Hoy he quedado con Pablo, desde aquella noche que decidimos darnos una segunda oportunidad todo ha ido genial, al fin y al cabo sigue siendo el mismo de siempre.

Lo importante que es la palabra (re)conocer, porque puede que alguna vez hayas conocido a esa persona que no estaba destinada para estar contigo, y quizás muchas veces el error es dar por sentado que no necesitamos la segundas oportunidades, que es por el daño recibo porque decidimos dar un paso hacia adelante.

Y eso mismo pensaba hacer yo con él.

Lo iba a hacer hasta el momento exacto en que vi sus sueños desmoronarse en aquella habitación de hospital. Supuse que todo el daño que me había causado valía una mierda cuando lo escuche llorar de esa manera en los brazos de su mejor amigo. Y quizás soy débil, débil por amar el corazón que decidió hacerme cachos.

¿Pero no es de humanos cometer errores?

Me atuso un poco el pelo antes de coger mi chaqueta y mi bolso para salir. Mi hermano está sentado en el sofá esperando, en cuanto me ve se acerca a mi.

— Sabes lo que opino de las segundas oportunidades, y sabes lo que opino de él.

Le miro sabiendo lo mal que lo pasé y lo mal que lo pasó mi hermano, porque no hay cosa que más le duela que ver a su hermana llorar.

— Sabes que es algo que no puedo explicar.

— Si ese idiota te quiere de verdad espero que como mínimo te devuelva la sonrisa que alguna vez te provocó, si no, que se entere de que no te va a volver a ver jamás.

Mi hermano me abraza y yo apoyo mi cabeza en su pecho, como si fuese un refugio. El me acaricia el pelo y me separo para salir por la puerta no sin antes mirarle una última vez.

Pablo ya me está esperando fuera en el coche, antes de entrar me doy cuenta de lo mucho que ha cambiado físicamente, está mucho más alto y su forma de vestir demuestra que ha crecido emocionalmente también. Lleva puesto unos pantalones de chándal anchos de color gris oscuro y una camisa negra con varios botones superiores desabrochados. Si fuese ciega estaría sufriendo del mayor castigo divino. Su mirada se fija en mi y sonríe.

— ¿A dónde vamos?

— Es una sorpresa.

— Una sorpresa a la que me haces venir vestida de deporte y tú te pones una camisa, ya claro.

— Podrías haberte puesto la camiseta del Barça por lo menos.

— Y una mierda, el Real Valladolid va primero. - digo esto mientras beso el escudo.

Gavi se ríe y arranca el coche, según el nos espera una largo viaje de dos horas. Durante el trayecto conecto mi música por insistencia suya.

La primera canción me pega en la frente.

"One year has passed and I'll still haven't moved on,
No one else could take your place."

La paso rápidamente ganándome una mirada por su parte, yo decido mirar a la ventana con tal de no tener que mirarlo a él. Es la primera canción que he compuesto en inglés y la primera que le he dedicado a mi padre. Se que Pablo lo ha comprendido en el momento en que toma mi mano y entrelaza sus dedos con los míos.

— La pérdida de un ser querido es difícil, nunca terminas de superarlo del todo, más bien aprendes a vivir con ello, yo no perdí a mi padre, pero si a mi abuela, nunca pudo verme jugar y...ahora nadie más podrá hacerlo.

Noto como se le forma un nudo en la garganta al decir eso.

— Mi padre era...lo era todo para mi y para mí hermano, fue como si el universo se acabará para nosotros, estuve meses sin poder comer, dormir o hacer cualquier actividad diaria. Nunca había estado tan mal.

Suspiro, otra vez estoy llorando, si algo le prometí a mi padre es que le recordaría con una gran sonrisa, no de esta manera.

— Solo he estado así de mal dos veces, la primera es cuando murió y la segunda es...bueno, supongo que ya sabes cual es.

Escucho como Pablo frena el coche en uma gasolinera.

— Sabes perfectamente que todo lo que estoy haciendo ahora no justifica el daño que te hice, y, me quema, quema hasta el punto en que deseo el no haber ido a esa fiesta con tal de que todo lo que has pasado se esfume, te quite tu brillo y ahora traigo un mechero todos los días para intentar devolvértelo.

