Lado B | SongFic
♚•°'| Formato: SongFic
♚•°'| Extensión: 3600 palabras.
♚•°'| Género: Narrativo
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Es una tarde particularmente fría cuando HoSeok decide salir de su casa debido al cansancio que le ocasiona estar encerrado todo el tiempo. Luego de tomar sus llaves y un abrigo sale a una pequeña cafetería cerca de su casa. Cuando llega y la camarera lo atiende, decide pedir un café bombón; en estos días oscuros y pintados de colores helados, prefiere tomar algo dulce para aliviar un poco su amargura.
Su mente inquieta no lo deja pensar con claridad, se ha sentido tan vacío los últimos días que todo se ha vuelto monótono y aburrido. Toma un sorbo del café mientras mueve con desespero uno de sus pies, preguntándose por qué las cosas fueron de esa manera.
Piensa que es horrible del hecho que tengamos que depender de las demás personas, en muchos aspectos, pero sobre todo emocionales. Y llega un punto en el que empiezas a familiarizarte con todo, ocasionando una terrible confusión al final cuando eso se acaba.
Por lo general, suele darnos miedo la soledad, nos asusta quedarnos solos y por ello solemos buscar quizá un tipo de refugio en cualquier persona, buscando siempre lo que queremos oír porque nos negamos a aceptar la realidad.
HoSeok tiene miedo de seguir solo; por eso busca sin descanso alguien con quien compartir parte de su vida, especialmente a una en específico y lo anhela tanto que ya ha comenzado a perderse. Él realmente pensaba que su última relación duraría un largo tiempo; es que, dio tanto de sí mismo para mantenerla en pie que cuando esa persona se fue llevó consigo gran parte de su esencia. Se preguntaba cada noche qué hizo mal, qué error cometió para que todo terminara de esa manera mientras lloraba acurrucado en su cama, refugiándose en el poco calor que las sábanas le brindaban y el leve olor de su compañero impregnado en ella.
Bebe la mitad de su café, tratando de buscar una respuesta a sus constantes preguntas. Recuerda que cuando tenía catorce años deseaba tener una novia, experimentar esa sensación abrumadora en el pecho cuando observas a la persona que te gusta, apreciando con claridad los constantes golpeteos de su corazón y los nervios crear un nudo en la garganta. Antes de que cambiara su perspectiva, pensaba del amor como el sentimiento más hermoso que un ser humano podía sentir; juraba que era puro, genuino y sincero, por ello cuando descubrió que no era así, sintió estrellarse fuertemente contra una pared.
El amor tiene muchas cosas bellas, pero es peligroso depender de él y más si te lo ofrece alguien más, porque no hay garantía de que vaya a ser duradero, ni mucho menos real.
En ocasiones como esta, donde solamente comparten palabras él y su mente, se siente caminando solo por un extenso camino, tan confundido. Observar a las parejas tomadas de la mano y compartiendo momentos juntos le duele, porque le recuerda a él y no puede evitar extrañarlo demasiado. ¿Por qué su ser anhela tanto un amor?
A pesar de todo, no puede enojarse con él, no considera que sea necesario cuando el que tiene los errores parece ser él mismo. Sin embargo, puede jurar que lo haría mejor esta vez, no le gusta demasiado que su única compañía sea su propia sombra. Extraña esa gruesa voz susurrarle cosas lindas al oído, o esas suaves caricias que le ofrecía en las madrugadas cuando el insomnio atacaba, la manera en la que su piel se erizaba y los escalofríos recorrían su cuerpo cuando lo sentía cerca. En sus brazos nada estaba mal, se sentía en el lugar correcto y le gustaba de esa manera.
Solo quiere alguien por quien morir, entregar todo de sí una vez más porque cree que no hay sensación más linda que saber que te has esforzado y luchado por alguien. Pero ese pensamiento, más que animarlo lo entristece aún más. Siente su mundo derrumbarse alrededor porque dependía de una persona y ahora que no está no se siente seguro de sí mismo; estaba tan acostumbrado a esa compañía, a esas palabras de ánimo, los besos en la madrugada, o los abrazos en las noches heladas.
— ¡Ya basta, HoSeok! Simplemente entiéndeme, no quiero seguir con esto.
