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▬▬▬▬▬ xiv. chapter 14

CAPÍTULO CATORCE
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ᴛᴏᴍᴏʀʀᴏᴡ ɪs ᴀɴᴏᴛʜᴇʀ ᴅᴀʏ
ᴀɴᴅ ʏᴏᴜ ᴡᴏɴ'ᴛ ʜᴀᴠᴇ ᴛᴏ ʜɪᴅᴇ ᴀᴡᴀʏ
ʏᴏᴜ'ʟʟ ʙᴇ ᴀ ᴍᴀɴ, ʙᴏʏ!
ʙᴜᴛ ғᴏʀ ɴᴏᴡ ɪᴛ's ᴛɪᴍᴇ ᴛᴏ ʀᴜɴ, ɪᴛ's ᴛɪᴍᴇ ᴛᴏ ʀᴜɴ!

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Desierto de Sonora, Arizona,
Estados Unidos de América
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━Wanda...

En su sueño, James pronunciaba su nombre casi en un susurro. La llamaba, y ella hacía todo lo posible por no seguirlo. Estaba demasiado cansada como para responder a su insistente voz, o al firme zarandeo que le propiciaba a su brazo.

━¡Wanda, vamos despierta! ━oyó de nuevo, esta vez en un murmullo más alto, y se obligó a abrir los ojos de golpe cuando sintió que alguien la agarraba por los hombros.

Bucky estaba de pie al lado de su cama, con un dedo sobre sus labios para alertarle de que debía guardar silencio.

Afuera todavía era oscuro, así que supuso que aún debía ser de madrugada cuando la despertó.

━Están aquí ━volvió a susurrar, provocando que los ojos de Wanda se abrieran desmesuradamente y sus sentidos se activaran.

Se puso en pie, aún apartando las nubes de sus ojos mientras lo seguía hacia el ventanal del tráiler en el habían pasado la noche. Se restregó estos con ambas manos y luego se asomó muy cuidadosamente por una rendija.

Una multitud se había reunido alrededor de Ororo, quien parecía avanzar con seguridad hacia una hilera de hombres de negro, centinelas, ubicados al frente de varios vehículos pertenecientes al FBI.

La ex vengadors sintió que algo se revolvía dentro de su estómago.

━Sabemos que están aquí ━dijo el agente Booth, a quien ella reconoció como uno de los que se había llevado a Sam y a Beatriz. Aquella cicatriz que adornaba su rostro no se olvidaba tan facilmente.

Ororo Munroe frunció el entrecejo, mostrándose desentendida ante sus palabras.

━¿Quienes?

━Lo sabe perfectamente, señora. Sus caras están televisión nacional ━espetó━ Hablamos de James Barnes y Wanda Maximoff.

━Creo que estáis buscando en el lugar equivocado, agente

Booth ladeó un poco la cabeza, clavando sus ojos oscuros en ella como si supiera cual era su juego. Acto seguido, echó un vistazo alrededor del lugar, analizando cada mínima cosa que su vista pudiera atrapar hasta recaer nuevamente en la líder de Genosha.

━Nuestros hombres los rastrearon hasta aquí. Además... ━señaló la motocicleta que yacía apoyada contra la pared metálica de una casa rodante━ Hemos reconocido ese vehículo como el que usaron para escapar de Louisiana. Así que tiene dos opciones... ━avanzó dos pasos hasta quedar delante suyo, cara a cara, pero la mirada de Ororo era tan firme como la suya━ O colabora con las autoridades y nos entrega al Soldado del Invierno y a la Bruja Escarlata, o bien podemos comenzar a arrestar a todos por esconder a dos fugitivos de la justicia ¿Cual elige?

La mujer no respondió, tan solo apretó los dientes e hizo un esfuerzo por mantener su rostro sereno. No podía dejar que ellos notaran ningún tipo de fragilidad en su postura. Por otro lado, la tensión en la voz del líder de los centinelas sugirió que, si se negaba, habrían consecuencias nefastas para todos. Así que más le valía colaborar que ir en su contra.

━Tres de vosotros, quedaos aquí ━ordenó Booth a los guardias━ El resto, registrad todos los tráilers e informadme si encontráis algo. Adelante.

