Capítulo 21
—No sabía que tenías auto.—Digo impresionada por el hermoso Audi plateado en el que me encuentro sentada, mientras que Yoon Hye conduce hacia el centro comercial.
—Bueno…técnicamente no es mío, aún. Es de mi padres, pero lo más seguro es que en cuanto entremos a la universidad nos lo obsequien a mi hermano y a mí.
—Ya quiero ver cómo harán para compartírselo.—Río imaginando sus futuras discusiones por el auto.
—¿No has leído ese versículo de la Biblia en donde Esaú le vendió la primogenitura a su hermano Jacob por un plato de potaje? Pues exactamente eso es lo que pasó aquí. Yoongi me vendió su derecho a ser copropietario del coche hace un año, a cambio de un poster nuevo de los Houston Astros. Supongo que creyó que no iba en serio, pero pienso recordárselo en su momento. Por eso estoy tan tranquila sobre el tema.
—Yoon Hye… ¿Tú lees la Biblia?—Pregunto anonadada, de todas las personas que conozco no imaginaba que precisamente ella lo hiciera.
—¿De toda la explicación eso fue lo único que captaste? —Ríe ella.—Puedo ser algo prepotente, pero tengo mis principios. Tú también deberías leerla de vez en cuando.—Se queja como una madre reprendiendo a su hija, me recuerda un poco a la actitud de Seok Jin.
—Seguro…
Pasan unos breves segundos antes de que encontremos un lugar para aparcar en el centro comercial y bajemos del auto. Mis nervios comenzaron a crecer repentinamente, no tengo la menor idea de lo que trama Yoon Hye, pero algo me dice que no debo bajar la guardia.
Avanzamos hacia el centro, a través de la muchedumbre, en busca de Yoongi. Luego de un corto recorrido, lo encontramos recostado a una de las columnas del lugar mientras revisa su teléfono ensimismado, hasta que siente nuestros pasos acercándose y eleva la mirada en nuestra dirección.
—Hasta que al fin llegas, bruja. Oh, hola Eun Mi.—Me sonríe con emoción, lo cual no dura mucho en cuanto Yoon Hye estampa su bolso de mano contra la frente de Yoongi.
—¿A quién le dices bruja? Tú …babuino apestoso. —Espeta ella jalando los cabellos de su hermano.
—Suéltame kraken.
—¿Kraken? ¡¿Kraken?! Yo te enseñaré lo que es un kraken…
—Chicos, por favor…estamos en público.—Susurro avergonzada por los cuantiosos ojos que se han posado en nosotros a causa del escándalo.
—Esto no ha acabado aquí, Min Yoongi.—Lo señala acusatoriamente con su dedo índice, mientras su hermano rueda los ojos y nos toma a cada una de la muñeca para avanzar hacia el estadio.
El estadio en el que se presentarían los equipos no queda muy lejos del centro, solo a unas cuantas calles y por eso habíamos acordado encontrarnos aquí.
Fue un poco difícil poder entrar con la amplia fila en frente de nosotros y el bullicio de las personas que llevaban todo tipo de cornetas y vestimentas extrañas para apoyar a su equipo. La grandiosa suerte fue que, gracias a que Yoongi llevaba esperando este juego desde hace mucho, había comprado los boletos de entrada con antelación y por ende nuestros asientos estaban entre las primeras filas.
Privilegiada posición si eres un entusiasta del deporte como Yoongi y pésimo sitio si tienes suerte para que las pelotas colisionen contra tu cabeza, en mi caso, u odias este juego así como Yoon Hye. Pero ya habíamos acordado que solo sería por una hora, así que no nos quedaba más remedio que resignarnos y esperar a que todo acabase.
—Déjame ver.—Murmura Yoon Hye tomándome por los hombros para girarme en su dirección, comenzando a peinar mi cabello y alisando mi vestido repetidas veces.
—¿Qué haces?
—Ultimando los preparativos.
—¿Preparativos? ¿Para qué?—Pregunto. Sin embargo ella no responde, en cambio sonríe y agita su mano por encima de mi hombro hacia alguien, indicándole que se acerque.
Giro mi cuerpo para ver a quién saluda con tanto énfasis, cuando de repente, un extraño escozor en mi garganta se hace presente y mis manos comienzan a sudar…no puedo creerlo, Hye.
—Lamentamos la tardanza, casi no encontramos sus lugares.—Sonríe Jimin llegando hacia nosotras para saludarnos con un beso en la mejilla y luego a Yoongi con un apretón de manos.
—¿Los invitaste?—Le susurro a Hye, a lo que ella sonríe orgullosa y hace un sonido de aprobación con su garganta.
