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dieciocho

Esa noche Pablo me pidió dormir conmigo, una última noche antes de volver a nuestros respectivos hogares.

Abro la puerta de mi habitación, Gavi me sigue en silencio, ninguno ha dicho algo desde el final del partido. Me siento en la cama y lo único que se siente es...vacío.

Noto un poco de peso en mi hombro, Pablo apoya su cabeza en el mientras tiene los ojos cerrados, se que esta intentado calmarse, se que su cabeza está dando mil vueltas a las jugadas y pases que pudo haber hecho en el partido.

— Calmate, terremoto, lo hiciste lo mejor que pudiste.

— Pero, no fue suficiente, nos vamos a casa.

— ¿Y todo lo que hemos hecho para llegar hasta aquí? Nos vamos a casa si, pero, todo el camino que hemos recorrido ha valido la pena, Pablo, has jugado y marcado un gol en un mundial, no todos pueden conseguir eso.

— Le prometí a Pedri que llegaríamos más lejos, por pos dos, y a mi no me gusta incumplir una promesa.

Acaricio su cabeza y le sonrío, el me mira y parece que se calma un poco.

— Os queda una vida por delante llena de fútbol juntos, ya habrá más premios que ganar e internacionales que disputar, ahora céntrate en lo que eres.

Pablo me sonríe y restriega su nariz por mi cuello a modo de caricia. Yo río y le aparto para poder mirarle a los ojos.

— Me gustaría que vinieses unos días a Sevilla.

— ¿Ir a Sevilla? ¿Tú estás seguro?

— ¿Porqué no? Te quedarías en casa, conocerías a mi familia, y si quieres podríamos ir a ver a tu hermano jugar contra el Sevilla.

— Me lo pensaré, quiero ir a Valladolid unos días.

— Claro, lo que tú quieras, yo voy a estar allí esperándote.

Me tumbo mirando al techo, todavía sigo pensando en todo lo que ha sucedido hoy, en las emociones del partido, la desilusión que seguramente ha llenado los corazones de los aficionados. Pero, sobre todo la decepción que he podido ver en los ojos de Pedri.

Gavi lo ha llevado más o menos bien, o eso es lo que quiere que piense.

Si de algo me he dado cuenta desde que conozco a ambos es que Pablo es mucho menos sensible que el canario, Pedri es vulnerable a la hora de afrontar situaciones que son de mayor peso mental. Y en cierto modo me recuerda a mi en las pocas veces que algo me ha afectado poco, o todas las noches que estuve llorando mientras pensaba porque no era mejor.

Y mentiría si dijese que no echo de menos a la Lucía que era antes.

La que no se tenia que preocuparse de nada.

— ¿Que pasa por esa cabecita? - Pablo está tumbado a mi lado mirándome.

— Nada, tonterías.

— Sea lo que sea, está bien, cuanto menos lo pienses mejor.

Pablo acerca su frente y la junta con la mía, tiene los cerrados y su respiración es tranquila. Dejo un pequeño beso en sus labios y sonrío.

Gavi abre los ojos y me mira, sus ojos están brillando como las estrellas en una noche oscura.

Me devuelve el beso, pero este no es suave sino un poco más intenso, me giro en su dirección sin dejar de besarle. Gavi apoya una mano en mi cadera y yo dejo mis dos maños en su cuello.

Ambos nos separamos por falta de aire.

— Esta noche no pienso parar.

— Mi intención no es parar, Pablo. - digo mientras dejo pequeños besos por su cuello.

En la mirada de Pablo se puede ver la lujuria que esto crea, esa intensidad que tanto le caracteriza.

Gavi se abalanza sobre mi para juntar nuestros labios de nuevo, si antes creía que el beso era intenso ahora siento que Pablo está por comerme, la temperatura de la habitación aumenta con creces y yo le hago quitarse la camiseta.

No voy a describir lo que veo porque no le haría justicia, siempre no es la primera vez que le veo sin camiseta, pero, dios mío.

— No es justo, yo también quiero verte.

— Pero, si ya me has visto antes.

— ¿Y? Lo bonito es para mirarlo más de una vez.

Acto seguido me quita la camiseta, quedándome en sujetador, se toma su tiempo en mirarme, como si fuese la primera vez. Yo me quito el sujetador y su cara cambia por completo, parece un depredador acechando a su presa. Se acerca poco a poco, primero empieza besando mis labios para ir bajando poco a poco por mi cuello, recorre todo mi torso hasta llegar a mi ombligo, no puedo evitar soltar un jadeo.

Pablo agarra mis pantalones y me los quita suavemente para después hacer lo mismo con los suyos.

Mis mejillas arden debido al calor que provoca el tener su cuerpo tan cerca del mío.

En un abrir y cerrar de ojos me subo encima de él, dirijo mi mirada a su cuello, empiezo acariciandolo con los labios para después subir de intensidad.

— Como sigas así, voy a acabar volviéndome loco, déjame hacerlo ya.

— ¿Y si no quiero? - respondo burlona.

— Entonces terminaré por perder la cordura y no te lo pediré tan amablemente.

Me muerdo el labio y sonrío. Bajo mi mano hasta sus bóxers, siento como Pablo se encoge ante el tacto de mi mano. Cojo un condon y se lo doy.

Gavi me levanta como si fuese una pluma y se pone el condon para después colocarse encima de mi. Me dedica una mirada de permiso antes de empezar a lo que yo asiento.

Sus movimientos son suaves, como si estuviese dándome caricias, él toma mi mano mientras aumenta la rapidez de sus movimientos. Yo le pido más, como si estuviese ansiosa.

— Di mi nombre, gímelo y te daré lo que quieras, Lucía.

— Más rápido, Pablo, por favor.

Gavi me sonríe y deja un pequeño beso en mis labios, acto seguido empieza a mover su cadera más y más rápido haciendo que yo esté cada vez más excitada.

Siento todo mi cuerpo temblar, el placer inunda todo mi ser, por primera vez miro a Pablo a la cara, está sonriendo y siento que un poco de su felicidad se pega a mi.

Ambos estamos a punto del éxtasis y es con un último movimiento de cadera que ambos estallamos de placer.

Pablo se tumba a mi lado sin dejar de mirarme.

— Eres la más bonita en este planeta.

Dicho eso deja un besito en la punta de mi nariz y rodea mi cadera con su brazo.

Esa noche no follamos tras un partido duro sino que hicimos el amor, puede parecer una tontería, pero para mi significa mucho.





















Tengo sentimientos encontrados con este capítulo, tengo cero idea de describir estas cosas sin que suene lo más brusco posible.

Espero que os haya gustado.

*Se va muerta de la vergüenza hasta su rincón más oscuro 💀*

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