▬▬▬▬▬ xxi. epilogue
EPILOGUE
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ʙᴀʙʏ, ᴡᴇ ʙᴜɪʟᴛ ᴛʜɪs ʜᴏᴜsᴇ ᴏɴ ᴍᴇᴍᴏʀɪᴇs
ᴛᴀᴋᴇ ᴍʏ ᴘɪᴄᴛᴜʀᴇ ɴᴏᴡ, sʜᴀᴋᴇ ɪᴛ 'ᴛɪʟ ʏᴏᴜ sᴇᴇ ɪᴛ
ᴀɴᴅ ᴡʜᴇɴ ʏᴏᴜʀ ғᴀɴᴛᴀsɪᴇs ʙᴇᴄᴏᴍᴇ ʏᴏᴜʀ ʟᴇɢᴀᴄʏ
ᴘʀᴏᴍɪsᴇ ᴍᴇ ᴀ ᴘʟᴀᴄᴇ ɪɴ ʏᴏᴜʀ ʜᴏᴜsᴇ ᴏғ ᴍᴇᴍᴏʀɪᴇs
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Brooklyn, Nueva York.
Estados Unidos de América
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Cinco años y tropecientas batallas después...
Desde la ventana de una de las casas ubicadas en los suburbios menos concurridos de Nueva York, se podía ver el interior de una cocina pulcramente organizada.
Los primeros compases de In the mood sonaban desde la pequeña radio sobre la encimera, haciendo del ambiente más ameno, mientras que Wanda se colocaba el delantal y comenzaba a batir la mezcla dentro del tazón que había dejado sobre la mesa.
Aún enfundada en sus pantalones de pijama, empezó a moverse al ritmo de la música, y cuando la banda tocó su parte favorita, dio un giro y el contenido casi se le desborda de no ser porque su magia logró regresarlo al interior del vol.
Sin querer, sus pies terminaron enredándose con un juguete de los miles que se encontraban esparcidos por el piso, lo que la hizo ahogar un grito y llevarse una mano al pecho debido al susto.
Poco más y casi se lanza la mezcla de la tarta encima.
━Uff, por poco ━exhaló, y sus ojos se fijaron en el desorden que estaba hecho el salón. Más tarde sería ella quien tendría que recogerlo todo.
De pronto, dos pequeños remolinos con cabellera rubia pasaron por su lado a toda velocidad. Provocando que el tazón casi se le cayera de las manos.
━¡Niñas! ━las regañó, viendo como las gemelas se detenían junto a ella y la miraban con sus grandes ojos verdes muy abiertos.
━Mamita ¿Podemos tomar helado para desayunar? ━preguntó Betty en tono suplicante, siendo secundada por su hermana:
━¡Por favooor!
La mayor entornó los ojos.
Stephanie y Beatrice Barnes podían lucir como lo más tierno del mundo a primera vista, pero cuando se lo proponían, se transformaban en unos verdaderos diablillos.
━Ya os lo he dicho, nada de azúcares para desayunar.
━Pero...
━No me conviertan en la villana vosotras dos ━las giró y les dio un empujoncito━ Andando, vayan a cepillarse los dientes para que me ayuden a terminar el pastel.
Entre risitas traviesas, las dos niñas echaron a correr escaleras arriba y Wanda las observó desde su lugar con una sonrisa pintada en el rostro.
Ambas fueron un torbellino en su vida desde la primera vez que las sintió moviéndose en su interior, e incluso en ese primer momento, supo que las amaría como a nada en el mundo. Lo que confirmó el día que las pusieron en su pecho, con sus caritas arrugadas y sonrosadas, llorando a todo pulmón.
No imaginó que tras tantos meses de espera, el dolor del parto vendría acompañado de tanta felicidad. Sin embargo, nada la había preparado para la ardua tarea que sería ser madre a tiempo completo en la vida real. Porque mientras las amas de casa lucían tan frescas como una gota de agua en los programas de televisión, a ella parecía que le hubiese pasado una podadora de césped por encima al final del día.
