SEGUNDO ENCUENTRO, MES #2: Strong, one direction.
Al día siguiente me levanté temprano a pesar de la enorme desvelada que me había dado la noche anterior gracias a mis amigos. Me bañé, me cambié y bajé a desayunar.
Durante el desayuno no me atrevía a mencionar palabra alguna. Mi madre había notado mi extraña actitud y gracias a eso llevaba gran parte del tiempo preguntándome si me pasaba algo. En realidad no me pasaba nada, solo estaba confundido y en cierto punto asustado.
Me preguntaba qué podía ser tan malo como para que mi familia me lo ocultara. ¿Qué había pasado en mi vida y porque no querían decírmelo?
Al terminar me levanté y les mentí diciendo que saldría con mi novia, quería evitar levantar sospechas.
Salí de mi casa y fui directamente hacia la biblioteca, sabía que ahí estaba quien me podía dar respuestas. No estaba dispuesto a esperar cada que la chica del día anterior apareciera. Necesitaba entender todo ya mismo.
Así fue, llegué hasta la biblioteca y comencé a buscarlo, busqué por todos los estantes, todos los pisos, todas las cajas registradoras pero no logré encontrarlo. Decidí dejar de perder mi tiempo y preguntar por él directamente en el departamento de "servicio al cliente"
Una mujer de edad avanzada me atendió. Tenía una actitud molesta, se movía con lentitud y pereza. Le dije que buscaba a u hombre llamado "Han" de aproximadamente 25 años. Ella solo dijo —espera un poco, buscare en el registro—y comenzó a buscar lentamente en un montón de papeles.
Comenzaba a desesperarme demasiado, la mujer hacia su trabajo demasiado lento y yo estaba bastante estresado. Miré hacia uno de los libreros y me encontré con el moreno sobre una escalera acomodando unos libros —¡¡Jisung!! —grité corriendo hacia él. Adquirí la atención de las personas, me miraron molestas, trataban de leer y mis gritos no ayudaban en mucho.
—Vaya Chan, veo que hoy si me recuerdas eh... ¿Cómo estás? —dijo sonriendo al mismo tiempo que bajaba de la escalera para llegar hasta mi.
—Necesito que me expliques a qué te referías con lo de "lentes grandes y libreta de cuero café" —él elevó las cejas y comenzó a reír.
—Nada... Solo era una simple pregunta —no lo sentí sincero, sabía que él me mentía.
—Mientes, necesito saber la verdad —yo actuaba serio, no tenía ganas de seguir jugando ese estúpido juego de misterio.
Él cambio su expresión, me miró preocupado y tardó segundos en contestar —¿Por qué de pronto te ha entrado tanta curiosidad? Ayer parecía que no te importaba.
—Porque... —respiré hondo, estaba consciente de que lo que estaba por decir podía soñar muy estúpido —Porque ayer conocí a una persona con lentes grandes y una libreta de cuero café... Justo como tu habías dicho.
Él se sorprendió al escucharme, pude notar que trató de actuar lo más normal posible —¿a si...? Mera coincidencia —se veía nervioso —Ahora si me disculpas, Chris, tengo que trabajar —Trató de irse del lugar.
—Se llamaba Seungmin —Jisung se frenó en seco —así se llamaba la persona a la que conocí —volvió hacia mí, negaba con la cabeza lentamente.
—Ayer, unas horas después de que nos encontramos, vino Jungeun y habló conmigo, creo que ella tiene razón, dejaremos que tu vayas recordando todo poco a poco —"Jungeun" seguro ese era el nombre de la chica del día anterior.
—¡MIERDA! ¿¡Porque juegan a tanto misterio!? ¡¿No es más simple decirme todo y listo?! ¡Se acabó! —elevé el tono de voz y Han me pidió que lo bajara para evitar problemas.
—No podemos, Channie... queremos que todo pase de la forma menos dolorosa posible —mi estomago de revolvió, sabía que algo malo había sucedido, pero no podía adivinar qué.
