Capítulo 5: Despertar.
Si tienes solamente un fósforo en la mano, el último de la cajita, y tienes miedo de prenderlo, no temas. Es en esa actitud que una gran chimenea será encendida e iluminará su tunel de problemas considerados insolubles. Porque todos sabemos: siempre hay una luz al final del túnel.
Segundos, minutos, horas, días pasaban y todo continuaba igual, la angustia crecía en sus corazones y la esperanza que los acompañó desde un principio se les imponía y amenazaba con desaparecer a pesar de que la sostenían con todas sus fuerzas.
El frío era su cobija en las noches desoladas y llenas de tristeza ante la falta evidente que se negaba a olvidar y dejar atrás, luchaba semana a semana porque los pocos pero buenos recuerdos se mantuvieran firmes en su cansada conciencia, no estaba dispuesto a que la falta de memoria se llevara consigo eso también, no lo iba a permitir.
Jimin era lo único bueno que le había ocurrido en su borrosa existencia- que con el avanzar del tiempo se volvía más clara.
Meses, dos largos meses habían transcurrido para Jungkook sin que tuviera una noticia que le devolviera la sonrisa que había perdido.
Jimin continuaba en coma y no había avance, estaba estancado en ese pozo sin fondo del que no salía.
El pelinegro lo visitaba todos los días y le contaba el gran progreso que estaba dando en sus clases, y cada cosa nueva que aprendía de Jackson le eran de gran ayuda, ya conocía mucho y el relacionarse no le era tan difícil.
Ese día salió rumbo al hospital luego de que terminara su clase diaria, era domingo, uno muy agotador, ese día de la semana no era de su agrado porque todas las familias se reunían para compartir cosas juntos, y él no tenía con quien hacerlo, el día en que Jimin despertara sería su momento favorito, el cual era uno muy borroso para los médicos, a toda hora lo decían.
–Entre más tiempo esté en ese estado más difícil será que despierte.
Repetían eso una y otra vez, pero Jungkook hacía oídos sordos, a pesar de tocar la mano del rubio todos los días y sentirla fría el no perdía las fuerzas, por eso su estadía en el hospital era casi permanente, pensaba que si charlaba con Jimin algún día lo iba a escuchar, tenía ese anhelo.
–Hola Jungkook– todo el personal lo saludaba muy alegre al pasar, trataba de ser educado, pero una sonrisa verdadera era algo que sus labios se negaban a mostrar.
Se dirigió a la habitación de siempre y se sentó junto a la cama, el semblante del contrario estaba mejorando mucho, las quemaduras leves que le quedaron luego de la cirugía estaban desapareciendo por completo, tenía un poco de rubor en las mejillas y no estaba tan frío al contacto, eso ilusionó mucho a Jungkook, en realidad cada cambio que había tenido su gatito ese último mes lo llenaba de esperanzas.
Los padres de Jimin luego de enterarse de lo ocurrido no querían separarse de su hijo, Jungkook les decía que debían descansar, que no hacía falta que se quedaran todo el día aún cuando el estaba ahí y llegaron a un acuerdo de que ellos lo cuidarían en las noches, y así se han mantenido todo ese tiempo.
–¡Oh! Hola hijo, no sabía que habías llegado, estaba en el baño.
–No se preocupe, ¿cómo pasó la noche Jimin?– preguntó.
–Pues como siempre, ya sabes, no hay novedad ni da señales de despertar– dijo con pesar inundando su cuerpo.
–Pero yo lo veo con mejor semblante hoy, no tengo dudas de que pronto estará de nuevo con nosotros.
–Dios te escuche, no se que me pasaría si perdiera a mi hijo.
–No piense en esas cosas, hay que tener esperanzas de que despertará– forzó una sonrisa– ¿y cómo están ustedes, cómo les fue?.
–Todo muy bien hijo, Suk Hwan y yo estuvimos toda la noche rotando para que no se quedara solo.
–No estoy de acuerdo con que hagan esto, deben descansar, yo puedo cuidarlo todos los días.
–No podemos permitir que estés aquí todo el tiempo, también tienes cosas que hacer, eres humano al igual que nosotros y mereces tu tiempo de descanso, eso sería injusto de nuestra parte, queremos mucho a Jimin, no es un esfuerzo para nosotros cuidarlo.
–Está bien, señora, tiene razón, disculpe– baja la cabeza apenado.
–No hijo, no te disculpes yo te entiendo, estás velando por nuestro bienestar y te lo agradezco mucho, pero queremos cuidar de nuestro hijo también.
–De acuerdo.
–Bueno, ya nos vamos, cualquier cosa solo llama, regresamos en la noche.
