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Capítulo 31

Maratón 3/3
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—¿Qué le pasó a tu mejilla?—Pregunta Yoon Hye con preocupación mientras intenta tantearla con sus dedos, ante lo cual me alejo.

—Solo…me golpeé esta mañana con la puerta del baño.—Lo sé, una excusa estúpida y cliché, pero la presión de la interrogante no me permite formular algo más original.

—Siempre tan distraída.—Niega ella.—Apuesto a que fue porque aún no te habías desperezado del todo.

Asiento dándole la razón en vista de que al parecer se ha creído el cuento.

—Toma, esto disminuirá la inflamación.—Dice Yoongi tendiéndome una lata de soda fría, con una delgada capa de hielo en su superficie, para que la coloque en mi mejilla.

Agradezco el gesto y acerco la soda a la zona adolorida, haciendo una mueca de incomodidad al sentir el frío del metal colisionar contra mi piel cálida y afectada.

Estamos solo los Min y yo pasando el final del recreo en uno de los jardines de la escuela. No he vuelto a toparme con Myung Soo desde esta mañana y es algo que agradezco en demasía. Ya es una humillación que pregunten por mi mejilla, no quiero ver su rostro orgulloso vanagloriándose de que ella fue la causante.

—¡Hola niños! Wow… ¿Que le sucedió a tu rostro?—Me sorprendo al escuchar su voz y mi corazón comienza a palpitar desbocado en cuanto se acerca hasta que nuestro campo de visión se hace paralelo y comienza a escudriñar a conciencia mis rasgos.

—No la molestes, Jung.—Gruñe Yoon Hye al notar mi clara incomodidad y este de inmediato se aparta, permitiéndome respirar con constancia de nuevo.

Es entonces cuando la realidad me golpea. Hoseok está frente a nosotros y ha visto mi mejilla magullada. Cielos, debo lucir realmente horrible ante sus ojos en este momento. Solo quiero desaparecer de este lugar y hacer como que nada ha sucedido.

—Se golpeó con una puerta.—Le explica Yoongi.

Intento colocarme de pie disimuladamente, dispuesta a marcharme, sin embargo la mano de Yoon Hye sobre mi hombro me hace sentar nuevamente en el banquillo en el que nos encontramos.

Automáticamente le lanzo una intensa mirada que podría interpretarse como un “no es momento para la operación rayito”. Pero claro, ella no parece captar el significado o simplemente lo ignora.

—¿En serio? Deberías tener más cuidado, Eun Mi.—Me reprende Hoseok con un tono afable.—No es bueno que tengas magulladuras en tu bonito rostro.

La lata de soda resbala de mis manos y va a parar al pie de Yoongi, el cual chilla levantándose  para dar saltitos en el lugar y mover sus manos con frenesí.

—¿Yoongi estás estúpido? Deja de hacer el ridículo.—Le dice Yoon Hye pateando el mismo lugar de su pie en el que había caído la lata, ante lo cual él vuelve a gritar.

—¡Me duele!—Se queja.

Mientras ellos discuten yo aún no soy capaz de asimilar el hecho de que Hoseok, Jung Hoseok, acaba de elogiar mi rostro.

Él se limita a reír a costa de la discusión de los Min, mientras yo admiro su hermoso y perfecto perfil iluminado por su característica sonrisa, esa que tantas veces me ha robado el aliento.
Sonrío de forma inconsciente y me aventuro a hablarle, de repente la idea de la operación rayito no suena tan descabellada.

—Oye Hoseok…

—¡Con que aquí están! Llevamos tiempo buscándoles.—La voz de Taehyung irrumpe en el momento menos indicado, deteniendo la discusión de los Min y frenando mi repentino impulso de valentía para hablarle a Hoseok.

Genial.

Tae se acerca sonriente agitando su mano en nuestra dirección, seguido de Jimin y por supuesto, Jungkook también viene con ellos.

Doble genial, y quiero que se perciba bien el sarcasmo.

—¿Oye qué tienes en la mejilla?—Pregunta Tae una vez se acerca lo suficiente.

