18. Momento Perfecto
❀ Fluff
❀ Chef!au
❀ Advertencias: llevo una semana viendo vídeos del Baby TV por mi prima y esto me ha surgido por una de sus series que se llama 'Momento, el gran chef' xD a mí no me engañan, esos son gays(?)
❀ 1861 palabras
- ¡Baekhyun! ¿Estás ahí?
El corazón del mencionado aleteó con fuerza en su pecho al reconocer la voz de la persona que lo llamaba. Sus ojos brillaron y miró a sus compañeros de cocina, Kyungsoo y Jongdae, quienes sonrieron con suficiencia y lo mandaron fuera a recibir al visitante. Se limpió las manos con nerviosismo en el trapo de cocina que tenía más cerca y salió con rapidez al salón, quitándose el gorro de cocinero y tratando de peinar su pelo rubio para que se viera decente o algo así.
Park Chanyeol estaba allí, esperándolo con una gran sonrisa que hacía que el corazón le latiera aún más rápido. Era un estudiante de cocina que vivía cerca del restaurante, había sido su cliente durante un tiempo hasta que empezó a ir para preguntarle sobre recetas y conceptos. Siempre iba por las tardes, un poco antes de que abrieran las puertas al público, pero a sabiendas de que iba a encontrarlo ya allí, preparándose para la hora de apertura.
- Hola, Chanyeol -le sonrió al acercarse. El chico le sonrió de vuelta y el corazón del chef se aceleró en su pecho ante la visión del joven estudiante.
- Hola, Baekhyun -le respondió el otro-. Me alegra encontrarte aquí.
- ¿Qué te trae por aquí? -le preguntó el más bajo, a sabiendas de por qué iba el chico.
- Tengo un problema -el chico alto hizo un puchero y él se mordió el labio para no decirle lo malditamente adorable que se veía, y dejó que continuara-. Nos han mandado hacer una receta con maíz en la escuela para pasado mañana y no sé qué hacer. Ni siquiera sé usar el maíz fuera de una ensalada -suspiró, derrotado-. Necesito ayuda, hyung.
Maldito fuera Park Chanyeol con su voz grave llamándolo hyung.
- Claro, ¿qué te parece pasarte cuando ya haya cerrado el restaurante? -le ofreció-. Ahora mismo estamos preparando la mise en place* y no tengo tiempo, pero si puedes venir por la noche cuando hayamos acabado, no tendré problema en ayudarte.
- Oh, no, no, hyung, no podría -se negó rápidamente el alto, sacudiendo su cabeza y alzando sus manos-. Después de todo el día no me sabría bien hacerte trabajar más.
- No es problema, Chanyeol, de verdad -intentó tranquilizarlo, pero viendo que el chico seguía inseguro, bufó un poco, provocando que su flequillo rubio volara ligeramente antes de colocar una sonrisa para hablar de nuevo-. Entonces, no tendrás problema en que te invite mañana a mi casa para enseñarte, ¿verdad? Es mi día libre.
Pudo ver cómo la cara de Chanyeol enrojecía hasta la raíz de su cabello oscuro y rizado, y no pudo evitar la sonrisa de bastardo que surgió en su propia cara. Sin embargo, no pretendía hacérselo pasar mal, quería ayudarlo, y bueno, pensó que sería mejor su casa que la del chico, simplemente porque en su propia cocina, se sentía a gusto y desenvuelto.
- ¿S-seguro que no molesto? -tartamudeó el chico-. Es tu día libre.
- Para nada -le sonrió-. Dame tu teléfono y te mando mi dirección, así podrás llegar fácilmente.
Aún tremendamente colorado, Chanyeol le tendió su teléfono para que guardara su contacto y le mandó un mensaje para que el mayor también guardara el suyo.
- Nos vemos mañana, entonces -le guiñó el ojo Baekhyun, con una coquetería de la que nunca antes se habría creído capaz-. Recuerda traer maíz.
- No lo olvidaré -respondió serio, inclinándose a modo de agradecimiento-. Hasta mañana, hyung.