— ¿Pero, qué he hecho mal? ¡Solamente dime en qué me equivoqué, y lo corregiré y lo haré mejor por ti! —Dijo con lágrimas en los ojos mientras lo sostenía del abrigo que llevaba, buscaba una respuesta en su mirada y sus nudillos estaban blancos de tanto apretar la prenda de vestir.
No puede creer que ese día incluso le rogó para que no se fuera; no puede decir que esa herida se ha abierto porque si es sincero nunca cerró. Porque sigue lastimándose a sí mismo recordando con esmero cada momento, como si de alguna manera fuera su único motor para seguir avanzando. Es que, aún tenía tanto por dar, por ofrecer y compartir, pero no le fue permitido.
— ¿Qué es lo que te asusta? —Preguntó una vez su amigo JiMin.
— No me gusta estar solo...
Llegar a su casa y no encontrar presencia alguna le duele; no tiene con quien tomarse de la mano, no tiene a quién decirle un "te amo", " Te quiero conmigo para toda la vida", no hay a quien darle un beso y expresarle a través de caricias todo el afecto que tiene. Ya era costumbre encontrarle en el sofá escuchando música, esperando en la cocina con comida y palabras de aliento, o entrar y recibir un beso de parte de él, preguntándole si le había ido bien en el trabajo o si estaba muy cansado.
Podría decir que con el tiempo que lleva rogándole ha perdido por completo su dignidad. La última vez que lo vio fue en esa misma cafetería, en la misma mesa; aún recuerda con claridad los orbes pequeños observarle con lástima mientras él rompía en llanto al mismo tiempo que con sinceridad le contaba cómo sus días se habían tornado tan grises, vacíos, solitarios y monótonos, diciéndole cuánto lo extrañaba cada noche, lo mucho que anhelaba volver a sentirlo tan cerca y su cuerpo fundirse con el suyo. Su excusa había sido que ya no lo quería, y que no era justo para él seguir engañándolo de esa manera.
Patrañas. El verdadero amor no se va de la noche a la mañana, nunca dejas de querer a alguien solo porque sí; al menos no después de tantos "te amo" dichos, no después de momentos íntimos y únicos que vivieron, no después del esfuerzo que cada uno puso en su relación para que no se destruyera.
Joder, ¡las promesas no se rompen! ¿Por qué las harían en un principio? Y lo que más le enoja es que a pesar de todo no puede sacarlo de sus pensamientos, es incapaz de convencer a su mente que pase página y busque un nuevo horizonte.
Levanta su mirada del café, y por la ventana observa en la acera las parejas caminar tomadas de la mano, parecen tan felices y él solo puede ser consciente de cómo lo que conoce parece partirse en miles de pedazos. Se siente como un completo tonto, quizá es momento de aceptar que el amor no existe y dejar de soñar con una vida perfecta y un afecto sincero. Tal vez es momento de dejar de anhelar una pareja, o dejar de extrañarlo a él, de dejar de deambular y de sentirse confundido. Está tan cansado de forzar una sonrisa a sus familiares y amigos diciendo que todo está bien o que ese tipo de cosas pasan, porque no es como realmente se siente.
— HoSeok, por favor, basta de buscarme. Tienes que comenzar a mirar a otras personas y olvidarte de mí...
— ¡Yo te quiero a ti! ¿Por qué no lo entiendes?
— ¿¡Por qué sigues aferrándote a algo que ya murió!? ¡Deja simplemente en paz todo esto! ¡De nada sirve aferrarte! —Levantó la voz, haciendo notar el cansancio que le ocasionaba lidiar con el contrario— Escucha... sé que estás pasando por un momento difícil y necesitas alguien que te consuele, pero deja de buscarme a mí para ello, no soy el indicado. Ni siquiera sé por qué sigo viniendo... —Culminó la última frase susurrando fastidiado y sin decir algo más se levantó de la silla y salió del establecimiento.
No, HoSeok sabe que él pudo haber hecho algo para ayudarle, por lo menos unas palabras de aliento de parte de él le habrían ayudado muchísimo a llevar de manera sana el fallecimiento de la mujer que le dio la vida. Quizá por eso se siente tan a la deriva y tan perdido, porque perdió dos pilares importantes, y de algún modo posee una venda en los ojos y unas esposas que le obligan a aferrarse a lo que no es.
