Capítulo 47
—¡Hey! Vengan aquí.—El entrenador interrumpe la práctica llamando a todos los jugadores en un tono ansioso y eufórico que hace fruncir el ceño a más de uno.—¡Ustedes! También acérquense.—profiere agitando su mano en dirección al dugout, donde nos encontramos los miembros de la comisión.
Suspiro agotada antes de colocarme de pie y seguir los pasos del resto rumbo al centro del terreno,llevamos alrededor de dos horas aquí y apenas la comisión ha tenido un tiempo para relajarse. Si bien el equipo se ha esforzado mucho más practicando con apenas unos cortos recesos de por medio, nosotros hemos tenido que estar en todo momento pendientes al juego y a las necesidades de los jugadores, corriendo de un lugar hacia otro junto al entrenador, limpiando toda la indumentaria y abasteciendo las neveras portátiles que hemos traído. Además de socorrer a los jugadores cuando sufren de alguna tensión muscular o dolores a causa de un mal gesto…no sé si se deba a que realmente la tarea es exhaustiva o mi agotamiento es consecuencia del poco esfuerzo físico que realizo a diario y mi experiencia nula en situaciones de esta índole.
Todavía tengo que preguntarle a Taehyung por qué diablos me inscribió en la comisión, es un hecho que si dependiera de mí jamás me habría metido en algo como esto.
—¿Qué sucede? ¿Estamos haciendo algo mal?—pregunta Taehyung llegando junto al entrenador, jadeando mientras limpia el sudor de su frente.
—No Kim, todo está perfecto.—le sonríe el entrenador y espera a que el resto de los presentes llegue a su encuentro.—Les tengo noticias maravillosas chicos, y esto deben escucharlo todos.—no evita ocultar su reciente emoción al hablar.
—¿De qué se trata?—inquiere esta vez un chico del equipo.
—Acabo de recibir una llamada de la Oficina de Política Deportiva que está patrocinando el evento, informaron que tendremos de invitado especial al rector de una universidad de deporte en América interesada en formar una alianza con una de las instituciones del país. Está proponiendo un plan de intercambio entre jugadores, los mejores, les otorgarán una beca universitaria en dependencia de su desenvolvimiento y rendimiento en las competiciones…
—¿Para qué nos dice esto? Está claro que quien ganará la beca será Jeon.—bufa Young Soo con obviedad rodando los ojos.
—No seas impertinente, Lee.—le reprende el entrenador golpeando levemente su nuca.—Van a seleccionar cinco jugadores, del equipo ganador obviamente, y no podemos confiarnos porque les recuerdo que nuestros contrincantes también tienen grandes fortalezas. Son las competiciones nacionales.
—Es una gran oportunidad chicos.—le habla Taehyung al equipo.—Piénsenlo…no solo tendrá repercusión en la reputación de la escuela, también les brindará una gran oportunidad. Los seleccionados podrían estudiar en América, con más posibilidades de un contrato para las grandes ligas, yo creo que deberíamos tomárnoslo en serio.—el entrenador sonríe y asiente complacido, dándole la razón a Taehyung luego de escuchar su razonamiento.
—¿Entonces qué? ¿Solo debemos ganar?—habla Jeon esta vez llamando la atención de todos. No luce tan agotado como el resto y su semblante es firme, tal parece que nació para hacer esto toda su vida.
Evito que nuestras miradas coincidan bajando mi cabeza, aún es incómodo estar a su alrededor después de nuestro último acercamiento…
¿Cuándo podré sentirme sin la necesidad de evitarle cada vez que le veo?
Siempre ocurre algo distinto entre nosotros que me hace recurrir al impulso de huir de su presencia.
—Sí, pero no es tan sencillo chicos…no subestimen al enemigo.—aconseja el entrenador dirigiendo sus palabras específicamente a Jeon, debido a que su postura denota extrema confianza en el triunfo.—Vamos a enfrentarnos a dos de los mejores equipos escolares de la temporada, hay que prever cada situación con antelación y ante todo…mucha confidencialidad.
—¿Quiénes son los dos mejores equipos?—le pregunto en voz baja a Yoongi a mi lado mientras el entrenador comienza a hablar sobre jugadas y estrategias a tomar en cuenta.
