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Capítulo 54

Maratón 2/3
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¡¿Cómo que no puedo entrar!?—exclama Yoon Hye haciendo un escándalo frente a la entrada del terreno mientras que el entrenador suspira y pasa a explicarle lo que sucede por tercera vez en los últimos minutos.

—Si no eres parte del equipo entonces necesitas un pase de membresía de la comisión para entrar, no tienes ninguna de las dos cosas así que debes ir a sentarte en las gradas como el resto de los espectadores.

—Pero entrenador, usted me conoce ¡Incluso me dejó venir ayer a las prácticas!—refuta ella cruzando sus brazos sobre su pecho.

—Son las reglas, Min.—reitera el entrenador.—Las plazas en el dugout, para los chicos del equipo y la comisión, ya están reservadas. Así que regresa a las gradas, cómprate una soda y calma tus nervios ¿Sí?—Hye gruñe cuando el entrenador palmea su hombro y regresa al interior terreno, pasando por la gran cerca que separa el exterior hacia las gradas del dugout y la zona de juego.

—Lo siento—murmuro apenada del otro lado de la cerca. Suponía que no la dejarían entrar, pero aún así me siento mal por ello.

—Está bien.—agita su mano restándole importancia al asunto.—Al menos desde allá arriba puedo gritar lo que se me antoje sin que nadie me interrumpa.

No sé si debería alegrarme por ella o preocuparme por lo que sea capaz de gritar.

Ay, Yoon Hye.

—Tengo que irme.—le informo señalando a mis espaldas.

—Nos vemos al terminar el juego, más les vale a esos idiotas ganar.—dice ella como despedida comenzando a alejarse.—Ah, y Eun Mi…—llama mi atención segundos antes de irse por completo.—Sé que intentan tomárselo con calma, pero no seas tan dura con él ¿Sí?

Sin decir nada más se da la vuelta rumbo a las gradas y yo me quedo con mi contesta a medio formular, entendí lo que quiso decir con ello y en realidad es un tema que me ha estado taladrando la cabeza desde la mañana.

Como había prometido la noche anterior, Jeon fue a buscarme hoy a la habitación, apenas me vio besó mis labios y fue toda una odisea no desfallecer en ese mismo instante, y es que no creo poder acostumbrarme a esos repentinos actos de su parte que me dejan sin aliento. Hye ni siquiera se sorprendió al vernos, simplemente comenzó a molestarnos de forma infantil por ello, incluso pareciera que su relación con Jungkook mejoró en demasía luego de ese pequeño acuerdo entre ambos, cosa que obviamente me encargue de reprocharles.

Pensé que las cosas serían más sencillas ahora, pero es todo lo contrario. Al bajar al comedor encontramos a Myung Soo con las arpías que siempre la acompañan y solo eso bastó para que mi cobardía volviera hacer acto de presencia y terminase soltando la mano de Jungkook, alejándome de él. Quisiera decir que no vi la expresión de su rostro en ese momento, pero si lo hice, lucía visiblemente herido y decepcionado. Realmente quiero cambiar eso, quiero sobreponerme a mis temores y a los problemas con los que siempre he tenido que lidiar, es solo que no es tan fácil como parece. No estoy preparada para la reacción de Myung Soo si descubre lo nuestro y el enfrentamiento al que eso conllevaría.

En el desayuno me senté lo más apartada posible de él, no fue intencional, simplemente un reflejo previendo lo anterior. Tanto él como Yoon Hye parecieron comprender el porqué de mis acciones y decidieron no cuestionarme por ello en su momento, aunque a leguas se notaba la desaprobación en la mirada de ambos.

Bueno, quieren que me convierta de la noche a la mañana en algo que no soy, que cambie mi forma de ser de un momento a otro. No pueden exigirme más de lo que estoy intentando.

Tanto en la mesa como en el autobús hacia aquí, Jungkook esperó a que les comentara algo a los chicos sobre nosotros. Lo noté por cómo me observaba fijamente cada vez que Taehyung hablaba de lo maravillosa que había sido su cita con Haneul, pero tampoco tuve el valor de develar nada en ese momento, y agradezco que él se haya conformado con mi decisión y no interviniese.