Es patético seguir pensando que algún día volverá y le dirá que cometió un error, que lo perdone y que lo ama. Es patético pensar que este día después de dos meses de esperarlo, irá a verlo y a disculparse por no haber ido durante todos aquellos domingos consecutivos; y es patético de su parte también seguir asistiendo cada domingo puntual a la misma cafetería y la misma mesa deseando que regrese a pesar de tanto tiempo de no haber ido.
Es probable que por fin, aburrido y fastidiado de su persistencia, lo haya dado por terminado, porque incluso no responde sus llamadas ni mensajes; quizá finalmente después de soportarlo tanto haya decidido cortar cualquier lazo y comunicación para evitar verlo de nuevo.
No puede evitar que su corazón se encoja y pequeñas lágrimas salgan ahí mismo, odia por seguir aferrándose a aquello, a esa utopía que dejó de existir hace tanto tiempo, odia ser tan masoquista y humillarse en frente de un hombre que no lo valora y aún así seguir esperando su regreso, extrañándolo cada día más.
— Disculpe... ¿está esperando a alguien? —Escucha a alguien preguntar, gira la cabeza buscando el origen y se encuentra con unos grandes ojos marrones observar con curiosidad. Es un camarero de allí, y avergonzado por su estado limpia rápidamente sus lágrimas con la manga del abrigo y gira su cabeza de nuevo a la posición inicial, evitando a toda costa su mirada.
— Si... pero parece que no vendrá... de nuevo —Susurra con dolor, mientras a través del vidrio observa la noche acercarse.
—¿Puedo sentarme con usted?
Confundido pero curioso accede, y el atractivo camarero de delgados labios y sonrisa espléndida, toma asiento en frente suyo.
— Que pena molestarlo así, pero llevo observando durante unos dos meses como un chico venía a verlo pero luego dejó de venir. ¿Puedo preguntar si sucedió algo?
—Las cosas no terminaron bien entre nosotros...
— Y aún así sigue viniendo cada domingo esperando por si él regresa, ¿verdad?
Avergonzado por darse cuenta lo tonto y patético que suena, asiente mientras rasca su cabeza un poco.
— Hoy... hoy es mi cumpleaños, sé que suena patético pero creí que por lo menos se acordaría y vendría a verme. Soy un idiota, ¿verdad? —dice casi en un suspiro, el joven con uniforme por suerte logra escuchar y sonríe amablemente hacia el hombre.
— ¿Me puede decir su nombre, por favor?
— Jung HoSeok.
El camarero asiente como si hubiera seguido una orden, se levanta de la mesa y HoSeok lo sigue con la mirada hasta que no lo puede ver porque gira en una esquina. Segundos después regresa de nuevo, y no puede evitar llevarse una mano a la boca sorprendido cuando el chico de hebras negras y crespas regresa con una pequeña caja a su mesa.
— Feliz cumpleaños, Jung HoSeok. Mi nombre es Kim TaeHyung —Señala la tarta y mira con simpatía y ternura a HoSeok quien parece querer llorar una vez más— Yo invito.
No sabe qué decir, todo es tan inesperado y completamente diferente a su rutina que lo único que atina a decir es un "gracias". Abre la caja y se encuentra con un postre mediano tres leches y en el centro escrito con letra cursiva "Feliz cumpleaños, Jung HoSeok".
— No sé qué haya pasado entre aquél chico y usted, pero independientemente de lo que haya sido, usted no parece ser merecedor de tantos rechazos y palabras hirientes. Debo disculparme por escuchar en ocasiones lo que conversaban, pero si soy sincero a veces con mis compañeros nos daban ganas de golpearlo. No nos parecía justo ver la manera en la que usted le rogaba que lo necesitaba —HoSeok agacha la mirada, sintiéndose avergonzado y tan tonto—, hey, pero no se sienta mal —Toca brevemente su mano para atraer su atención una vez más—, es entendible porque se nota que lo quieres demasiado. Pero tu dignidad y bienestar también cuentan, también tienes un valor.
HoSeok no sabe qué decir, aún siente su mente deambular y sentirse tan confundido...
— Solo quiero a alguien por quien morir... o alguien que lo haga por mí, no lo sé... Odio sentirme solo, y ver a las demás parejas felices, m-me entristece un poco— Juega nerviosamente con sus manos, está en un estado vulnerabilidad inmenso.
