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Capítulo tres.

Yuqi se dejó caer en el viejo sillón a la vez que soltaba un sonoro suspiro, llamando la atención de su madre. Tomó asiento a su lado, observando como la pelinaranja no apartaba la vista de su teléfono.

-¿Qué sucede, Yuqi-ah? Estabas bien hace un segundo. -Le habló su madre en un tono cariñoso y preocupado.

Yuqi salió de su pequeña burbuja, bloqueando la pantalla de su celular al fin y guardandolo en su bolsillo. Si tres meses atrás le hubieran dicho que recuperaría la relación con su madre, no lo habría creído. Ella había fantaseado con eso, cientos de veces, se aferraba a la idea de que su madre la seguía queriendo. Después de todo, quien la trató como una escoria y la echó a patadas de la casa, fue su padre. Su madre sólo guardó silencio, no sabiendo qué hacer. Yuqi sabía que existía una mínima posibilidad de recuperarla, y aún así resultaba increíble.

-Es Shuhua. -Respondió al fin. -Mi mejor amiga, creo que me está evitando.

-¿Shuhua? -Preguntó su madre, más pensativa que curiosa. -¿La chica de cabello oscuro y piel clara?

Yuqi parpadeó, no sabiendo si era más grande la confusión o la sorpresa. ¿Cómo sabía su madre quién era Shuhua?

-Sí... ¿La conoces?

-¡Por supuesto! -Respondió ella con obviedad. -Es quien vino a hablar conmigo, pensé que era tu novia.

-¿Mi novia? -Cuestionó Yuqi, riendo un poco. Si bien su amistad con Shuhua pasaba muchas líneas, nunca habían estado cerca de ser una pareja. -Es solo mi mejor amiga.

-Ahora lo sé. Pero cuando ella llegó aquí con todo su sermón, pensé que era tu novia. Nunca tuve una amiga que se preocupara tanto por mí.

Eso era lo que más sorprendía a Yuqi de su madre, parecía tratar con naturalidad sus pronombres y el hecho de que era lesbiana. A muchas personas les costaba entender que una persona trans podía sentirse atraída por las personas de su mismo género. Presentarse como una mujer trans lesbiana había provocado un corto circuito en el cerebro de más de uno.

-Espera. ¿A qué vino ella, exactamente? -Preguntó Yuqi. -Nunca me comentó nada.

Su madre se vio sorprendida por la aclaración, abriendo sus ojos más de lo normal, para después reír por lo bajo a la vez que negaba con la cabeza. Era como si acabara de entender algo, y Yuqi ansiaba porque se explicara.

Pero su madre no dijo nada, ella se levantó del sillón y desapareció de su campo de visión. Cinco minutos después volvió con una carpeta entre sus brazos, cuando tomó asiento a su lado le cedió la carpeta tapa dura color madera.

-Vino para el día de las madres con esto. -Le dijo al fin. -Me dijo que era una idiota, que tenía a una hija maravillosa y que si no podía verlo, entonces no la merecía.

Yuqi sentía que su cerebro estaba trabajando más lento de lo normal, trataba de procesarlo.

Ella recordaba ese día de las madres con claridad. En la mañana se había despertado con una angustia que le oprimía el pecho, se sentía tan mal que escribir un mensaje no bastaba, ella necesitaba hablar con Shuhua, así que la llamó.

-La extraño mucho, Shu. -Le dijo en un punto de la conversación. -Nosotras teníamos una buena relación, cocinabamos juntas y eso. ¿Sabes?

Yuqi no estaba llorando en ese entonces, pero Shuhua notaba que no estaba tan estable como presumía. Podía notar su respiración entrecortada y como se debilitaba su voz cuando decía ciertas cosas.

Shuhua suspiró con tal pesadez que Yuqi pudo oírla claramente al otro lado de la línea. Shuhua se consideraba mala a la hora de consolar a las personas, al menos cuando intentaba hacerlo con palabras. Siempre era racional, si le parecía que alguien estaba siendo un idiota por llorar a alguien que no lo merecía se lo diría sin más, aún sabiendo que no generaría ningún bien.