–Muy bien, dele mis saludos al señor Park– le dice antes de que se marchara.
–Se los daré, cuídate mucho– sale de la habitación.
A pesar de que la forma en la que conoció a los padres de Jimin no fue la mejor de todas, les parecía buenas personas, siempre preocupados por su hijo así la salud de ellos no sea la mejor y tengan que esforzarce el doble por el bienestar del rubio.
Tomó la mano de Jimin y la acarició con sus dedos, estas ya no estaban vendadas, y a pesar de que todavía le quedaban cicatrices su piel seguía siendo muy suave al tacto.
–¿Sabes Jimin? me gustaría que cuando despiertes podamos recuperar todo el tiempo que hemos perdido, quisiera salir y ver lugares de la ciudad que no conozco, ir a cenar, ver una película o comer algodón de azúcar en el parque de diversiones, anhelo poder hacer todo eso junto a ti, pero necesito que despiertes por favor, te necesito, y mucho, no sabes cuanto, todo este tiempo he querido decirte que te quiero, y que deseo estar a tú lado.
–Yo también te quiero.
Alzó la cabeza lo más rápido que pudo y abrió grande sus orbes al ver lo que estos divisaban, ¡¡estaba despierto!!, ¡¡Jimin por fin estaba despierto!!.
–¡Jimin!, ¿¡en serio estás consciente!?– lágrimas de la más pura felicidad empezaban a escurrir de sus ojos.
–Si, Jungkook, te extrañé mucho– dijo con una sonrisa, la más linda que el pelinegro había visto en su vida.
–¡Dios!, ¡gracias por este momento!, ¡yo también te extrañé mucho no sabes cuanto!– apretó más su mano.
–¿Qué pasó?, ¿porqué estoy aquí?– intentó levantarse.
–No, no te esfuerces– lo volvió a acomodar– es una larga historia, no sabes lo contentos que se van a poner tus padres y nana cuando se enteren de que despertaste– la sonrisa que aquel amargo suceso había borrado de sus labios, en ese instante capturaba su rostros y lo iluminaba como nunca antes.
–¿Cómo están ellos?– preguntó.
–Están dolidos, todos lo estamos por lo que te pasó, te han estado cuidando todas las noches.
–¿Todas las noches?, ¿qué día es hoy?– preguntó no deseando escuchar la respuesta.
–Es doce de mayo del año dos mil veintiuno– dijo temiendo la reacción del contrario.
–¿Y eso que quiere decir?, ¿cuánto tiempo llevo aquí?.
–Dos meses.
–¿¡Qué..!?, ¿es una broma?, ¿Qué fue lo que pasó exactamente?– preguntó suplicante.
–Creeme que te voy a contar todo, pero ahora no puede ser, acabas de despertar y un médico debe revisarte.
–Está bien, pero promete que me vas a contar todo lo que ocurrió.
–Te lo prometo– expresó alegre– dame un segundo, voy a llamar al médico.
La emoción que colmaba su pecho era algo inexplicable, la sensación de vacío y amargura habían desaparecido por completo siendo sustituida por la más verde de las esperanzas, ahora si estaba seguro de poder expresar todo lo que ocultaba sin miedo a ser juzgado o rechazado por la sociedad, no le importaba la gente, su felicidad y la de Jimin era lo más importante, siempre y cuando el rubio estuviera dispuesto a darlo todo, Jungkook lo estaría aún más.
–¡Doctor!– dice llegando hasta él.
–¿Pasó algo?– pregunta exaltado.
–¡Jimin, Jimin despertó!
La sorpresa del hombre frente a el fue tan grande que en ese momento no supo cómo reaccionar.
–¡Doctor!– lo sacudió– vamos, quiero que lo revise.
–Si, si, ¡enfermera acompáñame!– y los tres de dirigieron a la habitación.
–Buenos días señor Park, ¿cómo está?– empieza a revisar sus signos vitales.
–Estoy un poco adolorido pero me encuentro bien.
–Eso es muy bueno– coloca el estetoscopio en su espalda– inhale y exhale profundamente, eso es, una vez más, está bien, todo parece estar en perfecto orden.
–Me alegro mucho doctor, ¿y cuándo le darán el alta?– pregunta Jungkook.
–Aún es muy pronto para eso, debemos mantenerlo en observación al menos por una noche más, si todo continúa en perfecto estado mañana se le dará– expresó– puede acompañarme un momento por favor– le habla directo al pelinegro.
–Si, claro doctor, ahora vuelvo Jimin.
Salen del lugar y se alejan un poco de la puerta.
–¿Qué pasa? ¿Porqué no puede hablar delante de él?– preguntó preocupado.
