo ha conseguido tan rápido?

—¿Qué se supone que harás?—pregunta Hoseok mientras ella rasga los trozos de cinta ayudándose de sus dientes.

Jungkook ríe a mi lado y no comprendo el motivo de su diversión hasta que diviso a Hye pegando el espantoso cartel a un costado del exterior del autobús. Joder.

—No voy a subirme ahí.—advierte Jimin.—Pensarán que estamos en alguna secta en apoyo al maltrato animal.

—Ese sería el caso si tu cara estuviese impresa en el papel.—le responde Hye sin inmutarse, terminando de asegurar los bordes adheridos al autobús.

—¡Bueno pero qué es este alboroto!—el entrenador reaparece indagando el porqué de nuestra demora y baja del autobús para colocarse a nuestro lado.—¿Qué diablos es eso?

Yo contengo la risa cuando su rostro patidifuso se contrae al mirar el dibujo y Jungkook codea mi costilla con disimulo para que me mantenga en silencio.

—Es un cartel de apoyo que Jung y yo preparamos para animar al equipo.—responde Hye con una ternura impropia de ella que despoja diferentes reacciones por parte de los presentes...

Yoongi sonríe de lado, Jimin rueda sus ojos, Hoseok suspira con ensoñación, Taehyung….él en algún punto ha comenzado a chatear en su teléfono y probablemente no tiene idea de lo que sucede. Jungkook y yo solo nos miramos incrédulos y el entrenador…

—Ay, qué lindo Min.—dice con ese característico tono de un padre viendo el estrambótico dibujo de su hijo de cinco años.—Pero no lo saques en medio del partido o los jugadores podrían desconcentrarse ¿Sí? Ahora subamos al autobús, hay que irse.

El entrenador regresa al interior del bus y todos estallamos en carcajadas cuando Hye frunce su ceño por la última frase dicha por él.

—Váyase a la mier…—Hoseok se apresura y cubre sus labios antes de que el entrenador alcance a escuchar el insulto.

Subimos al autobús de una vez y yo le dedico una mirada de reproche a lo que ella se encoge de hombros con inocencia.

—Siéntate a mi lado.—pide tomando mi brazo, mis ojos automáticamente van hacia Hoseok y lo encuentro guardando el puesto vacío junto a él, observándome con una expresión de súplica.

—Ah…quería ir con Jeon, ya sabes…tenemos algo de qué hablar.—ella se detiene y ladea su cabeza ofendida.

—¿Me estás cambiando por ese orangután apestoso?

—No.—me apresuro a responder.—Prometo que me sentaré contigo al regreso…puedes ir con Hoseok mientras, el puesto a su lado está vacío.—lo señalo y ella lo observa con desconfianza, pero en un final suspira y se dirige allí con resignación. Una vez toma asiento, Hoseok me mira disimuladamente y sonríe en mi dirección.

Bien, la operación iceberg va sobre hielo…o sea, porque el hielo es resbaloso y va deprisa entonces…olvídenlo, el chiste se ha arruinado en cuanto he intentado explicarlo.

Busco a Jeon con la mirada, notando a mi paso que Jimin y Taehyung se han sentado juntos y Yoongi… ¿Está durmiendo?

Niego con mi cabeza y paso junto al chico que duerme placenteramente, ocupando dos asientos a la vez para mayor comodidad ¿Cómo puede concebir el sueño tan rápido?

Jungkook eleva su mano en mi dirección para que lo note, ya ha tomado asiento en uno de los últimos sitios del autobús, sonrío y me dispongo a avanzar en su dirección. Es entonces cuando noto a Myung Soo a unos pocos metros colocándose de pie para imitar mi acción.

Al verla con toda intención de sentarse a su lado, mis alarmas se activan y esa irritante punzada de molestia se acrecienta en mi pecho. Odio verla cerca de él, escuchar que lo trata como si fuese de su propiedad…odio que él le dirija tan siquiera la palabra. Y odio que ella me ignore como si no significase nada mi presencia u opinión en esos casos.