-Para nosotras es distinto, ya sabes. La familia biológica es más como una novia que puede dejarte en cualquier momento, la verdadera familia es la que elegimos... La que nos elige. -Optó por responder, era algo torpe y poco emocional, pero era lo mejor que se le había ocurrido. -Nunca va a ser lo mismo, pero tienes dos madres ahora que, en mi opinión, se merecen más una carta de felicitación que esa que tanto extrañas.

Las palabras de Shuhua habían sido directas y certeras. Desde que Dior y Minji la salvaron de que pasara una sola noche más durmiendo en las calles la habían adoptado como su familia. Cuatro años conviviendo con ellas Yuqi tenía la certeza de que tanto Dior como Minji eran capaces de dar la vida por ella, de pelear costara lo que costara para darle una mejor calidad de vida y evitarle el sufrimiento social al que estaba condenada. Shuhua tenía razón, si alguien se merecía un abrazo y un entusiasta "¡Feliz día de las madres!" eran ellas, no su madre biológica.

Así que eso hizo, después cortar la llamada con su mejor amiga lloró cuanto quiso y más tarde fue a saludar a las mujeres que tanto amaba para proponerle hacer algo juntas. No tenían mucho dinero encima, pero si lo suficiente para comprar lo necesario para un picnic.

Había empezado como un día triste, pero acabó siendo uno de los favoritos de Yuqi, porque era la primera vez que festejaba el día de las madres con sus madres adoptivas.

Ahora en el presente, Yuqi miraba conmovida el contenido de la carpeta. Parecía un trabajo de investigación universitario, explicaba la diferencia entre identidad de género y sexualidad, género y sexo biológico, como también explicaba qué era ser transgenero, transexual o travesti y por qué todas estaban bien.

Al final, habían varias fotos de Yuqi. De cuando tenía su cabello liso y castaño, cuando se dejó los rulos, cuando lo tiñó por primera vez a un tono más oscuro, cuando lo aclaró... La mayoría eran fotos de ella sola, pero también tenía con Dior y Minji, con Shuhua, con su hermano mayor, Yoongi, alguna perdida con su ex novia, Soojin e incluso con Sangah, la pequeña niña de la que era niñera.

Pero a demás de las fotos había una carta de Shuhua, mientras todas las anteriores se notaba que habían sido impresas, esta estaba escrita a mano. Fue la única que Yuqi leyó hasta el punto final.

"Esta es su hija, Song Yuqi. Trabaja a tiempo completo como niñera con Sangah, la niña siente devoción por ella, como todos los que la conocemos.

Yuqi es cariñosa pero de carácter fuerte, sus relaciones suelen fallar porque nunca coincide con alguien que respete su deseo de libertad. Es leal por defecto, amaba a las personas aunque les fallen y siempre espera lo mejor de los demás, negándose a ver que algunas personas solo son unos imbéciles.

Las universidades no la aceptan, no la rechazan de manera directa pero siempre le pusieron obstáculos cuando quiso aplicarse a una, lo que es una lástima porque es muy inteligente. Se le da muy bien la literatura y también los idiomas, podríamos tener frente a nuestros ojos a una traductora destacada o a una escritora exitosa, y ni siquiera lo sabríamos por todos esos estúpidos prejuicios que gente como usted perpetúa.

Yuqi tuvo que pelear muchas batallas siendo tan pequeña y sin ninguna recompensa a cambio, porque muchas de esas batallas la siguen en su adultez. Es fuerte, pero sé que le duele, que la agota tener que pelear solo por el derecho a existir.

Si le sirve de consuelo para dormir tranquila en las noches sin tener que afrontar la culpa de haber dejado a una niña a la suerte de Dios, Yuqi tiene personas que la aman. Una agradable pareja de dos mujeres la tienen bajo su ala, dándole el amor maternal que alguna vez le faltó. Me tiene a mí, su mejor amiga, e incluso a Yoongi, aparentemente el único familiar que siente el lazo sanguíneo que los une.

Esta es su hija, Song Yuqi. Y estoy segura que no es tan distinta a la persona que solía conocer. Si no puede renunciar a sus prejuicios e intentar entenderla tanto como ella trata de entenderla a usted, bueno, jamás la mereció."

