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Capítulo 4: Ya no tengo fuerzas...

A veces hay que pasar por caminos difíciles para llegar a destinos maravillosos.




Cuando el mundo se derrumba ante nuestros ojos somos incapaces de actuar, se apodera de nuestra fuerza interior y todo nuestro eje de rotación queda colapsado ante su poder supremo, el dolor nos invade a tal punto de querer morir.

Esa mezcla imperfecta de sentimientos encontrados se fusionaron al corazón de Jungkook ahogándolo y quitando la poca fuerza que tenía para mantenerse en pie.

La poderosa mano de hierro que oprimía su alma le quitaba el aliento y las pequeñas gotas saladas que rodaban por sus mejillas se volvieron cascadas permanentes que caían al infinito precipicio de su dolor.

Alzó sus pesados brazos tal cual plomo y sosteniéndose de cuanto pudo llegó hasta un muy irreconocible rubio tendido a pocos metros del incendiado vehículo, la incesante lluvia que escurría de sus ojos ahora era una tempestad de odio e ira, haría pagar con creces aquel incidente así su existencia dependiera de ello, pero en ese instante la vida de una persona estaba en el más grave peligro.

–¡¡¡Jimin no...!!!, ¡¡¡no por favor, no me dejes, quédate conmigo!!!– los lamentos quebrados salieron al exterior golpeando más fuerte esa fatídica verdad.

–¡¡¡Dios mío!!!– los gritos de la señora Kang se hicieron presentes en todo el entorno.

–¡¡¡Llamen a una ambulancia, por favor!!!– decía casi sin fuerzas mientras sostenía en sus flácidos brazos el cuerpo inerte de Jimin.

–Ya está en camino señor.

–¡¡Jimin, a..aguanta por favor, no me dejes, tenemos muchas cosas por vivir todavía, aún no te he dicho cuanto te amo, cuanto te necesito en mi vida por toda la eternidad!!– lo abrazó aún más fuerte sintiendo su calor desaparecer dando paso al más frío hielo– ¡¡no, no, no me abandones, no!!, ¡¡que espera esa maldita ambulancia, ¿porqué no llega?!!

–Ju..Jungkook.

–¡Aquí estoy, aquí estoy, no te esfuerces, ya casi llega la ayuda, aguanta por favor!

–No queda tiempo– susurró.

–No me digas eso– acrecentó más su llanto lleno de lamento– verás que todo va a estar bien– lo abrazó firme mientras acariciaba su rostro.

–Quiero que cuides a nana, y a la empresa– cerró sus ojos.

–¡Abre los ojos Jimin por favor, abrelos!– sacudió levemente su cuerpo– ¡no me dejes solo, quiero estar a tu lado, tengo miles de cosas que contarte!– un grito desgarrador salió de su interior al sentir el frío cuerpo sobre él.

Las sirenas retumbaron en medio de aquel caos llegando al lugar.
Todo estaba lleno de policías, bomberos y paramédicos que acudieron para ayudar.

Con mucho cuidado levantaron el cuerpo de Jimin y lo subieron a una ambulancia y en menos de cinco minutos habían llegado al hospital.

–Esperen aquí por favor– dio la orden una de las enfermeras al llegar al área restringida.

–Tranquilo mi niño, todo va a estar bien, no te preocupes– le dio consuelo mientras se sentaban en uno de los sillones de espera.

–Tengo la esperanza de que así sea, no se que me haría si algo le pasara– las lágrimas adornaban aún sus pálidas mejillas

–Lo quieres mucho ¿cierto?.

–Puede parecer loco porque solo nos conocemos hace pocos días, pero lo quiero y mucho– una sonrisa de dolor capturó sus labios.

–Yo te entiendo, mi niño es alguien especial, muy pocos son como él, siempre había sido feliz al lado de personas que lo querían mucho, nunca sufrió, tampoco le había ocurrido algo así– las palabras rotas de la señora Kang golpearon el pecho de Jungkook.

