Capítulo 46
La mirada perdida y cristalina de Jungkook me hace saber que sus palabras lo han transportado a, probablemente, una serie de recuerdos en los que es preferible no pensar.
Se parece tanto a mí, y se parece tanto a…él.
Sacudo mi cabeza alejando los pensamientos que han comenzado a resurgir en mi subconsciente, porque ninguno conlleva a nada bueno…o al menos a algo posible.
—Lo siento…—murmuro avergonzada por haber hecho mella en un tema tan sensible para él.
—Está bien.—agita su mano restándole importancia y sonríe, desviando mi atención hacia su sonrisa y no hacia sus ojos melancólicos.—Debía volver de todas formas, hice una promesa y ya era hora de que la cumpliera.
Su fingido desinterés no hace más que sensibilizarme en demasía, porque sé que intenta no mostrarse afectado, puedo reconocer ese comportamiento a la perfección, pretende que nada le perturba o preocupa cuando la realidad dista mucho de eso.
Lo entiendo completamente…porque yo lo hago también.
Tal vez esto es una muestra de lo parecidos que somos Jungkook y yo, así como él mismo ha alegado en más de una ocasión.
—¿Qué fue lo que te susurró Myung Soo hace un momento?—Jungkook deja escapar una leve risa nasal y me observa con picardía, cambiando por completo su semblante decaído de unos segundos atrás y me alegra que mi intento por desviar el tema de conversación haya funcionado…pero de repente comienzo a arrepentirme de que esa fuera precisamente la pregunta que vino a mi cabeza para eso.
Supongo que también es algo que me tiene bastante curiosa…y molesta.
—¿Quieres saber?—murmura acercándose aún más, a lo que yo paso saliva con nervios, alejándome con cautela hacia el costado contrario al suyo.
—Solo…solo es una pregunta, no es que me importe…—él eleva una ceja divertido por mi reacción nerviosa y balbuceo, lo cual me pone aún más inquieta e irritada.—¿Sabes qué? ¡Olvídalo! No necesito que me digas, yo…
Detengo mi monólogo indignado en cuanto siento su brazo envolver mi cintura, contengo la respiración por unos segundos sorprendida por su gesto y por el inminente cosquilleo que su tacto a mi alrededor provoca. Con su acción evita que prosiga alejando mi torso del suyo, entonces continúa acercándose, esta vez sin que yo pueda distanciarme. Y aunque debería decirle algo o simplemente levantarme de esta silla, por alguna razón permanezco estática en mi posición mientras que él se aproxima hasta que logro sentir el aroma de su colonia y la punta de mi nariz rozar la tersa piel de su cuello.
Su cuerpo emana un calor reconfortante que desencadena unos inminentes impulsos de querer abrazarlo y sentirlo más cerca, pero ni siquiera puedo mover un solo músculo abrumada por el cúmulo de sensaciones que provoca sobre mí. Ahogo un jadeo al sentir la curvatura de su sonrisa en mi oreja y sus labios rozar el lóbulo con aquel gesto, mi corazón bombea con tanta fuerza y constancia en mi pecho que hasta la absurda suposición de que él sea capaz de oírlo se convierte en una preocupación.
—¿Qué dices si hoy en la noche pasamos un rato especial? Solo nosotros dos…
Escuchar aquel susurro en mi oído, y su aliento colisionando contra la piel de mi mejilla, en cuanto acaricia con la punta de su nariz la longitud de mi cuello, hace que mis piernas tiemblen y recurran al impulso de juntarse con fuerza. Justo ahora agradezco estar sentada, o de lo contrario no sabría si me sería posible mantenerme en pie cuando apenas logro coordinar mis pensamientos, y es que junto a Jungkook todo mi entorno carece de coherencia.
—¿Qué?—murmuro de forma casi inaudible, a pesar de haberlo entendido a la perfección.
—Eso fue lo que me susurró Myung Soo.—dice esta vez elevando un poco su voz y alejándose de mi cuello hasta quedar frente a mi rostro, en donde nuestros ojos se encuentran y le observo sonreír a gusto con mi reacción.
Dejo escapar de forma entrecortada el aire que retenía y coloco mi mano sobre el brazo que aprisiona mi cintura con toda intención de alejarlo de mí lo más pronto posible. Sin embargo, en lugar de moverse, este no hace más que afianzar su agarre en una clara advertencia de que no tiene intención alguna de dejarme ir por el momento.
