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10. Tropezón

Fluff

Highschool!au

1481 palabras


Chanyeol estaba llegando tarde a clase.

No es que fuera algo raro, o que no pasara a menudo, de hecho, pasaba más que a menudo. Y por eso Chanyeol estaba en un aprieto, porque su profesor de Geografía ya le había advertido de que la siguiente vez que llegara tarde, se vería reflejado el castigo en su nota. Así que el chico de casi dieciséis años corría por su vida y su aprobado escaleras arriba, sujetándose las gafas y pensando que tan sólo debía girar al terminar de subir y estaría en su clase, dos minutos enteros antes de que sonara el timbre.

Pero eso hubiera sido demasiado sencillo.

Cuando terminó de subir las escaleras, derrapó para girar y entrar en su pasillo, con tan mala suerte que tropezó con sus propios pies y cayó encima de un alumno de cursos superiores que esperaban fuera a que llegara el profesor. Chanyeol quiso evitarlo, de verdad que quiso, pero no pudo hacer nada más aparte de extender sus brazos a ambos lados de la persona a la que arrastró consigo al suelo y cerrar los ojos justo antes de notar algo suave presionando contra sus labios.

Había tropezado, había caído encima de un alumno de último curso, besándolo sin querer, y aún no había llegado a su clase. Chanyeol pensaba que nada más podría ser peor hasta que se levantó y se colocó las gafas en su sitio tras abrir los ojos, ahogando una exclamación al darse cuenta de encima de quién había caído.

- ¡Park Chanyeol! -la voz de su profesor, que acababa de subir las escaleras, le llamó la atención-. Levántate y a clase, si no quieres que te suspenda.

Chanyeol se levantó apresuradamente, pero le tendió una mano tímida al chico al que había tirado, quien la aceptó con una risa suave.

- ¿Me tiras al suelo, me besas y te vas sin más? Muy mal, Park Chanyeol.

Dios, sus rodillas eran pura gelatina con su nombre siendo pronunciado por Byun Baekhyun, el alumno más brillante y atractivo de todo el instituto. Labios que acababa de besar por accidente, pensó con un sonrojo.

- ¡Park! -repitió su profesor, y él tuvo que murmurarle una disculpa a Baekhyun mientras se inclinaba. Éste parecía muy divertido con todo el asunto.

- Espérame después de clases, en la puerta principal -le susurró el otro chico al oído antes de que se levantara, saludándolo con una mano antes de ir a su propia clase.

Chanyeol tuvo que luchar contra las ganas de quedarse clavado en el sitio y corrió a clase, entrando apenas unos segundos antes de que sonara la campana. Se pasó el día tratando de concentrarse en clase pero falló estrepitosamente, incluso a la hora del almuerzo, sus ojos se desviaron en automático hacia la mesa que sabía que ocupaba Baekhyun, y su corazón se detuvo un instante al ver que el mayor encontraba su mirada y le sonreía, saludándolo. Él le devolvió el saludo torpemente, sus gafas resbalando por su nariz ligeramente, sin perderse el gesto que le hizo el otro, recordándole que se verían a la salida.

Cuando la campana sonó indicando el fin de las clases, Chanyeol pensó que iba a desmayarse. Parte de él pensaba que era simplemente una broma, que iba a salir de clase como todos los días y que se iría a casa porque nadie iba a esperarlo en la puerta. Pero no fue así.

Allí, en la puerta de salida, estaba esperando Byun Baekhyun, apoyando su espalda contra la verja metálica mientras sus ojos oscuros escaneaban la multitud, ojos que brillaron al encontrar su objetivo.

- Park Chanyeol -pronunció.

No había gritado, pero su nombre en la voz de Baekhyun le llegó tan claramente a los oídos como si lo hubiera hecho. Se acercó al mayor, quedándose de pie a su lado y evidenciando la diferencia de alturas entre ambos, pero al otro no pareció importarle. Le sonrió y lo tomó por la muñeca, asegurándose de que no se fuera a escapar aunque no es como si Chanyeol fuera a hacerlo.

- Vamos.

El menor se dejó llevar hasta una pequeña heladería, donde el más bajo lo invitó a pedir lo que quisiera porque iba a correr de su cuenta.

- ¿Pero por qué? -preguntó Chanyeol, una vez el camarero les trajo sus pedidos, un par de copas de helado de distintos sabores con barquillos, nata y sirope.

- ¿Por qué qué? -preguntó a su vez el más bajo, hundiendo la larga cucharilla en la bola de helado de fresa e introduciendo el trozo de dulce en su boca.