Probablemente esté mal sincerarse con un desconocido, pero por un lado es reconfortante porque no lo conoce y no debe escuchar la misma charla de siempre cada vez que toca el tema con las personas más cercanas a su círculo familiar. Cosas como: "ya supéralo" O "deja de ser tan imbécil".
TaeHyung le sonríe con empatía.
— No te dejes llevar por las apariencias, algunas parejas solo aparentan la perfección, ¿sabes? Por otro lado, todos deseamos a alguien a quien podamos ofrecer todo lo que somos capaces de dar. Pero no debes decir "a alguien por quien morir", sino a alguien por quien vivir... —Extiende sus manos dejando el dorso de ellas sobre la mesa— Dame tus manos —dice y HoSeok posa las suyas en las contrarias algo dudoso, y cuando lo hace siente el apretón de unas manos grandes rodear las suyas transmitiendo calor—, morir es... darle un completo final a las cosas que conoces, quizá una forma rápida de encontrar el alivio y el descanso; pero existen muertes lentas y dolorosas, que te destruyen por dentro hasta darle fin a la vida. Tú pareces estar ya haciendo lo que quieres, ¿sabes? Pareces estar tan hundido en el dolor por él que te sientes perdido y a la deriva; eso es un tipo de muerte lenta. Ya estás muriendo por alguien y no te das cuenta de ello.
HoSeok siente de nuevo sus ojos picar, totalmente conmovido por las palabras del extraño sujeto llamado TaeHyung. Analizando sus palabras, se da cuenta de que tiene razón.
— Mejor dí: "solo quiero a alguien por quien vivir...", porque lo que necesitas es una nueva perspectiva, nuevas experiencias. Pero antes tienes que valorarte y aprender a quererte, es importante que tengas una buena relación contigo mismo. Y cuando sepas tu valor no dependeras de cualquier idiota que te prometa la luna, el amor es necesario en cierto modo pero necesitas tenerte a ti mismo primero. Después llegará alguien que te quiera.
— No es así, yo... Realmente creí que él me quería. Me he preguntado constantemente qué fue lo que hice mal, cuál fue el defecto que lo aburrió y decidió dejarme solo. Quizá fue por ser tan sensible, o por tener una personalidad demasiado brillante... —Bufa— Tal vez, después de todo la culpa es mía y-
— No digas eso de ti, por favor —Lo detiene antes de que continúe, se inclina apoyando los antebrazos sobre la mesa pero aún sin soltar las manos contrarias— No te culpes por algo que no has hecho, por lo que he podido ver eres una persona increíble, valiente y perseverante, no eres nada de lo que dices ser.
— ¡Te equivocas! Soy malhumorado, pesimista, demasiado empalagoso, mimado, fastidioso, caprichoso, masoquista, con la autoestima baja... Son tantas cosas que están mal conmigo.
— Hey, bas-
— ¡Nada de basta! Nadie se enamoraría de alguien como yo, odio depender emocionalmente de los demás pero no puedo evitarlo, ¿quién querría una carga más para su vida? —Aleja una mano de las del chico que lo observa con dolor y con brusquedad se limpia los ojos.
— Te estás subestimando...
HoSeok mira con recelo el joven en frente suyo, ¿cómo es que él puede hablar tan deliberadamente? Se equivoca por completo, Min lo dejó porque es todo lo que dice ser, porque a pesar de tantas veces que le dijo "no" él siguió insistiendo.
— ¿Tú te enamorarías de alguien como yo? ¿¡Verdad que no!? —Pregunta con brusquedad.
— ¿Quién dice que no lo hago?
TaeHyung mira intensamente los orbes color canela del chico en frente suyo, de repente HoSeok se siente pequeño y con un enorme nudo en la garganta.
— Quiero decir —Aclara su garganta—, si me permites conocerte es muy probable que sí. El punto es que, mereces más que estar mendigando un amor.
Tiene razón, pero ¿qué más puede hacer? Las cosas se han vuelto tan borrosas y confusas para él que solo atina a continuar con lo que solía llenar su vacío, se sigue aferrando a ello y siente tanta rabia por no ser capaz de detenerse.
— De todos modos... ¿por qué estás haciendo todo esto? Solo somos dos desconocidos.