—¡Hye! ¿En qué estabas pensando?—Me cubro las mejillas mientras observo a Hoseok llegando junto a Jimin para luego saludar a Yoongi.
—Eh…en mis futuros ahijados, te dije que me lo agradecerías.
—No, no, no ¿Qué se supone que haga ahora? Oh dios, esto ha sido una mala idea y si…
—Oye, no entres en pánico, te dije que todo estaría bien. Es tu oportunidad perfecta para que socialicen fuera de la escuela.
—Pero es que…
—No estés nerviosa ¿Bien? —Suspiro y asiento abriendo mis ojos para intentar calmar los nervios.—Ahora, Eun Mi...¿Lista?
—¿Qué?
—¡Piensa rápido! —Acto seguido, me gira con brusquedad y empuja mi espalda haciendo que mis pies pierdan el equilibrio en las gradas y caiga hacia adelante.
Cierro los ojos esperando el impacto de mi rostro contra el suelo. Sin embargo, en su lugar, percibo un fuerte agarre afincarse en mi cintura y en mi muñeca.
Elevo la mirada lentamente solo para encontrar la radiante sonrisa de Hoseok recibiéndome…Oh por dios.
—¿Estás bien?—Me pregunta con preocupación.
—Eh, sí yo…yo…fue un accidente.—Balbuceo recuperando mi postura rápidamente, sintiendo un cosquilleo en la zona donde antes estuvo su tacto.
—Suerte que estabas ahí para atraparla ¿No Jung?—Escucho a Yoon Hye a mis espaldas y puedo imaginar la enorme sonrisa cómplice que debe tener en estos momentos.
—Sí …debes tener más cuidado, Eun Mi ¿Bien? —Me dice para luego revolver mi cabello en cuanto afirmo a su pregunta.
Lo veo ir en dirección a Yoon Hye para saludarle y luego tomar asiento junto a Yoongi y Jimin.
Suspiro y camino hacia mi amiga para colocarme a su lado. En ningún momento ha dejado de sonreír desde la oportuna atrapada de Hoseok.
—Eres mala.—Le susurro.
—Oh por dios, fue lo que se me ocurrió en ese instante. Sabía que iba a atraparte y no puedes negar que te gustó.—Dice lo último en una vocecilla chillona mientras codea mi costilla.
Ruedo los ojos y río algo avergonzada. Lo cierto es que quizás si ella no me hubiese empujado, ni siquiera habría podido vivir un momento así con él. Por muy cliché que parezca.
Intento ocultar mi sonrojo palmeando mis mejillas y me dispongo a desviar mi atención de lo sucedido centrándome en mi alrededor.
El campo de baseball es enorme, cubierto de césped artificial exceptuando la zona del diamante, con las bases colocadas en sentido anti horario en cada esquina del terreno.
Bajo las gradas del público residen los bancos y el equipamiento para los jugadores, al igual que una cabina para los reporteros y comentaristas. Según tenía entendido, los equipos que participarán no son tan reconocidos, pero se llevan el mérito por ser el primer juego de la temporada.
Quizás por esa razón las gradas están tan atestadas de fanáticos, repletas de vendedores ambulantes, animadores disfrazados de la mascota de cada equipo y un sinfín de banderas y carteles para animar a su jugador favorito.
A un costado del terreno se divisan dos enormes pantallas que han de marcar las carreras anotadas y las repeticiones de las jugadas en cámara lenta, en caso de ser necesario refutar la respuesta de los árbitros. Todo es extremadamente ruidoso y eufórico a pesar de que el partido ni siquiera ha comenzado.
Yoon Hye no para de quejarse a mi lado de la tardanza y de lo mucho que le aburre el deporte, por otro lado, los tres chicos que nos acompañan discuten con entusiasmo su fanatismo por algún jugador o equipo en específico. Yo me limito a escuchar todo y guardar silencio. Aún no he sido capaz de reaccionar ante el hecho de que Hoseok esté aquí ,y que de vez en cuando, mire en mi dirección para sonreírme o agitar su mano a modo de saludo.
Muerdo mi labio y sonrío para mis adentros, al parecer este sí que podrá ser un buen día. Sin sorpresas o infortunios…quizás sí deba agradecerle a Yoon Hye más tarde.
—Oigan, voy a buscar bebidas y algún refrigerio ¿Quieren pedir algo?—Habla Jimin poniéndose de pie a la par que estira sus músculos.
—Creo que unas sodas y palomitas está bien.—Responde Hoseok y todos concordamos con su pedido.