- ¿Por qué me invitas? -especificó el menor-. Tropecé contigo y te tiré al suelo, el que debería invitarte sería yo a ti, y no al revés.

- Si quieres, quedamos otro día y me invitas -sugirió el mayor de buen humor, riendo un poco ante la cara de estupefacción del alto-. Come helado, o se derretirá -le dijo, al ver que aún no había tocado su copa.

Sin embargo, el chico no se movió y Baekhyun suspiró, tomando otro poco de helado de crema tostada antes de hablar de nuevo.

- Hace tiempo que me he fijado en ti -empezó, esa primera frase desmontando a Chanyeol-. Eres tan adorable, no puedo evitar mirarte cuando llegas a clase o hablas con tus amigos en el pasillo -el menor se sonrojó al pensar que Baekhyun lo miraba desde su clase, en el mismo pasillo que la optativa de Geografía de Chanyeol-. Pero no puedo hacer nada sin que todo el mundo se fije en mí -en ese punto, la voz del mayor era más grave, menos llena de esa vitalidad que enamoraba, y suspiró cansado-. No sabía cómo acercarme a ti sin que todo el mundo supiera que me interesabas y que empezaran a circular rumores antes siquiera de haber conseguido una cita contigo.

Chanyeol lo miró en silencio, con la boca ligeramente abierta, mientras el otro seguía comiendo helado como si no le hubiera dicho abiertamente que le gustaba.

- ¿Te... te gusto? -preguntó, aún incrédulo. Baekhyun alzó la vista, cucharilla en boca, y sonrió.

- ¿Tan difícil es de creer?

- Sí, un poco -admitió el alto, sonrojándose-. No soy el tipo de persona que gusta a primera vista, a quienes les he gustado ha sido porque me conocieron con el tiempo.

- Yo gusto mucho a primera vista, pero cuando la gente me conoce, se decepcionan porque no soy lo que creían y me dan de lado -se encogió de hombros el mayor-. Me gustaste, Chanyeol, pero si no te gusto, eres libre de marcharte cuando quieras.

- ¡No! -exclamó, casi poniéndose en pie y asustando a Baekhyun-. Q-quiero decir... -volvió a empezar, sentándose de nuevo y sonrojándose por su pronto repentino-, que no es que quiera marcharme. A mí también me gustas.

Baekhyun sonrió, esta vez más genuino, más amplio y bonito, y el corazón de Chanyeol se saltó varios latidos porque, demonios, era un chico muy bonito. Aún no se había recompuesto cuando Baekhyun se estiró y le robó un pedazo de su helado de chocolate con una mirada traviesa.

- ¡Eh! -se quejó el menor, tratando de recuperar el dulce, pero ya era tarde. El más bajo se lo había metido en la boca y lo degustaba con placer.

- Recupera lo que es tuyo, Chanyeollie -lo retó el mayor con una sonrisa de medio lado-. Vamos.

Si pensaba que se achantaría, se equivocaba. Chanyeol se inclinó, acercándose al otro y apoyó su mano en el hombro ajeno antes de cerrar los ojos y juntar sus labios en un beso que le supo a fresas con chocolate. Baekhyun pareció sorprenderse pero pronto le devolvió el beso con ganas, moviendo sus labios contra los ajenos en una caricia dulce. Al separarse, los ojos del menor brillaban, reflejo de la nube de felicidad en la que se encontraba en ese momento. El más bajo rió y le pasó un dedo por la comisura de su labio inferior antes de chuparlo.

- Tenías una mancha de chocolate -le dijo con una sonrisa.

- No he recuperado mi helado -respondió estúpidamente, haciendo reír al mayor.

- No creo ser capaz de ayudarte en eso, pero puedo compensarte la pérdida.

- ¿Cómo?

Esta vez fue Baekhyun quien lo besó, sus labios esta vez moviéndose con más certeza sobre los inexpertos del menor, quien gimió levemente cuando dio permiso a la lengua ajena para explorar su cavidad, acariciando la propia. Esta vez, al separarse, Chanyeol jadeaba ligeramente y el otro parecía tremendamente satisfecho.

- ¿Te parece una buena compensación? -preguntó con altanería, recolocándole las gafas que se habían torcido.

- Depende -el más bajo alzó una ceja, curioso-. ¿Es sólo válido para una vez o vas a repetirlo más veces.

Baekhyun sonrió de medio lado, robándole un beso antes de susurrar.

- Todas las que quieras.

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