NamJoon miró a lo lejos sus muletas viendo como sus limitaciones se quedaban apoyadas contra la encimera de la cocina. No recordaba como había llegado hasta el sillón sin ellas, seguramente SuHa lo había ayudado como siempre, pero ahora ella estaba esperándolo en una de sus posiciones favoritas.

Se afirmó de los costados del sillón y logró pararse triunfante. No quería pensar que el deseo y la excitación de introducirse en ella lo había impulsado a dar los primeros pasos hasta allá sin titubear pero definitivamente fueron la justificación de los últimos.

Bajó sus pantalones liberando su miembro palpitante con un glande rebosante y doliente de lo inyectado en sangre y suspiró luego de humedecerlo con su líquido preseminal con ayuda de su prepucio. Cerró los ojos antes de acercar su cónica cabeza hasta la apertura, mojada e hinchada de SuHa quien suspiró al sentirlo justo en su entrada, pero NamJoon desvió su miembro hasta la apertura de más arriba haciendo que su corazón se paralizara.

Fue desde su ano hasta separar los labios externos viendo excitado e hipnotizado como la espesa lubricación de SuHa lo empapaba mientras ella esperaba paciente a su miembro la empalmara y gemia en su lugar sintiendo sus piernas débiles.

—Escribiré gráficamente como tu paraíso esta abierto para mi, como tus labios vaginales hinchados se abrieron ante mi duro pene y como si se tratara de un beso, me tomaron— dijo y se introdujo en ella suspirando —Me encanta que te dilates así porque se que puedo ser un maldito bruto sin herirte—agarró con fuerza las nalgas y marcó sus dedos sobre la blanquecina piel. 

—Dime todo lo que escribirás de mi como si me estuvieras leyendo tu libro— SuHa alzó la mirada hasta el ventanal y la noche oscura y sin luna le dejó ver el reflejo de NamJoon penetrándola tras de ella, gracias a la luz de lectura.

Nunca se pensó ver a si misma perdida en el duro miembro de un hombre y menos escuchar como la piel de su trasero chocaba sonoramente contra la pelvis de él y se quedó en silencio con sus labios entreabiertos y sintiéndose sin aire.

Su interior se removía y sentía que su útero había subido a su estómago y que todas sus entrañas habían sido reemplazadas por el miembro de NamJoon que entraba y salía una y otra vez. Lo escuchó gemir en reiteradas ocasiones y como su respiración se desregulaba; no podía hablar y ella tampoco, estaban inmersos en el sexo.

El semen ardiente quemó figurativamente la espalda de SuHa cuando este se corrió contra ella salpicándola eroticamente y aunque moría con dejar que su vagina albergara aunque sea unos segundos su interior, no quería hacerlo sin su consentimiento.

SuHa se desplomó contra el sillón de la sala y sintió como el semen resbalaba por su espalda lentamente hasta deslizarse por la piel de sus nalgas y miró de costado a NamJoon, quien tenia su cabeza apoyada contra el respaldo y miraba el techo para luego encontrarse contra las pupilas aún dilatadas de la mujer que tenia su lado.

—NamJoon— sonrió con una leve capa de sudor en su rostro, aún mareada por el efecto del alcohol en su sangre —Te mantuviste de pie sin perder el equilibrio— rió levemente cerrando los ojos, se sentía fatigada —Te felicito

—Creo que eres tú quién no tiene fuerzas para estar de pie ahora— se acercó a ella quitando sus alborotados cabellos del rostro —Jamás había tenido tanto sexo en un día

—Yo menos, jamás me habían tomado así— abrió los ojos —¿Mi-Suk habrá soportado que JiHu la hiciera suya de forma bestial?

—No lo sé, para mi ella se negó y JiHu no pudo doblegarla— NamJoon estiró su brazo para alcanzar la manta que siempre conservaba como decoración sobre su sillón de cuero haciendo que se viera elegante y cubrió con ella a SuHa—Vamos a la cama SuHa y esta vez a dormir—.

Por la mañana NamJoon estaba escribiendo afanado. Tenía muchas ideas en mente y entre ellas surgió algo más grande.

Desde un inicio esperó que su libro tratara de las aventuras eróticas de un hombre que había sido engañado por su esposa y su ama de llaves, sin embargo, pensaba seriamente contar algunas cosas turbias y reales de la familia de su ex prometida y así sacarse ese dolor del pecho, dejándolo finalmente plasmado como ficción para otros pero una cruda realidad para él.