Por un momento me mantengo en silencio y observo a Jimin de reojo, él se ve sereno, como si nada hubiese ocurrido esta mañana. Y por el rostro confuso de Tae, deduzco que no le ha contado nada a sus amigos.

Nuestros ojos se encuentran y me dedica una casi imperceptible sonrisa que denota confidencialidad. No va a contar nada, y eso me alivia en demasía.

No entiendo el por qué de su actitud, pero si hasta ahora me beneficia no voy a reprochar. Simplemente le dedico un asentimiento como agradecimiento.

—Un Teletubbie ¿Qué no ves?—Responde Yoon Hye de repente en un tono hostil.—Habrá que ponerle a la pobre chica un jodido cartel en la frente de “me golpee con una puerta”.

—¿Cuál es tu problema?—Inquiere Tae colocando sus manos en sus caderas.

—¿Acaso no tienen nada mejor que hacer? Son como una manada de monos que se mueven en conjunto.

—Solo queremos pasar tiempo con nuestros amigos.—Jimin hace un tierno puchero, y a raíz de su gesto, Yoon Hye rueda sus ojos.

—Bestias traicioneras, y así osan llamarse amigos.

—¡Vamos Min! No fue tan grave…
—Interviene Hoseok.

—¿No fue tan grave? ¡¿No fue tan grave!? Mi bebe está herido por su culpa.

—Bien… ¿Qué me estoy perdiendo?
—Habla Jeon por primera vez coincidiendo con la misma interrogante que no me había atrevido a formular.

En cuanto escucho su voz, inevitablemente mis ojos se desvían en su dirección. Había tratado de evitarlo desde que llegó, está de más exponer las razones.

Tomo nuevamente la lata de soda y la coloco en mi mejilla, apartando la vista en cuanto nuestras miradas se cruzan, y él frunce su ceño en mi dirección.

Mantengo la compostura, incluso cuando noto que se acerca hasta sentarse justo a mi lado. No pienso demostrar cómo me siento con todo esto, cuánto me afecta verle en este preciso momento. Porque aunque no sea del todo culpable de lo que pasa con Myung Soo, realmente detesto su presencia. No hace más que recordarme esos detalles negativos.

—Ayer, luego de que se fueran, bebimos de más y Yoon Hye estaba tan ebria que no podía conducir…

—¡Corrección!—Interrumpe ella la explicación de Jimin.—Ustedes me embriagaron apropósito para que accediera a que alguno condujera mi auto.

—Bueno…de otra forma no ibas a dejar que viviéramos la experiencia.—Se excusa Tae.

—Tiene razón, nunca sueltas el jodido auto, ni siquiera me permites usarlo a mí que soy tu hermano.—Habla Yoongi.

—¡Pero es que ustedes son animales! Mira lo que hicieron…

—En resumen.—Retoma Jimin la explicación en dirección a Jeon y a mí. —Jugamos a piedra, papel o tijeras para ver quién conduciría el auto y Taehyung  ganó, pero rayó el capó y ahora Yoon Hye nos culpa a todos por apoyar la idea.

—Pero es que fue un acuerdo grupal...—Se defiende Tae.

—No ayudas hermano.—Susurra Hoseok al ver cómo Yoon Hye ha comenzado a hiperventilar y se prepara para espetar alguna barbaridad.

En serio…¿En qué momento comenzaron este desastre?

—Así que…te golpeaste con una puerta.—Escucho a Jeon pronunciar a mi costado mientras el resto discute sobre cuánto Tae debe pagarle  Hye por los daños de bienes.

Asiento sin dirigirle la mirada, no estoy prestando atención a nada en específico, simplemente no quiero verle.

—Parece un golpe algo fuerte para ser causado por una indefensa puerta.
—Continúa.

—Ya, pues son cosas que suceden.—Me encojo de hombros indiferente.

—¿Podrías al menos mirarme cuando te hablo?—Se queja y noto de reojo cómo se acomoda e inclina su cabeza buscando mi atención.

—No quiero verte.

—¿Puedo al menos saber la causa?

—Simplemente no quiero hacerlo.—Me quejo un poco cuando ruedo la lata de soda y esta presiona un punto en específico de mi mejilla, más sensible y lastimado que el resto.