—¿No quieres saber lo que le contesté?—habla sin apartar su vista de mis facciones.
—No creo que…
—Le dije…—comienza incluso cuando planeaba negarme.—“Ya tengo alguien que hace de todos mis días y noches algo especial…y solo me importa ella”
Ante mi silencio, sonríe con dulzura, como si mi clara expresión de asombro y confusión le causara ternura…y no puedo evitar extrañarme por eso.
¿Qué se supone que signifique esa respuesta?
¿Realmente tiene a alguien así o simplemente lo dijo para rechazar la propuesta de Myung Soo?
Siento mis mejillas arder y mi vientre escocer en cuanto, con su mano libre, aparta las hebras de mi flequillo dejando a la vista mi rostro por completo, entonces su sonrisa comienza a desaparecer y es reemplazada por un visaje serio y meditabundo. Permanece unos segundos en silencio, analizando cada ápice de mis facciones, deleitando sus pupilas con las siluetas de mis rasgos y mis oscuros irises. Incluso cuando esto podría parecer algo incómodo o extraño, opto por no inmutarme y permanecer inmóvil bajo la intensidad de su mirada…porque lo cierto es que yo también lo observo con atención, y quizás me encuentro igual o más abstraída que él.
Su nuez de adán se mueve con énfasis en cuanto sus ojos hacen una prolongada parada en mis labios, y casi por inercia humedezco estos. Ni siquiera sé con exactitud lo que hacemos, o al menos lo que está sucediendo…pero de alguna forma siento como si mi cuerpo reaccionara a cada gesto suyo, como si inherente a mis órdenes supiera con precisión lo que debe hacer. Y esto es algo nuevo, algo que hasta el momento no había sentido.
Cierro mis ojos por impulso, ni siquiera estoy segura de que mi cerebro haya ordenado realizar esa acción, simplemente en cuanto le he visto comenzar a acercarse a mi rostro, mis extremidades se han tensado y mis parpados cerrado. Un inaudible suspiro escapa de mis labios al sentir su aliento rozar con delicadeza mis comisuras y el aroma de su colonia más fuerte y concentrado en el ambiente, entonces percibo un húmedo toque en mi comisura derecha y mis manos van a parar a la tela de su suéter, como si de alguna forma buscara soporte por la repentina sensación que ha sacudido cada célula de mi sistema.
Escucho una leve exhalación provenir de él en cuanto siente mi tacto sobre sus brazos, justo en ese momento percibo nuevamente su respiración, esta vez en el centro de mis labios y mi corazón late desbocado con una potencia que podría catalogar incluso como dañina, pero realmente no me importa…
Justo a ahora nada que no sea él me interesa.
Me sobresalto al sentir una vibración en el bolsillo de mis jeans y por inercia me separo con rapidez de Jungkook, abro los ojos desconcertada y me percato de que él aún los mantiene cerrados y suspira con exasperación.
De repente me siento tan…desorientada. Como si con aquellos simples roces hubiésemos creado nuestra propia cápsula, ajena al resto del mundo y todo el bullicio a nuestro alrededor…y esta llamada no ha hecho más que traernos de regreso de una forma brusca y repentina.
Jungkook regresa a su posición, dejando ir mi cintura y se reclina en su asiento, jugando de forma distraída con los palillos sobre la mesa, evitando mi mirada al igual que yo la suya.
—Ah…los chicos no están.—carraspeo incómoda percatándome de que nuestros acompañantes al parecer se han marchado y solo puedo implorar por que haya sido mucho antes de que Jungkook y yo…
¿Qué iba a pasar?
¿Realmente iba a besarme?
—Se fueron unos segundos después de que comenzásemos a hablar.—informa mordiendo su labio inferior con inquietud.
¿Se fueron? Cielos, ni siquiera me percaté de ello.
¿Cómo es posible que Jungkook abarque tanto mi atención hasta el punto de abstraerme por completo de lo que sucede a nuestro alrededor?
—Ellos…
—No.—dice sin más, entendiendo a la perfección mi pregunta a medio formular.
Y es un alivio que no hayan visto nada, de repente siento como si tantas cosas entre nosotros hubiesen cambiado que ni siquiera yo sería capaz de dar explicaciones coherentes sobre eso.
¿Qué se supone que pasó entre nosotros? No debió de haber sucedido…ni siquiera sé cómo pudimos permitirlo.
—Deberías contestar.—murmura señalando con su mentón mi celular aún vibrando.
