" La casa en la colina parecía ser el lugar perfecto donde los amantes podían llevar sus placeres al nivel máximo, otro nivel amor..."

—¿Amor? ¿De que hablas, NamJoon?— se dijo a si mismo y borró la palabra del ordenador.

La puerta sonó tras dos golpes certeros y tras ella apareció SuHa con su bata de baño, llevaba el cabello aún mojado, se le formaban unas cuantas ondas, su piel parecía brillante y sin una gota de maquillaje haciendo que sus ojos se vieran más bellos. Sus labios algo carnosos estaban más oscurecidos ¿Acaso había elegido agua helada para ducharse?

—Prepararé la cena ¿Qué desea comer?— ella apoyó la cabeza en el umbral de la puerta pensante.

—Creo que unos saam* de panceta de cerdo con verduras— NamJoon se quitó los lentes y masajeo su puente nasal.

¿Acaso NamJoon tenia la forma de saber que a SuHa le atraía mucho que él usara lentes? Ella sintió sus muslos tensarse ante ese casual movimiento que no duró más de un minuto.

—Iré por ellos entonces— sonrió y caminó por el pasillo.

Nam se apartó del escritorio dejando que lo que había escrito reposara hasta después de cenar y quiso ir a la cocina a ayudar a SuHa. Sabía que no era bueno en muchas cosas pero quería intentarlo o quizás solo quería explorar más a su musa.

—Si quieres ayudarme podías picar las verduras en tiras— le entregó las verduras, la maquina de pelar, la tabla de picar y un cuchillo.

NamJoon vió los elementos en la mesa y se acomodó en su silla de ruedas dispuesto a dar lo mejor de si. No quería quedar en vergüenza frente a SuHa, aunque años atrás ya lo había hecho  y aquello le dió buenos resultados, estuvo apunto de casarse con esa chica que resultó ser una gran mentirosa.

SuHa miraba a NamJoon desde el mesón de la cocina mientras calentaba el sartén con aceite de sésamo y especias, la carne se haría en breve y los vegetales aún no estaban listos así que decidió actuar. Se acercó a él luego de bajar el calor del sartén y se colocó tras de este para enseñarle como buena fisioterapeuta.

—Debes tomar el utensilio así— le tomó la mano y se la acomodó de tal forma que quedará el filo hacia el zapallo italiano y luego lo deslizó hacia abajo.

—Parecía más complejo— dijo NamJoon con una risita vergonzosa, luego dejó de mirar sus manos y pasó a sentirse embriagado con el olor de su pelo y piel, la sensación de la bata en su oreja y la presión que hacia su pecho contra su nuca.

—Cuidado con las heridas que pude provocar el pelador, has estado con las defensas bajas y no sanara rápido— le advirtió ella.

—Me encanta que me cuides y me mandes— pensó él en su mente  mientras veía como ella rodeaba la mesa contoneando sus piernas.

El chisteo de la carne contra el aceite caliente llenó el ambiente y de pronto el olor delicioso se comenzó a sentir. Tardó bastante pero NamJoon había logrado pelar algunas verduras y SuHa las picó a gran velocidad para terminar de coserlas con el jugo que había soltado la carne en el mismo sartén.

Colocó en la mesa el kimchi, el rábano encurtido con su tono amarillo brillante y una salsa de soya y miel que ella misma preparó mientras las verduras se asaban, todo lucia de maravilla y NamJoon parecía ser el hombre más feliz.

—¡NamJoon, te heriste!— apuntó SuHa cuando vió el dedo sangrando de su paciente, dejó el plato de carne de lado y fue por su kit de emergencia.

—Es solo un cortesito— dijo y se llevó el dedo a la boca limpiando la sangre.

NamJoon miró que el costado de su pulgar le faltaba un poco de piel y por obra de su cerebro aquello comenzó a doler como un infierno.

—Listo, déjame limpiarlo— SuHa colocó su kit en la mesa sentándose junto a NamJoon y se inclino para ver mejor la herida —Creo que pelaste tu dedo en vez de la zanahoria ¿Te duele mucho?