Las luces de los focos iluminaron la silueta de cada uno cuando pasaron por delante de todas las personas, rodeándolas y empujándolas para apartarlas del camino. Algunos niños pararon de correr y se escondieron tras las piernas de sus madres cuando vieron el grupo numeroso de hombres armados que comenzaron a registrar sus hogares sin ningún tipo de delicadeza, y eso hizo que la ira dentro del cuerpo de Wanda creciera como una ola.

¿Cómo se atrevían?

El sonido de un trueno lejano se escuchó de fondo, a la vez que Bucky se movía por todos lados, buscando cosas y metiéndolas en una mochila.

Wanda vio los archivos y el mapa que Beatriz les confió sobre la mesa de la minúscula cocina y los apretó contra su pecho, sintiendo como este subía y bajaba a gran velocidad.

━Vale, escúchame bien, muñeca ━sus ojos verdes se clavaron en él cuando la giró para que lo mirara━ Ellos van a llegar hasta aquí ¿Vale? Van a abrir la puerta, y cuando lo hagan, necesito que corras. Que corras tan rápido como puedas.

━Pero ¿A dónde?

James la obligó a guardar silencio, así alcanzaría a escuchar la bocina del tren a lo lejos.

━¿Escuchas eso? Esa será tu vía de escape ━le dijo━ Toma las cosas y corre cuando yo te diga.

━No voy a dejarte solo ━negó rotundamente━ Yo puedo luchar contigo. Puedo disparar un arma...

━Lastimosamente solo tenemos una. Así que moverás ese trasero tuyo y subirás a ese tren. Es una orden.

━¿Disculpa? ¡Tu no eres nadie para darme órdenes, soldado de...!

━¡Ya cállate y corre! ━gritó esta vez, apartándola a un lado justo en el momento que la puerta se abrió y uno de los centinelas se precipitó adentro.

Este puso su pistola en alto, pero Bucky fue mucho más rápido y lanzó un disparo limpio que atravesó el cráneo del hombre en un milisegundo.

Ante esto, Wanda se quedó helada en su sitio mirando el cuerpo en el suelo. No porque la asustara, sino porque todo había sucedido tan rápido que apenas le había dado tiempo reaccionar.

Vio a James salir al exterior, lo vio agarrar la muñeca de otro de los agentes que trató de dispararle, y lo vio tirar de él con fuerza, de modo que terminó perdiendo el equilibrio y golpeándose la cabeza contra la pared de la casa rodante. Al otro lado, alguien disparó un arma, trayendo los gritos de varias personas, y todos se agacharon cubriendo sus cabezas.

Fue ese preciso instante el que Wanda aprovechó para tomar la pistola del centinela muerto y salir a toda velocidad.

Escuchó los raíles sonar mucho más alto esta vez, y el ruido se mezcló con la caída de la lluvia. Estaba cerca.

A varios metros, Bucky se las arregló para tomar a otro de los hombres como escudo, mientras disparaba sobre su hombro derecho hasta voltear una mesa y esconderse tras ella. Sirviéndoles de distracción para darle tiempo de huir a Wanda.

Pero ella no lo hizo.

Sus dedos se cerraron en torno al extremo del cañón, sosteniéndolo con ambas manos y haciendo presión en él a medida que el agua caía.

Disparó hacia las rodillas de uno de los hombres que se acercó a Ororo con su revólver, y este se derrumbó con las manos sobre la pierna, lo que ofreció a su compañero la oportunidad de dispararle en la cabeza. Su dolor fue momentáneo.

Ambos intercambiaron una mirada desde la distancia. Él regañándola con aquella expresión de mala leche que se cargaba cuando alguien no le hacía caso, y ella dándole la respuesta que ya se esperaba: "No voy a dejarte solo."

La caída de un rayo sobre uno de los vehículos del FBI los hizo saltar en su sitio, haciendo a ambos preguntarse de donde rayos había salido aquella tormenta tan repentina. Pero no fue hasta que Wanda miró a Ororo, que se dio cuenta de que era ella quien lo estaba provocando.

Sus ojos se habían encendido con una luz que brillaba incandescente a través de la tempestad, pero todos estaban demasiado concentrados en ocultarse o atraparlos que apenas lo notaron.

La mayor le hizo una seña, y entonces Wanda supo exactamente qué es lo que le estaba señalando.

Los raíles.

De pronto, la mano de Bucky se cerró en torno a la suya y la arrastró consigo por sobre la tierra mojada. Automáticamente, las piernas de la rubia reaccionaron, acelerando su carrera a la vez que escuchaba gritos y puertas de coches que se cerraban. Pronto, el ronroneo de los motores se unió al de la lluvia, y a pesar de que sus ropas estaban pesadas y mojadas, ambos corrieron más deprisa, más de lo que era humanamente posible.