No quisiera sonar como la típica idiota tóxica que no permite siquiera que le respiren cerca al chico que le gusta…pero lo que Myung Soo despierta en mí cuando se le acerca es algo sublime. Malo, eso es seguro, pero sublime y poderoso al fin…lo suficiente como para hacerme actuar sin meditar con antelación mis acciones.

Mis pasos se apresuran automáticamente y justo cuando estoy a centímetros de ella hago colisionar mi hombro contra el suyo, apartándola del camino y colocándome justo en frente del asiento. Jungkook abre sus ojos con asombro y sus labios húmedos se abultan en una expresión confundida e inocente…es adorable cómo no tiene ni la menor idea de lo que acaba de suceder aquí.

—¿Qué crees que haces estúpida?—inquiere Myung Soo empujando mi hombro con autoridad.

La forma en la que osa humillarme frente a Jungkook no hace más que aumentar mi molestia, así que con repugnancia miro la zona que anteriormente tocó y luego detengo mi vista en su rostro con la misma expresión de desaprobación.

—Quizás algo que debí hacer hace mucho tiempo.—mascullo solo para nosotras y sonrío con sorna en su dirección.—Este asiento está ocupado.

—No veo a nadie a su lado.—justifica ella cruzando sus brazos sobre su pecho luego de mirar hacia el sitio vacío junto a Jeon.

—En breve yo lo estaré, así que es mejor que regreses por donde viniste.

Myung Soo jadea ofendida y abre sus labios con desconcierto al no saber qué decir, no se esperaba que reaccionase de esa forma.

No es algo que pudiera describir con banales palabras, simplemente me sucede y actúo. Justo como cuando abofetee a Jeon en aquella ocasión, cuando enfrenté a Jae Sook antes de que regresara a Seúl o como poco a poco los celos han mermado el miedo que Myung Soo me profesaba. Son destellos de emociones, de valentía…son la evidencia de cómo he ido superando algunos de mis tormentos diarios, todo a causa de él. Jungkook me enoja, me hacía sufrir mucho, pero también me hace querer ser más fuerte, más valiente, me hace sentir segura y confiada de que yo sola puedo salvarme…

Y aunque quizás estos sean los celos hablando por mí, voy a aprovechar la ocasión para algo que debí hacer desde hace mucho.

—Te crees valiente hoy ¿No, Eun Mi?—espeta ella con diversión.—Apártate antes de que me canse de ser buena contigo.

—Apártate tú antes de que termines en un autobús diferente rumbo a Seúl junto a tu hermano.

—¡¿Quién te crees que eres para hablarme así?!—chilla ella llamando la atención de todos en el bus.—¿Acaso quieres que te humille de nuevo frente a toda la escuela? ¿Eso quieres?

—Lee…—Jungkook interviene pero yo elevo mi mano exigiéndole silencio, ya me ha defendido bastante, estoy segura de que podré por mi cuenta.

—¿Y quién eres tú? ¿La emperatriz? ¿La reina de Inglaterra? ¿Una diosa?—a medida que voy escupiendo cada frase con rabia me acerco más a ella, sin temor alguno, y me satisface en demasía verla retroceder con cada paso que avanzo.—No eres nadie para tratarme de esa forma Myung Soo, bájate de tu nube de grandeza y madura de una buena vez.

—¿Esto por Jungkook, cierto?—profiere ella con una cínica sonrisa.—Al fin estás mostrando tu verdadero rostro.

—Nunca tuve segundas intenciones, tu estúpida cabeza es la culpable de todas esas idioteces que inventaste.

—¡Me quitaste a Taehyung y ahora también quieres quitarme a Jungkook!

—¡Jungkook no es tuyo! ¡Joder!—grito y al instante suspiro intentando recobrar la compostura, ahora todo el autobús nos observa y ni siquiera el entrenador se ha planteado de importante detener esta discusión. Como siempre.

Jungkook tenía razón en su momento, a veces no habrá nadie que nos socorra, debemos salvarnos nosotros mismos.

—¡¿Y entonces dices que es tuyo o qué?!

—¡No es un puto objeto!—exclamo haciéndole frente, incapaz de observar la expresión de Jungkook debido a mi posición, pero no ha intentado detenerme nuevamente…y sé que quiere que yo termine esto por mi cuenta.—Es una persona y tiene el derecho de estar con quien desee.