TaeHyung suspira un poco aliviado porque para ser sincero ya no tenía palabras de aliento qué decirle si él continuaba despreciando su ser. Suelta las manos de HoSeok y un frío se instala en ellas, no deseaba soltarlas aún pero debía hacerlo; vuelve a sentarse y recarga su espalda en la silla.
— Pues, ya iban varios domingos en los que hacía el intento. La verdad es que soy un completo cobarde, no sé cómo es que ahora mismo no estoy cagado del miedo —HoSeok suelta una pequeña sonrisa mientras resopla—. Además... parece que alguien más también tenía intención de venir —Señala con la cabeza hacia el vidrio y el castaño observa.
Siente su corazón detenerse un momento cuando su mirada conecta con aquellos ojos felinos que lo observan juzgandolo, pero no parece estar solo porque de una tienda del frente sale un chico rubio que toma su mano en cuanto se acerca.
— Pero no creo que viniera con la intención de verte... —Continúa TaeHyung cuando el chico rubio que acompaña al otro, jala su mano guiandole hasta la cafetería en donde ellos dos están.
HoSeok vuelve la cabeza a su lugar cuando el culpable de su constante tormento entra tomado de la mano con el otro chico rubio. Algo le dice que puede ponerse a llorar, pero lo reprime a toda costa; no más llanto por él, quizá definitivamente es momento de arrancar página.
— Gracias...
— ¿Por qué?
— Por... esto. No cualquier desconocido te compra una tarta de cumpleaños y te da consejos o palabras motivacionales. Pensé que me saldrías con algún tipo de excusa como: "a los clientes habituales en su cumpleaños le regalamos tartas".
— ¿Qué? —Bufa— No, los dueños de esta cafetería son unos tacaños de primera —HoSeok vuelve a reír suavemente.
— ¡Kim, vuelve al trabajo! —Ambos escuchan el grito proveniente de la cocina y el mencionado rueda los ojos.
— Ven, vamos afuera.
Ambos se levantan de la mesa, y para desgracia de HoSeok tiene que pasar por un lado de la mesa donde está YoonGi quien al hacerlo lo observa con un semblante confundido, y él solo puede agachar la cabeza y salir lo más rápido que puede apretando la caja con el pastel en su pecho, y TaeHyung detrás. Una vez afuera ambos se quedan frente a frente, el frío cala por sus huesos pero lo ignoran porque no es momento para quejarse.
— Si quieres les coloco veneno en lo que pidan —HoSeok niega asustado con la cabeza— era broma. De todos modos, es un idiota, creo que para él no fue suficiente rechazarte tantas veces, luego dejarte plantado cada domingo durante dos meses y luego volver precisamente en tu cumpleaños con otro chico.
— Es... si, definitivamente no es una coincidencia.
— No... —TaeHyung rasca su cabeza, de repente un poco incómodo— ¿s-seguirás viniendo los domingos en las tardes? Puedo gastarte más tartas si quieres, yo solo...
HoSeok por fin en el día y en los últimos meses puede sonreír genuinamente. Aunque se siente tan cansado mentalmente que suelta un largo suspiro, hace el esfuerzo de mirarlo con los ojos un poco cerrados, ahora mismo tiene tanto sueño y el frío no colabora demasiado.
— Intentaré, por lo menos valdrá la pena.
No va a mentir, y es que sinceramente le duele verlo con otro chico, lo buscó y esperó por tanto tiempo, deseando con fervor que todo volviera a ser como antes; lo extrañaba en cada suspiro, y por las noches anhelaba su calor y su presencia en ese espacio vacío de la cama.
Pero de esa manera, HoSeok puede comprender por fin cada emoción que el amor te hace sentir, lo crueles y a la vez, lo amables que pueden llegar a ser las personas; siendo la luz o la oscuridad. Probablemente en parte sí fue culpa suya, debido a que nunca acató a las advertencias y se aferró tanto al punto de perderse a sí mismo.
Las respuestas a todas esas preguntas que te haces constantemente pueden llegar cuando menos lo esperas, siempre hay luz al final del tunel, siempre hay calma después de la tormenta. Le tomó un tiempo y le costará aún más entenderlo por completo, pero el primer paso es un gran avance.
El amor puede ser algo tan hermoso pero destructivo, puede ser el paraíso y el propio infierno al mismo tiempo; pero al final del día te tienes a ti mismo después de que todos te hayan dado la espalda.
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©FlyKingSquad | Jlucie_write
17022020
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