Toda historia tiene un comienzo y este es el mío . En éstos próximos capítulos sabréis como llegue a ser la persona en la que me converti pero vayamos al origen....

Cuando iba al instituto  tenía ya por costumbre, pararme antes de llegar y guardarme el dinero en la zapatilla por si me surgía algún imprevisto. Desde mediados del curso pasado , decidí no ir al instituto con el grupo de amigos con los que habitualmente recorría los más de 15 minutos de paseó desde nuestro barrio hasta el instituto.  Nos conocimos desde hacía años y éramos (eran) un grupo en el cual yo fui el último en llegar.  En el colegio repetí curso y al final con los años , me aceptadon  en su grupo hasta que el instituto nos separó a algunos.

El camino de mis amigos y yo cambio y nos separamos un poco . Estás personas me animaron a ir con ellos para hacer el viaje más seguro, dado que Los Ángeles es una ciudad ( como todas), que pueden ser peligrosas para jóvenes por la alta delincuencia que en ocasiones azota la ciudad.

Sin embargo al acabar el segundo trimestre de ese primer año y ya teniendo problemas con algunos chicos de mi clase que me robaban el desayuno y que me humillaban delante de mí grupo de amigos, vi como estás persona eran invitadas por ellas y ellos en los recreos y más tarde antes de llegar a clase.

Algo que me aterrorizó por el simple hecho de que de la " amistad" que supuestamente tenían conmigo delante de todos , desaparecia en la intimidad donde la confianza pasó al " me tienes que dar o te doy un puñetazo" al  " no existe un NO  por respuesta".

Todo ésto lo llevé en silencio y no hable absolutamente nadie de lo que me ocurría.  Cierto es que muchas veces estás cosas sucedían a ojos de todos y a nadie les parecia importar. Yo era un rival fácil, sencillo y que no iba a oponer resistencia. 

En el instituto lo sabían y mas se animaron a romper esa línea de confianza y pedírme monedas o directamente un trozo de mi bocadillo el cual desaparecia a los pocos minutos de quitarle el papel de aluminio.

Aterrado en ocasiones tomé medidas y una de ellas fue dejar de irme con estas personas . La segunda fue quedarme en los recreos en la biblioteca, leyendo u charlando con otras personas que estaban allí. Fueron momentos difíciles complicados , donde el silencio fue mi mayor error sobre todo por mis dos hermanos mayores y mis padres ajenos a todo lo que me estaba ocurriendo.

Era el rival más débil lo sabía y mucha gente lo aprovechó algo de lo que era consciente. Iba con miedo al instituto guardando mi dinero en las zapatillas y cerrando mis bolsillos.

El tiempo pasó y mi ausencia todos la notaron con multitud de preguntas de mi grupo de amigos y de esas personas que decían que eran mis amigos y que me hacían el día a día muy difícil allí.
Yo salí del pasó con mentiras para evitar más preguntas . Lo que medie penso ni se imagino ,  era que planeaba algún tipo de venganza hacía estás personas.  Algo de lo que realmente se acordasen de mí y sabiendo que me iba a ir a vivir con mis tíos a San Diego lejos de mi barrio, esa idea me envenenó , poniendo mucho más atención y observando con detalle todo lo que me rodeaba.