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REBAÑO
Jeon Jungkook se acostumbró a ser el centro de atención desde que tomó su primera inhalación de oxígeno.
Pertenecer a una adinerada familia, su buen aspecto y el talento innato de ser excepcionalmente bueno en todo lo que se proponga lo ha dejado siempre en la mira de todas las personas a su alrededor.
Tanto para críticas buenas como malas, Jeon Jungkook es alguien a quien en medio de un grupo le es imposible pasar desapercibido; más es en aquellos momentos en los que gran parte del profesorado de Minseon College intenta llamar su atención en los que le resultaría agradable ser invisible.
Al menos para la vista del 99.9% de las personas.
- ¿Quiere un trago, subdirector Jeon? - Su atención es atraída por el sonido suave de la voz a su lado.
Un par de labios rojos le sonríen y Jungkook aprieta los suyos para contener la mueca de molestia que le provoca el agarre que se afianza a su brazo, el cuerpo que se arrima al suyo, el perfume dulzón que pica su nariz.
- ¿Está aburrido? Quizás podamos ir a un lugar más...privado.
Jungkook centra su mirada en la chica junto a él: pequeña y bonita, de facciones elegantes y voz suave. Es preciosa y ciertamente no le hubiera importado ceder a los encantos de la dama; más no es capaz de actuar libremente cuando tiene aquel par de ojos encima.
A dos mesas de distancia de la suya, Kim Taehyung no ha parado de mirarlo desde que pusieron un pie en el lugar, de una manera poco disimulada para la vista y Jungkook no sabe a ciencia cierta qué hacer al respecto.
- ¿Por qué no vas y hablas con él? - Su atención es atraída ante la sugerencia. Alza la vista solo para toparse con un hombre alto con hoyuelos que aparecen junto a una corta sonrisa. - Señorita Shin, sería tan amable de cederme su lugar. Me gustaría hablar de un asunto importante con Jungkook-ssi aquí presente.
Jungkook suspira aliviado cuando la chica acata el pedido, reverenciando con las mejillas algo rojas antes de alejarse con el sonido de sus tacones altos resonando en el piso.
- No lo sabes aún pero te mereces un premio. - Jungkook comenta cuando Namjoon se sienta a su lado, estirando la mano para alcanzar la botella de soju y servirse un trago.
- ¿Un premio, por quitártela de encima? Normalmente me atacarías con un par de comentarios ácidos y miradas asesinas por espantarte una presa. - El director de Minseon College le dice, logrando que Jungkook ruede los ojos, preparándose luego su propia bebida. - Supongo que el corderito realmente te tiene en abstinencia y comiendo migajas. - Las cejas del pelinegro se alzan.
- ¿Quién te dijo...? Espera, fue Hoseok, ¿no es así? - Namjoon se encogió de hombros, no negando ni afirmando nada al respecto, más no hacía falta que lo hiciera. - Le voy a cortar la lengua y luego se la daré de comer.
- No, no harás nada porque si Hobi se entera que tú sabes que yo sé, me cortará a mí los huevos por decirte y luego se los dará a Mickey de merendar. - Namjoon anunció, ganándose la mirada escéptica de Jungkook.- ¡¿Qué?! El hombre es aterrador cuando se enoja y deja de ser todo sonrisas y las semanas sin sexo son lo peor así que te vas a callar y no dirás nada.
- No me gusta que mi vida personal sea parte de sus conversaciones postcoito. - Namjoon rodó los ojos al oírlo. - Y a mí nadie me tiene en abstinencia y comiendo migajas.
- Mhmm...Entonces por qué estás sentado aquí y no has ido tras la señorita Shin. - Cuestionó, rellenando su vaso con soju. - Ella es preciosa y le gustas, lo sabes; sin embargo aquí estás.
- Simplemente porque ella no me interesa. - Confesó, con los hombros rígidos. - Y ciertamente sí me llama mucho la atención el profesor Kim, pero eso no quiere decir que me tenga recibiendo migajas.
- Cierto, es que ni migajas recibes.
Namjoon le dijo y Jungkook sabía que solo buscaba provocarlo, más no pudo controlarse en absoluto cuando el mayor se acercó a él, susurrando con evidente burla.
- Será que el lobo feroz le tiene miedo a un lindo corderito.
Oh, Jeon Jungkook no era el mejor ser humano cuando se trataba de no caer en provocaciones y quizás fue aquel rasgo de su carácter el que lo hizo levantarse de la mesa bajo la atenta mirada de Namjoon.