—Sí, es molesto— se quejó

—Bien, le pondré una crema y la curita, mañana la revisamos de vuelta— limpió la zona con cuidado, NamJoon vió con paciencia el procedimiento hasta que su vista se desvió al nacimiento de los pechos de SuHa que se dejaba entre ver con la apertura de que se hacia en  bata por la posición que tenia.

—¡Listo, comamos!— se levantó y guardó todo.

Cada plato tenia sus hojas de lechuga y muy cerca la carne y los acompañamientos . La herida en su dedo hacia que tomar los palillos fuera incómodo y lo notaba SuHa quien dejó que lo intentara una última vez antes de volverse su heroína.

Fue algo vergonzoso para Nam intentar llevarse la comida a la boca y que se le cayera a medio camino pero se lo tomaba con calma, era algo propio de él y esperaba que aquel acto fuera suficiente como para que SuHa se sintiera conmovida.

—¿Quieres ayuda?— preguntó ella buscando consentimiento para acercarse.

—Muero de hambre pero esto parece un gran obstáculo— se quejó mostrando su dedo vendado sin movilidad. —A eso súmale que me duele un poco el hombro— aquello era una mentira.

—Déjame ayudarte con la comida y luego vamos por un masaje, te ayudará a dormir mejor— ella se levantó y corrió su silla hacia el espacio que dejaba la silla de ruedas de él y la esquina de la mesa.

SuHa tomó con los palillos la comida y la dejó dentro de una hoja de lechuga haciendo un bolillo afirmándolo luego con los palillos, lo acercó a la boca de NamJoon quien la abrió con lentitud y acepto la comida con gusto. Ella hizo lo mismo y se lo llevó a su boca gustosa de la comida.

—¡Está muy rico!— dijo él relamiéndome los labios —¿Podrías untar el bocado en la salsa?— miró el pocillo con la viscosa salsa color terracota.

—¡Bien! — dijo ella armando un nuevo bocado —¿Te importa si uso los dedos? Es que es muy incómodo usar los palillos— lo miró algo avergonzada.

—¡Para nada, solo hazlo!— dijo él esperado el bocado, extasiado también por el momento.

SuHa untó el bocadillo en la salsa embarrándose un poco los dedos y cuando llegó a la boca de Nam este último sacó su lengua y lamio exóticamente sus dedos haciéndole sentir escalofríos. Ella no dijo nada, sino que tomó su bocadillo, hizo el mismo procedimiento lamiándose los dedos frente a NamJoon dejándolo completamente excitado ante la idea de que sus dedo fueran su miembro, quien atacaba con erectarse.

Ambos terminaron de comer luego de unos cuantos bocados. SuHa lavó los trastes dejando la cocina limpia con olor a limón y desinfectante. NamJoon miró toda a escena tomando apuntes mentales para su material literario.

—Todo está perfecto, yo iré a colocarme el pijama mientras te recuestas en la cama para el masaje— ella caminó por el pasillo mientras Nam con la ayuda de sus manos se desplazaba en su silla de ruedas hasta su cuarto.

La muchacha de cabello liso oscuro buscó entre sus cosas el short de pijama de su conjunto de dos piezas y no lo encontró, ante ello miró cuales eran las prendas que tenia para colocarse antes de ir a asistir a su paciente favorito y solo vió en la rumba de ropa limpia su pijama color lila. Una camisa de dormir vaporosa y muy fresca.

NamJoon mientras tanto se quitó su camiseta, la dejó a los pies de la cama y se recostó boca abajo esperando a SuHa con la vista hacia el espejo de cuerpo completo que tenia a su derecha.

—¿Listo para el masaje que te hará dormir mejor?— entró SuHa con su hermosa pijama lila que tanto amaba ver Nam —Traje esto— mostró la maquina de vibración que solía usar para activar musculatura en otras ocasiones. 

Supongo que después de lamerse los dedos es algo peligroso un masaje en esas fachas SuHa...

*Saam son los bocadillos de lechuga que comen los coreanos, lo busqué en Google así que no se si realmente se llamen así o es una mala pasada de la plataforma