No sé qué decir, no tengo la menor idea de cómo reaccionar. Y al parecer él tampoco puesto que permanece en su sitio cabizbajo, evitando cualquier interacción entre nuestras miradas…y eso he de aceptar que me duele un poco. Pero estoy demasiado confundida y desconcertada por nuestro acercamiento…no comprendo cuál fue la razón, si es algo correcto, si Jungkook está siendo sincero con sus emociones…solo sé que lo que sentí en ese instante, y aún siento a su lado, es una emoción tan adictiva y embriagadora que me aterra que llegue a evolucionar.
Él ya me ha decepcionado tantas veces que permitirle embargar mis sentimientos de esta forma podría ser extremadamente doloroso…y yo no quiero eso.
Asiento a su sugerencia y me encamino fuera del lugar, dejando atrás a Jungkook completamente solo en la mesa, y por primera vez esa imagen suya alejándose de mí hace que una nueva herida en mi interior comience a sangrar con lentitud…porque debo admitir que a pesar de lo que hizo o haya sucedido entre nosotros desde que nos conocemos, Jungkook ha sabido calar profundo en mi interior, y ahora ha dejado en mí una huella indeleble…
Una huella tan perenne e insondable como la que me dejo él con su partida.
—¿Sí?—contesto al teléfono de forma distraída.
—¿Eun Mi? ¿Cómo te encuentras?—habla con preocupación.
—Estoy…bien ¿Qué ha pasado?—cuestiono confundida por su llamada y es que en la mañana ya había hablado con Seokjin y se me hace extraño que llame de nuevo, debe de tener una razón para ello.
—Tengo noticias sobre…ya sabes.
Con la sola mención del tema mi cuerpo se tensa y los nervios vuelven a hacer acto de presencia, aunque esta vez se deban a una razón mucho más escalofriante.
—¿Qué ha pasado?
—He ido a hacer la denuncia a la comisaria, la policía dice que no pueden hacer mucho si no se conoce la identidad y esta persona no ha intentado ninguna acción en tu contra. No hay material para acusarle de que quiera dañarte.
Suspiro y presiono entre mis dedos el puente de mi nariz, y es que esto es algo que ya suponía. Incluso Jin me lo había advertido, aparentemente una llamada telefónica y una simple nota no son suficientes pruebas de peligro…ni siquiera deben de aceptar el testimonio de un hombre a punto de perseguirme, puesto que tampoco hay evidencia y nada asegura que no haya sido una mala jugada de mi cerebro gracias a la paranoia.
—¿Qué hay del número telefónico que te envié? ¿Lo rastrearon?—pregunto esperanzada.
—Sí, era un teléfono de prepago. La persona que lo portaba seguramente se deshizo de él luego de la llamada y el mensaje. No sirvió de mucho y tampoco se puede obtener con ello algún dato de utilidad.
—¡Diablos!—gruño con frustración.
—Intenta guardar la calma, ahora estás a salvo. Dudo que viaje hasta Busan a buscarte o algo así…—no puedo evitar inquietarme al sentir un ápice de duda en su voz.—¿Ha vuelto a contactarte?
—No desde que llegué… ¿Eso es algo bueno?
—Supongo…—Seokjin guarda silencio unos segundos para luego suspirar. —Mantenme al tanto si recibes alguna otra llamada o mensaje ¿Bien?
—Lo haré.
—Debo volver al trabajo, llámame si necesitas algo.
—Descuida, gracias por informarme.
—Lamento que no haya servido de nada…—dice con decepción y lo escucho resoplar con frustración.
—Encontraremos una respuesta para todo, por el momento solo esperemos…por si intenta contactar otra vez.—Jin emite un sonido de aprobación y, luego de intercambiar unas cuantas palabras más, ambos finalizamos la llamada.
Podría parecer estúpido, pero desde que llegué aquí había alejado de mi mente todo el tema del supuesto perseguidor y sus advertencias…y no es que ya no me parezca importante, simplemente es que aquí por alguna razón me siento a salvo. Tal vez sí que necesitaba cambiar un poco de aires para relajar mis preocupaciones…aunque claramente estas no dejarán de perseguirme por más que las evite.
Y esta llamada de Jin ahora es un problema, porque realmente tenía esperanzas en que la idea de la denuncia funcionase, creí que sería el primer paso para encontrar a esa persona. Independientemente de si su objetivo es dañarme o no, tengo muchas preguntas que hacerle.