—Se refiere a los equipos de Busan y Gwangju.
—¿Tan buenos son?
—Mira, estas son las competiciones nacionales, lo que quiere decir que antes de llegar aquí varias provincias se enfrentaron entre ellas, algunas fueron descalificadas y otras perdieron…pero los únicos equipos que llegaron invictos a esta fase final fueron el de Seúl, o sea nosotros, Busan y Gwangju. Por lo tanto, sí, son muy buenos. Esos fueron los dos equipos finalistas además del nuestro, por lo que debemos enfrentarnos a ellos para poder vencer la competencia.
—¿Quién lleva la delantera?—indago agradecida de tener a Yoongi a mi lado en estos momentos, aunque no soy una completa ignorante sobre este deporte, tengo que reconocer que hay muchos términos y cuestiones con las que no estoy familiarizada y que Yoongi tenga tanto conocimiento sobre todo me es de gran utilidad.
—Hace dos días, antes de que llegásemos, jugaron Gwangju y Busan…Busan lleva la victoria hasta ahora. Nosotros debemos enfrentarnos primero a Gwangju para decidir si llegan a ser eliminados, y por último a Busan…si les ganamos el premio es nuestro.
—Vaya…estos serán los juegos del hambre versión baseball.—Yoongi deja escapar una risa nasal al escucharme.
—Pues sí, y no queda mucho tiempo…el primer partido será pasado mañana.
—Lo sé, espero que todo salga bien.–de solo pensarlo mis nervios se acrecientan, y es que si bien no soy una gran entusiasta del baseball, obviamente quiero ver a mi equipo ganar.
—¿Quedó claro lo que haremos entonces?—pregunta el entrenador terminando sus explicaciones, recibiendo un murmullo de aprobación por parte del resto.—La comisión debe de estar enterada de todo, ustedes también son parte del equipo, así que les pido discreción con el plan de estrategias que hemos trazado.—nos pide, pero siendo sincera dudo que la mitad de los miembros de la comisión, exceptuando a Yoongi y quizás el otro chico, hayan entendido algo de lo dicho por él.—Entonces vamos ¡Practiquemos lo que hemos hablado!—da una palmada y al instante todos se dispersan en dirección al terreno y la comisión hacia el dugout.
—¿Qué están haciendo?—cuestiono observando el extraño intercambio de señas que mantienen Jeon y Jimin.
—Así se comunican el lanzador y el cátcher, cada seña significa una jugada. Jungkook le está diciendo a Jimin el tipo de lanzamiento que planea hacer para que este se prepare y pueda recibir la pelota en caso de que sea un strike.—explica Yoongi mientras acomoda las botellas de agua en el interior de la nevera.
Frunzo el ceño en dirección a los aludidos. Observo a Jimin de cuclillas a un costado del bateador mientras mueve una de sus manos, apuntando hacia el suelo, a lo que Jeon asiente y le devuelve la seña. Jungkook se encuentra en el montículo del lanzador, ladea su cabeza de izquierda a derecha antes de elevar una de sus piernas buscando impulso y lanzar la pelota con destreza. Jimin la atrapa al instante y le muestra su pulgar a Jeon, haciéndole saber que la coordinación entre ambos ha sido certera.
—Eso fue una curva, así que ahora ya sabes que esa seña significa que va a lanzar curva.—apunta Yoongi.
—Es genial.—confieso sorprendida.—Solo atiné a ver una serie de movimientos extraños, nadie pensaría que en verdad estaban planeando el lanzamiento.
—En eso consiste una de las habilidades de los jugadores. Todos utilizan señas para pasarse las jugadas, así el equipo contrario no podrá saber sus movimientos pero ellos estarán perfectamente coordinados y podrán elaborar una respuesta para cada jugada. En las prácticas planifican todas las estrategias que usarán en el partido, y a cada una le asignan una seña que solo los propios miembros del equipo entienden. Esa es la clave, en muchos casos, para la victoria segura.
—¿Qué pasa si el equipo contrario descubre una de sus señas?
