SuHa se vió sentada en el sillón de la sala y  NamJoon acomodándose a su lado. Algo en ella hizo que todo el momento se volviera algo confuso.

El título universitario, la pasantía en el mejor hospital de Seúl, su vinculo paciente y terapeuta. Todo se iría al carajo si esto llegaba a pasar... pero NamJoon ya la había llevado al cielo y se lo había bajado hasta sus pies y eso era incuestionable.

—¿Es de mi quién escribes en tu computadora?— dijo ella mirándolo a él de costado quedándose quieta, expectante.

—Sí— NamJoon fue asertivo y respondió de inmediato para que no quedaran dudas —¿Haz leído?

—Solo una vez— SuHa vió como la mano de NamJoon se posaba en su rodilla y subía lentamente bajo la tela de la bata de seda negra hasta internarse en su muslo.

—Que curiosa eres— sonrió 

—¿Por qué yo?— su voz sonaba agitada por la sensación de la mano de él en su muslo, masajeando la zona con cierta presión

—¿Acaso no puedo imaginar que tus manos hacen más que masajes terapéuticos?

—Ningún hombre me había visto de esta manera— su pecho se llenó de oxigeno cuando sintió los dedos de Nam recorriendo su zona intima separando sus labios vaginales con una lentitud escalofriante —Soy...tan menuda y poco atractiva...

—A mi me encanta que seas menuda— acercó su boca al rostro de ella y dejó un beso en el pómulo para luego dirigirse a su oído —Tan pequeña y dulce...

SuHa gimió al sentir el primer dedo ingresar en ella y separó sus piernas por inercia. Mantenía sus ojos cerrados hasta que el segundo dedo entró resbalándose con cuidado. Sentía como la respiración de NamJoon, cerca de ella, se volvía más pesada

—Levántate y siéntate sobre mi, SuHa— le ordenó sacando los dedos de su interior, despojándola de la sensación.

SuHa abrió los ojos y lo miró. Los ojos de NamJoon estaban de un marrón intenso y no veía más que su lujuria a través de ellos. Aquello la hizo levantarse y dudar una vez frente a él si debía ser más atrevida.

NamJoon sacó de su bolsillo un condón y lo dejó en el costado del sillón y la miró. SuHa miró el cuadrado plateado y luego a él pensando en que entendería que estuviera nerviosa por lo que podría pasar.

—Toma esto como una de tus terapias, mi querida SuHa— dijo él abriendo su bata dejando a la vista su cuerpo desnudo —Aliviemos nuestro infierno interno

SuHa dió unos pasos hacia el frente quedando entre las piernas de él y deslizó el lazo de su bata de seda por completo mientras NamJoon tomaba el condón y se lo colocaba sin perder de vista su bella desnudez.

NamJoon miró de arriba a bajo totalmente excitado ante ese cuerpo de mujer. Muslos gruesos, dos lindos y menudos pechos con sus pezones en tono rosa ya erectos por el momento y el leve brillo que había entre sus muslos. Dejó de lado su miembro cubierto por el látex y tomó a la chica de la cintura inclinándola hacia él ya que ella no tomaba la iniciativa. 

— SuHa — la llamó viéndola algo perdida en el momento

—Sí — ella lo miró y luego vió hacia la mano de él que tocaba su abdomen

—Siéntate sobre mi— acarició sus muslos ahora dándole una señal y tomó su erección para ser más especifico.

SuHa se inclinó hacia él no sin antes dejar caer su bata al piso. Ahora completamente desnuda se disponía a recibir el miembro de este en su interior. Miró hacia los ojos de Nam mientras este buscaba entre sus pliegue el lugar correcto, esa apertura hacia el paraíso y cuando la encontró SuHa comenzó sentir la presión de algo abriéndola de a poco.

—Duele un poco— susurró y cerró los ojos con fuerza

—Ve lento— él no podía dejar que fuera doloroso así que froto con suavidad su clitoris haciendo círculos mientras seguía haciendo presión en ella —¿Está bien así?

