14. El peor cumpleaños
❀ Fluff, Smut
❀ Old friends!au
❀ 2307 palabras
A Baekhyun le gustaba cumplir años, de verdad que sí.
No estaba en esa fase aún de empezar a sentirse mayor, y no le molestaba que por un día, las personas a su alrededor consideraran que era su día especial y lo llamaran o le dieran a comer un trozo de tarta. No, a Baekhyun le gustaba la tarta y no decía que no a un evento en el que se incluyera aquel dulce.
Pero el mundo parecía querer que odiara su cumpleaños ese día. En principio era un cumpleaños normal, sus padres lo habían felicitado al levantarse, había recibido varias llamadas y mensajes por redes sociales, y su madre le había cocinado su plato favorito a la hora de la comida. Pero todo se había torcido a partir de entonces.
Baekhyun vivía en un pueblo algo alejado de Seúl y ese día, los conductores de autobús habían decidido hacer una huelga general y los servicios mínimos consistían en un autobús muy temprano por la mañana y en otro temprano por la tarde, pero de vuelta de Seúl. Eso le fastidiaba bastante sus planes de salir con sus amigos a tomar algo y después ir al cine o a jugar a los bolos, pero no era demasiado terrible. En casa disponían de dos coches y, aunque sus padres necesitaran uno, él tendría el otro disponible, así que no se preocupó.
Efectivamente, sus padres salieron después de comer a un evento que tenían por la noche en otro pueblo con unos amigos. Baekhyun, mientras tanto, se duchó, se arregló, y cuando calculó que podría salir, bajó al garaje a por el coche. El problema vino cuando el coche no arrancó.
- No puede ser -murmuró por lo bajo el chico, quitando la llave del contacto para probar de nuevo.
Pero sí que podía ser. Estuvo más de un cuarto de hora tratando de arrancar el coche, consiguiendo que la batería también se fuera un poco a la mierda y se quedara vacía. Subió entonces a su casa tras cerrar el coche, y comenzó a tratar de llamar a alguien que pudiera ayudarlo con su coche.
Sus familiares no estaban disponibles, sus amigos no vivían en aquel pueblo y si llamaba a un taxi, probablemente no tendría dinero ni para salir con sus amigos, ni mucho menos para volver. Frustrado y cabreado, dio un grito y le dio una patada a la mesita auxiliar, provocando que la lámpara de cerámica que había en ésta se tambaleara y cayera, rompiéndose en mil pedazos.
- ¡Joder! -gritó el chico de nuevo.
Trató de ir hasta la cocina a por el cepillo y el recogedor para limpiar el desastre, pero uno de los pequeños trozos de cerámica se le clavó en la planta del pie derecho, haciéndolo aullar de dolor.
Fue la llamada a la puerta la gota que derramó el vaso. Se dirigió hacia allí cojeando y maldiciendo por lo bajo, y preguntó de mala gana.
- ¿Quién es?
- Soy Park Chanyeol.
Aquello lo dejó boquiabierto. Park Chanyeol. ¿En serio Park Chanyeol estaba en su casa, tocando a la puerta? Abrió de un golpe y sí, allí frente a él estaba en joven en toda su gloria de metro ochenta y pico (Baekhyun no sabía cuánto exactamente), con gesto preocupado que su flequillo negro no conseguía ocultar.
- ¿Qué... qué haces aquí? -le preguntó el más bajo, anonadado.
- He oído golpes y gritos y me preocupé.
Eso lo sorprendió aún más. Era cierto que con lo frustrado que estaba, no había caído en que seguramente había montado un escándalo para los vecinos del bloque, pero no pensó que ninguno llegara a molestarse a ir a tocarle a la puerta. Al menos no para decirle algo que no fuera que se relajara y dejara de hacer ruido. Pero allí estaba Chanyeol, preocupándose por él mientras su boca seguía abierta de asombro y tenía la pierna doblada para que el pie no tocara el suelo. De hecho, fue eso lo que llamó la atención de Chanyeol, quien súbitamente pareció muy alarmado.
- ¡Estás sangrando!
- ¿Qué? -el más bajo miró su pie y, efectivamente, había comenzado a sangrar-. Oh, es cierto.
- ¡Hay que curarte eso! ¿Dónde tienes el botiquín?
Baekhyun no sabe cómo, pero en un momento Chanyeol está en su casa, sentándolo en una silla en la cocina tras cerrar la puerta, y le está curando el corte con un poco de desinfectante antes de ponerle una tirita.
- ¿Qué ha pasado? -preguntó Chanyeol, terminando de inspeccionar la herida.