Quizás estoy siendo demasiado egoísta y algo dura con él, cómo me ha dejado en claro Yoon Hye, pero creo que todo ha de ocurrir a su tiempo y no debo acelerar el ritmo de las cosas. Antes que alguien más lo sepa quiero sobreponerme a mis miedos y limitaciones, hacerle frente a todo eso que me impida estar a su lado.

Camino hacia la zona del dugout, cuando de reojo observo avanzar en la dirección contraria a ese mismo señor que había encontrado hablando con Young Soo y Jae Sook ayer. Aún tengo un muy mal presentimiento sobre lo que traman esos tres, pero ya decidí desde el primer momento que no hurgaría en ello. Claramente no será algo bueno.

El hombre ni siquiera repara en mi presencia al pasar por mi lado, parece centrado en algo más. Se nota un poco inquieto y descolocado, lo cual me hace fruncir el ceño con confusión. Al menos no recuerda con exactitud mi rostro, en caso de que esté metido en algún problema grande, sobre lo cual no tengo dudas.

Dejando atrás a aquel extraño hombre, paso junto al pequeño almacén del lugar, cuando de repente un tirón en mi brazo me hace retroceder, introduciéndome en uno de los cubículos y cerrado la puerta con apremio. Segundos después siento mi espalda impactar contra la pared tras de mí y su cuerpo frente al mío, envolviendo mi torso entre sus brazos. Su cabello hace cosquillas en mi cuello y el pequeño beso que deja justo en la zona consigue hacerme temblar levemente por lo que lo siento sonreír sobre mi piel.

Sabe el efecto que causa sobre mí y lo disfruta.

—¿Qué estás haciendo?—murmuro separándome un poco de su cuerpo para poder ver con claridad su rostro.

—Te extrañaba…—confiesa de repente un poco avergonzado.

—Pero si hemos estado juntos toda la mañana, Jeon.—suelto una risa incrédula y él niega rápidamente antes de volver a esconder su cabeza entre mi hombro y cuello.

—No así, extrañaba tocarte y tenerte cerca.—sus palabras acrecientan mi sonrojo y un balbuceo estúpido escapa de mis labios en cuanto su mirada colisiona con la mía.—Has estado tratándome como antes…como si nada hubiese sucedido entre nosotros.

—Lo…lo siento.—bajo mi cabeza, pero antes de que alcance a ver las puntas de mis pies, él coloca su mano en mi mentón y la eleva nuevamente.

—No vuelvas a bajar la cabeza por nadie, odio verte hacer eso…—se porqué lo dice, quizás no haya dado un cambio muy drástico desde aquel entonces, pero la Eun Mi de hace unas semanas atrás bajaba demasiado la cabeza ante todo lo que la amedrantaba…incluso hacia él. Supongo que de cierta forma Jeon me ha ayudado a superar eso.—Te entiendo, puedo esperar a que estés preparada para decirle a los demás el tiempo que sea necesario, pero al menos permíteme tenerte cerca en estas circunstancias.—al decir aquello me percato de la distancia que he puesto entre nuestros cuerpos de forma inconsciente, y es que aún no me acostumbro a esto.

Asiento con una pequeña sonrisa y tiro de la tela de su uniforme del equipo para acercarlo nuevamente y juntar mis labios con los suyos. Debo ponerme apenas de puntillas unos segundos antes que Jeon curve su torso un poco, facilitando la posición del beso debido a nuestras claras diferencias de estaturas. Sus brazos rodean mi cintura al igual que los míos su cuello y de repente vuelvo a sentirme feliz. Es increíble la paz que me profesa su calor corporal y el sabor de sus labios. Me alivia en demasía que él pueda comprenderme a pesar de todo y esté dispuesto a aceptar el ritmo que quiero llevar para nuestra… ¿Relación? Aún no hemos definido nada claro.

—Si ganamos el partido…te pediré que seas mi novia de forma oficial, nadie tiene que enterarse si no lo deseas.—me dice separando sus labios de los míos levemente, su aliento hace cosquillas en mis comisuras y su nariz roza levemente mi pómulo derecho.