Pero no se arrepentía de nada. Los pequeños momentos que pasaba a su lado daban prueba de ello, como en ese, cuando las tres estaban en la cocina preparando el pastel de chocolate, moviéndose juntas al ritmo de Uptown Girl de Billy Joel.
De vez en cuando Wanda dejaba lo que estaba haciendo para tomarlas por las manitas y darles una vuelta mientras saltaban por toda la cocina, riendo y divirtiéndose como solo ellas sabían.
━¿Dónde se han metido mis muñecas? ━escucharon que preguntaba una voz masculina.
James Barnes estaba parado del otro lado del umbral de la cocina. Tenía el pelo más largo que años atrás, y el abrigo oscuro y los guantes ocultaban su brazo de metal. Había una sonrisa en su rostro cuando las vio, la cual se agrandó muchísimo más ante la expresión de sorpresa que adoptaron las gemelas
━¡Papá! ¡Estás en casa! ━gritaron al unísono mientras corrían por el pasillo hasta Bucky.
Él dejó que la bolsa de lona que llevaba se deslizara de su hombro y se arrodilló, abriendo los brazos cuando Stephanie y Beatrice chocaron contra él, rodeándole el cuello con sus bracitos.
━¡Te estuvimos esperando por décadas!
━¡Mamá te preparó un pastel de chocolate!
━¡Y nosotras ayudamos!
Liberando una risa graciosa, el sargento besó la sien de cada una y luego miró a su esposa, quien parecía estar esperando su turno junto a la mesa.
Ambos mostraron una sonrisa coqueta cuando él se fue acercando lentamente, tomando el rostro de su esposa entre sus manos para besarla pausadamente. Una mueca de asco apareció en la cara de sus hijas, y James se rió de esto como cada vez que pasaba.
━¿Saben qué? Os tengo una sorpresa ━anunció.
━¿¡Qué es!?
De repente, alguien saltó desde atrás, y ambas gritaron cuando Sam Wilson, aún en su traje de Capitán América, las sorprendió abriendo sus brazos como si quisiera asustarlas.
━¡Tío Sam!
━¡Carambolas rubias!
En un rápido movimiento, el moreno las sujetó y les hizo cosquillas bajo la mirada divertida de la pareja. Luego las alzó como si pesaran menos que una almohada, jugando con Betty bajo un brazo y Steph colgada del hombro opuesto, ambas gritando de alegría, como si fuera un juego familiar. Luego volvió a dejarlas en el suelo de la sala de estar y les habló, pero Wanda ya no escuchaba. Estaba más concentrada en permanecer entre los brazos de su esposo, reposando su cabeza contra su pecho como si esto compensara todos los días que pasaron alejados por su trabajo.
━¿Por cuántos días te quedarás?
━Tiempo indefinido ━respondió, pasando un mechón rebelde que se le había escapado detrás de su oreja━ Así que podremos hacer algo juntos este fin de semana, como una familia normal. Estaba pensando incluso en ir a acampar ¿Qué dices?
━Uhh... ━ella puso los labios en forma de O, impresionada━ Eso suena muuuy bien. Pero por lo pronto solo pido una mañana de sueño. Eso es todo.
━Tus deseos son órdenes para mí.
Ambos intercambiaron otro beso, esta vez más duradero, y pronto se escucharon las protestas de su compañero desde la sala de estar.
━Oigan, si no les molesta, hay niñas presentes ━dijo desde su sitio en el sofá.
━¿Vas a quedarte a cenar? ━preguntó Wanda con una sonrisa.
━Si me aceptan, claro que sí.
━Como si fuera la primera vez que recibes la misma invitación, Wilson.
━Y así podrás jugar con nosotras, tío Sam ━Beatrice sacudió su brazo como si fuera un sonajero, pero esto al mayor no le importó. Al contrario, correspondió con igual emoción para complacer a las niñas.
━¿Tomaremos té con la reina otra vez?