Procedió su lectura y para cuando tuvo sus primeros siete capítulos envió todo a la editorial para su visto bueno deseando que lo apoyaran. Jung no tardó en responder al correo de NamJoon y esa misma tarde se apareció por la casa feliz de saber que su representado y amigo había vuelvo a crear algo increíble.

—Me sorprende que SuHa no haya aparecido— Jung miró por el pasillo de la cocina hasta el fondo donde se encontraban las habitaciones. Tenia en sus manos un vaso de jugo ya que no podía beber alcohol si manejaba.

—Esta un poco indispuesta hoy así que se fue a su cuarto a descansar— NamJoon respondió breve sin mencionar lo que había ocurrido anoche con el alcohol. —¿Te gustó la historia?

—Se la mandé a mi esposa para un punto de vista femenino y te diré que está bien afanada con que llegue luego a casa— sonrió triunfante —Tu libro puede ser un levanta muertos para algunas parejas

—El libro que me enviaste de Lee Nari ha sido una fuente de inspiración— NamJoon buscó con su vista el libro que seguía tirado en el piso de la sala a un costado del sillón —¿Sabes si ella sacará otro libro?

—La editorial lleva meses convenciéndola que lo haga pero se ha reusado por razones que no conocemos, en cambio esta ofreciéndonos historias infantiles pero no podremos publicarlas a su nombre debido a que es reconocida como la autora del mejor libro erótico en Corea este año— Jung miró a NamJoon de pies a cabeza sin haberse dado cuenta que estaba totalmente de pie —Y tu ¿Te haz rehabilitado por completo?

—Aún me cuesta levantarme por las mañanas pero ya he perdido el miedo. Estoy haciendo ejercicios en la caminadora y he avanzado bien— sonrió satisfecho pero su sonrisa se borró posterior al escuchar lo que Jung le dijo.

—Entonces SuHa volverá al hospital. Su trabajo aquí está terminado

NamJoon despidió a Jung en la entrada de su casona y subió las escaleras con lentitud equilibrando su peso a consciencia, como si se tratara de un ejercicio más en su rutina. Al entrar a casa se dió cuenta que SuHa se había levantado y pelaba vegetales.

—SuHa, cariño, déjame preparar una sopa para ti, no me cuesta nada— se acercó a ella con cautela.

—¡Tranquilo Nam, yo puedo! Ya no me siento tal fatal— su rostro parecía haberse deshinchado pero sus ojos parecían somnolientos. Aún así ella era perfecta

—Viste que no he usado muletas hoy— NamJoon se apoyó en la encimera para luego meter las manos al bowl donde SuHa dejaba los vegetales cortados para lavarlos. Este comenzó a frotarlos entre si para quitarles el exceso de impurezas.

—¡Lo he visto todo contigo NamJoon y estoy orgullosa!— se giró hacia él y le dió un beso en la mejilla.

Cuando la sopa estuvo lista y ambos comieron a gusto el timbre sonó. 

Eran las once de la noche y no era una hora prudente para visitas. SuHa estaba lavando los trastes en la cocina mientras Nam, con agilidad se acercó a abrir la puerta encontrándose cara a cara con su ex prometida, Lee Min-Ah.

—¡Veo que estas de pie de nuevo, NamJoon!— sonrió mirándolo de pies a cabeza —¿Olvidas esto?— dijo luego de alzar su mano mostrando el reluciente anillo con un zafiro color índigo en su dedo anular.

NamJoon miró la mano de Min-Ah odiándose a si mismo por haberle pedido su mano aquella noche en esa elegante cena con la familia de ella. Ante todos él seguía siendo el futuro esposo pero nadie más que él y ella sabían que la separación existente era por la infidelidad de esta con el mejor amigo y socio directo de su padre, Kwon Min-Hyung.

—¿No me invitas a pasar?— la mujer de cabello largo, ahora de tono caramelo sujetaba su bolso sobre su hombro y se arropaba a si misma con su abrigo.

—¿Es el Sr. Jung a quién se le olvidó algo?— SuHa se acercó con un paño en sus manos secándose y vió la silueta femenina frente al joven.

—¡Tu debes ser la fisioterapeuta!— Min-Ah analizó la juvenil figura de la muchacha que traía puesta una camisa de pijamas blanca.— Soy Min-Ah, futura señora Kim— le mostró triunfante su anillo —¿No es así NamJoon?

¡Aquí llegó el drama!