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Capítulo 22

Lleva su cabello castaño oscuro revuelto con naturalidad y un abrigo blanco encima de sus hombros. Luce exasperado, por la forma en la que suspira y mira sus pies, no parece haber notado nuestra presencia y es una suerte debo decir.

En serio… ¿Por qué cada vez que creo que algo puede salir bien el universo se burla de mis pensamientos poniéndome en frente este tipo de situaciones?

Bueno, no hay que entrar en pánico. Si no me ve no habrá necesidad de que se empeñe en molestarme. Jeon es peligroso, nunca sabes con qué humor te lo encuentres.

Me coloco el cabello frente a mi rostro para que desde la lejanía no pueda reconocerme en caso de que voltee. Hoseok no parece tener intenciones de hacernos notar,puesto que minutos antes, recibió un mensaje de texto y ahora se encuentra ensimismado en su teléfono.

Quizás la suerte sí que esté de mi lado esta vez...

—¡Oh! ¡Kim Taehyung!—Escucho el grito a mis espaldas sobresaltándome  por completo.

Me giro con molestia para encontrar  a Jimin dejando las sodas y el recipiente de las palomitas en uno de los bancos, antes de correr dos gradas más abajo donde segundos antes había visto a Jungkook.

Me sorprendo al notar que, en efecto, Taehyung viene entrando al lugar rumbo a la fila en la que Jungkook se encuentra, al parecer, esperándole.

Jimin corre hacia Tae y le saluda con  un efusivo apretón de manos y una palmada en su hombro. Luego repite la acción con Jungkook, quien parece sorprendido de encontrarlo ahí.

—Oh, no.—Observo a Yoon Hye llegar a mi lado con una expresión preocupada.

—¿Qué decías sobre lo de no encontramos con "seres indeseados"?—Le digo con ironía.

—Te juro que no tengo la menor idea de qué hace aquí. Solo invité a Hoseok y a Park.

—Vienen por lo del castigo.—Interviene Hoseok.

—¿Qué?

Hoseok se limita a señalar el sitio donde Park continúa hablando con Tae, antes de saludar a un señor regordete y canoso que inmediatamente reconozco como el entrenador del equipo de la escuela.

—Oh…eso lo explica todo.—Murmura Hye a mi lado.

—Esos deben ser los chicos de primer año.— Yoongi advierte un grupo de jóvenes revoltosos caminando tras el entrenador que les incita a tomar asiento en las gradas.

—Sí, parece que el entrenador les ha traído para que vean el partido y  vayan sumando experiencias. Es de esperarse que Jeon y Kim hayan venido también, su castigo consiste en asesorarlos y apoyar al entrenador. —Explica Hoseok nuevamente.

Entiendo a la perfección todo, y en verdad tiene bastante sentido… ¿Pero por qué hoy?

¿Por qué precisamente este día?

—Jeon no luce muy contento por cumplir su castigo.—Dice Yoongi.

—Ese chico parece que se succiona un limón entero cada mañana. Siempre luce amargado.—Río por las palabras de Yoon Hye y los demás imitan mi acción.

Me pregunto cómo se pondría Jeon si supiera lo que hablamos de él  a sus espaldas, de seguro me llamaría patética y lanzaría unas cuantas maldiciones al resto.

—Oh, oh. Malas noticias.—Me susurra Yoon Hye, y comprendo a lo que se refiere en cuanto diviso a Jimin señalando en nuestra dirección para que ambos chicos noten nuestra presencia.

En el momento en el que Jungkook pone sus ojos en mí, una leve sonrisa se extiende por sus comisuras. Y quiero creer que han sido imaginaciones mías, pero me pareció que le agradó encontrarse conmigo ahí.

Genial. Mi plan de pasar desapercibida se ha ido por completo a la basura. Gracias, Park.

El primero en llegar a nuestro encuentro es Taehyung, con su típica sonrisa y buen humor, se ve mucho mejor desde la última vez que hablamos.

—Hola, Tae.—Le sonrío una vez se acerca para besar mi mejilla y saludarme.—¿Cómo has estado?

—Pues…sobreviviendo.—Hace una mueca incómoda con sus labios para luego encogerse de hombros, entiendo que es muy pronto para que lo olvide todo.—¿Y tú que tal estás? Me sorprende encontrarte aquí…

—Vine para acompañar a los chicos a ver el partido. Por lo visto tú y Jeon están cumpliendo su castigo. —Digo mirando en dirección al aludido que se encuentra saludando a los otros.

—Pues sí, un sábado laboral lo llamaría yo, suena mejor.—Ríe un poco mientras niega hacia los chicos de primer año que no paran de lanzarse bolitas de papel y molestar al entrenador.

—Oye, ya que mencionamos el tema ¿Pudieron arreglar las cosas? Tú y Jeon…

—Estamos trabajando en ello.—Me sonríe.—Lo hablamos y creo que todo fue aclarado pero, luego de la pelea, interactuar es algo incómodo aún. Supongo que todo a su tiempo ¿No?

—Sí, tienes razón. Lo importante es que pudieron desmentir cualquier malentendido.