—Eso se convertiría una total desgracia.—espeta horrorizado de solo pensarlo.—Sería como si pudieran prever el futuro, sabrían con exactitud las jugadas que hará el otro equipo y podrían frustrarlas de inmediato, destruyéndoles cualquier posibilidad de ganar. Pero eso solo sucede en casos excepcionales, cada equipo prepara sus señas lo más encriptadas posible para no ser descubiertas…puede ser cualquier gesto, desde pasarse la mano por el cabello, hasta cruzar sus dedos o un simple mohín. Por ejemplo, Jungkook lo único que ha hecho ha sido tronar su cuello, y Jimin le ha demostrado que ha entendido señalando al suelo con su mano…ambos acordaron que se lanzaría una bola curva.
—Ya entiendo porqué el entrenador pidió confidencialidad, nadie del equipo puede exponer alguna de las señas.—murmuro razonando. Nunca había visto al baseball desde esta perspectiva, y ahora que conozco esto, me parece un deporte bastante interesante. Debe de existir una gran coordinación entre todos los miembros del equipo para que las cosas fluyan.
—Oh, Taehyung ha salido del cajón de bateo. Le llevaré un poco de agua.—me informa antes de colocarse de pie.—Toma una bebida y acompáñame también, los chicos están a punto de salir a un receso.
Asiento y tomo una botella de agua para llevársela a Hoseok, aún Jimin y Jungkook se encuentran planificando las señas y no parecen advertir que el entrenador ha sonado el silbato para un breve descanso. Con cada paso que doy el hormigueo en mi estómago se acrecienta…Hoseok se ve tan perfecto con su cabello húmedo y mejillas sonrosadas, su sonrisa brillante y el uniforme del equipo que se ajusta a su delgado cuerpo con precisión. Es un alivio que tanto él como Jimin se hayan recuperado un poco más de la resaca y ahora su aspecto mejorase.
Resoplo por lo bajo al sentir un molesto golpe en mi hombro y frunzo el ceño con indignación hacia Myung Soo que pasa por mi lado, dirigiéndose a su hermano y a Jae Sook para llevarles bebidas también. Mi buena suerte es efímera, ya era demasiado inusual que haya pasado estas dos horas sin intentar algo en mi contra, supongo que se controla porque el entrenador está todo el tiempo a nuestro lado…pero aun así no pierde oportunidad alguna de coquetear con Jeon, y cuando este está practicando, intentar meterse conmigo. Es un alivio que Yoongi haya estado junto a mí todo este tiempo.
—¿Cansado?—pregunto con nervios llegando a su encuentro, mientras presiono entre mis dedos la botella de agua.
—Un poco, pero tenemos que prepararnos bien para la competencia.—me sonríe con empatía y ladeo un poco mi cabeza para que mis cabellos escondan el leve sonrojo que su inminente atractivo ha causado en mí.
—Ganarán, estoy segura.—Hoseok asiente y despoja la toalla que cuelga sobre sus hombros para secar su cuello y cabello…ante dicha imagen las palabras pierden toda coherencia en mi raciocinio y de repente olvido hasta lo que he venido a hacer aquí.—Ah…yo…te he traído agua.
—Oh, gracias. Muero de sed.—Su respuesta me hace sonreír por haber acertado en que necesitaría una bebida, me hace mucha ilusión poder ser útil para él.
Extiendo la botella en su dirección, pero al sentir esta ser arrebatada con brusquedad de mi mano, ahogo un jadeo de sorpresa. Hoseok apenas tiene tiempo de dejar la toalla sobre su hombro nuevamente, antes de que pueda recibir la botella, esta es despojada de mi alcance con tal rapidez que incluso pareciese que simplemente se esfumó entre mis dedos.
Pateo el césped artificial con la punta de mi zapato, reteniendo una maldición y algún que otro insulto hacia el chico a mi costado que bebe con serenidad y deseo de la botella que segundos antes yo sostenía.
Hoseok frunce el ceño y se cruza de brazos, igual de irritado que yo.
—Oye… ¿A qué estás jugando?—le habla a Jeon, quien una vez ha terminado el contenido de la botella, pasa el dorso de su mano por sus comisuras y emite una exhalación de satisfacción a causa de la frescura del líquido.