Rodé los ojos, no estaba dispuesto a seguir con todo eso —Pues váyanse a la mierda entonces, tu junto con esa tal Jungeun... —Me di la vuelta y salí del lugar.
Cuando llegué a mi casa de regreso, quería hablar con mi madre, quería preguntarle sobre esas personas de la biblioteca, quería saberlo todo. Después pensé que tal vez lo mejor era olvidar ese asunto y tratar de seguir con mi "vida" como había sido hasta antes de ayer.
Me encerré en la habitación y apagué mi móvil para evitar recibir llamadas de personas. Ahora solo quería pensar.
Me concentré. Miré detalladamente todo lo que estaba en mi habitación. Todo parecía ser nuevo, con menos de un año de uso, desde los muebles hasta la ropa, las paredes se veían pintadas hace poco, había posters sobre la pared de modelos las cuales ni siquiera recordaba sus nombres. En el closet había zapatos que ni siquiera tenían un día de uso. La ropa que utilizaba era ropa a la moda, ropa que no me gustaba usar, pero la utilizaba porque mi madre decía que yo "solía vestirme así"
Sentía que todo era una mentira, que nada de lo que yo pensaba que en mi era común era verdad. Que me estaba engañando, que me veían la cara de estúpido. También me sentía como un maldito inútil incapaz de recordar nada. Estaba frustrado, me acosté en la cama y al cabo de unos segundos me quedé dormido.
"—Estoy asustado —le dije apenado bajando la mirada. Él me miró, sonrió y tomó mi mentón para que lo mirara.
—Tranquilo amor... Yo te amo y se que jamás me harías daño —comenzó a besarme para tratar de calmar mis nervios.
Estábamos en una habitación ajena a la mía, pero aun así yo me sentía mejor que en casa. Ninguno de los dos teníamos ropa, estábamos totalmente desnudos sobre la cama, yo estaba encima de él y me abrazaba por la espalda mientras me daba leves caricias con las yemas de sus dedos.
—Yo también te amo... —le susurré entre el beso. Se estaba entregando totalmente a mí, pero me sentía bien con eso, era lo que más deseaba.
—Bien pequeño... vamos a hacer esto lento ¿sí? —me miró a los ojos, me trasmitía amor, ternura y sobre todo tranquilidad.
—Minnie, avísame si quieres que pare —asintió con la cabeza. Él tomó mi miembro y sin dejar de mirarme comenzó a introducirlo en su cuerpo. Abrí mi boca emitiendo un gemido —Lento amor... lento —le recordé, aunque no le importo y continuó penetrándose.
Por las expresiones de Seungmin, se que le dolía, sin embargo Minnie no detenía sus movimientos, al contrario, los hacía cada vez y más bruscos. Lo tomé de la cadera para formarlo a ir más lento. Seungmin era mi vida, era lo que me impulsaba a seguir día con día. Lo amaba como nunca había amado a alguien."
Desperté demasiado exaltado, sudaba mucho y mi cuerpo estaba muy caliente. Llevé mis manos hasta mi boca y la cubrí impresionado.
Había soñado con el chico de la biblioteca. Me había soñado teniendo sexo con él y lo peor de todo, diciéndole que lo amaba.
Mi respiración estaba muy agitada, nunca antes me había pasado algo similar, ni siquiera conocía a ese chico, era imposible que yo lo tuviera tan presente.
Comencé a preocuparme más cuando me di cuenta que existía la posibilidad de que eso no hubiera sido un sueño, sino, un recuerdo.
Pasaron los días y yo trataba de olvidarme de lo que había pasado aquella tarde. De Jisung, de Jungeun y hasta de Seungmin, que aunque solo hubiera cruzado un par de palabras con él, lo tenía muy metido en mis ¿¿
Pronto pasó una semana, luego dos, estaba por completarse la tercera y yo seguía recordando esa tarde como si hubiera pasado el día anterior.
Había tardes que pasaba encerrado en mi habitación, con la cadena de plata entre mis dedos, tratando de poder recordar un poco de lo que significaba esa joya. Mi madre estaba cada vez más exigente en que yo saliera con mis amigos. Había veces que ella los invitaba a la casa y por obligación yo tenía que pasar el día con ellos.