—¿Si no ganas no me lo pedirás entonces?—bromeo un poco, envalentonada por la seguridad que me otorga su cercanía. Él sonríe de medio lado y emite una pequeña risa nasal.

—Claro que sí, pero quisiera que fuese de una forma especial, quiero dedicarte el triunfo a ti.—enternecida por sus palabras acuno sus mejillas entre mis manos y deposito un casto beso sobre sus labios, cosa que lo hace ampliar su sonrisa.

—Me gustas mucho.—reitero sin una pizca de vergüenza.

Descubrí que ya no tiene caso negar lo que es obvio, y por alguna razón no me incomoda exponerle libremente mis sentimientos solo a él.

—Tú me gustas mucho más.—contesta haciéndome chillar de la emoción mentalmente. Cómo adoro escucharlo decir eso, nunca me cansaré de ello.

Los ruidos en el exterior se hacen más notables, confirmando que el estadio ha comenzado a llenarse y en breve comenzará el partido.

—Debes irte, el equipo te está esperando.—le digo esta vez dejando ir sus mejillas y regresando a mi posición anterior. No me gusta tener que despedirme de él, pero justo ahora no nos queda otra opción.

—Te veré cuando gane el partido…es una promesa.—me asegura antes de dar un leve toque con la yema de su dedo índice en la punta de mi nariz.

—Solo... más te vale ganar Jeon.—río y con delicadeza lo empujo fuera del salón. Espero unos segundos después de que haya salido y termino yo por hacer lo mismo.

Quizás no todo sea tan difícil de enfrentar ahora que lo tengo a mi lado.

—¿¡Pero qué carajos están haciendo?!—Yoongi grita furioso desde su lugar, a diferencia del resto él se encuentra de pie, jalando sus propios cabellos y pateando el suelo con irritación.

Yo suspiro y paso las manos por mi rostro con frustración, las cosas no van bien. Todo es un jodido desastre.

En el dugout permanecemos extremadamente tensos contemplando el juego, a excepción de Myung Soo y la otra chica que tal pareciera que no les importase que su equipo lleve perdiendo desde hace ocho innings, probablemente ella ni se ha percatado de la ausencia de la pulsera en su dormitorio.

El juego no avanza como lo planeamos, nuestro equipo va perdiendo y el de Gwangju tiene todas las posibilidades de ganar…si ellos ganan pasarán a la final contra Busan y todo habrá acabado para nosotros. Los chicos que con tantas ansias esperaban triunfar y ser seleccionados para la beca escolar en América… ahora todo parece una utopía analizando el presente.

Taehyung tiene una expresión preocupada y ya se ha reunido varias veces con el entrenador para planificar las jugadas, pero no ha servido de nada, el equipo contrario parece tener una respuesta inmediata a todas las estrategias a las que recurrimos.

Hoseok ahora se encuentra en el cajón de bateo después de varios intentos fallidos, solo falta un último strike para que se retire por completo del terreno. Pero quienes más tensos se notan son Jimin y Jungkook, este último en especial luce extremadamente molesto.

¿Cómo es posible que el equipo contrario sea capaz de prever nuestras jugadas incluso antes de que las ejecutemos?

¿Acaso eso es algo normal en el baseball?

—¡Vamos Hoseok! Concéntrate en la pelota.—grita Yoongi colocando ambas manos alrededor de su boca para que el aludido alcance a escucharle.

Con los nervios de punta esperamos a que el lanzador del equipo contrario se haga su movida hacia Hoseok, y justo cuando la pelota es lanzada en su dirección…el árbitro anuncia el tercer strike.

Joder…no vamos a ganar.

Hoseok es sustituido por otro jugador en cuanto le indican que debe retirarse del terreno, este se acerca a nosotros con una expresión decepcionada y de derrota.

—Lo siento.—dice sentándose junto a mí en la banca, apoyando su cabeza sobre sus manos y haciendo que su cabello húmedo por el sudor salpique un poco el suelo.