—¿Yo? ¿A qué te refieres?—dice con indiferencia, pero es esa indivisible sonrisa ladina plasmada en sus labios la que me hace percatarme de que claramente sus acciones fueron preconcebidas.
—Era para Hoseok.—golpeo su hombro señalando la botella vacía, de repente hasta la vergüenza que me producía tenerlo en frente se ha disipado, ha sido reemplazada por la irritación que me causa su actitud.
—Y ayer el algodón de azúcar era para Eun Mi e hiciste lo mismo.—reitera Hoseok y siento mi corazón estremecerse ante el solo hecho de que él sea capaz de recordar aquel suceso y que le haya importado tanto como a mí.
Jungkook frunce el ceño y alterna su vista entre Hoseok y yo con un mohín de desaprobación, pasa su lengua por el interior de su mejilla y deja salir un suspiro sarcástico mientras niega con su cabeza.
—No sé de qué hablan, eso fue una simple casualidad.—profiere encogiéndose de hombros con una pequeña risilla nasal de por medio.–Y esto.—eleva la botella señalándola con obviedad.—Es simplemente lo que me corresponde, Eun Mi es parte de la comisión y su trabajo es atendernos…así que no debería importar si tomo yo la botella o tú ¿Cierto, Jung? Te recuerdo que estamos en el mismo equipo.—palmea la espalda de Hoseok y este resopla con ironía rodando sus ojos.
—Eso no tiene ningún sentido…—me quejo avanzando hacia él con autoridad.
Jungkook me observa desde su altura, bajando la mirada un poco para que esta llegue a conectar con la mía, entonces sonríe y relaja su postura eliminando los pocos metros que nos separan.
—Si tanto te molesta que haya tomado tu botella…ten, aquí esta.—coloca la botella vacía en mi mano y yo gruño en respuesta.—Ustedes dos…deberían relajarse un poco ¿No creen?
Pasa por mi lado de regreso a su posición en el terreno, Hoseok lo sigue con la mirada y yo me limito a estrangular el plástico de la botella entre mis manos.
Imbécil, pero de los grandes.
—Jeon está actuando extraño.—habla Hoseok regresándome de mis cavilaciones, en las que el cuello de Jeon es el cuerpo de esta botella aplastado entre mis dedos.
—No, él siempre es así de estúpido.—murmuro con resignación, porque sí, para mi es más que claro que Jungkook nunca va a cambiar su particular forma de ser.
—Quizás.—Hoseok se encoje de hombros y regresa su mirada hacia mí para luego sonreír.—No te preocupes por el agua, debo ir al dugout de todas formas así que tomaré una bebida de allí.
—Lo siento.—suspiro avergonzada.
Si Hye estuviera aquí ya me habría recordado lo mal que está resultando la operación rayito. Pero no creo que dependa de mí…
¿Por qué todos los métodos que intento para acercarme a él salen tan mal?
No creo que nada de esto esté dando resultado.
—Oye…Eun Mi.—Hoseok balbucea en voz baja llamando mi atención.
—¿Sí?
—Tú …quizás puedas…—frunzo el ceño confundida por su murmuro entrecortado, Hoseok suspira y pasa su mano por su cabello despeinándolo un poco…entonces sucede algo que jamás creí posible ver en él, comienza a sonrojarse.—Me preguntaba si mañana, después de la práctica, estarás ocupada o algo así…
—¿Ocupada?—paso saliva con dificultad y parpadeo repetidas veces, de repente puedo intuir hacia dónde se dirige la conversación.
—Sí …quisiera invitarte a salir.—con solo escuchar esas palabras viniendo de él, siento mi corazón desfallecer y resucitar al mismo tiempo.
¿Cuántas veces imaginé un momento como este?
¿Cuántas veces soñé con que Hoseok hiciera algo así?
No importa si fueron disímiles las situaciones que mi mente recreó en aquel entonces…nada se compara al escucharlo en vivo, nada me preparó lo suficiente para esto.
—¿Salir? Como… ¿Una cita?—pregunto con timidez, sonrojándome inevitablemente.
—Ah bueno…—el sonrojo de Hoseok se intensifica y ríe con nervios.—Supongo…puedes considerarlo de esa forma si quieres.—oprimo mis labios conteniendo una enorme sonrisa y él suspira buscando relajar las tensiones que se han formado a nuestro alrededor.—Entonces… ¿Mañana estaría bien?