Estaba cansado de eso, vivía mi vida como una monotonía con las puertas abiertas a cualquier cosa. Deseaba saber mi origen, mi verdadero pasado. Me decepcionaba pensar que yo había vivido toda mi vida anterior así, con amigos falsos y con una novia que no me provocaba ni la más mínima atención.
Ese día había salido de compras al centro comercial junto con mi madre, ella entraba a las tiendas y duraba casi una hora en cada una de ellas. Mi cabeza estaba a punto de explotar, quería volver a casa y dormir.
—Madre, ¡madre! —grité tratando de llamar su atención.
—¿Qué quieres, Christopher? —contestó de mala gana mientras prestaba más atención a las bolsas frente a ella.
—Iré a comprar un Frappuccino —ella solo asintió desinteresadamente con la cabeza. Me di la vuelta y salí de aquella tienda para dirigirme al Starbucks que se encontraba en el mall.
Mientras caminaba observaba a las personas, todos eran tan superficiales. Parecía que habían llevado la mejor ropa que tuvieran en su armarios, solo para parecer más a la moda y sofisticados. Yo cada vez me estresaba más de ese mundo superficial en el que vivía.
Miré hacia la tienda de discos y me encontré con una sorpresa. El chico de la biblioteca, Seungmin, estaba parado junto un reproductor, escuchando el disco del grupo "one direction".
Intenté controlarme y no ir hacia él, pero después pensé en que no perdía nada saludándolo. Entré a la tienda y camine hasta él.
—Hola —dije mientras él me miraba sonriendo y se quitaba los audífonos.
—Hola Chen, ¿cierto? —él no recordaba mi nombre mientras que yo había tenido sueños húmedos con él. Vaya mierda.
—Chan —sonreí tratando de no parecer incomodo.
—Chan —me devolvió la sonrisa –y ¿cómo estas, Chan? ¿Has podido superar la depresión por la historia de Mónica? —sonreí bajando la mirada mientras negaba con la cabeza.
—He tratado, pero lo pienso seguido —miré hacia su cuello, colgaba una cadena justo igual a la que me había dado la chica. Me llamó demasiado la atención, pensé que podía tratarse de alguna línea famosa de joyería, no dude en preguntarle —¿de dónde has sacado eso? —pregunté sin quitar mis ojos se su cuello. Me di cuenta que su piel se veía muy suave.
Seungmin miró hacia su cuello para notar de qué se trataba —Ha, esto —tomó la cadena con sus dedos —me lo regalo mi padre, tiene un significado especial para mí —mi mente se hizo nudos al escuchar eso. Estaba seguro que esa cadena era justo igual a la que yo tenía.
—Nos conocemos, ¿cierto? —él elevó las cejas confundido. Había sido una pregunta extraña, pero yo estaba seguro que ese chico y yo nos conocíamos de antes de mi accidente —dime Seungmin, ¿tú no me conoces?
—Pues... creó que si... es decir, estamos hablado... supongo que nos conocemos —dijo sarcásticamente, después comenzó a reír —eres un chico muy raro, Chan —suspiré, acababa de hacer el ridículo. Me giré apenado y traté de irme del lugar —hey, espera, solo bromeo, no te vayas —me tomó de la cintura frenándome. Sentí un escalofrió recorrer mi cuerpo al tener sus manos sobre mí —¿quieres ir a comer? Y así podemos conocernos, si es lo que quieres —él sonreía de manera natural, se veía tranquilo mientras que yo tenía una convulsión en mis adentros.
No lo pensé ni un segundo mas, estaba deseoso de pasar mi tarde junto a ese chico —si —me sentía raro, estaba actuando como una estúpida niñita enamorada. Lo raro de todo es que ese sentimiento no lo sentía mal ni prohibido —solo llamo a mi madre para avisarle que no regresare con ella.