—No es tu culpa ¿Bien?—le tranquilizo entregándole una botella de agua.—Ha sido un juego difícil…

—¡Juego difícil los calzones de mi hermana!—ruge Yoongi girándose en nuestra dirección.—El juego está trucado, hay algo jodidamente mal dentro de todo esto.

—¿Cómo eso podría ser posible?—inquiero confundida. Decir que el juego ha sido manipulado es una acusación grave si no tenemos suficientes pruebas.

—¿Quieres verlo por ti misma?—me pregunta tomando mi mano hasta colocarme de pie junto a él.—Mira.—Yoongi señala el punto en el que ahora se encuentran Jeon y Jimin.

Jungkook se prepara para lanzar y Jimin se coloca de cuclillas junto al bateador del equipo contrario. Entonces observo a Jeon ladear su cabeza y se lo que eso significa…

Es la señal de la bola curva.

Jimin mueve disimuladamente sus dedos hacia abajo, demostrando que ha entendido y que se encuentra preparado para recibir el lanzamiento cuando el bateador falle, justo como en el entrenamiento. Entonces Jungkook eleva su pierna y contrae su torso para luego lanzar con destreza la pelota en una perfecta curva.

Jadeo sorprendida en cuanto el bateador del equipo contrario intercepta la pelota y comienza a correr hacia las bases, es la primera vez que veo a alguien batear un lanzamiento de Jeon.

Bien, claramente hay algo extraño ¿Pero qué…?

—¿Sabía el bateador que Jeon iba a hacer ese lanzamiento?—pregunto, aunque claramente conozco la respuesta.

—Es imposible que lo supiera…a menos que haya podido reconocer la señal entre Jeon y Jimin.—me explica Yoongi.

—No puede ser, las señas en el equipo son algo confidencial…

—¿Ya entiendes mi punto?

Joder, tiene razón. El juego ha sido manipulado.

Al percatarse de su fallo, Jeon arroja su gorra al suelo y la pisotea con saña, luce tan molesto y desconcertado como nosotros. Y es justo con su lanzamiento fallido que el equipo contrario logra anotar la última carrera, garantizando su completa victoria.

Se acabó, es nuestro fin. Hemos perdido la competencia.

Las gradas estallan en vítores, obviamente por parte de los chicos del instituto de Gwangju, y los miembros del equipo corren al centro del terreno para abrazarse entre sí y recibir las ovaciones del resto. En cambio, la zona de las gradas perteneciente a nuestra escuela se encuentra en completo silencio. Imagino que todos permanecen tan decepcionados como desconcertados. No se trata solo de que hemos perdido la competencia, es la primera vez que vencen a Jeon en un partido y eso ha sido inesperado de presenciar.

Los chicos de nuestro equipo avanzan hacia el dugout con mohínes derrotados y los hombros caídos. Y pensar que no imaginé nunca que la escena me acongojaría tanto.

—Venga, lo hicimos bien.—les anima en voz baja el entrenador palmeando las espaldas de los que pasan por su lado.—No se preocupen chicos, ya tendremos otras oportunidades…

Nadie parecer escuchar lo que el pobre hombre dice, de forma automática se dirigen a las bancas y se sientan en ellas con desgano y resignación, justo como había hecho Hoseok anteriormente.

Observo cómo Jae Sook y Young Soo avanzan hacia Myung Soo y su amiga, estas apenas les sonríen en cuanto los ven y ellos les devuelven el gesto antes de que Lee rodee con su brazo los hombros de su hermana y junto a Jae y aquella otra chica salgan del dugout rumbo a la salida.

Malditos insensibles…ni siquiera tienen la decencia de quedarse junto al resto del equipo en estos momentos, al menos por una cuestión de empatía.

—A las cinco, en el sitio de la última vez.—escucho cuando Young Soo le dice a Jae Sook antes de que salgan de la zona de juego.

Supongo que la razón por la que no se quedan siquiera para consolar a sus amigos es porque la estupidez en la que están metidos parece ser mucho más seria e interesante que cualquier otra cosa. Imbéciles.

