
CAPÍTULO 3 - VIAJE
Me encontraba un cuarto.
Todo estaba claro, el ambiente era acogedor.
Caminé hasta la puerta y la abrí, no sabía dónde me encontraba.
Busqué una señal de vida pero nada, creo que estoy solo yo aquí.
A pesar de que el clima está caliente, afuera podía escuchar el diluvio que hacia, miré por una ventana, todo era gris, los rayos iban y venían los truenos por igual.
En eso volteó y observó a una niña, tenía un vestido blanco, cabello ondulado y largo, el color era bellísimo como oro, los ojos de esa criatura eran impactantes, un violeta encantador. Ella me observaba con atención, su rostro dibujaba una sonrisa.
- ¿Quién eres?. Pregunté mientras me acercaba
- Aura, tú protectora.
Y desperté.
No me dio tiempo de preguntar más nada.
¿Aura es una niña?
- Buenos días.
La voz chillona de la Sra. Wagner era irritante, o por lo menos a estas horas.
- Buenos días. Me levanté
Después de lo ocurrido hace esa noche, me dispuse a comer a la hora y tomar unos calmantes.
- ¿Cómo amaneces?. A veces pareciera que le pasará algo a esa señora, su sonrisa nunca sale de su cara.
- Bien, gracias. Mi simpleza era algo habitual.
- Hoy quiero que vayamos a Paradise - Ella esperaba por mi respuesta, pero yo solo pensaba en lo que eso significaba - ¿Te gustaría?
- ¿Paradise?. Dije extrañada nunca había oído de ese sitio.
Ella no se veía sorprendida, aunque si decepcionada.
- Sí, ya es hora de que lo veas, alístate.
Luego de eso, se fue, no dijo más.
Me dispuse a acomodarme, me bañe para luego ponerme unos shorts de jeans de corte alto, una camisa negra y una zapatillas del mismo color, acomode mi cabello lo dejaría suelto, busqué un bolso pequeño donde metí lo esencial, dinero, celular, tarjetas, identificación y los famosos calmantes, dude en maquillarme pero sabía que si no lo hacía me regañarían, vivir así era horrible, busqué unos lentes de sol y bajé.
Al parecer ellos ya estaban listos, solo salude con la mano, sin mirar a nadie en específico para poder irnos, en el camino era más que incómodo, por más que intentaran llevarse bien conmigo no podían, tal vez no era por ellos si no por mí, mis padres desde niña me hicieron ver con diferentes ojos a esta familia, no sé porqué pero es así.
Siempre los veía como aquellas personas ajenas que no hacían mas que existir, y esto era algo sumamente nuevo, hasta impactante. Y no solo basta con estar en su casa, ahora hacemos viajes "familiares".
- ¿Quieren hacer una parada?. Preguntó la Sra. Wagner, Adele respondió que sí, por lo cual me encontraba ahora esperando a fuera del baño a que saliera.
No podía dejarla ir sola, y no quería quedarme ahí con ellos.
Trato de verme cómo si nada me importará pero por dentro, solo puedo contar las tristezas que se aglomeran, no puedo hablar porque el silencio es mucho más fuerte, y aunque tengo ganas de hablar no quien me escuche, o por lo menos alguien que yo quisiera.
Es loco pero hasta se podría decir que aunque quisiera bailar no tendría quien me viera, trato de buscar algo que hacer, entonces me dan ganas de ejercitarme, pero sé que no me apoyarían, o al menos como quisiera. A veces, no se si logro explicar lo que siento, por eso me quedo con mi cara seria llena de incertidumbres.
Esto es como un mapa sin indicio, por eso cuando digo el silencio es mucho más fuerte, es porque es asi, es mas fuerte que mil palabras dichas. Tener con quién contar no es una dicha compartida actualmente, todos mis conocidos y esos que llamo amigos, están detrás de ver que hago mal. Sentirme feliz es algo que quiero, y sé que no es un sentimiento que todos sienten, pero quisiera tenerla aunque sea por un rato, quiero sentir esa ayuda, pero como no es común y más en estos momentos, callar es la manera de suprimir lo que siento, por eso sólo me muevo cómo lo que tanto odie, no quiero callar pero si habló no sé qué pasará, quiero ser libre, quiero que mis pensamientos se den a conocer, quiero bailar y que me noten, quiero ser activa y que me apoyen. Es una pena que todos tengamos los mismos problemas y los callamos, esas circunstancias que nos separan de una similitud es poca, todos hemos sentido dolor, es una pena que critiquemos y no seamos autocríticos, es una pena que actuemos y no tengamos motivos.