–Voy a ser totalmente sincero con usted, debido a la situación, el personal médico se había reunido luego del coma profundo en el que se adentró y estuvimos hablando sobre cual sería su pronóstico.
–¿Y cuál fue?
–Ninguno de nosotros tenía esperanzas de que volviera a despertar, de las personas que han atravesado por esa situación muy pocos logran levantarse de esa cama, disculpe por no informar ese tema pero no queríamos formar falsas espectativas, quiero decirle que esto ha sido un completo milagro, yo no soy de creer en esas cosas, pero el chico tiene una fuerza muy poderosa que lo acompaña o algo más, no sabría decirle porque no se mucho de eso, pero bueno, en fin, estamos muy contentos de que haya logrado salir de esta.
La cara de estupefacción de Jungkook lo decía todo, había comenzado a sospechar.
–Muchas gracias doctor, sin su incesante labor esto no hubiera ocurrido– dijo con respeto.
–Muy bien, le vamos a realizar unos estudios más a fondo para ver cómo se encuentra su cuerpo.
–Está bien– respondió y luego de llamar a los señores Park se adentró nuevamente al lugar donde Jimin estaba.
Las palabras que le había dicho el médico daban vueltas en su cabeza y cada una daba paso a la otra, juntas formaban un torbellino sin respuestas que giraba a su alrededor y Jimin se percató enseguida.
–¿Te pasa algo?
–¿Eh? No, no es nada.
–Te noto como ido, ¿Qué te dijo el doctor?– preguntó.
–Nada importante, solo quería decirme que se alegraba de que estabas mejorando.
–¿Estás seguro– asintió– si era eso entonces ¿porqué no lo dijo delante de mi?.
Jungkook estaba empezando a conocer a Jimin, en ese instante se dio cuenta de que era imposible ocultarle las cosas, debía de inventar un excusa rápida para que no se diera cuenta.
–Este, bueno, lo que pasa es que también quería comentarme de algunas pruebas que te iba a realizar y por protocolo no lo podía decir en tu presencia– mintió.
–Está bien– dijo para zanjar el tema pero no quedó muy convencido– ¿llamaste a mis padres?.
–Si, lo hice mientras estaba fuera, tu madre se puso muy contenta y ya viene en camino junto con nana, ambas están más que felices porque estás de vuelta.
–La verdad es que nunca pensé haber estado así tanto tiempo, para mi fue ayer que pasó todo.
–¿Recuerdas algo?– preguntó dudoso.
–Solo cosas leves, como que iba camino a casa porque quería hablar contigo, recuerdo que salí del auto y lo último que escuché fue tu voz, solo eso.
–¿Y qué era lo que querías hablar conmigo?.
–Tampoco recuerdo eso, se que era algo muy importante, pero nada más– respondió.
–De acuerdo, ya con el tiempo irán regresando.
–Eso espero, no quiero quedarme con la duda.
Ni yo tampoco, pensó, la verdad es que si le causaba cierto grado de curiosidad aquello tan importante que tenía que decirle Jimin el día de la tragedia, si no hubiera sido por eso quien sabe que habría pasado, no estaba seguro, pero ya lo idealizaba, Jimin y él juntos en algún lugar, tal vez en la playa, el cine, o simplemente en su casa viendo una película, aquella desgracia había llegado para arrebatarles el pedazo más crucial de sus vidas, y no solo eso, la causa principal era aquel demonio, o como se llame, era una total desgracia su aparición, pero Jungkook estaba dispuesto a sacarlo completamente de su futuro, así tenga que enfrentarlo cara a cara.
–¡¡Dios, Jimin!!, ¿estás bien?– pregunta Ye Jin al entrar a la habitación de su hijo.
–Estoy bien mamá, ya no se preocupen– dijo con ternura– los extrañé mucho– pequeñas gotas cristalinas cayeron en cascada de sus ojos.
–Oh, cariño, también te extrañamos– lo abraza siendo contagiada por el llanto de su hijo– no sabes lo preocupados que estábamos, pero gracias a Dios todo salió muy bien.
–Es cierto mi niño, nos alegra que estés mejorando.
–Nana, ven aquí– la llama y la abraza junto a su madre– trataré de que no pasen por algo así de nuevo– pone cara triste.
–No te pongas así mi amor, esto no fue tu culpa, ni siquiera fuiste consciente de que algo así te iba a ocurrir, nadie sabe a que está exento en este mundo, siempre habrán cosas buenas y malas en nuestras vidas y debemos aprender a lidiar con eso, por más que queramos que no te ocurra nada, no se sabe lo que el destino nos tiene preparado.