—Tranquilos chicos, jugaron bien.—Taehyung consuela a Jimin y a Hoseok, tomando asiento junto a ellos una vez ha llegado a nuestro encuentro.

—Estoy seguro de que no fue un juego limpio.—profiere Yoongi tendiéndole una botella de agua.

—No hay certeza de eso, no podemos acusarlos sin pruebas o saldremos más perjudicados.—suspira Taehyung antes de beber de la botella y retirar la gorra de su cabeza.

—¡Pero ustedes entienden lo que quiero decir!—reitera Yoongi alarmado.—¡Eun Mi y Hoseok lo vieron con sus propios ojos desde aquí! Cómo el bateador interceptó la seña entre Jeon y Jimin.

—Obviamente algo extraño sucedió ahí.—apunta Jimin igual de desganado que el resto.—Pero no estamos seguros de qué pudo haber pasado en realidad…

—Pero…

—Yoongi—le interrumpe Hoseok acariciando sus sienes con pesadumbre.—Taehyung tiene razón, incluso cuando hayamos notado algo mal en el juego, sin pruebas no hay nada que hacer. Se acabó.

Yoongi sella sus labios en una mueca furiosa y resignada, se cruza de brazos y baja su cabeza emitiendo un suspiro cansado, cargado de decepción. Los demás repiten la acción y permanecen en silencio mientras solo se perciben los murmullos del resto del equipo preparando sus pertenencias para marcharse, resignados al fracaso.

Yo permanezco en silencio, porque realmente no hay nada que pueda hacer o decir para hacerlos sentir mejor o cambiar el resultado final, e intuyo que lo menos que ellos desean escuchar justo ahora es una frase convencional de condolencias. Así que opto por callarme y fijar mi mirada en el centro del terreno, donde aún yace Jeon estático en la tablilla del lanzador.

No se ha movido de ese sitio desde que anunciaron la victoria del equipo contrario, a pesar de que los vencedores ya se han marchado a celebrar con los chicos de su instituto y el campo de juego ahora se encuentra prácticamente vacío con solo unas pocas personas pululando por sus alrededores, él continúa en ese sitio.

Imagino lo que puede estar sintiendo en este momento, no solo por las joviales promesas que hicimos antes del juego, sino porque ha de ser difícil de aceptar para él una derrota como esta. Al ser la primera vez que le sucede algo así debe de estar desconcertado, probablemente analizando en su mente cada jugada o movimiento y reproduciéndolo contínuamente, intentando hallar los posibles fallos. Y si Yoongi y el resto notaron que hubo algo extraño en el juego, no me sorprendería que Jeon se haya dado cuenta también.

—Iré a verlo.—murmuro antes de colocarme de pie, tomando una botella de agua nueva y caminando hacia él.

Ni siquiera sé si los chicos escucharon mi aviso, solo puedo pensar en consolarlo justo ahora, incluso cuando no sepa qué decir con exactitud.

Jungkook mira hacia abajo mientras arrastra la punta de su zapato contra la tierra del suelo, levantando una leve capa de polvo que se me antoja nostálgica desde mi perspectiva. Su gorra yace en el suelo, donde minutos antes se encargó de dejar fluir su ira e indignación. Coloca una mano sobre su cadera y lleva la otra hacia sus cabellos, peinándolos hacia atrás en un gesto de irritación. Las hebras oscuras que pueblan su frente se perciben húmedas y brillantes, al igual que la piel de sus mejillas y cuello, sus labios se fruncen en unas cuantiosas y silenciosas maldiciones antes de que sus ojos por fin se encuentren con los míos, entonces su mirada iracunda y colérica se torna en una arrepentida y hasta diría que algo apenada.

—Lo siento…—lo escucho murmurar a mi lado.

—No tienes que disculparte por nada Jeon, no ha sido culpa tuya.—le aclaro con firmeza.

A veces tengo la impresión de que siempre se atribuye demasiado la culpa de todo lo negativo que sucede, quizás no tenga razones sólidas para creer eso…es solo una de las muchas corazonadas que Jeon me inspira.