Estos pensamientos son tantos que no creo que aguante, se que en un punto explotaré y mandaré todo a la mismísima mierda, pero por los momentos solo queda ser el maniquí que todos miran pero que nadie puede tocar.
Solo resta llegar a ese lugar para ver que quiere hacer ahora la que se encarga de mi custodia, dentro de poco empezaré clases y solo espero no tener una sorpresa escandalosa a mi favor.
- ¿Estas bien?. Miré a la copia del Sr. Wagner, con la diferencia del color de cabello.
- ¿Por qué lo dices?. Cuestioné
- Te llevó hablando dos minutos y solo mirabas un punto fijo. Solo alcé mis cejas en forma de sorpresa
- Sí, estoy bien ¿Nos vamos?
- Claro.
Ella y yo no hablamos mucho, o mejor dicho no hablamos de nada, solo lo esencial, que es lo único que me importa. por eso prefiero estar a solas con ella.
Esos sueños que he tenido últimamente son horribles, aunque el de esta mañana tuvo una parte buena, creo.
Me monté en el vehículo para ver a un Nathcar y Magnus molestos, no sabia que habían venido con nosotros, debo prestar más atención en lo que me rodea.
Rebusque mi celular en el bolso, eso me hizo recordar las cosas que me lleve de mi casa, entre las pocas cosas que pude sacar, logré traerme el libro fantasioso de mi madre, en uno de los sueños lo vi, pero no tengo la llave o la pieza que se incrusta en el medio de ese cuero viejo y delicado, traté con muchas cosas pero no lograba abrirlo.
- ¿Tienes 17 años, cierto?. Miré al señor Wagner.
- Sí.
- ¿Dónde naciste?.
Si ese era su método para conocerme era tonto, ser el detective no siempre es bueno, y esas preguntas son muy malas, el sabe de mí. eso es obvio.
- Edimburgo, Rusia. Contesté con aburrimiento.
- ¿Rusia?
Creo que esto es una mala escena de policías, pero es una excusa super mala para entablar una conversación un poco mas ¿Intima?
- Mis padres estaban de vacaciones y no vieron venir mi nacimiento allá, supuestamente tenían todo listo aquí en Londres, pero cosas del destino supongo.
- Bien, ¿En qué mes naciste?.
- Diciembre. Alcé una ceja en forma de fastidio
- ¿Color favorito?
- Verde.
- ¿Tus abuelos?
- Muertos.
Eso me había dicho mi madre, aunque no recuerdo a verlos conocido.
- ¿Ojos violetas?
- Aura. Dije sin pensarlo, hubo un silencio corto.
- ¿Ya la conociste?
La mirada de todos era ¿Cómoda?
- No.
Había un rubor ligero en mis mejillas, lo sentía.
- ¿Cómo sabes su color de ojos?
- ¿A que quiere llegar con este interrogatorio?
- ¿Sabes que es Paradise?
- Esto no funciona así. Dije firme
No habló más, simplemente condujo ignorando mis miradas.
Luego de unos diez minutos llegamos a un bosque, nos estacionamos delante de una roca grande.
Me bajé junto todos, ellos hicieron un circulo mientras me observaban.
- ¿No te unirás?. Magnus habló esta vez.
- ¿Para qué?. Estaba confundida
- Nunca te dijeron nada por lo que veo.
La Sra. Wagner me observada con cierta empatía que no comprendía.
- Cerca de Edimburgo, Rusia, donde naciste se encuentra la entrada principal a Phornes el mundo transversal regido por criaturas poderosas las cuales dieron vida a cierta cantidad de Thersos, Fortinos, Praclots y Brendas.
El hablaba como si yo entendiera sobre eso, lo peor no era estar en el limbo de la conversación, sino el simple hecho de ficción que tenia esto.
Entonces me acorde de el libro.
- ¿Forest Peins?. Lo interrumpí para nombrar el libro que hurte.
- ¿Sabes de la profecía?.
- No, es un libro que se me vino a la mente.
- ¿Lo leíste?
- No, solo me sé el título.
- Léelo, hay están varias de tus dudas.
- No tengo la pieza faltante.