Asiento con énfasis, olvidándome por completo de mi habilidad para verbalizar, y es que la euforia que siento en estos momentos no me permite razonar con sensatez siquiera.
—Genial, te pasaré a buscar a tu habitación luego de las prácticas.—dictamina y posa su mano en mi cabeza para despeinar levemente mi flequillo.—Nos veremos entonces.
En cuanto Hoseok pasa por mi lado rumbo al dugout, no me contengo y comienzo a saltar en mi sitio con emoción, dando pequeños gritillos silenciosos.
¡Tengo que contarle a Hye!
Llevo esperando por esto tanto tiempo…
—Señorita Sang—escucho un carraspeo a mis espaldas.
En cuanto me giro, observo al entrenador con el ceño fruncido y una expresión desentendida analizando cada una de mis extremidades… y es entonces cuando la vergüenza consume mi repentina emoción al percatarme de que me ha visto moviéndome de forma extraña, haciendo mohínes raros sin aparente razón.
—¿Está bien?—inquiere anonadado.
—Ah…sí, lo siento.—hago una leve reverencia en su dirección y él niega con su cabeza, restándole importancia al tema.—Acompáñeme junto al resto de sus compañeros.
Comienza a caminar rumbo a la zona del dugout cerca de la entrada, lo sigo en silencio y distingo en la lejanía a Yoongi, Myung Soo y los otros miembros de la comisión esperando por nosotros. Junto a ellos, un grupo de personas completamente desconocidas para mí.
—¿Quiénes son?—le pregunto al entrenador justo antes de llegar.
—Son los miembros de la comisión del equipo de Busan, estarán tomando el terreno en cuanto nuestra práctica termine. Quiero que se conozcan, el principio de las competiciones es fomentar la creación de lazos entre institutos por medio del deporte, así que iniciaremos por aquí. Ya los chicos conocen al equipo de Busan, hemos coincidido en otras competencias.
Suspiro y asiento siguiendo sus pasos, no me desagrada hacer nuevas amistades, pero considero que socializar no es algo que me resulte sencillo.
La comisión de Busan está integrada por cinco estudiantes, cuatro chicos y dos chicas. A primera impresión no parecen desagradables o renuentes a conocernos, por lo que al llegar a su encuentro relajo mis facciones e intento lucir lo mas cómoda posible.
Yoongi habla con los chicos con naturalidad, y justo ahora envidio un poco su habilidad para entablar conversación y agradar a las personas…de hecho fue el primero en dirigirme la palabra cuando nos conocimos, algo que gradezco enormemente hasta el día de hoy.
—Bien chicos, preséntense y hablen un poco mientras yo termino de organizar al equipo para la retirada.—el entrenador nos sonríe y se aleja junto a un señor mayor que porta un abrigo con el logotipo del equipo de Busan, imagino que debe ser su entrenador.
—¡Hola! Mi nombre es Han SunJi —se presenta una de las chicas con entusiasmo.
Myung Soo observa su mano extendida y bufa antes de dedicarle un asentimiento, la otra chica de nuestra comisión ni siquiera le devuelve el saludo.
¿Qué necesidad de ser tan desagradables tienen?
SunJi frunce el ceño por la hiriente reacción de las otras, y aunque ellas no sean mis amigas ni yo esté en su lugar, me siento terriblemente avergonzada por sus actitudes.
—Un gusto, mi nombre es Sang Eun Mi.—le sonrío y tomo su mano, intentando remediar el error de las otras. La chica me devuelve el gesto con efusividad y de inmediato inicia una conversación, ignorando por su parte a Myung Soo y a su acompañante.
Yoongi no pierde el tiempo en presentarme a sus nuevos amigos e integrarme a la plática, inevitablemente mis ojos se desvían hacia la otra chica que aún no se ha presentado y apenas ha mediado palabra alguna. Permanece cabizbaja tras SunJi, con sus manos entrelazadas frente a su cuerpo.
