Capítulo 8: Renacer.
Nadie controla tu destino, incluso en la peor situación es posible elegir. Siempre hay tiempo para renacer de las cenizas y empezar de cero.
El calor sofocante en modo creciente se apoderó de su cuerpo, la ira brillaba en sus ojos por medio de intensas llamas que salieron al exterior quemando todo a su paso, la nube que ponía cada vez más turbios sus sentidos ya no era negra, se había tornado de un color carmesí oscuro debido al creciente odio que surgía de su alma, no tenía control de sí mismo, ni de su cuerpo, se dejó llevar por esas deseosas ganas de vengarse y dejó salir ese grandioso poder que tenía oculto hace mucho tiempo, en aquel momento no lo podían parar, ni él podía, la pequeña chispa de dolor que tenía acumulada desde que todo comenzó se había desatado como la peor tormenta, ahora era lo más destructivo que jamás habían sentido.
–Creo..que lo mejor será que nos alejemos– sugirió Tae.
–¿Porqué? ¿Qué le está pasando?– preguntó Yoongi.
–Lo que hemos estado esperando todos estos años, el Fénix se apoderó de su cuerpo, va a resurgir, y esta vez es totalmente diferente a la primera, cuando cayó del cielo, ahora es más fuerte.
–¿Estás seguro de que su cuerpo se encuentra preparado? ¿podrá soportarlo?.
–Nació para eso, tiene que soportarlo, ahora, será mejor que salgamos de aquí, en cuestión de minutos todo estará envuelto en llamas.
–Pero no lo podemos dejar solo.
–No lo estará, nosotros lo seguiremos.
El incendio comenzó por sus manos y pies, cualquiera que no fuera conocedor de lo que estaba pasando pensaría que sufría por los lametones que le proporcionaba a su cuerpo esa creciente hoguera, pero era todo lo contrario, no experimentaba dolor alguno, para nada, solo satisfacción por poder liberar aquella enorme fuerza que su cuerpo se había encargado de camuflajear.
Minutos, solo cinco minutos ocupó la transformación, ahora lucía como todo un rey, empoderado.
Llamas naranjas y rojas cubrían su plumaje y cuerpo, ojos de un intenso color amarillo y un ímpetu que inundaba todo el lugar.
Sin pensarlo dos veces elevó sus enormes alas y alzó el vuelo, su instinto lo guiaba y le decía el lugar exacto en el que buscar, por fin cobraría venganza y lograría recuperar a su gatito y a nana de las manos de esa horrible criatura que luego de aquel día ya no sería más que un borroso mal recuerdo en las mentes de todos los involucrados en esa horrible pesadilla, de la cual se encargaría de despertarlos.
Voló sin importarle que lo vieran, era libre, a pesar de la situación en la que se encontraba por fin se sentía pleno.
No tardó mucho, llegó a su destino, las puertas del infierno se alzaban frente a él un tanto imponentes pero eso no lo detendría y conservando su forma las atravesó sin ningún obstáculo de por medio, siendo seguido por Taehyung y Yoongi que le cubrían las espaldas.
Aquella vista era realmente espeluznante, era la copia exacta de la Tierra, lo que para nada alegre y acogedor, la oscuridad cubría la gran mayoría de los lugares totalmente desérticos, era notoria la falta de luz solar, el mal olor inundó sus fosas nasales, una mezcla a carne podrida y basura abandonada, esa podría ser la descripción perfecta, muy asqueroso, pero aquello no lo detuvo y tratando de aguantar la respiración siguió su camino, mismo que no recorrió lo suficiente al percatarse de que no tan lejano de su persona estaba la casa de Jimin, sí, era igual, lo que se describe más como la casa de Jimin versión infierno, no estaba exenta de la negrura y mucho menos de aquel hedor insoportable para cualquier mortal, aún con su forma se adentró al lugar, le sorprendió que allí no causaba los mismo efecto que en la Tierra, en ese sitio no quemaba todo a su paso, posiblemente Jimin lo mataría cuando se diera cuenta de que había quemado toda su casa.
–Pero mir...– su habla se congeló en ese instante, el diablo era conocedor, estaba totalmente seguro de que el Fénix haría todo lo posible para recuperar a su chico lo que jamás imaginó era que lo vería en esa forma, y eso lo empezó a incomodar.
–¿Te alegras de verme?– expresó con burla Jungkook– yo diría que no por la cara de miedo que tienes.
–¿Crees que alguien como yo le podría tener miedo a algo insignificante como tú?– río estruendosamente– no lo creo.
–Lástima que estés equivocado.
–¿A qué te refieres?
–Que en este momento vas a experimentar más miedo que el que has vivido en toda tu miserable existencia, o no, creo que no vas a llegar a sentirlo porque con mi poder es suficiente para que ni te des cuenta de cuando pase.
El diablo tragó en seco, y es de que a pesar de hacerse el valiente sabía que el fénix podía acabar con él en tan solo un abrir y cerrar de ojos pero no dejaría que eso ocurriera.
–Puede que tengas razón pero se que no lo harás porque si eso ocurre jamás en tú vida vuelves a verlos– dijo señalando una especie de holograma en la pared que dejaba mostrar los rostros asustados de la señora Kang y de Jimin.
–¡Te exijo que los sueltes hijo de puta!– expresó con furia.
–No creo que te convenga insultarme de esa manera– se levantó de su "trono" y manteniendo distancia empezó a caminar de un lado al otro.