Yuqi suspiró entrecortado, abrazó la carpeta a su pecho con fuerza a la vez que cerraba los ojos para evitar que las lágrimas cayeran. Todo este tiempo había estado creída que le debía la reconciliación con su madre a Yoongi, supuso que su hermano le habría insistido a su progenitora para que hiciera las pases con ella. Sin embargo había sido Yeh Shuhua, su mejor amiga.

Todo parecía cobrar sentido ahora, el por qué su madre era tan comprensiva, por qué jamás cometía un error al referirse ella ni hacía preguntas incomodas... todo gracias a Shuhua y su dedicación.

-Me pareció muy grosera, tenaz. -Comentó su madre con una pequeña risita. -Me da gusto que esté en tu vida.

Yuqi negó, riendo también. Su madre tenía razón, Shuhua no se había molestado en usar sus modales, al menos eso exponía la carta que acababa de leer.

-¿Puedo conservarla? -Preguntó. -A la carta, me refiero.

-Por supuesto. -Le respondió con una sonrisa. -¿De verdad no sabías que ella vino hasta aquí? -Yuqi negó mientras sacaba cuidadosamente la carta de la carpeta. -Ella de verdad te ama, Yuqi-ah. Hizo todo esto desinteresadamente.

-Lo sé, es una gran amiga.

Su madre suspiró con lo que parecía cansancio, tal vez hasta un poco de resignación. Negó un poco con la cabeza a la vez que se ponía de pie; no podía creer cuán despistada podía ser su hija.

-Iré a preparar algo para comer. ¿Quieres ayudarme?

Yuqi asintió emocionada, guardó la carta en su bolso para dejar la comodidad del sillón e ir tras su madre.

(...)

Shuhua había llegado a su departamento a la misma hora de siempre, había pensado en tal vez invitar a Soyeon a beber algo para seguir con su conversación, pero la más bajita salía dos horas más tarde y Shuhua no tenía el humor necesario para seguir socializando.

Se sirvió un vaso de agua y tomó asiento, dejando caer su mochila en el suelo sin mayor cuidado.

En lo que a ella se refería, estaba teniendo un día de mierda. Por alguna razón su cerebro la había torturado con un espantoso sueño con Yuqi, una mezcla de un recuerdo de la última vez que habían estado juntas con elementos nuevos que su inconsciente sacó de otros recuerdos. Durante el día, no pudo evitar pensar en Yuqi más de lo usual, invocando recuerdos que debía usar en privado y no estando a la vista de sus compañeros y profesores. Cuando al fin pudo relajarse, Song Yuqi no tuvo una mejor idea que mandarle un mensaje. Otro, porque el que le escribió en la noche tampoco se lo había respondido.

Woogie ♡

¿Estás ahí, Susan? Si no me contestas después de clases voy a...

Eso era todo lo que podía ver en la notificación, Shuhua se negaba a abrir el mensaje, primero porque no quería dejarle en visto y estar obligada a responderle, y después porque temía por su continuación. ¿Y si Yuqi ya había notado que se estaba esforzando por mantener cierta distancia? ¿Que tal si llegaba a la conclusión de que estaba enamorada de ella? Shuhua no quería ni saber, no quería ponerse a especular y suponer, solo quería que todo desapareciera y a la vez no tenía el valor para hacerlo desaparecer.

Tres golpes en la puerta la hicieron despegarse de sus pensamientos. Se levantó de su silla algo desganada, arrastrando los pies en lugar de dar pasos. Estaba casi segura que se trataba del portero del edificio con la correspondencia, después de todo Shuhua no tenía trato con ninguno de sus vecinos.

-¡Shuhua! -Una voz ronca y femenina habló tan pronto como abrió la puerta.

Shuhua no pudo reaccionar inmediatamente, cuando se dio cuenta, tenía a Yuqi abrazandola con una fuerza abrumadora. La mayor la había extrañado y lo hacía notar en ese gesto.

-Yuqi... -Habló al fin, aún con sus ojos bien abiertos y su cuerpo algo tenso. -¿Qué haces aquí?

Le dio un pequeño golpe a la puerta con la punta de su pie derecho para lograr que está se cerrara. Sintió que Yuqi la abrazaba con más fuerza, lo que la hizo reaccionar al fin.