- Es el libro de tu madre ¿Cierto?. La Sra. Wagner, siempre tan asertiva.
- La pieza hasta donde recuerdo es el collar acomodado en forma de estrella, tú madre al escribir ese libro rompió una regla, pero le sirvió para darnos la libertad que ustedes tienen ahora, no esta bien que lo hayas robado, aunque entiendo tú situación y pensamientos en esos momentos.
- Tú padre era el más terco de los seis - Se rió el Sr. Wagner - Pero tenia un gran talento para resolver los problemas y diferencias que tenemos aún todos.
Me sorprendía saber que mis padres y ellos eran amigos.
- Creí que ustedes eran enemigos. No tenía una palabra menos precisa para describirlo.
- Al entrar en la tierra no podíamos ser amigos, tenemos un acta sellada con sangre hasta de Aura, en donde se estipula la enemistad en mundos adversos al nuestro.
Ahora no era un limbo, era un hoyo, un hoyo sin fondo.
- ¿Por qué nunca supe de esto y ellos si?. Señalé a sus hijos
- Al llegar aquí Patrick el verdadero padre de Nathcar tuvo la mala suerte de enamorarse de una mundana...
- Richard - Advirtió la Sra. Wagner.
- Sabes que eso lo condenó - Expreso este tocándose las cienes - Pero deja que le parafrasee la historia, en el libro sale mejor la versión - Me observo con mas énfasis - Tú madre captaba bien los sentimientos eso hizo que fuera la elegida por nosotros para hacer el libro - Estaba abatida con esta información tan surreal - En fin ese romance no podía ser, y de eso surgió un hijo llamado Paul, Aura molesta por su acción lo desterró de la Tierra, lo llevó nuevamente a Phornes donde lo obligó a casarse con Beatriz una Brendas, donde fue concebida Adele y Nathcar mellizos.
Al parecer no era la única que estaba afligida de tanta información, los mellizos se veían molestos y sobre todo tristes.
- Freddy, un buen amigo de Patrick, o sea yo, tuve la osadía de sacarlos de ese lugar, fueron muchas trampas para que ellos no les pasara nada, una de las razones fue que si crecían ahí no tendrían libertad y serian soldados de Ghunter- Mi expresión lo dijo todo, entonces aclaró - Es un mounstro temido por muchos o casi todos - Hizo una pausa para recordar algo pero no lo dijo -Roxana mi esposa me ayudó a criar a los mellizos, y así lo hemos hecho, son como nuestros propios hijos, alguien tenia que pagar, lo que hice es fraude y mas que eso es deslealtad, entonces, un fiel amigo mío, Karl, se hizo pasar por mí "El traidor", su condena fue vivir en el olvido que para nosotros es la caja de morfina - Su voz se detuvo en un "algo más" que no tuvo lugar - Como veras es una larga historia entre mas rápido leas el libro mejor para ti, mi dicha no es explicar y Roxana no puede, seria vetada del honor de estar aquí, con esto quiero decir que llegamos a un acuerdo en donde ustedes crecieran como personas en cierto punto "normales", de donde somos solo hay guerras, rivalidad, odio, muy rara vez paz y armonía, sabíamos que a sus 17 años, que es la edad de madurez en donde se desarrollan sus cualidades y poder, el cual no puede ser controlado aquí en la Tierra, teniamos ue reunirnos, y eso hicimos, creo que ese dia pso algo que no debia dejando abierta la puerta a este mundo, la muerte de tus padres - Me observó - Es la dinamita a que nuestro acuerdo fue fraccionado, y lo peor no sabemos por quien.
- ¿Qué haremos en Paradise?. Miré a Adele
- Buscar respuestas, vámonos, alguien se acerca. Miré a la Sra. Wagner.
- Tengo la habilidad de leer los pensamientos o descifrarlos, aunque contigo no es el caso por ser mitad Fortinos y Praclots.
- Será mejor que lea ese libro. Dije ante tanto albedrío de palabras.
- Leamos querrás decir. Dijo Nathcar, era la primera vez que me dirigía la palabra desde el incidente en la cocina.
- ¡Círculo ya!.
Gritó algo exasperada.
Dicho esto, formamos el círculo, el señor Wagner y su esposa dijeron unas palabras que no entendí para que luego algo nos cubriera como un mantra se puso de unos colores hermosos, sentí una brisa para luego ver algo que no esperaba.
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