—¿Y crees que esa serás tú? No me hagas reír.—bufa ella con sarcasmo rodando sus ojos.

—No sé si sea yo.—miento descaradamente.—Pero definitivamente no eres tú.—mi declaración la descoloca por breves instantes pero rápidamente se recompone.—Por si no lo has notado, no mucha gente te soporta y el que seas tan insistente con él no te da puntos a favor.

Sé que no debería rebajarme a su nivel, y tampoco debería estar hablando de Jeon como si no estuviera presente. Pero joder, llevaba callándome esto por demasiado tiempo y se siente tan bien dejar salir todo…
Quizás es un poco decepcionante que este momento, este asalto de valentía que necesitaba para enfrentarle, llegase de la mano de los celos y a causa de un chico. Pero si la fuerza me ha llegado en estas circunstancias no voy a cuestionarmelo, tal vez este era el incentivo que necesitaba.

—Al parecer se te olvida cuál es tu lugar Eun Mi.—declara acercándose hasta que nuestros rostros quedan lo suficientemente cerca.—Déjame que te lo recuerde.

Diviso su mano elevarse en dirección a mi mejilla y mis reflejos se activan. Ya no más, no después de lo sucedido con Jae Sook y Young Soo, no volveré a dejar que alguien me ponga una mano encima.

Con rapidez sostengo su muñeca y hundo mis uñas en su carne, alejándola con brusquedad y disfrutando tanto su jadeo adolorido como su expresión asombrada. Ni siquiera entiendo lo que pronuncian los susurros a nuestro alrededor luego de aquella acción, pero no pierdo tiempo y la empujo con fuerza lejos de mi cuerpo. Myung Soo se queja al caer sobre uno de los asientos tras ella y yo elevo mi mano en su dirección de la misma forma en la que ella lo hizo antes.

Su torso se curva y ella se encoje como un pequeño animalillo asustado en cuanto hago descender mi brazo hacia su mejilla, pero a centímetros de tocarla me detengo…

Ha sido suficiente, esta no soy yo…no voy a rebajarme a su nivel. No quiero que el resto me mire de la misma forma en que lo hacen con Myung Soo. Yo no cometeré el mismo error que Jae Sook al imitar lo que tanto odio.

Presiono mis labios con fuerza en una fina línea y bajo mi mano, conteniendo la respiración ante la impotencia, sin embargo no me permito derramar lágrima alguna. Me alejo de ella, y apenas volteo, Jungkook toma mi brazo y me guía hacia el espacio vacío a su lado sin decir palabra alguna.

Myung Soo a los segundos se endereza, sus cabellos están despeinados incluso cuando no le he puesto una mano encima y en su rostro carga una expresión asustada. Nunca pensé que los papeles se invertirían de esta forma, y sé que esto no ha terminado…ella no se quedará tranquila luego de lo que pasó. Pero ha sido un buen comienzo para dejar de ser Eun Mi, el saco de boxeo de la escuela.

—¡¿Qué rayos miran idiotas?!—escucho la voz de Hye en los asientos delanteros y al instante todos desvían su atención del lugar de la escena y regresan a lo suyo.

Hye se arrodilla en su asiento para mirar hacia atrás por encima del espaldar y me dedica un mohín de preocupación, a lo que respondo con una sonrisa tranquilizadora.

Estoy bien, de hecho, mejor que nunca.

El autobús había iniciado su recorrido unos pocos minutos antes en medio de la discusión, así que me consuela que al menos no falta tanto para salir de aquí. Myung Soo continúa en su sitio de pie, descolocada…claramente se le nota que quiere gritarme y despotricar, pero debido a la conmoción parece no encontrar los argumentos adecuados. Además de la vergüenza que acaba de pasar frente a Jeon.

—Señorita Lee ¿Qué hace? Tome asiento de una vez por favor.—el entrenador, que platicaba con el conductor y ni cuenta se dio de lo sucedido, la reprende a lo que ella se ve obligada a regresar al lugar del que había partido en un inicio.

—¿Qué fue eso?—murmura Jungkook a mi lado tomando mi mano, de reojo lo observo sonreír ampliamente y ruedo mis ojos.