━¡Yo quiero lanzar el escudo! ━saltó Stephanie sobre su hombro, lo que provocó que sus padres intercambiaran miradas horrorizados.
━¡De eso ni hablar!
Como cada fin de semana en el que no se veía saturado por sus deberes de Capitán América, Sam pasó el día entero en la residencia de los Barnes, intercambiando charlas con Wanda y jugando con sus sobrinas hasta que llegaba el anocher. Ese día se fue incluso más temprano, pues tenía una cita con una chica misteriosa con la que se había reencontrado semanas antes y no quería llegar tarde por nada en el mundo.
A sus amigos aún le resultaba muy extraño esto, pero lo dejaron pasar con la seguridad de que tarde o temprano les acabaría contando.
Luego de la cena, Bucky ayudó a Wanda a fregar los platos sucios en lo que las niñas jugaban con sus muñecas en la sala de estar. Ambos estaban guardando la vajilla cuando ella se atrevió a darle una noticia que llevaba tiempo queriendo comentarle:
━¿Sabes? Recibí una llamada hace unos días del Instituto ━murmuró━ Necesitan nuevos profesores ahora que han llegado más estudiantes y Ororo quería saber si estaba interesada.
Esto hizo que su esposo dejara de lado su tarea para acercarse a ella:
━¿Aceptaste?
━Dije que lo pensaría.
━Cariño, eso es increíble ━exclamó━ Es una buena oportunidad para enseñarles a esos chicos lo que sabes.
━Pero ¿Y qué hay de las niñas? ━argulló la sokoviana, escondiendo las manos en los bolsillos de su pantalón.
━El año que viene comienzan la escuela, no creo que Ororo se niegue a inscribirlas ━al notar que todavía se encontraba insegura, Bucky la abrazó desde atrás y apoyó el mentón en su hombro━Solo tómate tu tiempo para pensarlo bien. Podemos hablar de eso luego ¿Vale?
Con una sonrisa cansina, Wanda asintió y dejó que un suspiro escapara por sus labios mientras cerraba los ojos. Quizás podría considerar la sugerencia de Ororo. Después de todo, no iba a negarse a sí misma que deseaba enseñar a esos jóvenes, pero por otro lado tenía responsabilidades allí que no estaba dispuesta a dejar de lado.
Quizás solo necesitaba hacer lo que le decía, pensarlo con más calma.
━¡Mamá! ━se oyó un grito desde el salón.
━¿Niñas?
Ambos padres intercambiaron miradas de preocupación y fueron corriendo hasta el pasillo donde encontraron a las gemelas tomadas de la mano y mirando temerosas hacia la puerta de entrada.
Esta estaba abierta, revelando la figura de un hombre que llevaba un traje azul, acompañado de una capa que parecía moverse por sí sola aún sin la acción del viento.
━Stephen ━las manos de Wanda estrecharon a sus hijas contra sí, al tiempo que James se colocaba delante de ellas.
El hechicero alzó el semblante, y la claridad de la noche proyectó su sombra sobre la superficie de la alfombra.
━Wanda ━dijo, correspondiendo a su saludo━ ¿Puedo pasar?
Tras unos segundos sin poder reaccionar, la sokoviana asintió.
━¿Qué estás haciendo aquí?
━Podría preguntarte lo mismo, pero no vine para discutir sobre eso ━dijo, pasando al interior y deteniéndose delante de la adorable familia━ Necesitamos hablar. Es importante.
Un molesto nudo empezó a formarse en la garganta de Wanda cuando escuchó esto último, suponiendo por la expresión de Strange que no debía ser nada bueno.
━Vale ━dijo con el tono más sereno que pudo. Se volteó hacia su marido y le hizo una seña hacia las escaleras━ Cariño ¿Te importaría llevar a las gemelas a su habitación?
Al principio, Bucky le dedicó una mirada renuente. No estaba dispuesto a dejarla sola con el hechicero sabiendo que este podría venir a rendir cuentas después de lo que había sucedido hace cinco años y el Multiverso. Pero tras ver la mirada severa que Wanda le dedicó supo que ella no quería a sus pequeñas allí mientras hablaban. Así que resopló, vencido. Ya luego conversarían sobre eso.