—Se suponía que debía ganar…—dice con una sonrisa ladina carente de humor por completo, soltando una leve risa nasal de por medio.

—Todo está bien.—le reitero, porque justo ahora lo que menos interesa es esa tonta promesa de proponerme un noviazgo. Simplemente necesito que él esté bien.

Suspira tomando la botella de agua de mi mano, mientras bebe su nuez de adán se mueve en ascenso y descenso siguiendo el recorrido del líquido. Las casi indivisibles gotas de sudor resbalan por su cuello y sienes, así que preocupándome poco que alguien observe y juzgue mis acciones, tomo la pequeña toalla que llevo sobre mi hombro para estos casos y le deslizo por su piel, limpiando a mi paso el rocío natural de su cuerpo con la suavidad de la tela.

Jungkook abre sus ojos ante la impresión en cuanto siente mi tacto y separa con lentitud sus labios, ahora húmedos y brillantes, de la boca de la botella. Permanezco secando el sudor de su dermis mientras que él me observa fijamente, me coloco de puntillas para llegar a su rostro y así repetir el proceso con sus mejillas y sienes, sin embargo su estatura comparada con la mía es tan sublime que apenas logro rozar la punta de su nariz. Entonces él emite una pequeña risilla y curva su torso, permitiéndome continuar de forma mas cómoda, yo también sonrío en cuanto nuestras miradas se encuentran y termino de pasar la toalla por su, ahora un poco más iluminado, rostro.

Supongo que la culpabilidad es una de las cosas que más le inquieta de haber perdido el partido…

Pero él no puede cargar con toda la responsabilidad de un juego que claramente depende de más de una persona.

—¿Tienes algo que hacer ahora?—pregunta en voz baja en cuanto un jugador del equipo pasa por nuestro lado.

—No realmente.

—¿Saldrías conmigo?—musita rozando levemente su mano con la mía, supongo que esperando a que acepte para entonces tomarla y salir de este lugar.

Asiento al instante, ni siquiera cuestiono a dónde se supone que iremos, simplemente deseo tanto estar con él cómo al parecer él conmigo y cualquier sitio me parecería el mejor lugar del mundo a su lado. Además, intuyo que justo ahora lo que necesita es solamente una distracción y alguien con quien hablar del tema quizás, aún esa expresión de amargura y decepción no abandona su rostro.

Jungkook sonríe, pero antes de que pueda tomar mi mano, yo sostengo entre mis dedos parte de la tela de la manga de su uniforme, que no llega a ser ceñido por completo a su cuerpo. Él parece comprender al instante y vuelve a su posición inicial al percatarse de que probablemente haya muchas miradas sobre nosotros justo ahora, así que comienza a caminar hacia el dugout con naturalidad mientras que yo le sigo aferrada de forma discreta a la tela de su camisa.

Justo ahora no quiero estar lejos de él, así que mientras más pronto salgamos de este lugar será mejor.

—¿No oyeron todo lo que grité desde allá arriba? Solo me faltó quitarle el megáfono al estúpido que vendía las palomitas para que todo el estadio lo escuchase.—oímos a Yoon Hye hablándole a los chicos, al haberse terminado el partido supongo que la han dejado bajar hasta aquí.

—¿Qué iban a escuchar Hye? Todos estábamos muy tensos por aquí.—le dice Yoongi rodando sus ojos.

—Una lástima, les estaba dando ánimos.—habla ella chasqueando su lengua.

—Después del piropo que me lanzaste la última vez, agradezco no haber oído tus ánimos. A saber dios qué cosas habrás dicho.—murmura Jimin abanicando su rostro con su propia gorra.

—Pues para tu información, Park, esta vez me había esmerado.—le rectifica ella.—ustedes son mis simios favoritos, habría hecho lo posible porque ganaran. No se sientan mal, no entiendo nada de ese estúpido juego, pero lo hicieron bien.

—Gracias Hye, eso es muy alentador.—masculla Hoseok dedicándole una leve sonrisa, él tampoco luce muy bien después de todo.

—¿Taehyung?—una vocecita tímida y conocida para mí hace acto de presencia. Entonces todos los ojos van a parar a la cohibida y tierna figura de Haneul.

