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XV

Aparentemente, el concejo policial se ha enterado de que varios de los enfermos se ha empezado a contactar con personas de fuera, la verdad no se sabe quiénes son los implicados, pero se están encargando de encontrarlos, puesto que como los hombres lo han dicho su intención es ayudarlos para salir libres, pero bajo la vista del gobierno no es algo conveniente, puesto que se supone que con este encerramiento esperan reducir la mitad de la población londinense en general, acto totalmente fuera de razonamiento, gracias a que el desarrollo que tendría la ciudad no mejoraría ni empeoraría por unas vidas menos. Pero esto el pensamiento humano no lo entiende, que prefieren acabar con personas que pueden hacer bien en sociedad disparándoles reiteradas veces en la cabeza para tener el camino libre como si al final esos delitos no se cobrarán.

Está claro que la vida es un boomerang todo lo que hagamos se nos ha de devolver a corto o largo plazo por eso es que en la mayoría de las historias los malos siempre pierden, está dicho e inclusive escrito en muchos fragmentos los cuales siempre pondrán el mal de forma inferior al bien, el gobierno busca saber quiénes son los atrevidos que están colaborando para curar la enfermedad, pero al tomar personas y torturarlas al no obtener lo que quieren se les facilita más desquitarse con el inocente.

Comentan los hombres que ellos mismos vieron cómo torturaban a los apresados, primero los sentaban ante un juez para que confesaran su delito, pero al no entender aquellos simplemente recibían golpes con la excusa de que esquivaban la justicia gubernamental, si les preguntaban quienes salían por la noche o a las horas solitarias del día y la respuesta no era hallada decidían como resultado los jueces darle pena de muerte por "complicidad".

Los gritos de piedad se podían escuchar a metros, eran llevados a un cuarto especial donde eran primeramente desnudados por los hombres, varias de las mujeres fueron tocadas con morbosidad que no podían dejar de llorar por aquellas grandes manos que ultrajaba su cuerpo en esos momentos, al resistirse los látigos eran resonados tanto a ellas como a los hombres que las acompañaban, no importaba ser contagiados en ese preciso momento solo les gustaba observar placenteramente el dolor de su víctima.

Golpes, cachetadas, puñaladas en la zona de las costillas, cortadas semiprofundas en sus rostros o partes sensibles del cuerpo, la sangre recorrer de los doloridos cuerpos daban muestra de lo pesado que era aguantar tales maltratos, pero para darles una muerte profunda, clavarles en el corazón cuchillas afiladas para ver sus últimos segundos de agonía eran lo más asqueroso y cruel que un ser humano puede hacer.

El nerviosismo y pánico quería invadir a quienes escuchaban aquel relato tan frío como podía decirlo el hombre más viejo como tal de la sala, la seriedad con que lo decía daba claridad total a que no era una broma de mal gusto, ahora si estaba comprobado con el gobierno quiere acabar con su pueblo para tener control de los pocos ignorantes que le queden sin dejar respiro de paz y tranquilidad a estos que padecen esa agonía de la enfermedad huérfana que los posee y agobia como si fuese un demonio maligno, pues es peor que cualquier tumor o eso expresaban los hombres.

La alta probabilidad que descubrieran que fuera ellos estaban de un 50/50, pero el recargo de conciencia podía pesar más empeorando la enfermedad y generando discordia ante la sala, era claro que nadie quisiera morir por culpa de otros irresponsables o que en este caso fueran en contra del reinado.

La gran duda que quedó en los enfermos los hizo devolverse a sus camas frustrados por la incompetencia de todos, incluyéndolos, que no podían imaginarse lo que pasaba ni lo que pasaría después, el sentimiento de culpa por las muertes se hizo presente esa misma noche, el no saber qué hacer, si hablar o solo quedar callado. ¿Qué sería lo correcto? La respuesta es fácil, lo correcto sería hablar y decir que son ellos, pero condenaría un estudio que los pueda librar de esa enfermedad al igual que a ellos mismos.

El secreto era entre ellos cinco, nadie sabía de su travesía con los investigadores, pero si se daban cuenta entre ellos que las crisis habían bajado en gran número al igual que sus rarezas ya no eran tan exageradas, se notaba que todo aquel que le daba la crisis se escondía bajo sus sábanas como si estas fueran su barrera protectora y no hubiera poder humano que pudiera lastimarle, las semanas seguían pasando como quien no tiene prisa al caminar, ya iban diez meses de encerramiento, pero ninguna mejora se veía a la luz, ante el mundo el gobierno de Londres estaba haciendo lo posible de ayudar a su pueblo aunque todos sabemos que no es así.

Los mismos oficiales pasaban las noticias por la radio dando camino seguido a la burla, puesto que ellos afirmaban que nunca les llegaría esa enfermedad por mantener siempre su distancia con los animales que estaban en las salas. Los noticieros hablaban de la epidemia como un virus asesino, comentaba noticias donde hablaban con oficiales, pero para los habitantes de la sala solo les quedaba reír por las incompetentes palabras de sus autoridades como lo que exclamó un soldado.

"Nosotros nos encargamos de cuidar a nuestro pueblo al igual que cuidarnos nosotros, si sabemos que no es fácil vivir encerrados, pero todo sea por ayudar a esos pobres indefensos que dan bastante lástima cuando vemos que tienen sus crisis extrañas y solo quedarnos a brazos cruzados sin saber qué hacer"

Que va a hablar este hombre de tristeza y pesar ante estas personas, porque no dicen las cosas como son y cómo ocurren de verdad, que los tratan como animales, no les dan sus tres comidas en ocasiones o si no es a deshoras, no tienen un buen lugar para descansar, los baños están en total descomposición, más enfermedades han llegado de manera extraña como la gripe, fiebre, diarrea, vómitos y demás síntomas que no pueden tratarse con medicamentos por qué estos no les da la gana de proveerlos.

Por qué no dicen que no tienen la más mínima decencia humana para ayudar a su prójimo, porque no dicen que estos andan sucios porque no pueden asearse al no encontrarse con agua potable, deberían afirmar así como dicen y se hacen pasar por buenas personas que matan a seres inocentes para complacer sus caprichos, quieren abusar de las mujeres, consumen licor en las instalaciones al igual que muchas más sustancias adictivas para después otorgarles un maltrato a estas personas que no puede defenderse en muchas ocasiones.

Está claro que su reputación se vería afectada por este tipo de acontecimientos, pero que más se puede hacer si ellos son los únicos que pueden manejar a la prensa, se dice que varios periodistas han intentado ingresar en el hospital para mostrar a carne propia la situación y comprobar si es verdad o falsedad lo que dicen tales sujetos, pero la negación a su propuesta siempre ha sido la respuesta del gobierno londinense.

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