–Jungkook, se que puedes oírme, no mires ni des señales de nada, tu solo escucha– le dice una voz en su cabeza muy conocida, era Taehyung– necesito que le sigas la corriente, has cualquier cosa para distraerlo, ya sabemos donde están nana y Jimin, nosotros vamos a por ellos, espera mi señal, cuando la resivas dale con todo, tu puedes.
–Está bien– Jungkook retoma la conversación– ¿qué es lo que quieres de mí? Pero por favor no les hagas daño a ellos, no son culpables de mis errores– suplicó.
–Ahora si nos estamos entendiendo– detuvo su caminar mientras sonreía– siempre has sabido lo que quiero, no creo que haga falta repetirlo– lo miró.
–Eso que me pides es muy difícil, no creo poder conseguirlo.
–Claro que puedes, te has ganado la confianza necesaria para ello, además, no es una opción a menos que quieras verlos morir– refiriéndose a Jimin y a la señora Kang.
–Está bien, está bien, lo haré, solo dame tiempo.
–Eso es lo que no tengo, he esperado más de quinientos años para esto, no voy a esperar más.
–Jungkook, ya los tenemos, están a salvo, ya puedes actuar, confiamos en ti, te esperamos en nuestra casa– le habló Tae.
–¿Sabes una cosa?– le dijo Jungkook al diablo.
–¿Qué?.
–Es que hay otro pequeño problemita– fingió.
–¿Qué problema?.
–Que yo no le hago favores a ratas de basurero, y mucho menos si se menten con lo que más amo en este mundo, así que tú y yo, no vamos a tener y mucho menos tendremos algún tipo de acuerdo, lo siento por ti, y me saludas a tus padres en el infierno, si es que tienes.
Luego de esos diez segundos que ocuparon esas palabras la más roja de las iras brilló en sus ojos ahora de color rojo, levantó sus alas y las batió con fuerza dejando salir la ola de fuego más grande nunca antes provocada, aquello impactó de lleno contra el cuerpo de aquel maldito monstruo, causante de todas las desgracias del universo, lo vio arder y soltar el grito más desgarrador de entre su pecho, nunca imaginó que aquello le iba a provocar tanta satisfacción, por fin todo lo malo se iba a terminar, por fin la nube negra daría paso al sol.
Luego de que lo vio hecho cenizas frente a él, retomó el vuelo hacia su casa, ese pensamiento refrescó su alma y lo liberaron de tanto pesar y sufrimiento, el solo saber que viviría una vida agradable y sin maldad con su gatito lo llenaba de completa felicidad.
..................
–¿Estás bien?– pregunta Jungkook mientras entra a la habitación en donde estaba Jimin.
–Si, estoy bien, no te preocupes por mi– baja la cabeza.
–¿Cómo me puedes pedir eso? es obvio que me voy a preocupar, si algo malo te pasa yo no se que sería de mi.
–Yo...lo siento mucho– se disculpa.
–¿Porqué?
–Por la forma en la que te traté hace poco, no fue mi intención, solo me sentí asfixiado por lo de nana, lo siento mucho.
–No tienes porque disculparte, tienes toda la razón en creer eso de mi, desde que llegué a tú vida solo te he traído problemas, se que para eso es lo único que sirvo.
–No digas eso, bueno, es cierto que no han sido momentos fáciles pero tu llegada me devolvió la felicidad e hizo que cambiara mi manera de ver el mundo, ahora se que hay colores aparte del negro y el blanco, y te agradezco por eso.
–No sabes cuanto me alegra escuchar eso– se acerca– Pensé en irme y dejar todo atrás pero no pude, no puedo dejarte, no ahora que he encontrado una razón para mantenerme en la Tierra.
–Te amo Jungkook– sonrió, era la primera vez que lo decía pero habían sido las palabras más sinceras pronunciadas por su boca.
Aquella frase encendió de nuevo la chispa de esperanza en el corazón del pelinegro, escuchar aquello hizo a su corazón latir desenfrenado.
–Yo también te amo.
Sellaron el momento con el beso más dulce que se habían dado, cargado de deseo, eso sí, pero tierno a la vez, sus labios encajaban a la perfección y entre besos y besos terminaron acostados, Jungkook boca arriba y Jimin recostado a su pecho.
–¿Qué pasó con esa cosa?– pregunta el rubio mientras acaricia el brazo del pelinegro.
–No creo que haya que preocuparse por eso, ya terminé con su vida, vi como fue consumido por el mismo fuego que creó.
–¿Estás seguro? la verdad aquello no me dio buena espina.
–Estoy totalmente seguro, si no lo hubiera visto morir ante mis ojos no te estuviera dado esa certeza.
–Está bien, tienes razón, lo mejor será no pensar más en cosas malas.
–Bueno, creo que yo me voy para que descanses– intentó levantarse pero Jimin lo impidió.
–No te vallas, quiero que duermas conmigo, y está vez si estamos consientes– rieron por el comentario y se acurrucaron juntos debajo de las mantas.
–Quiero hacer algo– dice Jungkook.
–¿Qué cosa?– pregunta alzando la cabeza para mirarlo.
–Desde que llegué todo ha sido constantes batallas y obstáculos que hemos tratado de superar, creo que nos merecemos un descanso.
–¿Qué sugieres?– pregunta Jimin curioso.
–¿Quieres salir conmigo mañana?– dice con una sonrisa esperando una respuesta afirmativa.
–Claro, me encantaría, ¿a dónde me vas a llevar?.
–Es una sorpresa.
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