REFLEXIÓN
Exactamente fui libre a los 33 años osea algo más de 10 estuve en prisión. Mi aspecto había cambiado radicalmente y poco o nada quedaba de la persona que había entrado.
En estos años, nadie ni amigos ni familiares fueron a verme ni preguntaron por mí.
Era triste la verdad pero la vida era así y al final todo lo que tenía en ése momento era lo que merecia . Nada más salir de la cárcel entré en una especie de , grupo de recuperación de personas que habían estado más de 5 años en prisión y que necesitaban adaptarse.
De Texas fui a Detroit y de allí a Florida, donde comencé a trabajar y definitivamente me asente nuevamente en la sociedad.
Cada día realizaba llamadas a un número para explicar cómo estaba, hasta que por fin fui libre de verdad. En internet a los pocos días, busque nombres en Facebook para conocer cómo estaban. Mi ex novia tenía pareja y era feliz, mis amigos igual. Algunos ya eran papas , otros vivían en otra ciudad . Mis hermanos seguían sus vidas y se les veía bien
La vida había cambiado, sobre todo en tecnología y e incluso los supermercados tenían mil productos más de los que yo recordaba. Fue difícil adaptarme y esas primeras semanas trabajo en la limpieza, me dió la oportunidad de conocer a las primeras personas con las que hablaba desde que salí de la cárcel.
Escuchar era un vicio que comenzaba a tener y la lectura era mi fiel compañero de viaje..
Miraba a mi alrededor y lo analizaba absolutamente todo hasta un punto enfermizo.
Vi a muchos delincuentes actuar ante mis ojos sin yo hacer nada. Me resultaba extraño, incluso incómodo cuando lo veía , y me producía rechazo deseando incluso que estuvieran donde yo había estado.
Yo no tenía amigos y fuera del trabajo no hablaba con nadie. Comencé a hablar cuando unos ladrones se llevaron la caja fuerte caja fuerte de la oficina de nuestra empresa.
No pude evitar investigar y hablar sobre ello pero sin ser muy preciso.
Y así fueron pasando los años hasta que decidí que era el momento de volver a casa, devolver donde había crecido ya después de haber pagado la deuda por mis graves errores.
No avise nadie de mi vuelta simplemente llegue allí encontre un trabajo , y ya está.
Siempre reflexionando sobre lo que yo quería ser que era una persona normal, vivir lo más tranquilamente posible. Estaba en paz con la justicia y que tener miedo ni siquiera de que Carlos Slavin, vivíese en la misma ciudad.
Comenzó otra nueva etapa otro nueva oportunidad, y os aseguro que no la desaproveche.
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