- Iba a quedar con mis amigos, pero no hay autobuses y mi coche no arrancaba -le explicó, dudando de si debería añadir algo más mientras se mordía el labio inferior-. Es mi cumpleaños -terminó por decir.
No es que Chanyeol y él fueran desconocidos. A decir verdad, habían estado muy unidos durante el colegio y el instituto, ambos asistiendo a las instituciones del pueblo. Incluso en algún momento durante su adolescencia, Baekhyun sabe que estuvo enamorado de su amigo. Pero cuando entraron en la universidad, simplemente se distanciaron en pro de sus nuevos amigos y aunque nunca volvieron a quedar, Baekhyun a veces lo echaba de menos. Nunca se atrevió a llamarlo, por vergüenza a ser juzgado tras todos esos años.
- Lo sé -respondió el otro con una sonrisa. Se levantó, pero cuando el más bajo pensó que iba a irse, se inclinó, dejando sus caras muy cerca la una de la otra-. Feliz cumpleaños, Baekhyun.
Y con la sonrisa aún en sus labios, cogió el cepillo y el recogedor y se fue a limpiar el salón. Baekhyun se llevó entonces una mano al pecho, notando su corazón latir muy fuerte y sus mejillas colorearse. Maldita sea, no podía ser que Chanyeol aún le afectara como a un chiquillo de dieciséis años a sus ya veinticuatro.
- ¿Dónde lo tiro? -la voz de Chanyeol lo trajo de vuelta a la realidad con un respingo, y le señaló el cubo de basura.
- Ya está -anunció el alto, y dejó los objetos en su sitio-. Me alegra ver que estás bien, Baekhyun, a pesar del corte. Por un momento pensé que te estaba atacando un ladrón o algo así.
- ¿Crees que hay un ladrón y lo que haces es tocar a la puerta? -preguntó con diversión el más bajo.
- Bueno, ya me conoces -se excusó el otro encogiéndose de hombros.
Sí, la verdad era que sí. Sabía que Chanyeol no iba a tratar de colarse por la ventana para ver si tenía un problema, él era más de tocar a la puerta y preguntar si ocurría algo. Y era frustrante, porque hacía casi seis años que habían dejado de verse a menudo y él seguí sabiendo qué clase de persona era Chanyeol.
- No has cambiado nada -sonrió con suavidad.
- Tú has cambiado mucho.
Baekhyun tenía que admitir que, si se miraba en el espejo, tenía que admitir que Chanyeol tenía razón. Ya no usaba aquella ropa holgada y deportiva como hacía en el instituto. Sus vaqueros ahora eran más ceñidos, sus sudaderas habían pasado a ser chaquetas y sus camisetas no llevaban dibujos desgastados. Su pelo oscuro había pasado a ser rubio, y se pasó una mano nervioso entre los mechones.
Pero no era del todo cierto. A Baekhyun aún le gustaba llevar aquella ropa ancha, le gustaban las sudaderas viejas y las camisetas desgastadas. Pero sobre todo, él seguía siendo el mismo bajo todo aquel cambio de aspecto, le seguían gustando los superhéroes y las bandas de rock. Por todo eso, frunció el ceño y miró al alto.
- No he cambiado tanto, es sólo ropa.
- Lo sé, pero estás mucho más guapo ahora, casi inalcanzable.
El más bajo parpadeó, sorprendido. ¿Inalcanzable? ¿Qué quería decir? Cree que el alto sintió su confusión, porque suspiró y cambió el peso de una pierna a otra.
- Será mejor que me vaya -anunció-. Me alegra que estés bien, y felicidades otra vez.
- Esper... ¡ay! -en un intento de ponerse de pie, había apoyado el pie que no debía en el suelo. Chanyeol casi corrió hacia él para ayudarlo, muy preocupado-. No pongas esa cara, sólo se me había olvidado lo del pie -lo miró a los ojos entonces y se mordió el labio inferior, notando que los ojos del alto se desviaban hacia éstos-. Es mi cumpleaños, no me dejes solo.
Sabía que sonaba infantil y estúpido, pero realmente no quería que el chico se fuera y dijo lo primero que se le ocurrió para evitar que se fuera. Aunque lo más sorprendente de todo fue que el otro asintió y lo ayudó a llegar hasta el salón, sentándolo en el sofá y desoyendo las quejas de Baekhyun de que él estaba bien y de que estaba siendo exagerado.
- Estoy bien -repitió por enésima vez cuando Chanyeol colocó su pierna mala sobre su regazo-. Sólo apoyé mal el pie.
- Déjame que te cuide, es tu cumpleaños, ¿no? -alzó las cejas con diversión-. Pues déjate mimar. Es mi especie de regalo para ti -añadió, divertido.