Centró su atención en Kim Taehyung, quien estaba sentado a una mesas de la suya,demasiado inmerso en cocinar la carne como para percatarse de que iba hacia él.
Y cuando la mirada tras aquellos anteojos y la suya hicieron contacto, Jungkook vio las mejillas ajenas enrojecer y era justo así como lucía una presa.
Un lindo corderito.
SONRISA
Kim Taehyung suspira y cuenta mentalmente hasta diez antes de volver a alzar la mirada. Sus ojos van directamente a la persona sentada a dos mesas de distancia de la suya.
A lo lejos, Jeon Jungkook sonríe y Kim Taehyung siente su garganta secarse.
- Profesor Kim, ¿está usted bien? - Una mano sacude su hombro y Taehyung contiene el gruñido.
A su lado, el rostro envejecido de la profesora Cha se muestra ante él y no puede contener la mueca que el cambio de imagen ante él provoca.
- Está todo distraído. - Ella señala con una sonrisa y una leve inclinación de su cabeza hacia adelante. - Y su carne se está quemando.
Los ojos de Taehyung se abren amplios, apresurándose a retirar la carne de la parrilla, con la risa de la profesora de Biología escuchándose de fondo.
- ¿En dónde tiene la cabeza en estos días, mhm?
En Jeon Jungkook, a Taehyung le gustaría responderle más solo sonríe suavemente hacia ella, acomodándose en su asiento luego de rescatar la carne que pronto varias personas en su mesa se acercan a probar.
- Perdón. Siempre he sido algo distraído. - Confiesa, la vergüenza tiñendo sus mejillas de rojo y para su pronto placer, ella se retira con una sonrisa en la boca, agrupándose junto el resto de sus compañeros en la mesa.
Justo como hizo desde que puso un pie en el lugar, Taehyung vuelve a centrarse en un distraído Jeon Jungkook a lo lejos. Sin embargo, por primera vez en la noche, no le gusta lo que ve.
Shin Seora, la asistente del director Kim, tiene su brazo aferrado al de Jungkook, sus labios rojos murmurando palabras en su oído, tan pegada a él que probablemente el hedor de su perfume se aferrará a la piel ajena.
Todo su interior se revuelve cuando Jungkook se gira a mirarla con atención, quizás debatiéndose si es apta para sus intereses y es consciente de lo que va a suceder entre ambos si aquel par se va junto del lugar.
Jeon Jungkook tiene una reputación que le precede. Una reputación que le deja en claro que, sin importar que tan interesado en él esté, es imposible que el pelinegro se niegue a cualquier persona que le atraiga.
Y es que por el momento, para Jeon Jungkook él es solo un gusto.
Un gusto que no ata ni ofrece lealtad.
Un gusto que no es una promesa de amor.
Un gusto que no durará para siempre.
Con tales ideas en mente quizás sólo deba mandar a la mierda a su personaje inocente e ir por lo que quiere, estar con él y al menos tener la anécdota.
Dejar de ser un idiota obsesionado y no desaprovechar las oportunidades que le ofrece la vida.
- Profesor Kim, ¡más carne! ¡Queremos más carne! - Las voces de sus compañeros de trabajo anuncia y pronto usa sus peticiones como excusa para evitar la escena a lo lejos.
No es algo bonito de ver, no cuando su cerebro y su corazón están llenos de fantasías en los que Jungkook no puede ver más allá de él y realmente se sentiría como un golpe en el estómago verlo irse con aquella chica.
Se centra en cocinar la carne, ignorando los deseos de mirar hacia la mesa que, para ese punto de la noche, probablemente tenga dos puestos vacíos y a dos personas en algún hotel cercano haciendo algo más que besarse.
- Uy, alguien fue rechazada~. - Anuncia una voz cantarina seguida del sonido de tacones resonando en el suelo y Taehyung no puede evitar sonreír amplio cuando ve la figura delgada de la señorita Shin acercase a sus amigas en otra mesa con las mejillas enrojecidas.
- Oh...- Es todo lo que sale de su boca porque está demasiado feliz, gritando emocionalmente por dentro como adolescente enamorada.
En esos momentos, se regocija con la vista pues todo lo que puede ver es a Jeon Jungkook junto a al director de Minseon College hablando de algo que tiene al pelinegro con los hombros tensos y el ceño fruncido.