—Bien, iré a buscarlas pero necesito que alguien más me acompañe…no podre traer todo solo.—Dice Park rascando su nuca mientras sonríe.
De repente, Yoon Hye se coloca de pie tomando a su hermano del brazo sin siquiera advertirle de sus acciones e ignorando el gruñido de molestia de Yoongi.
—Nosotros vamos contigo.
—Pero Hye, yo quiero ver el inicio…
—Silencio Min, digo que vamos a acompañar a Park y punto. Volveremos antes de que salgan tus chimpancés.
Yoongi bufa y parece querer decirle algo más a Hye, sin embargo, esta hace una mueca extraña con sus labios y él deja de hablar abriendo sus ojos en demasía.
¿Instinto de hermanos o telepatía? No lo sé, pero el chico guardó silencio y siguió a su hermana junto a Park, rumbo al puesto de las bebidas.
Solo cuando escucho la voz de Hoseok llamando mi nombre, es que me percato del verdadero significado de aquella extraña escena entre los Min.
Oh, Min Yoon Hye…lo has hecho de nuevo.
—Eun Mi.—Miro el rostro sonriente de Hoseok que se ha acercado unos puestos para estar más próximo a mí.
—No sabía que te gustara el baseball.
—Eh…bueno, no es que sea muy conocedora del tema como quizás ustedes y Yoongi, pero mi abuelo solía llevarme a algunos partidos cuando pequeña y siempre me hablaba sobre sus equipos favoritos. Él era un gran entusiasta del baseball.—Le sonrío recordando a mi abuelo, siempre me alegra poder hablar de él.
—Wow, eso es genial. Sería un placer poder conocerlo entonces, parece que sabe mucho.
—Sí …bueno, él falleció cuando tenía 14 años. No creo que sea posible que lo conozcas.—Murmuro algo nostálgica por el cúmulo de recuerdos que me dejó ese día.
No solo perdí a mi abuelo, sino a él también.
—Oh, vaya. Lo siento…perdón, hablé sin pensar. Soy un idiota.—Dice apenado.
—No, no, no. Está bien, no podías saberlo.—Sonrío para intentar alivianar el ambiente.—¿Y qué hay de ti? ¿Cómo te interesaste en el juego?
—Fue cuando era pequeño, mi padre nos llevó a mi hermano y a mí a un campamento y allí aprendimos. Desde entonces me interesa mucho el baseball…aunque no puedo decir lo mismo de mi hermano, él lo detesta.—Ríe y yo imito su acción. Me siento realmente cómoda hablando con él.
—No creo que lo deteste más que Yoon Hye, eso sería imposible, así que puedes estar tranquilo.—Le digo recordando sus anteriores quejas sobre el partido.
—Bueno…ella es una chica bastante singular ¿No crees?
—Sin duda alguna, es una amiga genial.—Comento con orgullo viendo desde mi posición cómo obliga al pobre Park y a Yoongi a cargar todas las compras, mientras que ella retoca su maquillaje.—Un poco déspota, pero tiene buenos sentimientos.
Hoseok ríe observando la misma escena que yo y asiente en mi dirección.
—Ustedes se conocen bien ¿No?
La pregunta de Hoseok me toma por sorpresa ¿Nos conocemos bien?
Pues en realidad no.
A pesar de que somos amigas desde hace unas semanas, Yoon Hye me ha contado muchas cosas de ella y de su vida, según sus palabras, se siente en confianza conmigo y nunca me ha omitido nada pero…yo no he sido recíproca con ella.
No le he contado las partes oscuras de mi vida, o cuán lastimada y traicionada me siento, cuánto dolor y pérdidas he sufrido, cuánto me aterra volver a estar sola. Ella no sabe del maltrato de Kwan Chul ni de la situación económica y legal de mi familia con respecto al hospital.
Ella no sabe de aquella horrorosa mancha en mi existencia que nunca he sido capaz de contar, y que muy probablemente nadie jamás sepa a excepción de él.
Yoon Hye no sabe nada de mi verdadera vida, solo conoce lo que yo soy capaz de mostrarle.
Incluso a veces dudo de si…
¿Hay alguna persona en este mundo que realmente me conozca y entienda por completo?
—Jungkook…
—¿Qué? —Pregunto sorprendida saliendo de mis cavilaciones en cuanto escucho el susurro de Hoseok.
—Es Jeon, no sabía que vendría.—Me dice señalando hacia algún punto frente a nosotros.
Y efectivamente, a dos filas más adelante, diviso a Jeon Jungkook con su típico porte arrogante e indiferente.
A pesar de que se encuentre de espaldas es imposible no reconocerlo...
Nos leemos el próximo lunes ❤🥰
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