–Si, se que soy el causante de esta desgracia, si yo no hubiera aparecido Jimin estaría muy feliz en casa cenando y sin ninguna preocupación– bajó su cabeza dolido y Kang colocó una mano sobre la suya.

–Eso no es cierto, no te culpes de cosas malas, al contrario, desde tú llegada he visto a mi niño más alegre y con un brillo especial en sus ojos, eso me pone muy contenta, nunca lo había visto así tan pleno, es verdad que este incidente ha sido muy fatal y que no sabemos como está ahora, pero se que es fuerte y que logrará salir adelante– besó el dorso de la mano de Jungkook.

–Gracias, muchas gracias por estar siempre– la abrazó.

–Familiares del paciente Park Jimin– avisó una doctora.

–¡Somos nosotros!.

–¿¡Qué noticias hay!?– preguntó el pelinegro.

–El paciente sufrió quemaduras de tercer grado, hay que realizar una operación de reconstrucción en las zonas más afectada, también tiene severas contusiones y una hemorragia interna que estamos tratando de controlar.

La pregunta que nadie quiere escuchar en esos casos pero que era de suma necesidad pronunciar, dolió en el pecho de Jungkook.

–¿Y..va a sobrevivir?– sujetó más fuerte el bazo de su acompañante.

–Debido a la gravedad del asunto, temo decirles que solo un milagro podría salvarlo, lo siento mucho.

El mundo de aquellas dos personas se vino abajo en ese instante, el dolor terminó por consumirlos y retenerlos en la oscuridad, los desgarrados gritos que brotaban de sus interiores era desconsolador para los que lamentaban la desgracia ajena, la señora Kang no pudo aguantar tanto dolor acumulado en su ya cansada alma y fue llevada por paramédicos para ser atendida después de sufrir un desmayo, Jungkook se encontraba dando vueltas de un lado al otro sin poder contener el llanto que ya había explotado, lamentaba una y mil veces haber permitido que Jimin saliera ese día, se lo habían advertido, aquel maldito desgraciado se lo había advertido, de lo que nunca fue consciente era que el rubio sería la víctima, el que más sufriría todo aquello, era desconsolador saber que ahora tenía a alguien con quien lo podían lastimar de la peor forma posible, pero su fuerte personalidad y deseos de cuidar lo que ahora lo hacían sentir completo era lo único que le bastaba para cobrar venganza, haría sufrir a aquel madito perro que fue capaz de tocar a su joya más preciada, puede que sea cierto el nombre que lo acredita pero un Jungkook lleno de odio y venganza es peor que el diablo mismo.

–Señor.

Los pensamientos del chico fueron interrumpidos por el médico a cargo.

–Si, dígame, ¿¡pasó algo!?, ¿¡cómo está Jimin!?.

–Ya la operación terminó, logramos detener la hemorragia y hasta el momento todo a sido un éxito, las próximas horas son cruciales para la recuperación del paciente.

–¿Eso que significa?– preguntó con un poco de miedo por la respuesta, no entendía mucho del tema, lo poco que logró comprender se debía a la extenuante clase que le había impartido Jackson.

–Que el paciente puede recuperarse de todo lo que vivió o simplemente no despertar nunca más.

Su corazón dio un vuelco grande tras esas palabras comprendidas a la perfección, ¿cómo es posible que la felicidad de un día se convierta en desgracia a los pocos segundos? La existencia de uno mismo a veces es cruel, se castiga a quien no lo merece y se reparten alegrías y prosperidad al ingrato desagradecido, así de imperfecto es el destino del cual no podemos escapar por ley de la vida.

–Yo le sugiero señor, que valla a descansar, no se ve muy bien, nosotros tenemos sus datos, cualquier acontecimiento se lo informaremos, siento mucho lo que está pasando.

–Por favor, sálvelo, se lo suplico– las lágrimas se hicieron presentes nuevamente en sus ojos.

–Créame que estamos haciendo todo lo posible, si es fuerte, logrará salir de esta.

–Gracias doctor.

–Es mi trabajo, si necesita algo solo llame, ahora si me disculpa me retiro.

