Capítulo 20
La molesta vibración de mi teléfono móvil me hace abrir mis ojos de repente, sobresaltándome hasta el punto de casi caer de mi cama.
Maldigo entre dientes cuando me golpeo la rodilla con la pequeña mesilla a mi costado en un fallido intento de colocarme de pie, y le lanzo una mirada recriminatoria al infernal aparato que ha detenido su vibración para comenzar nuevamente con la misma insistencia de antes.
Paso mis dedos por mis hinchados ojos con la intención de retirar las lágrimas que se han acumulado por mi reciente bostezo y desperezar un poco mis sentidos antes de tomar mi teléfono y revisar quién llama con tanto ahínco.
No llego a leer el nombre que delata la pantalla, pero al escuchar los fuertes y contínuos toques en la puerta de la entrada, automáticamente mi cuerpo reacciona. No puedo creer que lo haya olvidado…
¿Cuántas veces habrá llamado antes de que yo despertara?
Con rapidez me coloco las pantuflas y una gabardina para protegerme del frío de la mañana. Está de más decir que ,cuando me quedo sola en casa, Jae Sook y Kwan Chul apagan la calefacción y sellan el interruptor para que yo no pueda usarla porque según ellos “es un gasto innecesario en su ausencia”.
Bajo las escaleras casi corriendo por ellas hasta llegar a la puerta y desbloquearla.
Sonrío con nerviosismo cuando mis ojos coinciden con sus oscuras pupilas. Niega de forma reprobatoria con su cabeza y sus labios hacen un extraño puchero cuando me hago a un lado para dejarle pasar. Una vez ha entrado, cierro nuevamente y me giro en su dirección, aún apenada por haber olvidado nuestra cita.
—¿Qué pasa contigo? Te he llamado un montón de veces a tu teléfono, llevo al menos una hora ahí afuera y casi muero de hipotermia.—Se queja suspirando con dramatismo.
—No es para tanto Hye, el pasillo no puede estar tan frío...
—¿Ah no? Prueba pararte ahí por más de 20 minutos sin moverte y luego me cuentas.
—Lo siento, solo me quedé dormida.—Me disculpo apenada y, luego de unos segundos observándonos, ella sonríe y agita su mano restándole importancia.
—Está bien, pero que no vuelva a pasar ¿Sí? En serio fue una experiencia incómoda, no solo por el frío…tus vecinos también son raros.
—¿Mis vecinos?—Pregunto confundida.
En este piso solo tengo tres vecinos, dos ancianos y un señor que raramente está en su departamento, además de que todos aquí son extremadamente amables y reservados. Dudo que alguien haya querido buscarse un problema con Yoon Hye sin necesidad.
—Sí …bueno quizás no todos, pero la señora del departamento de abajo sí que lo era.
—¿Del departamento de abajo? Debe ser la mujer que vive en el primer piso, puerta cuatro.—Analizo, porque ese es el único departamento que queda exactamente bajo este.
—Seguro, una señora adulta de ojos grandes y marrones, de cabello oscuro ¿Has hablado con ella? Porque no creo que se conocieran, pero parecía muy interesada en ti.
—¿En serio?—Me sorprendo por sus palabras.
Recuerdo su comportamiento de hace unos días en el ascensor, pareciera que huía de mi presencia.
¿Por qué querría saber algo de mí?
—Sí, deduzco que no se conocen porque me hacía muchas preguntas. No sabía con exactitud cual era tu departamento y le pregunté a ella, era la única en el lugar en ese momento. Cuando le dije que te buscaba se ofreció a acompañarme hasta aquí, pero no paraba de hacer preguntas incómodas como…¿Eres amiga de ella? ¿Cómo se conocieron? ¿Ella está bien? ¿Te ha contado algo…? Me pareció muy raro todo eso.
—¿Algo? ¿Qué se supone que yo debería contarte?
—No lo sé, a decir verdad ella no lucía muy bien…no le prestemos atención. Quizás sufre de alguna demencia o algo, pero aún así ten cuidado.
Sopeso lo que acaba de decirme, es realmente extraño que esa mujer se comportara antes así conmigo y ahora preguntara cosas sin sentido alguno…
¿La conozco de alguna parte?
—¿Bueno pero vamos a subir o no? Tenemos que estar en el centro comercial en una hora o Yoongi me decapitará si llegamos tarde al juego de los chimpancés lanza pelotas.—Se queja mirando su reloj de muñeca y regresándome de mi letargo.
—Sí, sí claro. Vamos a mi habitación.