Taehyung se muerde los labios con fuerza para frenar la sonrisa boba e ilusionada que amenaza con surcar su expresión y, ¿cómo es posible que incluso enojado Jeon Jungkook sea así de apuesto?
Debería ser algo ilegal, pero fácilmente Kim Taehyung aguantaría un par de años en prisión por la imagen mental de Jeon Jungkook todo enojado cerniéndose sobre él para castigarlo.
Quizás también podría con la cadena perpetua, sería un criminal devoto.
- Profesor Kim, vigile la carne, por favor~.
Ah, que dura es la vida de un hombre enamorado.
Kim Taehyung tiene que hacer tripas-corazón para no aferrarse al hombre y prometerle mil cosas bonitas entre besos y caricias y hacerle ver que es justo él todo lo que puede necesitar y desear para amar y respetar hasta que la muerte los separe y Dios los junte en el cielo.
Ante sus recientes pensamientos, Kim Taehyung cierra sus ojos y reza a Dios, para que por favor Jeon Jungkook nunca sepa de todas las cursilerías que le pasan por la cabeza cuando lo ve.
Amén.
- El subdirector Jeon viene para acá. - Una voz a su lado medio grita medio susurra y su cabeza se alza rápido, casi como el movimiento de un resorte para ver a Jungkook caminar hacia su mesa con una sonrisa devora hombres.
No tiene otra forma de describir esa sonrisa porque cuando Jeon Jungkook le sonríe así, con los ojos oscuros sostiendo los suyos, Kim Taehyung se siente más presa que nunca.
Una presa diminuta y frágil, dispuesta a ser devorada.
FINAL FELIZ
En cuanto pone un pie en la mesa en la que está Kim Taehyung, Jeon Jungkook es recibido por una ovación de atenciones del resto de los profesores.
Lo invitan a sentarse y a un trago, también a un poco de carne que un dulce corderito está preparando para todos. Jungkook se niega a sus propuestas amablemente, tomando asiento en la mesa junto a Kim Taehyung, a quien pronto ve contener el aliento.
- Hola. - Lo saluda y lo ve encongerse en el lugar, respondiendo a sus palabras con un leve asentimiento de su cabeza. - Me percaté de que llevaba toda la noche mirándome, así que vine aquí a preguntarle si hay algo que quiera decirme. - Comenta.
Sus palabras le ganan una imagen cercana del rostro de Taehyung, todo rojo y con la mirada brillante, los labios entreabiertos con el inferior de ellos tembloroso, la boca abriéndose y cerrándose cuando todo lo que logra escapar de ella no es más que un jadeo entrecortado.
- No, yo no... - Él balbucea al instante, negando varias veces entre gestos nerviosos. - Yo solo miraba de vez en cuando. - Jungkook alza una de sus cejas ante la confesión y obvia atenuación de los hechos. - Perdone si le incomodó mi mirada.
- No me incomodó para nada. - Confiesa, ganándose la atención completa de Taehyung sobre él. - Simplemente quería saber qué lo tenía tan curioso para que sus ojos estén toda la noche sobre mí. - Cuestionó, más sabía que su corderito no iba a responder adecuadamente su pregunta.
- ¿Quiere un trago, señor Jeon? - En lugar de aclarar sus dudas, Taehyung ofrece y Jungkook no puede hacer más que sonreír ante sus obvios intentos de desviar la conversación.
- Solo si usted bebe conmigo.
Terminan bebiendo juntos. La compañía de Taehyung parece suficiente motivo para que más nadie a su alrededor se acerque y los que lo hacen terminan yéndose al cabo de los minutos.
Jungkook rellena el vaso de soju de Taehyung, vacilando un poco al llenar el suyo propio cuando, su cuerpo que se siente pesado por la bebida, le dificulta la tarea de no derramar nada sobre la mesa.
A su lado, Kim Taehyung sostiene el vaso de soju con cuidado y tiene una sonrisa en el rostro. Desde hace unos minutos y tras unos tragos de alcohol, no ha parado de sonreírle y mirarlo como si fuera la cosa más maravillosa que haya visto en su vida.
Quizás lo sea, quizás no. Jungkook no está seguro sobre el papel que juega en la vida de Taehyung.
- Jungkook-ssi.
Su nombre pronunciado por aquella voz baja y profunda con cierto atisbo coqueto le ocasiona un estremecimiento.
- Realmente iba a disculparme por haberlo besado.