El tren había aminorado un poco su velocidad al pasar por aquella vía, y si ambos hubieran corrido hacia él a tiempo, quizás les habría resultado más fácil lanzarse hacia uno de los vagones. Pero ese no era el caso.

Se oyó el sonido sordo de un disparo, y la bala pasó por el costado de Wanda tan rápida como un rayo.

Estaban cerca, muy cerca...

El primero en localizar un vagón abierto fue Bucky, quien consiguió sujetarse del asidero de la puerta para impulsarse y saltar al interior. Wanda, sin embargo, empezaba a cansarse segundo tras segundo.

━¡JAMES! ━lanzó un grito angustioso, sintiendo sus pies arder con fuerza y a sus músculos contraerse.

La desesperación comenzó a nublarle los sentidos, y al verla perder fuerzas, Bucky maldijo tantas veces al cielo como le fue posible.

Aún aferrándose al asidero, estiró su brazo metálico hasta que sintió que el esfuerzo le hacía daño y sus pies tocaban el borde.

━¡Vamos, muñeca! ¡Sé que puedes hacerlo! ━gritó, esperando que ella lo escuchara.

Los brazos le temblaban, ya no era capaz de sentir ni su propio cuerpo. Sin su magia estaba perdida, pues si tan solo hubiera podido usar sus hilos escarlatas, ya habría logrado alcanzar el vagón y volar hacia él sin ningún tipo de problema. Pero no tenía poderes, ahora era como cualquier otro ser humano, indefensa y vulnerable.

Pero en medio de todo esto, a su cabeza le fue posible recordar una importante lección que aprendió en los años que pasó siendo fugitiva junto al resto de Los Vengadores:

Nunca era tiempo para rendirse.

Entonces apretó los dientes, conteniendo la respiración a la vez que aceleraba su carrera. No sería ese día en el que la atraparían.

Alzó una mano, y sus dedos se rozaron con los del Soldado del Invierno apenas un segundo. Sus pies se movieron con más velocidad, hasta que le fue posible agarrar su mano y él no dudó un segundo en alzarla, de forma que el cuerpo de Wanda cayó de lleno sobre el suyo y ambos chocaron contra la pared del vagón que los alejó por completo de Genosha y los centinelas.

Al final, Bucky la abrazó estrechamente contra sí para obligarse a saber que estaba a salvo. Ya que por un momento, había creído que no lo lograría y la idea de perderla lo dejó totalmente desarmado.

Por eso tuvo que separarse de ella un instante. Tenía que mirarla a los ojos y comprobarlo.

Las pupilas de Wanda brillaban intensamente.

━¿Estás... estás bien?━preguntó casi sin aire, pasando una mano por su pelo, su cuello y sus mejillas.

La sokoviana sintió el frío del metal contra su piel, y por un instante, pudo jurar que era la sensación más gratificante del mundo.

━Sí, sí... ━asintió con efusividad, y de no ser porque sus manos se atrevieron a tocarlo por los hombros, ninguno de los dos se habría dado cuenta de la herida de la bala que le había rozado.

La sensación de la sangre le provocó ganas de llorar.

━James, tu brazo...

━No me importa ━la cortó, y sin decir nada mas, la atrajo por los hombros para volver a abrazarla.

Ella enterró la cabeza en su hombro, inhalando con ganas el olor de su piel: a menta y hoja de pino.

A partir de ese momento, asociaría ese aroma con la seguridad, algo muy similar a sentirse de vuelta en casa. Por lo que, mientras estuviera concentrada en él, el peligro y la incertidumbre ya no la afectarían de igual forma. Estaba a salvo. Estaba viva. Estaba donde debía estar.

Ahora lo sabía.












☆~ 🇺🇸. ° 💥.*ೃ༄ ୨୧‧⁺̣ ❨🔮❩








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Westchester, Nueva York.
Estados Unidos de América
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Beatriz se mantuvo estática, al tiempo que sus ojos vagaban alrededor de la jaula en forma de cubo donde los doctores la habían dejado hacía una hora, con las manos atadas dentro de algún tipo de esposas hechas de un material muy similar al plástico.