Su cabello es completamente negro, lacio y brillante como el de una muñeca, su piel blanca y aparentemente delicada hace destacar unas pequeñas marcas, secuelas del acné, en sus mejillas. Lleva unas gafas de armadura gruesa, cubriendo parte de su rostro…pero aún así, con todos esos detalles, es innegable que es realmente hermosa. Y una sensación de familiaridad me abarca de repente, yo he visto a esa chica antes, definitivamente…
¿Pero dónde?
—¿Y tú cómo te llamas?—me aventuro a preguntarle con el objetivo de saciar mi repentina curiosidad.
Ella se mantiene en silencio y muerde su labio inferior como si se debatiera si contestar o no.
—Haneul…Choi Haneul.—murmura con cautela.
—¡Oh! Nuestra Haneul es un poco tímida, por eso no se ha presentado antes ¿No es así Hannie?—SunJi palmea la espalda de la chica y esta asiente levemente.
Haneul…Choi Haneul.
Su nombre se repite continuamente en mis pensamientos hasta que súbitamente todo parece cobrar sentido.
Claro que la he visto antes, he pasado gran parte de mi vida viendo su rostro.
—Tú … ¿De casualidad eres la hija de Choi Yang Hee?—ella abre sus ojos sorprendida y acomoda sus gruesas gafas sobre el puente de su nariz para luego dedicarme un asentimiento anonadado.
—¿Conoces a mi madre?—pregunta con interés y de repente su postura tímida es reemplazada por una de inminente curiosidad.
—Es una gran amiga mía…trabaja como enfermera en el hospital que administra mi familia.
—¿Tú eres Sang Eun Mi?... ¿Esa Sang Eun Mi?—asiento levemente y al instante ella se acerca tomando mis manos con emoción.—Mi madre me ha contado sobre ti, es bueno poder conocerte al fin.
Su gesto me enternece, no es la chica que imaginé que sería en un principio. La enfermera Choi me había enseñado varias fotos de su hija y también hablaba mucho de ella…pero jamás tuve un indicio de cómo sería su verdadera personalidad.
Siempre creí que era injusta, que no merecía que Yang Hee la quisiera tanto cuando ella estaba tan lejos y no parecía valorar ese amor…pero escuchándola ahora hablar de su madre con ese brillo en la mirada y la creciente alegría que le ha causado que yo la conozca, no hace más que confirmarme que quizás el hecho de no estar cerca de ella no depende de su voluntad.
Y eso me hace repudiar aún más a su padre.
¿Cómo alguien podría portar la crueldad de negarle a su propia hija sentir el amor más puro que existe…de privarle a una madre, que lo merece, permanecer junto a ella?
Es increíble lo lejos que puede llegar el egoísmo y el rencor en muchos casos.
Pensé que el hecho de que la enfermera Choi le contara sobre mí la haría sentir celos o algo similar, pero por lo que advierto solo le transmitió una inminente curiosidad por conocerme y una admiración que no considero merecer. Haneul es una chica buena.
—¿Y como está? Regresé de Japón hace solo una semana y no he podido contactarla.—continúa hablando sobre su madre con un tinte de melancolía en la mirada.
—Ella está bien, trabaja mucho, pero es maravillosa en lo que hace.—le respondo con sinceridad.
—Lo sé, quisiera ser enfermera como ella.—me susurra con una leve risilla de por medio.—Estoy planeando decirle a mi padre que me transfiera al instituto de Seúl, para estar más cerca de mi madre.
—¿En serio?—no puedo esperar a que la enfermera Choi se entere, no imagino cuán feliz se ha de sentir con la noticia.
—Sí…dijo que lo pensaría. Pero tengo la esperanza de que acceda, es mi último año y realmente quiero estar allá.
No sé cuánto tiempo transcurre en el que ambas nos dedicamos a conocernos un poco más, Yoongi se ha ido a por sus pertenencias y los otros chicos han comenzado a acomodarse en el dugout al igual que SunJi, en cuanto a Myung Soo y la otra chica…simplemente se fueron y desconozco su paradero.
Haneul es muy agradable, una chica bastante tímida e inocente pero a la vez empática. Cuesta creer que nos hayamos encontrado precisamente en estas circunstancias después de años conociendo la existencia de la otra. La enfermera Choi tiene motivos de sobra para amar a esta chica, ambas son igual de dulces y delicadas.