Antes de subir las escaleras, el sargento se detuvo un momento con sus ojos amenazantes fijos en Strange.
━Solo para aclarar, estas... ━señaló a las gemelas━ Estas sí son reales.
El hechicero le regaló un asentimiento, curvando los labios un poco como para aclarar que venía en son de paz, así que no tenía por qué preocuparse. Pero aún así esto no fue suficiente para despreocuparlo.
En lo que las niñas se preparaban para ir a dormir, Bucky trató de escuchar la conversación. Sabiendo que estaban hablando, pero no sobre qué exactamente. Sus voces desde aquella distancia eran confusas, por lo que lo único que sí alcanzó a escuchar fue el sonido de la puerta al cerrarse, y cuando Wanda apareció en la habitación sin ninguna sombra en el rostro que pudiera delatarla, él la miró extrañado.
Esta solo hizo un gesto con la mano, y luego fue hacia las camas para arropar a sus pequeñas.
━Mamá... ━susurró Beatrice somnolienta.
━¿Sí, cariño?
━¿El hombre de la capa roja vino a llevarte con él?
Las facciones de Wanda se ablandaron ante esto. El miedo de la pérdida que ella había sentido una vez ahora se veía reflejado en los ojitos de su hija.
━Claro que no, linda ━aseguró en respuesta, paseando su vista de una a la otra━ Somos una familia ¿No es así? Nada en el mundo puede realmente separarnos.
Tras esto, volvió a darle un beso en la mejilla a cada una, acción que James copió de igual forma. Se despidieron en el umbral de la puerta, y antes de poder apagar la luz, Wanda las llamó.
━Niñas...
Tanto Beatrice como Stephanie se acomodaron sobre las almohadas para prestarle atención, con sus miradas rebosantes de curiosidad, y por un instante, fue como si el mundo entero se concentrara solo en ellas dos.
━Solo quería decirles que me siento muy orgullosa de ser vuestra madre...
A pesar de que amaba escuchar ese tipo de palabras por parte de su esposa hacia sus hijas, el sargento no podía evitar pensar en la manera que las había dicho y cómo esta parecía ser más una despedida que un simple buenas noches.
━¿Estás segura que la visita de Strange no significó nada grave? ━preguntó una vez llegaron al dormitorio.
La castaña se volteó delante del espejo luego de pasar el peine sobre su cabello. Estaba exhausta, pero a sus ojos no dejaba de lucir hermosa.
━Tranquilo. Solo quería asegurarse de que no volveré a perder el control.
Se acercó para poder besarlo, pero él la detuvo tomándola por los hombros.
━¿Qué no me estás contando, Wanda Barnes? ━cuestionó, mirándola con aire serio a los ojos.
Wanda le regaló una sonrisa tranquilizadora y se reclinó hacia él, envolviendo ambos brazos alrededor de su cintura. Después de todo por lo que ambos habían pasado, todo lo que ambos habían tenido que sobrevivir para llegar allí, siempre existía el temor en la mente de James de que había una amenaza al acecho, esperando para arrebatárselo todo. Ella lo sabía porque lo sentía también.
━Vamos a estar bien, James ━prometió. Su esposo no respondió con palabras, solo besó la parte superior de su cabeza.
Wanda movió la mano en un gesto familiar, y una nube de magia roja rodeó el tocadiscos que estaba contra la pared. Automáticamente, la voz de Andy Williams llenó la habitación.
━¿Me permites esta pieza? ━preguntó con una ceja elevada, y a Bucky le fue inevitable soltar una risita. Tomándola de la mano para rodear su cintura y comenzar bailar juntos.
Más tarde esa noche, cuando su familia y el resto de las personas en el vecindario dormían profundamente, la castaña salió de la casa a hurtadillas, procurando no hacer ningún ruido que pudiera despertarlos.