Resulta ser que aún estamos en el punto de partida y con menos posibilidades porque el desconocido no ha vuelto a hacerse notar.
¿Qué estará esperando?
—Vaya, este lugar es mucho más grande de lo que pensé.—Jimin silba en aprobación analizando el sitio con la mirada.
—Supongo que se han tomado en serio los preparativos para el evento.—apunta Hoseok igual de complacido con el entorno.
Termino de escribirle a Yoon Hye, solo para asegurarme de que se encuentra bien en la habitación, entonces presto atención a lo que tanto los chicos elogian…y tienen razón.
Hemos venido a uno de los institutos deportivos más grandes de la provincia en donde serán las competiciones y los entrenamientos para estas. La escuela es simplemente maravillosa, mucho más colosal que la nuestra, y al ser una academia exclusiva de deporte, cuenta con todas las instalaciones necesarias para las prácticas.
En estos momentos nos encontramos en el estadio que será la sede del evento, y debo reconocer que es asombroso. Cubierto por una gran cúpula de vidrio e iluminado con luces artificiales, imagino que previniendo que pueda nevar o llover, de esta forma no es necesario interrumpir el partido o cancelarlo. Todo está protegido y detalladamente planificado. El césped es artificial de igual forma, de un color verde brillante que hace un hermoso contraste con las tonalidades que abundan en el lugar. La longitud es considerable, un terreno generosamente amplio y con gran capacidad de espacio para el público, tiene todo lo necesario para propinar una grata experiencia deportiva tanto a los jugadores como a los espectadores.
—Aquí sí que dan ganas de entrenar hasta el amanecer.—Taehyung murmura dando vueltas en círculos sobre su propio sitio para tener una visión panorámica del entorno.
—Eun Mi.—escucho que llaman mi nombre a mis espaldas.
Observo a Jae Sook haciendo un demán con su mano para que me acerque, suspiro con resignación y voy hacia él esperando cualquier insulto o queja de su parte.
—Escucha…—susurra tomando mi antebrazo, alejándome del resto de los presentes.—Cuando las prácticas empiecen y la comisión de apoyo comience a hacer su trabajo…no quiero que te dirijas a mí.
Frunzo el ceño confundida por su pedido, no es como que yo quisiera acercarme a él tampoco.
—No planeaba hacerlo.—respondo con convicción.
—Solo te estoy advirtiendo, ni siquiera cuando te pidan entregarle una bebida a alguno de los jugadores, no me la ofrezcas a mí o a Young Soo. Simplemente no nos mires o te acerques siquiera, como si no existiéramos. No quiero que el resto del equipo piense que entre tú y yo hay alguna especie de buena relación o empatía…no es bueno para mi reputación.
Evito soltar una risa incrédula ante sus palabras, lo dice todo como si realmente me gustara estar cerca de él o recalcar el hecho de que somos parientes, cuando la realidad es que mientras más lejos estemos el uno del otro para mí será mucho mejor.
—Ya lo sé, no es algo nuevo.—contesto reprimiendo una mueca de obviedad.
—Esta vez es más serio.—ladeo mi cabeza sin comprender a qué se refiere.—Los rumores se expanden como pólvora y en un final…explotan. Todos hablan solamente sobre tu ridículo espectáculo la semana pasada, de cómo Myung Soo te humilló. Eres el hazmerreír del instituto ¿Entiendes? Varios imbéciles se me han acercado a preguntar si realmente somos familia…y eso no podría causarme más repulsión, así que no te quiero cerca ¿Bien?
Asiento de forma distraída asimilando lo que acaba de decir. Las personas son realmente crueles…tanto que me hacen cuestionarme si aún queda siquiera un poco de humanidad en este mundo.
¿Cómo pueden convertir un claro ejemplo de abuso en una anécdota graciosa de la cual mofarse?
¿Acaso los que pensamos diferente somos quienes realmente se equivocan?
No debería ser así, no es lo correcto…
Jae Sook pasa por mi lado sin volver a dirigirme la palabra y se incorpora al resto del equipo que se encuentra escuchando las indicaciones del entrenador y el rector de la institución.
Suspiro antes de seguir mi camino junto a Yoongi y los miembros de la comisión. Con solo saber que deberé compartir horas cerca de Myung Soo y el resto de los estúpidos que apoyan sus atrocidades, puedo afirmar que sin duda alguna estas prácticas serán bastante largas y tediosas.
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