La guío escaleras arriba rumbo a mi habitación y la dejo entrar. Noto el rostro sorprendido de Yoon Hye al percatarse de que no es una habitación en sí, sino un viejo cobertizo medianamente remodelado. Sin embargo, no dice nada y se lo agradezco. Tanto ella como Yoongi saben que mis relaciones familiares y de convivencia no son muy buenas…o al menos se lo imaginan por como Jae Sook me trata en la escuela.
—Es bonita.—Dice al cabo de unos segundos sonriéndome mientras observa con atención mis posters de Overwatch y algunas pinturas que he hecho en las paredes para que el lugar no luzca tan lúgubre.
—Supongo que al menos es habitable.—Intento bromear para aligerar su incomodidad.
Ella sonríe, pero no vuelve a decir más nada sobre el tema.
—¡Bueno empecemos!—Da una palmada y se sienta en mi cama expectante.
—Todavía no sé por qué hacemos esto…pude haberme encontrado con ustedes en el centro y listo.
—Ya lo hablamos Eun Mi, planeamos este día que tu tío aún no ha regresado y Jae Sook ha ido a pasar la noche en casa de los Lee. Es el momento perfecto para esto.
—Sí, pero aún no entiendo por qué te empeñas tanto en querer ayudarme a escoger mi ropa y maquillaje, no vamos a ningún lugar en especial…solo al partido con Yoongi.
Yoon Hye golpea su frente con la palma de su mano y suspira. A decir verdad estoy muy confundida con su modo de actuar.
Hoy es sábado, el día que acordamos acompañar a Yoongi al partido por una hora y luego ir todos al centro comercial a pasar la tarde. Sin embargo, tres días antes, Yoon Hye se la había pasado insistiendo en que yo debía lucir muy bien para esta ocasión y que era muy importante mi aspecto…lo cual considero irrelevante cuando solo estaremos nosotros tres.
—Tú solo confía en mí ¿Sí? Tienes que verte más hermosa de lo que ya eres, Eun Mi. He preparado una sorpresa para ti.—Sonríe con picardía y al instante mis sentidos se alarman.
—¿Qué estás tramando, Min?
—Ya me lo agradecerás más tarde, ahora abre tu armario y muéstrame tu elección de vestuario, luego nos ocuparemos del maquillaje.
—Oh no, creo que esta vez paso de eso.—Me apresuro a decir, recordando el desastre de la última vez que intentó maquillarme.
—Bien, pero date prisa, ya es tarde.—Bufa y se acomoda en el colchón mientras yo saco de mi armario el conjunto que había ideado para este día.
Me detengo en seco cuando noto la cara horrorizada de Yoon Hye mirando en mi dirección.
—¿Qué?
—Por favor, dime que ha sido un error y que en serio no piensas usar eso.
—No le veo nada de malo…
—¡Eun Mi! Por dios…no puedes ir con esos simples jeans rasgados y tus converse gastadas.
—¿Qué problema tienes en contra de los converse?
—Oh ninguno, el problema son esos converse. Te dije que tienes que lucir deslumbrante hoy, no como te vestirías para ir al mercado.—Se queja alzando sus brazos en lo alto para recalcar la obviedad de sus palabras.
—Ni siquiera sé para qué ocasión debo vestirme, no me dices nada.
Ella asiente comprendiendo mi punto ,y luego de pensar un poco mientras masajea su mentón, chasquea sus dedos y sonríe ampliamente.
—Lo tengo. Un vestido, sí, un vestido de verano o algo similar es ideal para la ocasión.
—¿Un vestido para ir a un partido de baseball?
—¡No me cuestiones jovencita!—Toma una de las almohadas y la lanza en mi dirección haciéndome reír.—Y desaparece de enfrente mío esa ropa de jardinero que planeabas usar.
—Cielos, Yoon Hye…
—Es una suerte que me tengas para salvarte, ahora busca ese vestido.—Río por sus reclamos de abuela y regreso al armario para buscar el dichoso vestido.
Realmente es algo preocupante. No suelo comprar ropa por obvias razones y mis prendas no son de las más ostentosas…además de que no soy una chica muy presumida como para usar vestidos o algo similar, me decanto más por la comodidad y los conjuntos deportivos.
Luego de rebuscar por unos minutos entre el desorden de mi armario, encuentro un vestido a mi parecer ideal en cuanto a la descripción de Yoon Hye. Es color celeste claro, casi blanco si no miras con atención, con un estampado floral que cubre toda la prenda. La falda no es muy corta pero tampoco demasiado larga, deja una justa distancia antes de llegar a mi rodilla y es bastante fresco y bonito a mi parecer. Me gusta. Si mal no recuerdo, fue el regalo de mi cumpleaños número 17 por parte de la enfermera Choi.