—Sí — gimió y se deslizó de una sola vez dejando todo el miembro en su interior, descansando sobre los muslos de él.

—Eres muy hermosa, SuHa— Nam le alzó el mentó y la miró a los ojos —Me encantan tus pechos y todo tu cuerpo 

SuHa se miró así misma y luego a él creyendo que era una mentira. NamJoon se acercó luego de haber aguantado las ganas de besar su piel y cuando la sintió contra sus labios comenzó a devorarla con ímpetu, a besarla, mordisquearla y succionarla con excitación. Los gemidos de SuHa no eran más que la gasolina que lo encendía más.

La tomó de la cintura moviéndola de atrás hacia adelante hasta que logro que sostuviera el ritmo comenzando a entirse satisfecho por la estimulación.

—Móntame SuHa, dame placer y te lo compensaré— gemía Nam mientras buscaba elevar sus caderas con dificultad —Me siento inútil como hombre— dijo entre un sentimiento de rabia y desesperación —Estaria follándote duro y firme si pudiera moverme 

—Déjamelo a mi— SuHa alzó su cadera sacando la mayor parte de su pene bajó lentamente llevando un ritmo que aumentó en el momento en que NamJoon la comenzó a ayudar con sus brazos fuertes.

—¿Te duele? — le preguntó este viéndola cerrar los ojos 

—Estoy tan mojada que me siento abierta para ti— gimió —Ayúdame a ir más fuerte

—Eso es, baby— dijo con su voz ronca y la apretó de la cintura —Ve más rápido

NamJoon moría por poder llevar el ritmo él y darse el placer de hacerla gemir sin fatigarla, moría también por darle placer y ver como su piel enrojecida en su cintura y caderas con su agarre marcado, las aureolas de sus pechos algo hinchadas por la succión que le había dado en ambos, como los había apretado con sus grandes manos. 

Sintió que ella se estremecía y que sus piernas temblaban un poco pero aún así ella rebotaba rítmicamente sobre su miembro con una resistencia increíble.

—¡Eso baby, follame, móntame así como lo haces!— le acarició la cintura —¡Te ves tan linda tomándome por completo!

Aquellas palabras llevaron a SuHa a un punto desconocido. No sabia que hablar durante el sexo la haría quebrarse y comenzar a contraerse. El rostro de Nam cambió al sentirla más estrecha y temblando sobre él 

—¡Vamos SuHa, córrete para mi otra vez!— Nam bajó su manos hacia su clítoris y lo frotó haciendo una especie de vibración que llevo a la muchacha a tener su orgasmo —¡Si si si!—dijo en repetidas ocasiones y la siguió meciendo sobre su pelvis sintiendo sus paredes internas contraerse para sentir eróticamente como ella se rendía ante él.

NamJoon no tardó en tener su orgasmo y se negó a soltarla, a dejar que ella abandonara la posición que tenia y la atrajo hacia él. Acarició su espalda desnuda varias veces hasta memorizar la textura de su piel y besó sus clavículas haciéndola sentir querida después de haberse entregado a él.

SuHa quitó su cabello del rostro y lo miró acercándose al rostro de NamJoon, rozó con sus manos tibias sus mejillas, vió como este relamió sus abultados labios rojizos, aquellos que rogaban por un beso.

—Nam...—dijo ella algo cansada —Muero por besarte— le acarició la piel de los labios con su dedos.

—Entonces hazlo — sonrió —No quiero que te mueras 

Ambos sonrieron y rozaron sus labios al fin después de mucho tiempo deseándolo. Un beso tibio con el aroma de la excitación en el ambiente, sus cuerpos sudados y el vino aún oxidándose en sus bocas. 

Aquello tenia sabor  a pecado, lujuria y un amor por nacer.

¡Pasó chicasssss pasóooooo!