Taehyung inicia y de pronto Jungkook es consciente de que el profesor de Literatura ha bebido lo suficiente como para sacar tales temas a relucir, como para suprimir un par de inhibiciones.
- Pero la verdad es que no me arrepiento en absoluto de haberlo besado. - Jungkook alza las cejas, moviéndose más cerca de Taehyung para ofrecer mucha más privacidad a su conversación.
- ¿Es así? - Cuestiona, totalmente curioso y dispuesto a escuchar todo lo que Taehyung quiera decirle.
- Mhmm. - El profesor murmura positivamente. - Estaba pensando en algunas excusas e iba a disculparme con usted luego, pero la verdad...- Taehyung sonrió, sus ojos volviéndose dos líneas rasgadas. - La verdad es que besarlo es la mejor cosa que me ha pasado en la vida. - Confesó, girando su rostro para ver a Jungkook, quien estaba lo suficientemente cerca como para que Taehyung pudiera ver sin dificultad la pequeña cicatriz sobre su mejilla.
- No me digas. - Jungkook dijo, en su voz escuchándose algo parecido a un bajo ronroneo que hizo a Taehyung removerse en el asiento.
- Le digo más. - Taehyung añadió, tentado con su comentario. - Me encantaría volver a besarlo de nuevo. - Confesó, con las mejillas rosadas por la vergüenza y el alcohol.
Frente a él, Jungkook parpadeó un par de veces, mostrándose escéptico por sus palabras durante sólo unos segundos solo para que una sonrisa de labios cerrados se mostrara al instante siguiente.
Taehyung tragó en seco, Jungkook se inclinó hacia él, sus narices se rozaron y el recuerdo lo hizo entreabrir los labios, esperar un beso que nunca llegó.
- Creo que ya ha bebido suficiente por esta noche, Taehyung-ssi.
Jungkook le dijo, apartándose y dando una distancia prudente a sus cuerpos, trazando una línea que Taehyung quería cruzar.
- ¿Qué le parece si dejamos la conversación aquí y lo acompaño a su casa? - Ofreció, viendo a Taehyung bufar y terminar el contenido de su vaso de un solo trago antes de levantarse con las piernas temblorosas.
Jungkook sonrió al verlo salir del local con el ceño fruncido y murmurando cosas por lo bajo, acomodando torpemente la ropa en su lugar y despeinando aún más sus rizos castaños.
- Cosita linda. - Jungkook no pudo evitar decir, levantándose para ir a su mesa donde Namjoon lo observó con cejas alzadas todo el tiempo que le tomó recoger su chaqueta y dejar dinero suficiente para pagar la cuenta.
- Iré a dejar al profesor Kim a su casa. Está demasiado borracho para ir por su cuenta. - Contó. Namjoon asintió a él, no tardando en añadir.
- Tú luces igual de borracho que él, no creo que sea bueno que alguno de ustedes dos conduzca. - El mayor le dijo, la preocupación evidente en su rostro. - Hobi viene por mí. Espera y vamos todos juntos. - Jungkook se negó a su propuesta al momento.
- No es necesario, llamaré un taxi para ambos. - Añadió, girándose a enfrentar a Namjoon, quien tenía una mirada severa sobre él. - Voy a cuidarlo. No tengo pensado hacer algo con él estando borracho, tengo mis límites, ¿sabes? - Namjoon no dijo nada más y Jungkook lo tomó como una silenciosa aceptación a sus palabras para que se fuera.
Se apresuró en salir del local, buscando con la mirada a Taehyung en cuanto puso un pie fuera. Lo encontró sentado en la acera, con las piernas recogidas hacia su pecho y la barbilla apoyada en sus rodillas. Se acercó con pasos lentos, dejando su chaqueta sobre los hombros ajenos al llegar junto a él, provocándole un rápido estremecimiento.
Taehyung alzó la vista, mirando hacia un Jeon Jungkook todo apuesto y de mejillas rosadas por el alcohol, quizás por el frío. Tal vez por la propuesta que le había hecho hace un par de minutos y que su instinto le pedía que recordara que aún estaba en pie.
- Llamé un taxi para ambos. Vendrá dentro de unos minutos. - Jungkook contó, sentándose junto a él en al acera y Taehyung abrazó más de cerca la chaqueta que lo cubría, disfrutando en demasía el perfume impregnado en la prenda. - Si quiere podemos esperar dentro de mi auto. Hace un frío horrible aquí fuera. - Jungkook ofreció.