Con algo de desconfianza sus manos tantearon la cintura de la mayor, se deslizaron por su pequeña espalda hasta rodearla, correspondiendo finalmente al abrazo. Escondió su rostro en el cuello de la pelinaranja, aspirando un poco su olor. Aquello la ayudó a encontrar cierta paz, relajando su cuerpo casi al instante.

Dios, ¿era posible extrañar tanto a alguien? Shuhua no lo sabía, porque era la primera vez que se alejaba de alguien a quien amaba, y no entendía como la sana distancia podía sentirse como una tortura y la peligrosa cercanía como un calmante para su corazón.

-No puedo creer que dudé de ti. -Dijo Yuqi con una pequeña risita avergonzada. -Por un momento pensé que ya no querías ser mi amiga por todo el asunto de Minnie.

Y todo se fue a la mierda de nuevo.

Por un momento, Shuhua había sido feliz sintiendo que solo eran ellas dos, pero la realidad volvió a pegarle recordandole de la forma más mundana que Yuqi no la quería a ella, sino a alguien más.

-No seas idiota. -Se apartó de Yuqi rompiendo el abrazo, cuidando de no ser brusca. -No estoy de acuerdo con todo el tema de Minnie, pero tampoco voy a dejar de ser tu amiga por eso.

Shuhua se obligó a sonreír de manera relajada; Minnie era una chica a la que Yuqi llevaba menos de un mes de conocerla, sin embargo habían avanzado muy rápido. El problema era que Yuqi no se atrevía a contarle que era transgenero, porque temía que la tailandesa la rechazara. Ni Shuhua ni Dior ni Minji estaban de acuerdo con tal conducta, pero ni siquiera habían discutido por ello.

-¿Entonces por qué me estabas evitando? -Preguntó Yuqi.

-Estoy ocupada en mi tesis.

-¿Ya empezaste con tu tesis? -Shuhua asintió. -¿Y cómo te va?

-Como la mierda. -Respondió sin rodeos, sacándole una sonrisa a Yuqi. -Empecé a hablar con una compañera para pedirle ayuda, así de mal estoy.

-Wow. ¿Yeh Shuhua siendo sociable y pidiéndole un favor a alguien? Vaya, dos semanas evitandome y se pierde mi niña autosuficiente.

-No te estoy evitando. -Dijo de mala gana, poniendo los ojos en blanco.

Yuqi rió, esta vez de manera risueña. Tomó a Shuhua de los hombros, pero sin llegar a abrazarla; Yuqi era muy afectiva por naturaleza, y teniendo en cuenta que había extrañado a su mejor amiga, era comprensible que no pudiera dejar las manos lejos de ella.

-Sé lo que hiciste. -Confesó con una gran sonrisa, confundiendo a Shuhua. -Que fuiste a hablar con mamá por mi.

La expresión de Shuhua pasó de confusión a sorpresa a una avergonzada en un rango de tres segundos, robándole otra sonrisa a Yuqi.

-Sé que no querías que lo supieras, que no lo hiciste por las gracias o el reconocimiento... Pero me enteré recién esta mañana y necesitaba agradecerte. ¿Sabes lo importante que fue para mí? Me devolviste a mi madre, Shuhua.

Shuhua quería decirle que su madre había vuelto por su propia voluntad, que solo necesitaba que alguien le mostrara lo que se estaba perdiendo. Quería decirle que ella no había hecho nada en realidad, incluso si recordaba con nitidez el fastidio que fue juntar la información, armarla en una presentación prolija y mandar a imprimir todo, como también lo fue juntar las fotos y escribir a mano. Porque Shuhua sentía que no era nada en comparación a lo que Yuqi merecía, aquello había sido un pequeño grano de arena, y no creía merecerse ningún tipo de reconocimiento.

Pero las palabras jamás salieron, porque Yuqi la miraba con aquella sonrisa cálida y el característico brillo en sus ojos. Yuqi se veía feliz gracias a algo que ella había hecho, saberlo hizo que su corazón se derritiera.

Su corazón estúpido y enamorado, le dio el valor que necesitaba para tomar el rostro de Yuqi entre sus manos y plantar un beso en sus pequeños labios.

♡♡♡

Casi tres mil palabras, nopuedeser.

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