Le había sorprendido de sobremanera que le permitieran estar allí dentro sin el collar inhibidor puesto, contando que a sus ojos era una mutante peligrosa y excesivamente poderosa como para reducir aquel sitio a escombros. No obstante, por su mente pasó la idea de que quizás ellos ya se habían dado cuenta de que no era capaz de someterse a ningún tipo de esfuerzo que pudiera dañar su actividad cerebral, así que supusieron por su cuenta que no sería una amenaza para El Arca, y mucho menos estando dentro de aquella caja que parecía frenar sus poderes hasta cierto punto.

Nunca antes en su vida se habría atrevido a pensar en sí misma como una prisionera o una criminal, sobretodo porque la idea de estar tras las rejas la aterraba. Pero las circunstancias parecían ser bastante distintas ahora.

Ella no estaba allí por ningún crímen que requiriera castigo por parte de un tribunal de justicia. No, estaba allí para probar que no todo siempre es como parece. Que las reporteras indefensas como ella también podían ser chicas valientes, y porque la ley también podía ser corrupta.

Si le hubieran preguntado en ese momento, diría que no se arrepentía en lo absoluto de nada de lo que había hecho para acabar así, pero a veces, cuando se tomaba un instante para pensar con calma, también se arrepentía de haber dejado su vida tranquila en Nueva York. Preguntándose si acaso ya alguno de sus compañeros se habría dado cuenta de su ausencia, o si aún le sería posible mantener su empleo una vez lograra salir de aquel lugar.

El periodismo era su vida, el oficio con el que soñó desde que era pequeña. Pero le tomó algo de tiempo para darse cuenta de que aquellos sueños nunca serían completos a menos que pudiera mostrarse al mundo como realmente era, sin vivir con el miedo a ser rechazada.

Esa era su razón para estar allí, en pie, sin dejarse amedrentar por nada ni nadie. Dejando de ser aquella muchacha asustadiza para ser la mujer firme que levantó su semblante cuando vio al general Priest atravesar la puerta del cuarto donde la habían encerrado seguido de otro centinela.

Una jaula adentro de otra jaula. Qué creativo.

La mirada del presidente del FBI conectó desde la distancia con los ojos de su descendencia, los únicos que eran realmente similares a los suyos. Y era una ironía pensar que de todos sus hijos, ella, su bastarda, poseía más rasgos suyos que ninguno.

━Los doctores me dijeron que habías despertado ━dijo, y su voz atravesó el pequeño orificio que le permitía a ella escuchar todos los sonidos fuera de aquellas reducidas cuatro paredes━ Quise venir a verte para saber cómo estás.

Las cejas de Beatriz se alzaron con falsa impresión.

━Te pediría que te sentaras, pero como podrás ver... ━respondió con un dije de sarcasmo en su tono, echando un vistazo al suelo como para probar lo que decía.

La expresión de su padre continuaba siendo igual de seria.

━Podrás no entenderlo, Beatriz. Pero a pesar de que no has sido buena conmigo, me sigo preocupando por ti.

━Oh por favor. Que alguien venga y te entregue el premio al mejor padre del año, porque créeme, tu actuación lo amerita.

━Te dí la oportunidad de salir de esto ilesa y te negaste.

━¡Porque lo que estás haciendo es una completa locura! ━chilló, mirándolo como si no pudiera dar crédito a lo que salía de su boca━ ¿Es que no lo ves? Te escondes detrás de la fachada de presidente de una de las organizaciones de seguridad más importantes del país para ¿Qué? ¿Secuestrar personas inocentes y someterlas en contra de su voluntad a esta clase de programa de experimentación científico? Estaría loca si me pusiera de tu lado en esto.

━No son simples personas...

━Pero tampoco son armas ━espetó la morena━ Y no puedes usarlas como si lo fueran.

Priest contuvo una respiración, cerrando los ojos para que la imagen de Beatriz desapareciera y así se le permitiera pensar con toda la calma que había estado perdiendo en los últimos segundos.

Trató de buscar un buen recuerdo en su mente. De pensar en ella como la pequeña niña que correteaba entre risas por el prado de Central Park, seguida muy de cerca por los ojos de su madre mientras él se escondía tras un árbol para verla. Observándola siempre de lejos a medida que crecía, hasta transformarse en la mujer que tenía justo delante suyo ahora.

Él lo sabía, que en algún lugar de aquella figura adulta todavía quedaba una parte de esa niña, y era ella con quien quería enfrentarse.