Salimos de la tienda de discos y caminamos hacia el área de comida mientras yo hablaba con mi madre por teléfono, le pareció bien enterarse de que saldría con "un amigo"
Observaba a Seungmin, sus lentes, su cabello, sus labios, todo de él me parecía conocerlo. O tal vez solo era que yo estaba deseoso de hacerlo, de conocerlo.
Llegamos hasta el área de comida y él dijo que iría apartando una mesa. Yo fui hacia la hamburguesería e hice un pedido de dos hamburguesas junto con papas y refresco. Cuando me entregaron la comida, busqué a Seungmin con la mirada. Él estaba sentado en la mesa más escondida y arrinconada del lugar. No me molesto, más bien me pareció extraño.
—Por lo que veo que te gusta la privacidad —dije mientras me sentaba junto a él y colocaba la charola de la comida sobre la mesa.
—Sí, me agrada. No me gusta que la gente me vea —sonrió y tomó su comida.
—Es raro, les niegas el placer que es mirarte —me torné totalmente colorado, no entendía porque acababa de mencionar eso, había pensado en voz alta.
Seungmin comenzó a reír muy bajo —si, tal vez —comía su hamburguesa y después le tomaba a la soda. Yo no podía dejar de mirarlo. Era tan estúpido sentirme tan extremamente atraído hacia un hombre, pero sobre todo, sentir como si fuera alguien especial para mí –dime Channie, ¿por qué piensas que tu y yo nos conocemos de antes? —limpió su boca con su mano.
—Veras... hace un año yo tuve un accidente —me miraba directamente y eso me ponía nervioso —y... Estuve en coma por 5 meses, después, cuando desperté no recordaba nada, ni siquiera mi nombre, ni a mi familia, nada.
—¿Entonces piensas que tu y yo pudimos ser amigos en el pasado?
—Si... Es que... Nunca me había pasado, pero cuando te vi sentí algo hacia ti... Como una especie de atracción... O algo así, como si tú fueras mi amigo —él me daba la confianza para decir esa clase de cosas, que podían sonar extrañas para cualquier otra persona, excepto para él.
—Tal vez... Me viste en algún sueño —me puse aun más rojo. El sueño que había tenido con él no era muy normal —bromeo —sonrió —no lo creo, Chan, yo no he perdido la memoria y no tengo ni idea de quien puedas ser, solo sé que te llamas Chan... y que lloraste con la historia de Mónica Limar.
Comencé a comer, me sentí un poco decepcionado tras sus palabras, yo tenía la esperanza de que mi mente estuviera reaccionando y comenzara a recordar cosas —creo... Eso es todo lo que puedes saber de mi... eso es todo lo que yo mismo se de mi.
—No te sientas presionado a recordar todo sobre tu vida... Encontrarse a uno mismo puede tardar una vida entera, tu apenas llevas unos meses consciente. Tranquilo, yo podría mostrarte el mundo —cada vez me sentía más tranquilo estando a su lado, era alegre, cálido, era como perfecto.
—¿Lo harías?
—Claro, para mi seria un placer —me sonrió y pude sentir como mi corazón comenzaba a palpitar cada vez más acelerado.
Dejé mis extrañas teorías sobre "conocerlo de antes" y me dediqué a conocerlo para ahora.
Era viernes, el último viernes del mes. Habían pasado apenas unos días desde mi comida con Seungmin, esa tarde había quedado de pasar por él para que "me mostrara el mundo". Me divertían sus expresiones, habíamos pasado noches enteras chateando por internet, hablando de cualquier tema que pasara por nuestras mentes.
Me habló sobre su obsesión por los asesinos seriales, le llamaba demasiado la atención hablar sobre esos temas. Le gustaba tratar de comprender las razones de esas personas, sus vidas, todo.
Estaba emocionado de verlo, quería volver a mirar esos hermosos ojos negros. Por primera vez después de que desperté del coma, estaba emocionado por algo, bueno, más bien por alguien.
Le mentí a mi madre diciendo que saldría a comer con los chicos, supe inmediatamente que ella no estaba convencida de eso, pero me dio completamente igual, no perdería el tiempo que podía pasar junto con Seungmin.