—Sí, nosotros…

—¿Te importaría?—Una voz a nuestras espaldas interrumpe las palabras de Taehyung.

No necesito voltearme para saber que se trata de Jeon, y el hecho de que esté solicitando hablar conmigo me pone nerviosa de una forma indescriptible.

—Nos vemos al terminar el partido Eun Mi.—Me susurra Tae con una sonrisa.
—Toda tuya.—Le dice a Jeon.

—Eso quisiera ella.—Bufa él posicionándose  frente a mí.

—O más bien eso quisieras tú.—En el instante en que las palabras escapan de mis labios, llevo mis manos a mi boca y la cubro.

No puedo creer que haya dicho tal estupidez. Jeon me saca de mis casillas.

—Tal vez.—Ríe él tomando mis muñecas y alejándolas de mi rostro.—Debo admitir que no me esperaba verte aquí ¿Acaso me estás siguiendo?

—Podría hacerte la misma pregunta.

¡Cielos Eun Mi! ¿Es que no puedes mantenerte callada?

Aprieto mis labios en una fina línea mientras que Jungkook sonríe y eleva una de sus cejas con socarronería, aún sin soltar mis muñecas.

—Lamento decepcionarte, pero no malgasto mi tiempo en cosas como esas.

Qué respuesta tan predecible, era obvio que diría alguna estupidez así.

—Lo mismo te digo entonces. No eres tan importante, Jungkook.

¿En dónde quedó mi timidez?

—¿Ah no? Es una pena…tú si lo eres para mí.

—¿Qué?—Espeto desconcertada por su respuesta.

—Nos vemos al finalizar el partido, Eun Mi. Y ni se te ocurra intentar escapar, estoy más cerca de ti de lo que te imaginas.—Me guiña un ojo y suelta mis muñecas para seguir a Taehyung hacia las gradas, con el entrenador y los estudiantes.

Que tipo tan intenso y extraño…

¿Soy importante para él?

Bueno…únicamente si se refiere a que le importa mucho tener a quién molestar. En ese caso sería totalmente comprensible su respuesta.

Idiota.

—Oye ¿Qué ha pasado? ¿Qué te ha dicho ese mandril con músculos?—Murmura Yoon Hye jalando mi brazo para tomar asiento juntas.

—¿Por qué siempre comparas a todos con primates?

—No me cambies el tema ¿Te molestó? ¿Te amenazó? Yo sé dónde enterrar un cadáver…

—Yoon Hye…no pasó nada, solo me saludó ¿Bien?—Detengo su absurdo parloteo y decido quitarle importancia a la situación.

No es falso después de todo, Jeon no me ha hecho nada...al menos no aún.

—Bien, si tú lo dices. Pero en caso de que lo necesitemos, te diré un lugar perfecto en donde puedes enterrar…

—¡Ya va a empezar! —Me apresuro a callarla en cuanto todos toman asiento y la música resuena en los altavoces para cederle la entrada a los jugadores.

Río ante los chillidos de Yoongi a mi costado y de los estudiantes de primer año en la fila de enfrente. Es entonces cuando me detengo al notar que Jungkook se gira en mi dirección y me observa fijamente por unos breves instantes, para luego guiñarme un ojo como segundos antes había hecho.

Por instinto, bajo la mirada y mis mejillas comienzan a escocer a causa del rubor que se extiende por ellas.

¿De repente hace calor o son ideas mías?

Diviso con disimulo cómo sonríe por mi reacción y vuelve a prestarle atención al partido que recién comienza.

¿Qué diablos le pasa a su ojo?

¿Es algún TIC o lo hace apropósito para molestar? Me decanto por esa última suposición…

—¿Te encuentras bien?—Me pregunta Hye a mi lado.

—¿Eh? Sí claro… ¿Por qué lo dices?—Sonrío con nervios y ella achica sus ojos dándome una mirada acusatoria.

—Tu cara se ve muy roja y estás hiperventilando de más.

—De seguro son ideas tuyas, estoy bien.

—Bueno… ¿Y cómo te fue con Hoseok?—Dice guiñándome su ojo.

Otro guiño más, no por favor.

Estoy segura de que de ahora en adelante no podré ver ese gesto sin que me recuerde a Jeon.

¡Cielos! ¿Qué me estás haciendo idiota?

—Ah…bueno, hablamos y eso…

—¿De qué hablaron? ¿Te invitó a salir?—Niego ante lo último.

—Hablamos sobre baseball y sobre ti.

—¿Sobre mí? —Asiento y me encojo de hombros.

—Quizás pudimos conversar más, pero en ese momento llegaron los otros.

—Bueno, no te preocupes. La operación rayito está en proceso, todo es cuestión de tiempo.—Dice frotando sus manos como si meditara el plan en su mente.

—Así que todo esto fue por la operación rayito... ¿Por qué no me dijiste?

—No habrías venido si te hubiese dicho que invitaría a Hoseok. Era la oportunidad perfecta para que interactuaran y no lo niegues.

Tiene razón, si me hubiese dicho que Hoseok estaría aquí no habría tenido el coraje para venir.


Hasta el viernes!

PD: Se vienen cosas buenas señoras
😎👌

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