—Deja que te ayude…

—No necesito tu ayuda, Jungkook. No quiero nada de ti.

Sinceramente ni yo comprendo la razón por la que de repente me siento tan molesta con él.

—Dijiste que confiarías en mí.

¿Ahora por qué está sacando a flote esa estúpida conversación?

—Sí bueno. En realidad diariamente digo muchas cosas, la mayoría sin sentido, así que no te preocupes por lo que haya dicho en ese momento.

Escucho su lengua chasquear y de un momento a otro, arrebata la lata de soda de mi mano y con sus dedos sostiene mi mentón en su dirección, haciendo que nuestros ojos se encuentren por fin.

—¿Te duele mucho?

¿Qué de todo lo que puede parecerme doloroso? Porque ahora mismo el ardor en mi mejilla es lo menos que me molesta.

—Estoy bien.—Llevo mi mano hacia mi mentón con intenciones de deshacerme de su agarre, pero este no hace más que intensificarse con ahínco.

La acción no llega a ser dolorosa, pero sí de advertencia. No va a soltarme.
Suspiro y cierro mi ojo izquierdo con molestia en cuanto comienza a deslizar la fría lata por mi mejilla, con delicadeza, casi como si temiera que cualquier gesto fuera de lugar pudiera romperme en mil pedazos.

Lo irónico es que dudo que pueda terminar más rota y destrozada de lo que ya estoy.

—No es necesario que hagas esto. Dijiste que no ibas a ayudarme nunca…

—A diario digo muchas cosas, la mayoría sin sentido, así que ahora no te preocupes por lo que haya dicho.

Frunzo el ceño y bufo irritada, estoy comenzando a odiar que copie mis propias respuestas. Aunque en un principio fui yo la que comenzó con esa táctica.

—Entonces serán 20,000 wones.

—¡¿20,000 wones?! ¡Por el amor de dios, si solo es un pequeño rayón!—Se queja Taehyung a gritos rompiendo el contacto visual entre Jungkook y yo, gracias al cielo.

—20,000 wones es el resultado final ¡Se cierra la puja!—Yoon Hye eleva sus manos en el aire como si acabase de finalizar con una subasta.

—Pudo ser peor, al menos no ha notado que hay un retrovisor rajado…—Intenta consolar Jimin  a Tae.

—¡¿Qué hay un qué rajado?!—Ruge ella horrorizada.

—Gracias hermano, me siento mejor.—Murmura Tae con sarcasmo hacia Jimin.

—Ustedes en serio…

La campana de anuncios hace acto de presencia en el ambiente, ahogando las exclamaciones de Yoon Hye y poniendo a todos en sobre aviso.

—"Todos los estudiantes de segundo y tercer curso, favor de presentarse en el auditorio en estos momentos."

El anuncio se repite  al menos tres veces más hasta que es sustituido por el bullicio en los corredores y los murmullos entusiasmados de algunos alumnos.

—Hay que irse.—Taehyung toma del brazo a Jimin y a Hoseok para girarse rumbo al auditorio, aprovechando la excusa para escapar de los reclamos de Yoon Hye.

Ella continúa gruñendo pero se ha colocado de pie seguida de su hermano, por lo cual imito su acción y me levanto del banquillo.

Escucho a Jeon suspirar a mis espaldas pero no me giro, no es necesario, él mismo avanza para colocarse frente a mí y agachar su cabeza hasta quedar a mi altura.

—Sabes, Eun Mi…la próxima vez deberías intentar empujar lejos a esa puerta, quizás así no vuelvas a golpearte con ella.—Susurra en la cercanía de mi rostro.

Incluso cuando se yergue nuevamente y mis pupilas quedan paralela a su pecho, no elevo la mirada. Odio cómo cada cosa que dice o hace me descoloca e inquieta sin razón alguna.

Siento su mano posarse encima de mi cabeza y revolver mis cabellos, justo como aquella vez en mi habitación. Sin embargo no reacciono, me ha tomado desprevenida.

—Me quedaré con esto.—Dice balanceando la lata de soda frente a mi rostro antes de darse la vuelta y seguir a sus amigos.  

 Próximo capítulo el viernes💜
Gracias por leer❤                                                                                                                                            

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