Cuando salí de mi casa me encontré con Jungeun, fue raro porque ni siquiera recordaba que esa chica había prometido volver al final del mes. Traté de evitarla para que no me quitara mi tiempo, sin embargo ella me miró y llego hasta mí antes de que pudiera subir a mi coche.
— ¡¡Bang Chan!! —gritó para llamar mi atención, la miré fingiendo sorpresa y sonreí —¿cómo estás?
—Bien —dije desinteresado —muy bien de hecho, con un poco de prisa.
—No te quitare mucho tiempo, solo quiero saber cómo te fue el otro día con la cadena que te di.
—Normal. No recordé nada.
—Bien, sabes que hoy es final de mes, tenga darte otra cosa —abrió su bolsa y comenzó a buscar dentro de ella.
—Sabes, en realidad prefiero que dejes esto. No quiero sabes nada de lo que tengas que decirme, no me interesa —tenía miedo en realidad.
—No puedo, Chris, no lo hago por ti, créemelo, lo hago por la persona que está detrás de todo esto —sacó un CD de su bolsa y me lo extendió. Dudé unos segundos en tomarlo, después me di cuenta que lo mejor era seguirle el juego para que se fuera de una vez y yo poder ir con Seungmin. —escucha eso, nos vemos el siguiente mes.
—Sí, sí, sí. Claro, "el siguiente mes" —me comporte grosero, pero me sentía con el derecho de hacerlo, no me daba cuenta que esa chica solo quería ayudarme. Entré a mi coche y arranqué sin siquiera despedirme de ella.
Lancé el disco al asiento de copiloto y me dirigí hacia la dirección que Minnie me había dado. No pasaría por él a su casa, yo había insistido. Pero él pensaba que lo mejor era encontrarnos en la puerta principal del centro comercial.
Conduje muy apurado, mis ganas de verlo cada vez eran más grandes.
Cuando llegué hasta él, solo me saludo con la mano y se acercó al auto para subir, ni siquiera fue necesario estacionarme, Seungmin me encontró solo.
— ¡Hola! —le dije mostrando mi emoción al verlo.
— ¡Hola! —me sonrió de igual manera.
—¿Has esperado mucho? disculpa, alguien me detuvo antes de salir.
—No, no te preocupes, acababa de llegar —se levantó un poco del asiento y sacó el disco en el que se había sentado, era el mismo que Jungeun me había entregado —Oh, lo siento —comenzó a reír y lo dejó sobre la parrilla del auto.
—No importa, no ha pasado nada —no podía despegar mis ojos de él y no me importaba que se diera cuenta, igual, estaba casi seguro de que Minnie ya había notado mi extremo interés hacia él.
—Bien, conduce, nos queda mucho por mirar y muy poco tiempo para vivir —me giré hacia el volante y comencé a conducir hacia donde él me indicaba.
Fue un viaje largo, salimos de la ciudad e íbamos por una carretera. Seungmin estaba concentrado indicándome hacia dónde ir, no despegaba sus ojos del camino y se veía muy atento a todo, desde la velocidad con la que yo conducía hasta si mis ojos se despegaban para mirarlo.
—¡Deja de mirarme y concéntrate!, ¡vamos a chocar! —exclamó cuando me perdí en él por más de 10 segundos. Yo comencé a reír.
—Cálmate, Seungmin, pareces muy alterado, no pasara nada —continuaba mirándolo, quería asustarlo un poco más, aumente la velocidad.
—¡Christopher, no bromeo!, ¡mira hacia el camino o me bajo del auto! —él se veía molesto, pero a mí me parecía adorable su preocupación —¡Para!, ¡voy a bajar!
Comencé a reír y aumenté la velocidad, sabía qué hacía, no pasaría nada, solo quería asustarlo —relájate, Minnie... Tranquilo...
—¡MIERDA, CHAN, PARA YA! —no podía evitar reír, me encantaba verlo así, era la escena más linda que recordaba haber visto —¡si paras hago lo que me pidas!
Sonreí y pronto me vinieron miles de ideas a la cabeza. No pude evitar quedare callado —¿me darás un beso? —Seungmin me miró sorprendido, sus ojos estaban muy abiertos —quiero un beso —volví a decir.