Taehyung se giró a mirarlo, colocando sus manos tibias sobre las mejillas frías ajenas. Jungkook lo observó todo el tiempo, a él y a sus ojos brillantes, algo llorosos y no pudo evitar sonreír cuando Taehyung le hizo pucheros.
- ¿Qué sucede? - Él murmuró, con la voz suave, no resistiendo la tentación de apoyarse en la caricia, de tomar una de las manos de su corderito para dejar un beso sobre la palma. - No me mires así, me haces sentir un monstruo. - Jungkook confesó.
- No me besaste. - Taehyung señaló aquello como el verdadero motivo de su malestar, retirando sus manos del rostro y del toque del pelinegro. - No quieres besarme. - Jungkook suspiró al oírlo.
- Me muero por besarte, corderito. - Admitió. La mirada de Taehyung se iluminó al instante, quizás por su confesión, tal vez por el apelativo cariñoso. - Realmente quiero hacerlo pero no lo haré contigo borracho. - Las cejas de Taehyung se fruncieron.
- No estoy tan borracho. - Refutó ceñudo. - Esa no es excusa para no besarme. - Añadió, con la voz baja antes de suspirar rendido. - Tengo frío, ¿podemos entrar al auto?
Jungkook asintió, levantándose y guiando al profesor hasta el auto en cuestión, abriendo la puerta de los asientos traseros para él. Taehyung se mantuvo de pie frente a la puerta abierta, su mirada tranquila sobre Jungkook.
- Entra tu primero. - Pidió y, en el momento en el que puso un pie dentro del auto, Jeon Jungkook se sintió caer dentro de una trampa.
Kim Taehyung entró segundos después, el sonido de la puerta siendo cerrada fue el estímulo que comenzó con la descarga de adrenalina a su corazón que empezó a latir errático.
En el séptimo latido, tuvo a Taehyung sentado en su regazo.
La chaqueta se deslizó desde sus hombros hasta el suelo cuando se acomodó sobre él y Jungkook llevó sus manos a la estrecha cintura que se percibía debajo de la ropa ancha. Cuando alzó la vista hacia él, Taehyung le estaba sonriendo de una manera en la que no sonríen los buenos corderitos.
- ¿Tienes miedo? - Le preguntó. Jungkook se estremeció poquito cuando los dos primeros botones de la camisa que se le había sido prestada cedieron bajo los dedos ágiles del profesor.
- No. - Jungkook murmuró, la voz escapando ronca. - ¿Por qué tendría miedo? - Preguntó. La palma cálida de Taehyung terminó sobre su pecho, rozando con las yemas de sus dedos uno de sus pezones en el proceso y Jungkook intensificó su agarre en la cintura ajena en respuesta.
- ¿Entonces por qué tu corazón está latiendo tan rápido? - Taehyung cuestionó sobre sus labios, el aliento etílico picando en la nariz del contrario. - Jungkook-ssi. - Añadió, delineando con el pulgar el labio interior del pelinegro. - Si tanto lo quieres, entonces, ¿por qué no me estás besando? - Jungkook enfrentó su mirada y Taehyung tragó en seco ante la seriedad de su expresión.
- Cierto. - Confesó, sus ojos sobre Taehyung. - ¿Por qué mierda aún no te estoy besando?
Jeon Jungkook es un hombre que se deja guiar por sus impulsos, por su instinto y ambos fueron feroces cuando lo llevaron a ahuecar su mano en la parte posterior del cuello de Taehyung, atrayéndolo hacia abajo en un gesto brusco que hizo al contrario jadear.
- Realmente no te haces una jodida idea de lo mucho que me encantas, ¿verdad? - Confesó, sus labios rozándose en el proceso.
Taehyung lo miró con ojos encadilados, como un ciervo frente a las luces de un auto en movimiento, congelado en medio de la carretera, esperando el impacto. Tenía las mejillas enrojecidas, las manos aferradas con fuerza a su camisa.
- Demuéstrame entonces. - Murmuró, enfrentando peligrosamente el brillo en los ojos ajenos. - Demuéstrame entonces cuánto te encanto.
Jeon Jungkook no sabe a ciencia cierta quién cerró la brecha entre ellos primero. Solo sabe que sus bocas chocaron y que Kim Taehyung lo estaba besando y que sus labios eran lo mejor que ha probado en toda su vida.
