IV
-Ni se le ocurra levantarme la voz, señor general, usted no sabe quién soy yo.
Risas salieron en ese instante de parte de muchos soldados que se encontraban custodiando el lugar, el general simplemente se limitó a sonreír vacilando la frase "usted no sabe quién soy yo", que se creía un viejo hombre en venir a dar órdenes o andar de respondón frente de un general de alto mando militar, era absurdo para ellos, pero si quería llamar la atención el viejo el cual pertenecía a la sala del primer hombre lo había conseguido, todas las miradas estaban puestas en ellos que inclusive la esposa del médico junto a la mujer del primer hombre intentaron defenderlo, pero este mismo las callo levantándose ante el general quedando frente a él con una corta distancia de pocos centímetros.
-Déjeme decirle que soy un ex comandante de la fuerza aérea, ahora con el cargo de jefe de uno de los pabellones más grandes del país por lo que me convierte un rango superior al suyo general así que tengo demasiados derechos en este lugar así que no se quiera pasar de listo que tengo más experiencia que usted en esto.
El lugar quedo en completo silencio, todos sorprendidos de aquella respuesta de parte del viejo que los ponía dudosos en creer o no creer, pero el general chasqueando su lengua solo tuvo que levantar la mirada en alto haciendo el saludo militar y ordenando que se llevaran a todos a sus salas, en gran burla había quedado ante todos que se fue a su oficina directamente dejando a la gente comentar.
Por todo el camino de vuelta las personas miraban al hombre el cual estaba de lo más tranquilo, se pudo pasar por la mente que había sido un impulso de la enfermedad, pero con tal seguridad que tenía no se especulaba de aquella respuesta, lo único que se podía saber era que un verdadero calvario se vendría en ese preciso instante que dos mujeres no podrían solas.
Las puertas fueron cerradas con máxima seguridad dejando los pasillos cerrados, es ilógico como han remodelado en poco tiempo un viejo hospital en esa forma de la seguridad, pero daba a demostrar que los hombres militares temían de ser contagiados y acompañar a esos mugrosos civiles en una estadía indefinida, al cerrar la puerta principal solo quedaba una puerta normal que permitía salir a los baños, de cada sala había un líder que era el que más cuerdo se podía decir que estaba, en el caso de la sala A la esposa del médico junto a su nueva amiga la mujer del primer hombre infectado eran las que ayudaban a las cuarenta y ocho personas más que estaban. Algunos tenían la enfermedad muy desarrollada como el primer hombre, estos pasaban la mayoría de su tiempo diciendo locuras que para mejor ambiente ambas cabecillas de la sala los dividían en grupos donde se notaba cuáles tenían una locura similar, logrando que todos se llevaran de buena forma, el problema era cuando ocurrían situaciones no muy agradables.
Horas más tarde, se acercaba el mediodía por lo que sonó un anuncio por la radio que estaba sobre un enorme closet, que decía la comida ya estaba lista y podían ir a recogerla, debatieron de quienes irían por la caja por lo que el psiquiatra con un hombre alto moreno se ofrecieron los cuales iban acompañados por la esposa del médico para ir a reclamar dicho alimento mientras que la mujer del primer hombre se encargaba a llevar a los pequeños al baño dejando a cargo de la sala a la chica de los lentes azules por la sencilla razón de que ambas puertas quedaban abiertas y podían revelarse en una de sus loqueras produciendo un muerto, esta mujer llevaba a los cinco pequeños a los baños haciendo que los nenes cerraran sus ojos como si fueran ciegos para que no vieran tales asquerosidades en donde harían sus necesidades corporales llamando al "juego" el ciego dice.
Por otro lado, un problema grande se formaba, habían reducido una caja de comida de las cuatro que daban supuestamente por falta de recursos dejando en grandes discusiones las cuales fueron dispersadas por disparos de parte de los guardias temerosos a que estos molestos enfermos los atacaran, las cajas fueron tiradas al suelo y cada quien tomaba la que pudiera ocasionando que se fueran a los golpes, llevaban un día entero sin comer era de esperarse que actuasen como animales hambrientos, que al salir de los golpes y garrotazos los de la sala A lograron pasar con sus cuatro cajas intactas, pero con algunos moretones en su piel.
-Pero que les ha pasado ustedes, ¿están bien o los han lastimado?
-Nos atacaron mientras fuimos por la comida querida, resulta que han quitado una caja por sala y se formó una revuelta completa.
-Al menos nosotros quedamos con cuatro porque el moreno fue más rápido que todos tomando dos cajas al tiempo.
-Somos la sala que más tiene personas adultas que deben alimentarse bien, al igual que cinco niños, debía hacerlo.
La sala se quedó en completo silencio, la respuesta era muy coherente a decir verdad, por lo que solo se dispusieron a repartir las raciones en partes iguales para poder consumir el alimento y poder dormir porque era hora de un descanso, pero al tiempo que terminaron y fueron a lavarse, el primer hombre junto a la chica de los lentes azules cayeron al suelo en posición fetal dando gritos pidiendo auxilio, estaban siendo atacados al parecer por un espíritu demoníaco o eso expresaban, aullidos de dolor y temor se escuchaban en toda la sala que los demás salieron huyendo por temor a que ellos reaccionaran de la misma forma, la esposa del médico se acercó rápidamente para intentar calmarlos, pero ellos tomaron una forma violenta que atacaban con las manos a quien le quisiera tocar, sus ojos habían cambiado de coloración pasando a un horrible color rojo sangriento que por un momento la mujer del primer hombre pensaba que morían en ese instante, después de que guardias entraran para ver que pasaba con los gritos estos cayeron inconsciente en el suelo como si estuvieran en un coma.
-¿Qué ha significado esos gritos? ¿Qué sucede? Tú, dime mujer, que está pasando en esta sala.
Le apunta con el rifle AK 47 a la mujer que con mirada molesta y exaltada se levanta frente al soldado, el cual retrocedió temeroso.
-¿¡Acaso usted mismo no ha visto lo que ha pasado!? ¡Está ciego para llevarlo entonces al médico! Estos seres HUMANOS, no animales como ustedes nos han de tildar, han sufrido un ataque de la extraña enfermedad.
Esta se intentó calmar alejándose a intentar levantar a su marido estos simplemente iban a reprochar su respuesta, varias miradas de locuras empezaron a invadir otra vez la sala, como se daba a entender todos se habían desconcertado, al caminar a sus camas iban arrastrando los pies como si se fueran a caer o traspasaran el piso, múltiples palabras se empezaban a murmurar "Yo no fui", "No sé dónde están tus padres", "Yo no lo mate", ambas mujeres no entendían lo que ocurría y mucho menos los guardias que con tanta curiosidad no se habían ido del lugar.
Algunos de los internos no podían llegar a su destino, sino que caían al suelo en la misma posición fetal, pero eran llantos y lamentos en la mayoría de los casos mientras de otros eran disculpas o ruegos de que no les hicieran nada, al parecer otras de las maneras de mostrarse esta extraña enfermedad podría ser a través de los miedos y situaciones que cada uno de estos hombres, mujeres y niños han pasado, que son atormentados por su subconsciente haciéndolos pensar que lo que ven es una triste realidad. La esposa del médico junto a la mujer empezaron a poner los que quedaban dormidos en sus camas mirando con indiferencia a los guardias que solo miraban el espectáculo, para ellas lo más extraño fue que el ataque de nervios en donde a todos se le hubieran soltado los cables al tiempo, y que después de pasar dicha crisis existencial cayeran dormidos.
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