—De acuerdo, para y te doy un beso —paré en seco provocando que él se estrellara contra la parrilla del auto y cayera de su asiento. Yo estaba muy divertido con toda esa situación, no podía comprender porque le daba tanto miedo la velocidad rápida.
—Listo, me he detenido... —Sonreí, él me miró molesto y se levantó para volver a sentarse en su asiento —ahora creo que me debes algo...
—¡Eres un idiota!, ¿¡como mierda se te ocurre asustarme de esa manera!? —me dio un leve golpe en el hombro —no te daré nada, ¡solo lo he dicho para salvar mi vida de un psicópata!
—Tienes que dármelo... —susurré sin dejar de mirar sus labios.
—¡Ja! Si claro, ¿o si no que? —me retó sonriendo, me gustaban los retos, así que me agrado bastante su pregunta.
—O si no... tendré que hacerlo a la fuerza.
—Entonces... Hazlo —nos quedamos en silencio por un tiempo, sentía mi corazón palpitar a mil por hora. Me acerqué a sus labios y me quedé muy cerca, sin decir nada, solo esperaba a que fuera él quien me besara.
—Vamos, Seungminnie... no te hagas el interesante... yo se que quieres besarme —penas podía controlar la risa, él se acercó más a mí.
—Vamos a ver quien se rinde primero —abrazó mi cuello con sus brazos, estábamos tan cerca que nuestros labios se podían rozar, sin embargo ambos hacíamos el gran intento por controlarnos.
—A la mierda —dije y besé su boca. Pude sentir como él sonreía satisfecho, me devolvió el beso, al principio lento y tímido, pero después se convirtió en algo húmedo y caliente. Era la primera vez que besaba a un hombre y definitivamente el mejor beso que había tenido.
Seungmin me fue empujando hacia mi asiento, me recargué contra este y él se subió en mí, colocando sus piernas alrededor de mi cintura, lo abracé por la espalda al mismo tiempo que metía mis manos dentro de su camisa. Su piel era demasiado suave, era hermoso, lo mejor del mundo, mi vida se había reducido a una sola palabra, él.
Todo eso lo sentía demasiado prematuro, era tan raro sentirme así con una persona que apenas conocía. No me importaba, se sentía bien y eso era lo que me gustaba.
—Eres un idiota, me has asustado mucho —susurró entre el beso —me dan mucho miedo los accidentes de tránsito.
—Te juro que si no me dices no me doy cuenta —dije sarcástico, él se separo de mi boca y me golpeó en la frente con sus mano —¡ay! solo bromeo, perdóname, no lo volveré a hacer —lo abracé más fuerte y volví a acercarlo a mí para seguir besándolo.
Pasamos un rato más así, besándonos, era raro, me sentía como si yo extrañara esos labios, como si antes ya los hubiera probado.
Lo que resto del día fue muy bonito, fuimos al bosque y Minnie me habló sobre todos los animales que vivían ahí, me habló sobre las plantas, las frutas y todo lo relacionado con ese lugar.
Cuando comenzó a anochecer, me vi obligado a llevarlo a su casa, sin embargo él no me lo permitió, me ordenó que lo dejara de nuevo en el centro comercial y yo de muy mala gana tuve que hacerlo. Nos despedimos un beso largo y después bajó de mi auto.
Era increíble todo lo que él me hacía sentir.
Cuando llegué a mi casa, me quedé un largo rato en el auto. Aun trataba de asimilar todo lo que había pasado ese día. Miré hacia la parrilla y me encontré con el disco CD que contenía más información. Suspiré y lo tomé, lo coloqué sobre el estéreo y comenzó a sonar la canción "strong" del grupo "one direction", el mismo que Seungmin estaba escuchando aquella tarde en la tienda de discos.
Trataba de concentrarme en la canción para recordar algo, sin embargo todo me guiaba de nuevo hacia Seungmin y no me dejaba recordar nada.
¿Ustedes que opinan de Seungmin?
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