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LAS HERMANAS DE LA BARRERA DESDE SIEMPRE ERAN TAN OPUESTAS como el sol y la luna, Bianca era como un torbellino, ese viento rebelde y revolucionario, pero Alessia... Alessia era el sol mañanero, cálido y discreto, elegante y silencioso... y ahí estaban, ambas mellizas frente a sus abuelas para la navidad, con apenas 7 años.

—Entonces... ¿qué historia nos ibas a contar, mami?

—Sobre Cúpido.

—¿La guagua guatona del pañal?—Bianca soltó graciosa— ¿esa guagua?

—No es una guagua guatona Bichi, es Cúpido—Alessia le corrigió a su hermana melliza mientras negaba con su pequeña cabecita— es quién nos da novios

—¿Novios?, ¡iugh!—hizo una mueca de asco graciosa.

La mujer mayor soltó una risita, Alessia era simplemente la jovencita más dulce que había conocido en sus 70 años de vida, con esa inocencia curiosa sobre las historias que podía escuchar y sobre todo, sobre el amor... la pequeña era una enamorada de la idea del amor y bueno, había nacido el 14 de febrero... era una hija innata de Cúpido, la "guagua guatona del pañal" o más bien, quién nos emparejaba con nuestra otra mitad.

—Bueno, hay muchas historias sobre quién es y que ha hecho...

—¿Puedes contarnos, mami?—Alessia miró a su abuela con ilusión.

—Claro que si, Lessia...

La pequeña se acomodó en el sofá, poniendo sus manitas para sujetar sus mejillas y mirar a su abuela a comparación de Bianca, quien  simplemente se dedicó a hacer caras raras.

—Bueno, todo comenzó hace muchos muchos años... en un pequeño pueblito en las nubes—comenzó a narrar la mujer.

—¿Nubes?

—¿En el cielo?

—Sí, ¿pueden creerlo?

—¡Si!

La mujer soltó una risa.

—¿Y qué paso?

—Bueno, un niñito estaba muy aburrido y solo... se llamaba Cúpido.

—¿La guagua?

—La misma, pero... realmente es un chiquillo muy muy apuesto—la mujer sonrió— él tenía una misión.

—¿Misión?—Bianca preguntó con una ceja en alto— ¿cómo un espía?

—¿Espía?, yo creo que es más como...  ninja—Alessia corrigió a su melliza.

—Sí, era un espía del amor... un ninja que se encargaba de espiar a las personas y animalitos de este mundo—siguió la mujer— su misión era que todos fueran felices y eso significaba que...

—¿Les tenía que dar chocolate?—Bianca preguntó curiosa— a mí me hace muy feliz el chocolate.

—¡Deja que la abuela cuente su historia Bichi!—Alessia se quejó— siempre interrumpes a la Mami cuando nos cuenta cosas.

La mujer soltó una risa— no te preocupes Lessia, pero como iba diciendo... Cúpido tenía una misión y era hacerlos a todos felices—siguió con su historia— y era: emparejarlos con su otra mitad.                                                                                                                                                                                          

—¿Otra mitad?

—Sí, lo que podemos llamar "amor verdadero" o "alma gemela"—La otra abuela habló entrometiéndose en el relato— pero solo son cuento para entretenerles a ustedes los niños, honestamente eso no existe.

Sin embargo, mientras ambas mujeres comenzaban a discutir sobre lo real o no de Cúpido —siendo ambas mujeres con experiencias a lo largo de sus vidas—, Alessia se aferró a la idea del amor verdadero y de las almas gemelas desde que era una niña, era una innata hija de Cúpido al haber nacido el 14 de Febrero después de todo...                                                                                                                 

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