—¡Fiesta en la habitación de Hye hoy en la noche!—el grito descontrolado de Jimin hace eco el sitio obligándome a voltear para encontrarle junto a Tae, Yoongi y Hoseok avanzando hacia nosotras.
—¿Ella autorizó eso?—inquiero confundida.
—Obvio que no.—bufa con escepticismo.—Pero no me cabe duda de que la convenceré.
—Te vas a ganar otro golpe en la nuca y Hye no será tan benevolente como yo.—canturreo en advertencia. Jimin chasquea la lengua y me dedica un ademán restándole importancia a mis palabras.
—Oye, Eun Mi.—Tae llama mi atención.—¿No piensas presentarnos a tu linda amiga?
Tras escuchar el elogio, las pálidas mejillas de Haneul se tornan de escarlata, haciéndola ver más tierna de lo que antes lucía.
—Oh sí, chicos ella es Choi Haneul.—le sonrío a la joven y al instante la espalda de Taehyung obstruye mi visión cuando se coloca frente a ella.
—Es un placer, mi nombre es Kim Taehyung, a su servicio preciosa.—dice antes de besar el dorso de la mano de Haneul y puedo jurar que esta se desmayará en cualquier momento por cómo su cuerpo tiembla levemente.
—Joder Kim, no pierdes oportunidad.—ríe Hoseok palmeando su frente.
–¡Por una vez Hoseok! Déjame coquetear en paz.—Taehyung gruñe y su gesto le saca una leve sonrisa a Haneul.
—Eun Mi, tu bolso está en la esquina del dugout. Te esperaremos afuera.—me informa Yoongi antes de despedirse y dirigirse a la salida seguido de Jimin y Hoseok.
—Está bien, iré a buscarlo…—la mención de dicho objeto me hace recordar repentinamente algo en su interior que he estado preservando para este momento.—¡Oh, cierto! Tengo algo para ti, espera aquí.—le digo a Haneul antes de levantarme y correr hacia la otra esquina del dugout.
—Oye… ¿Me das tu número?—ruedo los ojos al escuchar desde la lejanía la voz de Taehyung insistiendo en coquetearle a Haneul, aunque la situación me causa un poco de gracia.
Me había quitado la pulsera en cuanto llegamos, para evitar que se extraviase o dañara en medio de los quehaceres de la práctica. Rebusco en el bolsillo donde recuerdo haberla guardado, pero mi mano no es capaz de palpar su estructura. Un poco ansiosa, escudriño toda la extensión del bolso y cada hendidura de este…pero no hallo absolutamente nada.
—No...no,no,no.—murmuro inquieta y comenzando a entrar en pánico mientras volteo el interior del bolso sobre una banca.
No puede perderse, no después de que prometí cuidarla y por fin ha llegado el momento de entregársela…
Un estruendo a mi costado me hace elevar la vista para encontrar una pelota rodando hacia mí, luego otra y otra…son lanzadas en mi dirección, golpeando las bancas a mi costado y rebotando en el suelo a mi lado.
—Pareces desesperada… ¿Se te perdió algo?—Su voz hace eco en el lugar ya desolado, y seguido de sus palabras, las pelotas continúan cayendo.
Me giro para encontrar a Myung Soo junto a la otra chica, cerca del carrito en el que se transportan las pelotas hacia la máquina de tiro que usan en las prácticas, ella lanza dicha esfera hacia arriba y esta aterriza sobre su mano repetidas veces mientras me observa con una ceja enarcada y una cínica sonrisa en su rostro.
—¿Qué es lo que quieres?—espeto con molestia, pero esto no parece hacer más que divertirle.
—Lo de siempre supongo.—responde encogiéndose de hombros.—No vas a encontrar la pulsera en tu bolso Eun Mi.
Ante la mención de dicho objeto mi indignación crece aún más, debí suponer que ella estaría detrás de su desaparición repentina.
—¿Qué has hecho con ella Myung Soo?
—He visto que siempre la llevas contigo…supongo que es algo importante para ti ¿Verdad?—no respondo, pero aún así ella prosigue.—Decidí tomarla prestada por un tiempo, es divertido verte desesperada.