Sonrío triunfal y me dirijo al baño sin decirle nada a Yoon Hye para poder colocarme el vestido.
—Oye Eun Mi…—La escucho llamarme a través de la puerta mientras me visto.
—¿Sí?
—Es solo que encontré esto y es...curioso
—Ya salgo, dame un minuto.—Me apresuro a terminar de colocarme el vestido y aliso la falda segundos antes de salir.
En cuanto diviso el rostro satisfecho y feliz de Hye, sé que he tomado la decisión correcta al elegirlo.
—A eso me refería. Luces preciosa, de seguro no podrá contenerse cuando te vea…
—¿Quién? —Pregunto confundida por sus palabras, creí que solo los Min y yo estaríamos ahí.
—Ya te dije, luego me lo agradecerás.
Suspiro resignada y me coloco en frente del espejo para peinar mi cabello hasta que recuerdo que, según Hye, había encontrado algo curioso.
—Oye Min ¿Qué decías que encontraste?
—¡Oh sí!—Regresa hacia la cama y toma lo que parece ser una hoja de papel para venir hacia mí nuevamente.
—Esto estaba sobre tu almohada, es raro, no me pareció tu letra…
Con la simple mención de la palabra almohada sé lo que eso significa. Lo ha hecho de nuevo, la persona que deja las notas cada día.
Tomo la hoja de papel y me sorprendo al notar que esta es diferente al resto, no es un pequeño trozo con una frase como las anteriores, literalmente parece ser una carta…y eso me resulta bastante extraño.
Pero no creo que sea buen momento para leerla en frente de Yoon Hye, no tengo idea de qué es lo que pueda contener ,y aunque ni siquiera sé de dónde vienen las notas en mi almohada, son algo privado para mí, algo que me consuela y me ayuda a escapar de mi realidad…prefiero leerla a solas.
—¿Leíste lo que dice?
—Claro que no, sería algo entrometido de mi parte. Solo me llamó la atención porque conozco tu letra y sé que no es esa…pensé que pudo haber sido otra de las tareas de Jae Sook para que la hagas por él.
—Sí, eso mismo es.—Le sonrío y guardo la carta en el pequeño escritorio a mi costado, ya la leeré más tarde.
—Eun Mi…no tienes que hacer eso por él. Es un idiota y está abusando de…
—¿Cómo me veo? ¿Este peinado está bien? —La interrumpo antes de que continúe.
Sé lo que iba a decir y estoy consciente de ello. Pero no es tan fácil como negarse y listo…y no quiero tener que darle las verdaderas explicaciones a Yoon Hye, hoy no.
Ella suspira y asiente para sí misma, seguramente respondiéndose que es mejor no intervenir nuevamente con el tema.
—Estás hermosa.—Sonríe, a pesar de que ni siquiera llevo un peinado en específico, solo mi cabello suelto, Yoon Hye decide seguirme la corriente y dejar ir la cuestión.
—Entonces todo listo, tomaré mi bolso y nos vamos…
—¿Estás segura de que no quieres usar maquillaje? No es que necesites mucho, solo…
—Hye, no creo que…
—¿Por favor? —Junta sus manos a modo de súplica para luego hacer un puchero seguido de unos extraños sonidos simulando el llanto de un cachorro.
Pasan unos breves minutos en los que comprendo que no se detendrá a no ser que acepte.
—Está bien…—Suspiro resignada.—Pero solo será un poco de labial y rubor ¿Bien?
—Y rímel, es básico.
—Bueno, pero lo haré yo misma.—Noto su rostro decepcionado pero.. ¿Qué puedo hacer? Sería más incómodo romper sus ilusiones diciéndole que no es buena como maquillista.
Una vez colocado el labial, el rubor y una leve capa de rímel, tomo mi bolso y nos encaminamos a la salida.
Es una suerte que Jae Sook decidiera irse por hoy y que aún Kwan Chul no haya vuelto, de lo contrario no podría ni siquiera pensar en salir o invitar a Hye a la casa.
—Es Yoongi, dice que nos apresuremos.—Explica Hye rodando sus ojos mientras responde el reciente mensaje que le ha enviado su hermano.