Supongo que está aquí por Tae, puesto que su equipo no jugaba hoy, es muy dulce de su parte.

—Haneul.—Taehyung se coloca de pie rápidamente y se acerca a ella.

La chica nos saluda con timidez y educación, mientras Tae la mira enternecido. Como es de esperarse, ella les dedica unas palabras de ánimos a los chicos, y a pesar de que no la conocemos tanto como Taehyung quizás, todos sonreímos sin poderlo evitar ante la ternura natural que emana.

Lo cual me recuerda…

—Espera un segundo, tengo algo que hacer.—le susurro a Jeon y él asiente antes de caminar hacia sus amigos.

—¿Tienes un minuto?—le pregunto a Haneul una vez me encuentro a su lado.

—Claro.—me dice con una leve sonrisa.

Carraspeo sonoramente al notar que Taehyung permanece a nuestro lado y no ha movido siquiera un músculo.

¿Tan atontado lo tiene?

—Privacidad, por favor.—le digo con un poco de gracia y él parpadea repetidas veces antes de comenzar un estúpido balbuceo hacia nosotras.

—¡Ah! Sí, claro…lo siento. Yo…ya me iba.—masculla alejándose de nosotras.

Haneul ríe y niega con su cabeza antes de prestarme atención nuevamente.

—Veo que las cosas van muy bien entre ustedes.—señalo observando la espalda de Taehyung a unos metros de nosotras.

—Ah…nos estamos conociendo, Taehyung es muy agradable y atento.—dice ella retorciendo sus manos en el dobladillo de su suéter con notable vergüenza.

Yo simplemente le sonrío y asiento, supongo que no es momento para indagar más en su sorpresiva relación o acercamiento, ella no parece ser muy comunicativa y abierta como para comentar sobre esas cosas sin tener del todo confianza con la otra persona. Así que más tarde quizás le pregunte a Tae.

—Quería darte esto desde el primer día que nos encontramos.—explico tomando la pulsera de mi bolsillo y colocándola sobre la palma de su mano.

Ella la observa durante unos segundos con confusión y una pequeña arruga se forma en su entrecejo, por lo que me apresuro a continuar.

—Es un regalo de tu madre, se suponía que sería por tu cumpleaños…pero no pudo entregártelo.—sonrío levemente al recordar a la enfermera Choi.—Prometí que la cuidaría y conservaría hasta que pudieras tenerla tú.

Escudriña con fascinación la pulsera, y una sonrisa melancólica se forma en sus labios al leer la frase inscrita en la misma “Siempre a tu lado”.

—Gracias, Eun Mi.—me dice con sinceridad y advierto la humedad formándose en sus lagrimales.

Yo no tengo una madre… ¿Pero cuán difícil para ella debe ser tenerla y no poder disfrutarla? Imagino que ambas se extrañan demasiado.

—Creo que deberías agradecerle a ella, y contarle sobre tus planes de regresar a Seúl, créeme que no habrá nada que la haga más feliz que saber eso.

—Lo haré, no importa lo que diga mi padre…haré lo posible por regresar.—responde con convicción.

Todos estos años debieron ser muy difíciles para ellas, su madre creyendo que lejos podría tener una vida mejor y ella sin poder decidir sobre las decisiones de su padre. Ahora que es mayor de edad supongo que muchas cosas cambiarán.

—Me alegro de haberte conocido al fin.—le reitero colocando mi mano sobre su hombro y ella sonríe.

—Lo mismo digo.

—Debo irme…y supongo que Tae te está esperando…—río notando al inquieto chico a unos pasos de nosotros, mirando con disimulo hacia nuestra dirección.—Así que hablaremos después.

Haneul me sorprende en cuanto sus brazos me envuelven en un cálido abrazo que no tardo en corresponder, entonces ella se despide y camina hacia Taehyung. No evito ocultar mi expresión atónita cuando este la toma de la mano y la guía a la salida.