—Devuélvemela.—intento sonar firme y no perder los cabales, porque con cada encontronazo que tenemos mi tolerancia va disminuyendo y no me conviene hacer un escándalo en medio del campamento para que luego llegue a los oídos de Kwan Chul y las consecuencias sean nefastas.
–Seguro.—asiente con falsa condescendencia.—Pero primero divirtámonos un poco.
Seguido de sus palabras, lanza la pelota que retiene en su mano y esta cae justamente a mi lado, haciendo que me encoja en mi lugar y busque salir de ese sitio. Mientras más me alejo, más cerca impactan las pelotas que ahora ambas continúan lanzando, una golpea directamente mi pantorrilla…y no pensé que dolería tanto.
Y es que el impacto de una pelota de baseball, a pesar de ser pequeña, duele como el infierno, más aún si se lanza con saña.
—¡A ver si así aprendes cuál es tu lugar!–espeta ella y se posiciona más lejos aún para lanzar la pelota con fuerza, justo apuntando hacia mi cabeza.
Intento esquivarla, pero apenas he movido un músculo, una figura se interpone frente a mi campo de visión recibiendo el impacto de la pelota. Emite un quejido lacerante al sentir dicha colisión sobre su brazo y yo cubro mis labios ante la sorpresa.
¿Por qué él de nuevo?
—¿Estás bien?—importándome poco que Myung Soo observe la escena, me coloco frente a él y escudriño su mohín adolorido, alternando mi visión desde su rostro hasta su hombro.
—Jeon, no es lo que parece…—Myung Soo corre hacia él e intenta sonreír con inocencia, pero su visaje se transforma en una mueca nerviosa que delata la realidad de todo.
–Vete al demonio.—espeta él en su dirección y le dedica una fulminante mirada que hace a Myung Soo retorcer cautelosamente.
—Yo…
—¡Vete ya de una vez!—grita frente a su rostro. Ella al instante se gira corriendo para tomar del brazo a su amiga y salir del lugar, juraría que incluso la he escuchado sollozar.
—¿Estás bien?—habla de forma calmada dirigiéndose a mí.
¿Qué si estoy bien? ¿Él fue quien recibió el golpe y me pregunta si estoy bien?
—Eres tu quien preocupa aquí, déjame ver tu brazo.—intento retirar la manga de su abrigo, pero su mano me detiene con rapidez y puedo observar la expresión abatida de su rostro ante mis intenciones…
¿Por qué no quiere que vea su brazo?
Él acomoda el abrigo sobre su cuerpo, procurando cubrir sus extremidades superiores, y es entonces que rememoro aquel pensamiento en el autobús sobre nunca haber visto a Jungkook con sus brazos al descubierto...
¿Por qué?
¿Qué es lo que quiere ocultar?
—Salgamos de aquí.—murmura tomando mi muñeca, guiándome hacia la salida.
El pequeño quejido que escapa de sus labios, al acomodar mi bolso sobre su hombro, me hace percatarme de otra cuestión…
—Oh no…Jungkook, es tu brazo derecho.—él me mira con estupefacción, asimilando lo que acabo de decirle, al parecer no había deparado en la gravedad del asunto.
Y es que justo ahora solo puedo implorar porque no haya sido una lesión grave, la primera competencia está a la vuelta de la esquina, Jungkook es el lanzador principal…y él es diestro.
Y bueno, con la aparición de Haneul ya van quedando unos pocos personajes más por presentar :D porque sí, aún faltan sorpresas y lo mejor no ha ocurrido todavía.
Siento si les parece demasiado la extensión y el ritmo que lleva la historia, pero créanme que todo es necesario y ningún capítulo está de más, todos guardan una pista importante. En un final la espera habrá valido la pena 🤭
Ahora si :) adelanto que en los próximos capítulos se vendrán momentos interesantes...u know what i mean 7w7
Por si desconocen lo que es el dugout :
Es esta zona debajo de las gradas donde los jugadores guardan sus pertenencias y donde radica la mayor parte de la indumentaria del equipo y el entrenador durante del partido, quizá lo reconozcan como "las bancas" o algo así.
Gracias por leer 🌈
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