— Yo te he perdonado, lo que te falta es perdonarte a ti mismo, ricitos.

Gavi suspira y sale del coche para recargar la gasolina, un chico joven le atiende y rellena el deposito mientras el entra en la gasolinera para pagar, al salir le veo que trae una bolsa llena de cosas, veo como camina hacia el coche cuando una chica rubia se acerca hacia él y le da un papelito que coge y cuando la chica se va tira a la basura. Al sentarse de nuevo en el volante apoya su cabeza en él.

— No te haces a la idea de cuantos papelitos con números he tenido que tirar a lo largo de este año. - ríe por lo bajo.

— ¿Porqué?

— Porque el único número que quería que me hablara era el tuyo, Lucía.

Desvío la mirada una vez mas, no me atrevo a mirarlo, y menos cada vez que dice algo como esto. El cielo está nublado y hace un poco de frío, agradezco la pesadez de Álvaro por llevarme una chaqueta. Pablo estaciona el coche en un aparcamiento al pie de la montaña, al salir siento el frío de golpe en mi cara.

Gavi saca una bolsa gigante y varías pequeña, le ofrezco mi ayuda llevando una de las pequeñas, la subida es un paseo tranquilo entre árboles y niebla, sin duda es algo que me llena el alma de paz, no hay ni un solo coche, edifico en el trayecto así que el silencio es lo único que nos gobierna. Caminamos una hora hasta llegar a lo más alto, hay una pequeña explanada de campo.

— ¿Que es esto?

— Donde vamos a pasar la noche.

Pablo se quita la mochila de la espalda y abre la bolsa gigante sacando de la un tienda de campaña que monta rápidamente.

— Acampada bajo la estrellas, ¿te parece mal plan?

— Me parece estupendo.

Dejamos todas las cosas y decidimos ir a explorar un poco por los alrededores, me siento...libre, como si por primera vez no tuviese un peso en los pies, siento que puedo respirar sin sentir presión en cualquier parte de mi cuerpo. No es hasta que llegamos a un lago cuando me doy cuenta de la verdadera belleza de lo simple, el como un terreno tan pequeño puede albergar una belleza como esta. Y sin duda, estoy agradecida por ello.

— Esto es increíble, Pablo.

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"princesa a la fuga"
@luciaguado

— Es uno de los lugares a los que mis abuelos nos solían traer a Aurora y a mi.

— Es precioso.

— No podemos quedarnos mucho tiempo, va anochecer y deberíamos irnos antes de algún oso nos coma.

Río y asiento para después seguirle. Como a dicho Pablo la noche nos visita a casi cuando estamos volviendo a la tienda de campaña. Gavi saca de su mochila dos bocadillos y una botella de agua.

Ambos nos sentamos mirando a las estrellas que se pueden ver perfectamente debido a que no hay ninguna luz que las contamine, a pesar de que llevo abrigo, el frío de la noche hace que empiece a temblar. Pablo me mira y coge si chaqueta y me la pone por encima de los hombros. No sabía lo mucho que echaba de menos ese olor, su olor.

— Cuando me siento solo miro a las estrellas, me hacen sentir acompañado.

— Yo cada vez que las miro veo los ojos marrones de mi padre, su sonrisa, sus bromas, su amor por el fútbol y todo lo que me ha enseñado para ser la chica que soy a día de hoy. - digo esto acercándome un poco más a él.

— Soy fiel creyente de que las estrellas nos conectan con la gente que ya no esta con nosotros.

— Yo también lo creo, Pablo.

Y esa noche miramos las estrellas una vez más al igual que aquella noche mágica en Sevilla, aunque ahora éramos personas muy diferentes con propósitos diferentes. La vida da mil vueltas y tienes que ser capaz de sintonizarte con sus frecuencias para poder avanzar.

Eso, os buscar tu propio rumbo en un mar de ruido.

Capítulo un poco largo, sinceramente solo puedo decir que estoy desolada, el Real Valladolid es de segunda, asi que la temporada que viene voy a ser la primera en animar en Zorrilla por esta temporada, por el escudo, por Delibes y por Toni, que me hizo amar a este equipo.

No volveréis a saber de mi en un tiempo, estaré de vuelta para mi cumpleaños el 22 de junio, cuidaros mucho. 🤍