- Quiero... - Taehyung intentó decir, sus palabras siendo frenadas cuando sus lenguas se enredaron juntas y quería más, más, más. Necesitaba algo más que solo un beso. - Recuéstate contra la ventana. - Pidió, bajándose del regazo de Jungkook, quien acató la orden con algo de torpeza.
En menos de un parpadeo, Jeon Jungkook estaba recostado en los asientos traseros de su auto, con Kim Taehyung arrodillado entre sus piernas y trabajando en el cierre de su pantalón.
- No creo que sea una buena idea. - Murmuró hacia él. La mirada de Taehyung fue a la suya, un brillo retador en sus ojos mientras unas de sus cejas se alzaban.
- Oh, créeme que sí es una buena idea. - Contradijo. Jungkook sostuvo su mirada, observando con la garganta seca las manos de Taehyung terminando de exponer su pene a cualquiera que fueran sus intenciones, los dedos delgados y estilizados acariciando alrededor de su eje
- Quiero ver si sigues pensando lo mismo una vez que termine contigo.
La sensación húmeda de su boca fue todo lo que recibió luego de sus palabras. Jungkook jadeó al verlo descender con facilidad, casi tomándolo por completo y dónde carajos había quedado el hombre que se sonrojaba por sostenerle la mirada, el dulce corderito de gestos nerviosos y mirada inocente.
- Taehyung. - Musitó.
La mano del castaño fue a su pene, masajeando lo que no podía cubrir con su boca y Jungkook gimió bajo y ronco, intentando contener las cortas embestidas que se sentían casi como instinto mientras hundía los dedos en los rizos castaños, dejando una corta caricia que actuó como un incentivo para que Taehyung alzara la mirada a él.
La figura delgada cubierta por ropas anchas y de colores claros se mostró ante él. Tenía las mejillas rojas por el esfuerzo, el cabello revuelto y desorganizado que caía rebelde sobre su frente mientras que rastros de saliva corrían desde la comisura de su boca, mojando su barbilla.
Los ojos brillosos y entrecerrados concediéndole cierto tono de perdición a su mirada que hizo a Jungkook gruñir bajo cuando la enfrentó.
Un quejido salió de entre los labios del Taehyung cuando embistió quizás demasiado brusco en su boca, el sonido provocando una vibración de sus cuerdas vocales que se extendió por el pene del pelinegro como un corrientazo.
-Joder...-Mordió su labio inferior con fuerza, sintiendo un cosquilleo instalarse en su bajo vientre .
Sus muslos tensos y calientes bajo la palma de las manos de Taehyung, quien se sostenía de allí mientras subía y bajaba la cabeza en un movimiento desorganizado y rápido pero que era suficiente para tener al contrario con la mandíbula tensa.
Jungkook respiró profundo, contando hasta diez e intentando regular su respiración para retrasar un poco más el orgasmo que se le caía encima, al menos apartarlo por un tiempo que no lo hiciera lucir como un maldito eyaculador precoz frente a su lindo corderito.
Segundos después, Kim Taehyung intentó tragar todo el semen que pudo cuando Jeon Jungkook se vino en su boca, en un gemido ronco y sensual que hizo que sus pantalones se sintieran apretados.
El cuerpo del pelinegro tembló y Taehyung sintió su pecho inflarse en orgullo cuando vio al contrario aferrarse al material del asiento del auto, sus nudillos tornándose blanquecinos y quizás debería preocuparse de que exponer tales habilidades orales pudiera desbaratar la imagen de inocencia que Jeon Jungkook tenía de él.
Aunque ciertamente sería algo de lo que se preocuparía más tarde.
Taehyung se apartó, arrodillado en el asiento del auto, limpiando el resto del semen de las comisuras de su boca. Jungkook lo miró desde abajo, con pupilas dilatadas y mejillas rojas mientras transpiraba, buscando regular su respiración.
Sonrió ante la imagen que se le ofrecía como recompensa por su buen trabajo, inclinándose hacia él, sobre su cuerpo, sus manos yendo a apoyarse en la superficie que quedaba libre a los costados del cuerpo del pelinegro.
Jungkook tragó en seco cuando el rostro de Taehyung se escondió en su cuello, gimiendo bajito al percibir su lengua deslizarse contra la piel brillante y húmeda, el sabor salado del sudor latente en su saliva.
- Oh Jungkook-ah~
Dicho Jeon Jungkook gimió, atrapado en las palabras que le fueron susurradas al oído.
- Voy a devorarte, conejito.
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