Baekhyun se despidió de él y volvió a entrar en la cocina, colocándose el gorro mientras se dirigía a lavarse las manos de nuevo. La sonrisa en su cara no pasó desapercibida para sus colegas, quienes se miraron el uno al otro con una sonrisa.
- Así que tienes una cita mañana, ¿en, Baekhyun? -preguntó Kyungsoo con tono inocente.
- ¿Por qué dices eso? -se defendió el rubio, pero notó sus mejillas colorearse-. ¿Me habéis estado espiando?
- Oh, no -negó Jongdae-. Solo fue casualidad que nos quedáramos repentinamente en silencio y escucháramos la conversación.
- ¿Sabes qué vas a enseñarle a hacer? El maíz puede ser un problema para un principiante -preguntó Kyungsoo, cortando la respuesta de Baekhyun.
- Se lo va a echar por encima a Park para comérselo directamente de sus jóvenes y marcados abdominales.
- Me perturba que tengas esa imagen mental de mí y no voy a preguntar cómo sabes que tiene abdominales, Jongdae -Baekhyun arrugó la nariz-. Pero sí, sé un plato sencillo que podría venirle bien.
- ¿Cuál? -Baekhyun sonrió con superioridad.
- Ya os enteraréis.
Cortó rápidamente las protestas de los otros dos mandándolos a pelar patatas y cebollas, pero una vez estuvo solo de nuevo inmerso en su trabajo, la sonrisa volvió a su cara. Porque sí, tenía una cita.
Chanyeol se presentó muy puntualmente en casa del chef, con una bolsa con los ingredientes que Baekhyun le había pedido que llevara: maíz, tomates, albahaca y un par de cosas más. El chico parecía nervioso, avergonzado y decidido, todo a la vez, y al chef se le volvían gelatina las piernas con las miradas que le lanzaba.
- Qué puntual, Chanyeol -lo alabó el otro, guiándolo hacia la cocina una vez estuvieron dentro de la casa-. Ya tengo la cocina lista.
- Muchas gracias por ayudarme en tu día libre, hyung -murmuró el alto, traspasándolo con aquellos ojos oscuros. Baekhyun sintió sus mejillas arder, y soltó una carcajada para aliviar la tensión.
- No es para tanto.
- No, en serio -el chico lo agarró con suavidad por la muñeca, deteniéndolo en su camino a la cocina y haciendo que lo mirara directamente a los ojos-. Muchas gracias.
El aire se paró entre ellos. Fue un momento, un momento perfecto en el que se miraron a los ojos, el chef con el corazón acelerado, y los ojos de Chanyeol le decían tantas cosas, tantas, que pensó que podría ahogarse en ellos. Pero el chico soltó su muñeca y se apartó, cortando el momento y dejando a Baekhyun con una sensación de pérdida de calidez muy extraña.
- S-sí, bueno, vamos a la cocina -murmuró, sacándose a sí mismo del trance.
La cocina de Baekhyun estaba muy bien equipada, pero había pensado en un plato sencillo que no requiriera de nada profesional. Así Chanyeol podría reproducirlo en la escuela y en casa sin problemas.
- ¿Bolas de maíz?
- Dicho así, suena horrible -rió Baekhyun, sacando los alimentos de la bolsa de Chanyeol y lavándolos para comenzar-. Pero en esencia, supongo que sí es eso.
- No quería decir que fuera malo -se sonrojó el chico-. ¿Cómo se hacen?
Baekhyun sonrió y entonces comenzaron a cocinar.
Le mostró al más joven cómo lavar y cortar el maíz para sacarle los granos, así como a cortar los tomates para la salsa. Con harina de maíz como base, hizo una masa con la que moldearon bolas y las rellenaron con los granos del maíz que había traído Chanyeol antes de rebozarlas en pan rallado.
- Ahora puedes freírlas u hornearlas -le explicó el chef-. En este caso, vamos a hornearlas porque la comida frita no es precisamente mi favorita, ¿te parece bien?