- Si fuera un regalo, ¿me estarías torturando sin dejar que hiciera nada? -replicó, acercándose a él en un mal intento de parecer intimidante.
Chanyeol rodó los ojos y le sonrió, aparentemente pensando en qué responderle, cuando una de sus grandes manos lo tomó por la mandíbula y lo acercó a él levemente, provocando que sus labios chocasen.
Fue un beso corto y torpe por la postura en la que estaban, pero el corazón de Baekhyun latió desbocado por el roce de aquellos labios suaves contra los suyos. Sus ojos buscaron los ajenos al separarse, y los encontró oscuros y brillantes, llenos de una felicidad que hacía mucho que no veía allí.
- No he podido resistirme, perdona -se disculpó el alto, carraspeando y alejándose ligeramente-. No debí hacerlo.
No, no habría debido hacerlo porque ahora Baekhyun quería más. Para ninguno era un secreto que a los dos les gustaban los hombres, pero nunca antes había probado cómo sabía un beso de Chanyeol, y si lo hubiera hecho, quizá no habrían dejado de verse. Porque tan sólo aquel beso breve lo había vuelto adicto, lo había hecho recordar todas las veces que deseó que ocurriera, y que no había pasado. Y en todas aquellas veces pensaba mientras tiraba del cuello de la camiseta ajena y reclamaba sus labios por segunda vez.
Aquella vez no fue breve, ni torpe. Ambos se entregaron al beso, recolocándose hasta que Baekhyun acabó sobre el regazo del más alto, besando sus labios sin descanso con sus manos enredadas en los mechones oscuros.
No sabe quién lo hizo primero, pero sabe que el pulgar de Chanyeol recorre su erección cubierta por la tela mientras él hace lo mismo con la ajena. La ropa desaparece poco a poco, como si tuvieran todo el tiempo del mundo mientras dejan marcas en la piel ajena para reclamar al otro como suyo.
Dilatar siempre es algo incómodo, pero se preocupa de chupar bien el miembro de Chanyeol, quien está con las rodillas en los cojines y los brazos sobre el reposacabezas del sofá, desde su posición sentado entre sus piernas bajo él, y con sus dedos estirando la entrada del alto. No es hasta que no tiene tres dedos entrando y saliendo del alto que deja ir su rojo y duro miembro y se posiciona entre sus nalgas, con la rodilla derecha apoyada en el sofá para evitar que el corte en su pie les arruine el momento.
Despacio, entra muy despacio en Chanyeol y comienza a moverse de la misma manera, sujetando al alto por las caderas y maravillándose de lo caliente y estrecho de su interior. Se lo hizo desde atrás, dejando besos por su espalda mientras lo embestía con fuerza. Después lo hizo sentarse en el sofá, tirando de él para que su culo sobresaliera y su espalda quedara sobre los cojines, y lo penetró de rodillas en el suelo, besando aquellos labios que lo habían vuelto loco con el primer beso. Lo masturbó al ritmo de sus estocadas, y una vez que encontró su punto dulce, Chanyeol simplemente se deshizo entre sus dedos, derramando su esencia entre ellos y manchándolos a ambos. Baekhyun no tardó en imitarlo, corriéndose inevitablemente en su interior cuando las piernas del alto lo fijaron allí, no dejando que se moviera y gimiendo ante la sensación de ser llenado.
Se quedaron así, jadeando y sucios, con sus miradas conectadas y con la única iluminación de las luces de la calle que entraba por la ventana para verse. Se había hecho de noche, sus planes se habían ido al carajo, pero Baekhyun no estaba pensando en eso, sino en el chico que aún tenía sus piernas alrededor de sus caderas.
- Siento que te perdieras... tu fiesta -murmuró Chanyeol, aún tratando de regular su respiración.
- No lo sientas -le respondió el más bajo de igual manera-. Yo no lo siento -Chanyeol le dedicó una mirada confundida y él no pudo más que besarlo de nuevo porque, dios, le gustaba demasiado-. Te he echado de menos estos años, Chanyeol. No es la manera en la que pensaba que nos reencontraríamos -admitió con una sonrisa-, pero no podías haberme dado un mejor regalo de cumpleaños.
Chanyeol se movió ligeramente, provocando que saliera de su interior con un chasquido obsceno, y lo acercó a sí, tomando su cara entre sus grandes manos.
- Te lo daría todas las veces que fueran necesarias -susurró.
Baekhyun sonrió y lo besó de nuevo, demasiado feliz de tener a Chanyeol de nuevo en su vida. Tenían mucho de qué hablar y que ponerse al día, pero a pesar de todo eso, él ya sabía que no iba a dejar escapar al alto.
Realmente, había sido el mejor cumpleaños.
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