Decidido, puso una mano sobre el picaporte de la puerta translúcida y tiró de ella hacia atrás.

━Señor... ━uno de los centinelas dio un paso para frenarlo, pero lo detuvo.

━Está bien. Voy a estar bien.

Cerró la puerta tras de sí, y de repente, ya no era solo Beatriz quien se encontraba en el interior del cubo.

Ambos se sostuvieron la mirada, pudiendo quedarse así por más tiempo del que contaban.

━Puede que halla cometido un error contigo ━pronunció en voz baja━ Puede que cometiera un error al dejar que tu madre te tuviera, pero, como dije anteriormente, fui débil y estúpido.

━Puede que la que cometiera el error fuese ella al involucrarse con un hombre como tú ━contestó la joven en tono frío━ ¿Y sabes qué? Me alivia el hecho de que ya no se encuentre viva para presenciar en lo que te has convertido.

━Suerte para mí, que me ocupé de eso hace mucho tiempo.

Automáticamente, las cejas de Beatriz se juntaron confusamente.

━¿De qué estás hablando?

Priest sonrió, una sonrisa maligna y llena de burla, como si se divirtiera de haberla puesto así.

Ella apretó los dientes, y meditó la posibilidad de lanzarse sobre él. Ciertamente, si no hubiese estado atada, puede que realmente lo hubiera hecho sin dudar.

━¿Recuerdas aquel accidente de camino a tu recital de ballet? ━preguntó como si nada━ Pues digamos que no fue un accidente completamente. Recién había descubierto lo que era, no podía dejarlo pasar.

La información llegó a su cerebro, pero ella no fue capaz de asimilarla tan rápido como hubiese querido. Una ola de imágenes y los recuerdos de aquella noche viajaron a su cabeza rápidamente, haciéndola revivir el mismo dolor que sintió en el pecho cuando recibió la noticia y que la acompañó por años hasta ese momento.

━Hijo de puta... ━logró articular de forma entrecortada, con los dedos de las manos temblándole como hojas.

Tal revelación no había provocado ningún tipo de emoción en el rostro de Alan Priest. Todo lo contrario, continuaba estando igual de inexpresivo que en un inicio.

━Ya que te niegas a apoyarme... supongo que no me quedará de otra que usarte como al resto de todos estos especímenes ━anunció━ Sustituirás a Maximoff en mi próxima prueba, y por cierto... ━señaló━ El Capitán Wilson te manda sus saludos.

Una solitaria lágrima se abrió camino hasta el final de su mejilla, aunque por dentro de su cuerpo, los sentimientos de odio, ira y rabia comenzaban a acumularse en una avalancha.

━No... ━un sonido se le quedó atascado en la garganta, a la vez que sus manos se iban cerrando hasta clavarse el borde de las uñas sobre la piel de sus palmas━ No, No... ━era consciente de que seguía allí, pero ya no veía nada más que solo nubes rojas cubriendo su vista, concentrándose en la figura de aquel ser detestable━ No... no, no, no ¡¡NO!!

En el techo, una hilera de luces estalló en miles de pedazos, emitiendo un estruendo tan alto que los obligó a detenerse a medio camino.

━¡TE MATARÉ! ━bramó Beatriz en medio de un chillido, retorciéndose y tirando del plástico que la mantenía sujeta al suelo y empezaba a quemarle las muñecas━ ¡VOY A ACABAR CONTIGO, PRIEST! ¡TENLO POR SEGURO!

━Eso ya lo veremos, querida ━respondió el mayor con una media sonrisa, desapareciendo de la habitación junto a sus hombres.

Beatriz lanzó otro grito al aire, provocando que su garganta ardiera y el pecho le subiera y bajara azoradamente, agitado. Estaba exhausta, pero ya no lo sentía. Solo tenía ganas de golpear el suelo hasta el cansancio y lanzarse a llorar después de esto.

No lo iba a dejarlo pasar... porque una vez lograra salir de aquella jaula, sería ella misma quien destruyera aquel lu
gar hasta que no quedara nada, absolutamente nada. Y eso, era una promesa que se estaba haciendo a sí misma.














Solo seis capítulos para el final ¿Quién está emocionado?

¿Qué creen que sucederá en el próximo?

¿Lograrán Wanda y Bucky encontrar a Logan?

¿Habrá algún avance en su relación?

¿Qué planea hacer Priest ahora?

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