Claro que está feliz, esto era lo que él quería desde el principio.

—No lo sé, simplemente sucedió y ya.—me encojo de hombros.

—¿Necesitas que rebobine la cinta hasta esa parte de... ¡Jungkook no es tuyo! ¡Joder!? Énfasis en el “joder”.—dice él sacándome una sonrisa por primera vez después de lo acontecido.

—Bueno, bien. Sí, estaba celosa.—confieso resignada y él amplía su sonrisa mirando en mi dirección.

—Los celos son poderosos.—asiente para sí mismo.—Quizás debí probar con ese método primero, la indiferencia y el rechazo no son lo tuyo.

—La bofetada que me contuve a darle perfectamente puede ir a parar a tu atractiva cara si no te callas.—espeto comenzando a irritarme con su actitud.
Esta sensación me es desgraciadamente conocida.

—Acabas de afirmar que soy atractivo.—chasquea sus dedos frente a mi rostro con triunfo.

—Si tu sentido auditivo funcionara correctamente quizás habrías notado que primero dije que te abofetearía.—recalco apartando su mano frente a mí.

—No sé.—se encoge de hombros.—Ver que te has puesto celosa por mí, y que me llamaste atractivo, captó mi atención lo suficiente como para no notar esas banalidades.

—Siento que estamos en el punto de partida otra vez.—puntualizo al percibir que su actitud nuevamente amenaza mi autocontrol, justo como en nuestros principios.—Te advierto que me dejes en paz antes de que encolerice, ahora mismo mi interior es un volcán a punto de estallar.—digo haciendo alusión al cúmulo emocional en mi interior.

Más que nada siento rabia y algo de molestia, no solo por la reciente discusión con Myung Soo, sino también por lo impertinente que está siendo su comportamiento justo ahora.

—Oh…—Jungkook entreabre sus labios sorprendido y coloca sus manos a cada lado de su boca, acercándose a mi oído con ese aire de confidencialidad que me hace fruncir el ceño. Susurra contra mi oreja como si estuviera diciendo un secreto de estado o algo por el estilo.—¿Es por Andrés?

Me aparto con rapidez y golpeo su brazo de forma contínua mientras él ríe complacido por mi escandalizada reacción.

—Eres realmente molesto.—concluyo con un último golpe en su hombro.—Déjame en paz.

Como toda una niña pequeña, me giro de brazos cruzados y pongo la mayor distancia entre nuestros cuerpos que el asiento me permite. Lo escucho reír a mi lado pero no vuelve decir nada más hasta que nos sumimos en un reflexivo silencio. Yo reflexionando acerca de qué diablos me pasó por la cabeza al gustarme semejante ser insoportable y él …no sé qué demonios andará pensando.

—Estoy orgulloso de ti.—lo escucho susurrar al cabo de unos segundos y giro mi cabeza en su dirección. No hay burla en su tono y expresión, solo una sonrisa sincera acompañada de las caricias que dejan sus dedos jugueteando con mis cabellos.—Lo has hecho bien, Eun Mi.

—Solo fueron los celos hablando por mí…—me interrumpo cuando él niega con su cabeza.

—Has sido tú, tenías razón…a mi manera nunca te haría entender cuán fuerte eres y puedes llegar a ser. Me equivoqué al creer que no podrías por tu cuenta, pero aun así… gracias por permitirme quedarme a tu lado mientras te salvas.

《No necesito que me salves…Necesito que estés a mi lado mientras me salvo yo misma.》

—Yo…quizás nunca habría reunido el valor para hacer eso de no ser por ti.—confieso, porque es totalmente verídico.—Así que…gracias a ti por abrirme los ojos y quedarte a mi lado mientras lo intento.

Jungkook sonríe y se acerca para besar mi frente, cierro los ojos ante el contacto y suspiro.

¿Cuánto tiempo he tenido que esperar para volver a sentirme segura y confiada?

¿Cuándo dolor he tenido que pasar para sentirme tan viva como ahora?

Cuando llegue a casa escribiré una nota para mi almohada. Tengo que contarle…tengo que decirle que lo he encontrado.

He encontrado a mi motivo para seguir adelante, para ser más valiente…he encontrado a mi ángel.

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