—Oye, no te ofendas pero…creo que sería mejor que me digas qué es lo que te traes entre manos, la última vez que se te ocurrió algo fue un desastre.—Le digo recordando la tarde del catastrófico almuerzo en la que ella había tenido la brillante idea de arreglarme para la ocasión.
—¡Hey! Relájate, no fue mi culpa lo que sucedió y te garantizo que esta vez no habrá imprevistos.—Responde mientras sigue mis pasos rumbo al ascensor del edificio.
—¿Cómo puedes estar tan segura de ello?
—Mira, aquello se salió de control en cuanto Myung Soo apareció…
—Más bien desde que Jeon comenzó a comportarse como un idiota conmigo.
—La corrijo recordando las respuestas cortantes del chico en el almuerzo.
—Bueno sí …pero el punto es que solo ocurren cosas malas cuando aparecen quienes te molestan ¿Cierto? —Lo pienso por unos instantes y luego asiento coincidiendo con ella.
—Entonces esta vez nada sucederá. Tu primo está con los Lee y no irán al partido, y en cuanto a Jungkook puedes estar tranquila…él y Taehyung están cumpliendo su castigo dándoles prácticas extras a los de primer año ¿Recuerdas? Tienen este día ocupado.
—Espero que esta vez no te equivoques Min.—Suspiro y salgo a través de las compuertas hacia el primer piso mientras ella me sigue con una serie de excusas sobre el por qué no debo preocuparme por la presencia de "seres indeseados".
—¿Cómo haremos eso? Son las políticas del complejo…
—¡No me interesan sus estúpidas políticas! Simplemente deshágase de ellas.
Tanto Hye como yo nos detenemos abruptamente ante la acalorada discusión que sostiene el guardia del edificio con la misteriosa mujer del departamento de abajo…¿Qué se supone que pasa ahora?
El guardia suspira y retira su gorra para limpiar el sudor de su frente con frustración.
—¿Y qué pretende que hagamos con ellas?—Le dice con calma a la mujer que se encuentra de espaldas a nosotras, por lo cual no podemos ver su expresión ,pero por su tono de voz parece molesta y desesperada.
—No lo sé…solo deshágase de ellas, por favor. Él ya no lo soporta…y yo tampoco.—Murmura con cansancio y agonía.
Me recordó a esa imagen que tuve de ella la primera vez que la vi hablando por teléfono bajo mi ventana, parece tan herida y vulnerable…
—Está bien, le aseguro que no volverá a recibirlas.—Le comunica el guardia y le hace una reverencia antes de que la mujer se gire, dejando caer un sobre color blanco de sus manos.
—¿No te dije que algo no anda bien con ella? Pobre…—Me susurra Yoon Hye viendo cómo se marcha la desconocida sin siquiera advertir nuestra presencia.
Me coloco de rodillas para tomar el sobre que dejó caer y entregárselo al guardia, que ya se acercaba para imitar mi acción. No pude evitar no leer la carátula del mismo…aunque no necesitaba hacerlo para saber lo que este decía, Hospital Sang.
Nuevamente es otro de esos avisos especiales, sin embargo hubo algo más que llamo mi atención, era dirigido desde el personal del corredor C. Esa parte tan oscura y misteriosa del hospital que tan poco se conoce…
—Yo me quedaré con esto.—Me dice el guardia con amabilidad tomando el sobre de mis manos.
—Disculpe pero… ¿Qué va a hacer con ese sobre? Por el remitente parece algo muy serio.—Me callo en cuando Yoon Hye codea con disimulo mi costilla para que guarde silencio.
Sé que no debo entrometerme y que eso no me incumbe, pero la situación se me hace demasiado llamativa como para ignorarla.
Con razón puedo decir que la excesiva curiosidad es uno de mis grandes defectos.
—Ah…la señora quiere que me deshaga de todas las cartas, llevan llegándole desde que se mudaron al edificio.—Me explica el guardia en un susurro.
—¿Mudaron? Creí que ella vivía sola en el departamento de abajo…
—Bueno ella…
El teléfono de la cabina del edificio comenzó a sonar interrumpiendo las palabras del hombre, por lo que este se alejó rápidamente para contestar, dejando su respuesta a medias. No puedo reprocharle, es su trabajo estar en la recepción de todos modos, la entrometida soy yo y quizás todo fue una señal del destino de que no debo investigar más de la cuenta…
—Eun Mi, vámonos, llegaremos tarde.—Hye toma mi codo y me guía hacia la salida, despidiéndose del guardia con un ademán de su mano libre.
Quizás ella también estaba deseando marcharse para no saber nada más de esa extraña mujer.
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