Resignada, se detuvo sobre el felpudo de la entrada y usó sus poderes para cambiar el camisón que traía puesto a su ropa de combate. Luego tomó una honda respiración y se elevó para alejarse de allí volando hasta el centro de Manhattan, al Santuario donde Stephen Strange la esperaba como habían acordado en secreto.
Cuando sus pies tocaron el suelo de nuevo, los hilos de energía escarlata desaparecieron y sus ojos volvieron a ser del mismo verde primavera de siempre.
━Estoy aquí. Tal como dije.
En ese momento, una joven de unos veinte años apareció detrás del hechicero, pero al ver a la ex vengadora su rostro se desfiguró en una expresión de terror que hizo que Wanda la reconociera casi al instante.
━Tranquila, América. No está aquí para hacerte daño ━advirtió el hombre, recibiendo una negación por parte de la jovencita que había cuidado como a una hija.
━Eso no lo sabes.
La castaña agachó la cabeza, suspirando porque sabía que lo merecía. Su miedo no era para menos.
━Cambié en los últimos años, América. Soy una persona completamente diferente a la que conociste ━articuló en voz baja, elevando el semblante después━ Pero aún así, espero algún día puedas perdonarme por todo el daño que te hice.
No esperaba que la apellidada Chávez le creyera a la primera, pero al menos, sus palabras lograron conformarla.
━Puedes abrir el portal, es seguro ━insistió Stephen, volteándose para darle una mirada de confirmación a Wanda, la cual ella correspondió con miedo.
Entonces, la muchacha de cabello oscuro hizo chocar sus puños con fuerza, y esta acción provocó que el ruido viajara a través de todos los rincones del Sancto Sanctorum. Acto seguido, dio un paso hacia atrás tomando fuerza, solo para culminar extendiendo una mano hacia delante, desde donde una chispa blanca surgió de la nada y acabó abriendo una puerta en forma de estrella hasta otro universo.
El corazón de la sokoviana latió fuertemente contra su pecho, azorado. No era la primera vez que sentía el miedo calando en sus huesos, pero aún así la sensación siempre terminaba poniéndola nerviosa.
━¿Quién es la persona que mandó a buscarme? ━preguntó cuando los tres cruzaron el portal, observando el lugar al que habían llegado con notable curiosidad.
Era el Instituto, de eso no tenía duda, pero lucía diferente. Más pobre y menos iluminado que el de su universo.
Strange apuntó hacia delante.
━Según lo que nos hizo saber, es familiar de tu variante en este otro universo ━la miró━ La variante que utilizaste para perseguirnos.
━¿Y qué es lo que quiere de mí?
━Eso aún no lo sabemos.
Wanda observó atentamente la figura de un hombre que les estaba dando la espalda. Con su cabello castaño claro entre cano, los hombros anchos que lo hacían lucir más alto que ella, con un porte similar al de un emperador.
━¿Quién es usted?
El desconocido no respondió a la primera, pero tal pareció ser que el sonido de su voz logró causar estragos en su persona. Porque en el momento que se volteó, clavando sus ojos grises en ella, Wanda tuvo la extraña sensación de que esa mirada le resultaba inexplicablemente conocida.
━Mi nombre es Magneto.
AAAAAAAHHHHHHH!! Esta es la parte en la que todos ustedes me lanzan huevazos y yo me sigo riendo por ver el mundo arder.
Inserte tema principal de Magneto*
Debbie:
Jajajaja pero no, en serio, tenía planeado este final desde hacía mucho tiempo y no podía esperar a saber sus reacciones.
¿Qué les pareció?
¿Les gustó?
Igualmente no podía despedirme de esta historia sin dar muchísimas gracias a todos los lectores que se mantuvieron fieles hasta el mismo final. No podría haber culminado Phoenix sin su apoyo. Y también a esas personas que leyeron todas y cada una de mis ideas, brindándome su ayuda.
Ustedes saben quienes son ♡
Besitos y abrazos,
Debbie.
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