–Eso es cierto Ye Jin, yo misma he pasado por muchas cosas malas, y gracias a mi niño hoy tengo una vida mejor– dijo con alegría esas últimas palabras
–No me tienes que agradecer nada, sabes que para mi siempre serás mi segunda mamá– se abrazan nuevamente.
–Pero creo que aquí el mérito no lo tenemos nosotros– interrumpe Suk Hwan– todo el esfuerzo es de Jungkook, no se separó ni un momento de ti, es un buen chico– palmea la espalda del mencionado.
–No es nada, solo quería cuidar a Jimin, y tratar de retribuir todo lo que hizo por mi en el pasado.
La sonrisa que se formó en los rostros de ambos chicos al mirarse fue tan encantadora que no pudieron evitar que la familia presente se percatara de las miradas cargadas de ese puro sentimiento que se lanzaban mutuamente, aquello era hipnotizador para cualquiera que estuviera cerca, y se pudiera decir que un poco incómodo debido a que no estaban solos.
El señor Suk aclaró su garganta intentando llamar la atención.
–Bueno hijo, ¿y cuándo te dan el alta?– preguntó.
–El médico me dijo que mañana, quería que se mantuviera un día más aquí por si ocurría algo, pero yo lo veo muy bien– respondió Jungkook señalando a Jimin.
–Eso es excelente, nos diste un buen susto, pero ya estás con nosotros de nuevo, eso es lo que importa.
El resto del día y la noche transcurrió normal para todos, los resultados de los análisis no arrojaron nada fuera de lo común lo que significaba que estaba en perfecto estado, mucho reposo fue la orden del médico, en todo ese tiempo ninguno quiso separarse de Jimin a pesar de la constante insistencia por parte del rubio, que no paraba de decir que todo estaba en orden con él, no le iba a pasar nada por estar una noche solo, pero aún así no lo dejaron y se pasaron el tiempo charlando sobre la infancia del chico y de todas las travesuras que este había hecho, como con la comida a su padre, la cogió a hurtadillas y se escondió debajo de la mesa a comerla tranquilamente, como esa otras más que sacaban una que otra carcajada de los presentes, en ese momento eran felices, no les faltaba nada, pero no se podía decir lo mismo de su futuro, estaba encerrado en la más negra de las nebulosas, el mal los acechaba y trataría de destruir esa creciente alegría que se alojaba en la familia.
El auto aparcó frente a la casa, para Jimin resultaba extraño volver, a pesar de que no había sentido el tiempo pasar, luego de que le digeran que estuvo dos meses en esa cama inconsciente le resultaba un poco traumante, esa enorme casa, su casa, estaba extraña frente a sus ojos, notaba algo fuera de lo normal, no sabía si era por el tiempo transcurrido o por el mal presentimiento que se alojaba en su pecho, ya había aprendido a tratar ese sentimiento, y sabía que no era juego, si el lo sentía era porque algo bueno no iba a ocurrir.
–Chicos, nosotros nos vamos– informó el señor Park al detener el auto– te llamaremos luego para saber cómo te encuentras– refiriéndose a Jimin– descansa, te queremos, si surge algo solo llama.
–Gracias papá, también los quiero, cuídense mucho– los abraza.
– Tu también mi amor, luego te llamo ¿si?.
–Está bien mamá– le besa la mejilla.
La señora Kang, Jimin y Jungkook se adentraron a la casa, el rubio se dirigió a su habitación a descansar y Jungkook a la suya mientras que nana preparaba la cena, quería hacer algo que le gustara a su niño, quería complacerlo al menos en algo.
Luego de que todo estuvo listo se disponen a cenar muy tranquilos y mientras charlaban de cosas triviales, el timbre de la casa los saca de órbitas.
–¿Quién será?– pregunta Jimin– iré a ver.
–No te levantes, deja que valla yo.
–No, no te preocupes yo lo hago– se levanta y se dirije a la puerta abriéndola– ¿Qué desean?– pregunta a los dos chicos frente a él.
–Venimos a buscar a alguien.
–¿A quién buscan? no los conozco, nunca los había visto por aquí– dice extrañado.
–Estamos buscando al Fénix.
La cara de asombro de Jimin lo decía todo, aquellas palabras lo dejaron con un agujero mental.
–Jimin, ¿Qué pasa, quienes son?– dice el pelinegro deteniendo su avance detrás del rubio.
–A ti, te buscamos a ti– señala a Jungkook uno de los desconocidos.
–¿A mi?, ¿porque?, ¿qué quieren?– pregunta.
–Tu eres el salvador de este mundo, venimos por ti, Fénix.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro