VI
Los demás empiezan a despertar sentándose como sonámbulos en sus respectivas camillas como si fuesen dormido durante horas, cuando realmente solo habían pasado dos desde aquel incidente, un nuevo momento de cuidado se hizo presente en la sala en A grupos de diez fueron conducidos a los baños para que tomaran sus duchas y después ayudarlos en lo que necesitaran, aún faltaban unas cuantas horas para la cena por lo que todos se juntan para que pudieran conversar de buena forma, las dos mujeres pendientes a que todos escucharan, por ello algunos se encontraban cerca de las camillas en el suelo y otros sentados en las mismas.
-¿No recuerdan de lo que paso hace dos horas de casualidad? ¿Ni un recuerdo nublado o algo?
Los miraba la mujer preocupada al ver sus caras de negación y como si las locas fueran ellas, ¿era posible que perdieran la memoria así de repente o serán secuelas que duraran para su vida? Se preguntaron al notar que el último recuerdo fue el incidente ocurrido en la mañana, ¿será que esta enfermedad es una combinación de la esquizofrenia con el mal de párkinson?
Una lluvia de ideas se empezó a formar, las especulaciones se volvían el pan de cada día, analizando los anuncios que la radio emitía recordando siempre a cada hora o a cada minuto su desgracia desafortunada que ni la música en ocasiones podía alegrar esos tristes corazones llenos de miseria que estaban encadenados a un mal que les está pesando demasiado en su vida, esta enfermedad ni a su peor enemigo podrían deseársela.
Como ya habían pensado, al marcar las siete la cena no fue anunciada, por suerte habían quedado con una caja de las cuatro de forma preventiva que, comiendo de poco, al menos satisfacía que no dormirían con el estómago vacío. A su puerta tocaron varios hombres de las demás salas pidiendo por un poco de alimento que le pudieran brindar, parecían limosneros muy necesitados que con solo decir un "no tenemos comida, estamos en la misma situación" dejaban con malhumor a todos los que venían tildándolos a vociferaciones al ir alejándose como personas "duras" o "tacañas" que solo piensan en su bienestar no en los demás.
Porque esas mismas palabras no se atreven a decírselas a los guardias, esos mismos que les están robando la comida de frente diciendo que no hay por falta de recursos cuando en las noticias de la radio dicen que de todas las partes del mundo se encuentran mandando alimentación, implementos de aseo, colchonetas para todos los que están afectados por tal situación precaria que estaban pasando la ciudad londinense, definitivamente esto se volvió un tema de supervivencia, el que no juegue vivo perderá en este teatro.
Era claro que nadie hablaría con ellos por las múltiples amenazas de que si llegaban al límite del portón podían ser acribillados, que a pesar de estar encerrados y por más dementes que se encuentren la vida era importante a fin de cuentas para todos porque ninguno se ha atrevido morir, se escuchaba entre las salas comentarios donde algunos decían "acaso no te querías morir, porque no te suicidas o sales al portón que te hacen el favor", aprovechar la situación dirían muchos, puesto que las circunstancias lo permitían porque ningún impedimento de parte de los militares se resguardaría la persona, en cambio, su cuerpo seguramente lo usarían para experimentar tomándolo como carnada o en palabras más específicas, ratón de laboratorio.
La noche se hizo presente por lo que todos iban acomodándose para dormir, las puertas de máxima seguridad se abrían permitiendo el paso de agentes especiales protegidos de pies a cabeza para la inspección rutinaria asegurándose de que todo estuviera bajo control al igual que sus vidas estuvieran seguras, unas miradas morbosas hacia las mujeres de la sala fomentaron un aura de discusión que no importaba de que clase social era, se metían con alguna chica se metían con toda la sala, ante aquel imprevisto los guardias salieron disparados, los hombres se habían armado con barrotes obtenidos de los hierros de las camillas espantándolos rápidamente, aunque quien no huiría de ellos, especulaban entre risas maniáticas, un "demente" armado con cualquier cosa es peligroso, tanto para su integridad física como para quienes lo rodean y estén en su entorno en el precioso momento que pierda sus cinco sentidos.
Las parejas empezaban a unir aquellas ruidosas camillas para acomodarse juntos mientras que a los más pequeños la mujer del primer hombre les cantaba, se hacía tarde por lo que era momento de dormir, pero al apagar las luces esta empezó a escuchar quejidos fuera de la sala, reviso que todos sus compañeros estuvieran dentro, pero esos sonidos que parecían intentos de pedir auxilio no la permitían ir a recostarse por lo que con sumo cuidado se desplazó sin colocarse las zapatillas para no producir ruido y no despertar a ninguno, terminando por escabullirse entre la puerta y salir en dirección al portón donde los ruidos cada vez se intensificaban.
Al apoyarse tras una viga pudo visualizar a un hombre con el uniforme de militar que intentaba abusar de manera sexual sobre una jovencita que no podía pasar de unos dieciocho años, esta se resistía ante los besos del contrario y suplicaba que la dejara en paz, pero no podía, la mujer quería salir a defenderla, pero tenía miedo de que le terminaran haciendo algo a ella. La duda la invadía frente si debía actuar o simplemente dejar que abusaran de la joven, una mano sorpresiva sujetó sus caderas y un susurro frío la saco de sus pensamientos dudosos.
-¿Qué haces aquí tan solita? No sabes que las noches son peligrosas.
Una voz ronca que no era reconocible en su sistema, logro que su piel se erizara, intento darse la vuelta para huir, pero fue estampada contra la pared. El guardia que había intentado abusar de la joven se acercó con ella a jalonasos pensando que el festín sería doble, pero la astucia de ambas mujeres al notarse que no estaban solas pudo más que con el sentido animal que sacan los humanos al momento de querer tener alguna relación de este tipo, jugando ellas con su mente buscando siempre la forma de huir de tales brazos.
Ellos creyendo que habían ganado intentaron romperles las prendas a aquellas señoritas, se veía que ambos hombres estaban en estado de ebriedad, por lo que de un golpe a la nuca la mujer pudo quitarle su equilibrio haciéndolo caer, dando una patada en la entrepierna de ambos guardias ahora escuchando quejidos de parte de ellos.
-A una mujer se les respeta par de idiotas.
Tomo a la chica de los brazos volviendo a las puertas de la sala, está ante la pregunta que le hizo, la mujer respondió que iba era a los baños, pero al salir el guardia la estaba esperando, seguro la vio entrar, le agradeció por llegar a tiempo, aunque casi abusaban de las dos. La mujer solo la tranquilizo dejándola en su sala para ingresar a la propia, recostándose junto a su marido, el cual al parecer no estaba del todo dormido.
-¿Dónde estabas mujer? Por qué has salido a estas horas y a que sin avisarme.
-Perdóname, cariño, te vi tan cómodo durmiendo que no quise despertarte y necesitaba urgente el baño.
-Debes tener cuidado, no sabes quién puede querer sobrepasarse con ustedes.
Fueron las últimas palabras que dijo para abrazar a su esposa y quedar dormido en sus brazos, era claro que ella no podía contarle a nadie ni mucho menos a su marido que había pasado en esa noche, que habían intentado abusar de ella y de otra jovencita porque eran capaz de cruzar el portón y morir en ese preciso instante, así que para evitar que tales ideas se hicieran realidad era mejor callar, puesto que a veces en la vida el silencio otorga a mejores cosas, pero el recuerdo no se perdona, sino que se olvida para poder vivir en paz.
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