- Claro, hyung -asintió el alto, serio y tomando notas-. A mí me parece bien también.
Sonriendo, las metió al horno y mientras se horneaban, le enseñó a preparar una salsa de tomate algo picante y especiada para colocar en un pequeño bol y mojar las bolas en ésta, a modo de aperitivo.
Una vez estuvieron listas, las sacaron del horno y las colocaron en un plato que llevaron al hogareño salón del chef junto con la salsa. Baekhyun llevó también vasos y agua, ya que quería que el chico probara los diferentes sabores y texturas de todos los componentes del plato sin que el gas o el azúcar estropearan la sensación. Chanyeol tomó una de las pequeñas bolas con cuidado y la mojó en la salsa de tomate antes de llevársela a la boca y morder. Masticó unos instantes, saboreándolo, mientras el mayor se mordía el labio y apretaba ambas manos en su regazo, nervioso.
- ¿Y bien? -preguntó sin poderlo evitar más. El alto lo miró con los ojos brillantes.
- Está delicioso, Baekhyun -le dijo con sinceridad el alto.
No sabe si fue el hecho de que le gustara el plato o el hecho de que lo hubiera llamado por su nombre lo que volvió loco al corazón del mayor. Se acercó a él, mirándolo intensamente mientras el chico se comía otra bola.
- Me has llamado por mi nombre -le dijo.
Chanyeol se atragantó en ese momento, o fingió hacerlo, pero su cara estaba muy roja y sus ojos eran brillantes al mirar al alto.
- Lo siento -se disculpó., no pretendía molestarte.
- No me molesta -le respondió con sinceridad, inclinándose un poco más cerca de su boca-. Dilo de nuevo.
Se estaban mirando a los ojos de nuevo, la atmósfera volvía a ser tranquila entre ellos, pero cargada de todo lo que no se decían pero trataban de transmitir con sus ojos. Era de nuevo ese momento perfecto entre los dos. El chef podía ver que Chanyeol estaba leyendo lo que quería en sus ojos, pero el chico era inseguro y se mordía el labio inferior con nerviosismo. Baekhyun lo atrapó con su pulgar y lo liberó con suavidad.
- Dilo -le pidió de nuevo, y Chanyeol se lamió los labios antes de contestar.
- Baekhyun.
Sus labios chocaron el segundo después de que hubiera pronunciado su nombre. El sabor dulce y picante del tomate le explotó en la lengua cuando ambas se encontraron para acariciarse y jugar un rato, y eso los hizo gemir bajito. Se separaron levemente para cambiar de ángulo y volver a besarse, esta vez más lento y suave, tan sólo sus labios rozándose los unos contra los otros en una caricia sensual y ardiente. Se separaron mirándose a los ojos y jadeando levemente al tratar de recuperar el aire que les habían negado a sus pulmones.
- Me gusta que me llames por mi nombre -le susurró, como si no lo hubiera estado besando los últimos minutos.
- Me daba vergüenza hacerlo -admitió el chico, algo colorado-, pero supongo que si esto es una cita, puedo hacerlo.
- ¿Es una cita? -le preguntó con diversión el mayor.
- No lo negaste cuando tus amigos te preguntaron ayer en el restaurante.
- ¿Por qué todo el mundo me espía? -rodó los ojos el más bajo, pero estaba de buen humor y su sonrisa lo delató mientras agarraba al menor por la pechera de su camiseta y se lo acercaba-. No lo negué porque es una cita, Chanyeol -sonrió más ampliamente al ver el sonrojo en las mejillas del otro, pero la felicidad era palpable en el estudiante de cocina-. Y ahora, haz el favor de besar a tu novio antes de que me arrepienta de querer estar con un espía.
Y en vez de replicar, Chanyeol lo besó de nuevo, porque realmente todo aquello no era importante. Lo importante eran ellos, y su momento perfecto.
*mise en place: preparación de todos los elementos del plato o platos que se va a cocinar para que resulte más sencillo y ordenado trabajar.
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