Supongo que Taehyung ya encontró ese otro amor que curará las heridas del anterior. Y yo cumplí mi promesa, acabo de sanar además una magulladura en alguien que me importa, la enfermera Choi…se siente bien ayudar, y ahora que a raíz de ello he conocido a tantas personas maravillosas, la nostalgia por no haber tenido hasta el día de hoy quien me sanara a mí no es tan lacerante como hace un tiempo atrás.

Creo que nunca estaremos preparados del todo para lo que nos deparará la vida y el lugar que ocuparemos en la de alguien más, pero agradezco que hasta ahora esté pareciendo mejorar para mí.

—¿Lista?—pregunta Jungkook en voz baja mientras se acerca.

—Sí.—tomo mi bolso sobre la banca del dugout, y justo antes de girar sobre mis talones, siento una leve presión sobre mi antebrazo.

—¿Ustedes también se irán?—Hye me mira con su ceño fruncido y una expresión de incomodidad.

Es entonces cuando advierto que junto a ella ahora solo se encuentra Hoseok y no hay rastro alguno de Yoongi y Jimin.

—Ah…tenemos algo que hacer.—me excuso, y para mi suerte, no requiere de muchas explicaciones para entender. En parte es un alivio que Hye sepa lo nuestro.—¿Dónde están Jimin y Yoongi?

—Yoongi está pasando por una etapa de negación por haber perdido el partido, está convencido de que el juego fue manipulado y se ha ido como un poseso en busca del entrenador para explicarle sus alocadas teorías.—dice rodando sus ojos.—Supongo que Jimin fue a detenerlo.

—Deberíamos hablar con el más tarde, intentar que se calme un poco.

—Sí...oye… ¿En serio tienen que irse?—pregunta esperanzada de que mi respuesta sea una negativa.—Entiendo que Jeon y tú necesitan hablar pero…es que no tengo con quién volver al hotel y no quiero quedarme sola…

Su confesión me hace dudar de mi decisión, obvio que quiero salir con Jungkook además de que nos debemos una conversación sobre esto…pero no quisiera dejar a Hye sola y sé que si no se sintiera así no me pediría que me quedase, supongo que al igual que el resto sus ánimos se encuentran un poco decaídos.

Justo cuando estaba a punto de contestarle, un suspiro a nuestras espaldas trae a mi mente una idea excelente para la ocasión. Me giro con discreción y observo a Jung aún con su cabeza entre sus manos, suspirando con pesar.

—¿Por qué no le haces compañía a Hoseok?

Hye ladea su cabeza confusa antes de alternar su vista entre el chico y yo.

—¿A Hoseok?—asiento reiterándole mi propuesta.

—Pueden volver juntos al hotel.

—Pero es que yo…

—Hye.—la interrumpo imaginando lo que querrá decir.—Él no está bien, quizás necesite hablar con alguien…y todos se han ido por su cuenta.

Tal vez Hye no sea el ser más benévolo y agradable sobre la faz de la tierra, pero sus sentimientos son sinceros y altruistas, basta solo con mis palabras para que ella suspire y asienta de acuerdo. Otra persona me habría pedido a mí que me quedase a consolarlo, pero ella sabe que Jungkook también me necesita justo ahora y que sería muy egoísta decirme tal cosa. Además, aunque no quiera aceptarlo, nos quiere por ser sus amigos. Sea o no en función de la operación iceberg, ellos dos merecen un tiempo a solas.

—Está bien.—accede soltando mi muñeca.—No tarden demasiado, por favor.

—Volveremos pronto.

Me despido de ella y de Hoseok, apenas observo la expresión asombrada y el sonrojo de este último al ver a Hye sentarse a su lado y entablar una conversación que no alcanzo a escuchar debido a que Jungkook toma mi mano, esta vez sin la preocupación de que alguien más nos vea, y dirige mis pasos hacia la salida.

Realmente aún no tengo claro de cuántos capítulos constará el maratón, así que simplemente estaré actualizando durante todo el fin de semana hasta llegar al límite.

El próximo capítulo es importante :D así que intenten seguirle las pistas, quizás alguna información importante se revele 🤷‍♀️

Gracias por leer, nos leemos en la próxima actualización ❤✨

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