Jungkook trató de calmarse y se dirigió a la habitación de la señora Kang.

–Hola, ¿cómo se encuentra?– preguntó al llegar junto a su cama.

–Ya estoy mejor, pero por favor no me trates de usted, puedes llamarme nana igual que lo hace mi niño.

–Está bien– bajó la cabeza

–¿Qué pasa?, ¿hay alguna novedad?

–Si, acabo de hablar con el doctor y dice que la operación fue un éxito y que las próximas horas son importantes.

–Hay que tener fe en que va a salir de esta, yo estoy convencida de que así será.

–Dios permita que así sea, ahora creo que lo mejor será irnos a casa, si hay algún percance nos informarán.

–Si, creo que es lo mejor, pero, ¿ya me puedo ir?– dijo al sentarse en la cama.

–Eso me dijo la enfermera, dice que ya estás bien pero que trates de no alterarte– la ayudó a ponerse en pie.

Y recogiendo sus cosas regresaron a casa.

Su fuerza de voluntad fue suficiente para dirigirse a la habitación de Jimin, se recostó en la cama y abrazó su almohada sintiendo el dulce aroma a sol y chocolate penetrar en sus fosas nasales dejando salir toda la tormenta que llevaba ya retenida desde el incidente, era un pesar que no lo dejaba respirar, esa sensación de que estas muriendo por dentro era imposible de manejar y aquello estaba agotando todas sus fuerzas, sentía que no podía, que no era suficiente para protejer al rubio de toda la maldad que lo acechaba, que a veces era mejor solución desaparecer y dejar atrás los problemas, pero eso era de cobardes y Jungkook no lo era, le daría la cara a la situación y así ganar o terminar abofeteado.

–De nada te sirve llorar– esa voz que tanto repudiaba lo hizo levantarse de inmediato.

–¡¡Eres un maldito hijo de puta, te juro que me las vas a pagar!!– dijo muy alterado y dispuesto a tatuar un puño en la horrible y asquerosa cara del monstruo pero su sorpresa fue mayor al ver que este fue traspasado, ni siquiera lo tocó.

–No te esfuerces, no lograrás tocarme ni un pelo– se burló.

–No necesito tocarte para hacer de tu existencia un infierno.

–En el infierno estoy ya, no se que otra cosa mala me puede pasar– dijo con ironía acompañada de una burlesca carcajada.

–Yo me voy a encargar de que lamentes tu repugnante existencia– la ira brillaba en sus ojos.

–Me gustaría ver eso– se sentó en el escritorio– pero no vengo a pelear, me apetece darte otra oportunidad.

–¡¿De que oportunidad hablas maldito infeliz!?– expresó alterado y sin pizca de paciencia.

–Estoy hablando del trabajo que no terminaste, vine a ofrecertelo nuevamente, si aceptas prometo dejar en paz a tu adorado gatito.

La carcajada de Jungkook dejó estupefacto al diablo que lo miraba con cara de espanto.

–En serio estás bien mal de la cabeza, te recomiendo a que vallas a un doctor, estás soñando mucho, ¿de verdad crees que voy ha aceptar?, solo en tu puta imaginación.

–Creo que se acabaron las oportunidades, conmigo no hay terceras, me las voy a cobrar todas, esta y cada una de las que me has echo en el pasado.

–El que si está seguro de que te las va a cobrar soy yo, ese estúpido nombre que llevas no es nada comparado con lo que te voy ha hacer, vas a lamentar haber existido.

–No creo que sin memoria logres algo– soltó una carcajada.

–Es verdad, no recuerdo quién soy– imitó la risa– pero eso no quiere decir que no valla a recordarlo, se que no soy humano, ya eso es un avance.

–¿Qué? ¿Cómo lo sabes?– dijo con miedo reflejado en su rostro.

Jungkook sonrió.

–Los recuerdos están volviendo poco a poco, en cuanto sepa lo necesario te voy a desaparecer de este mundo– lo amenazó.

–¿Entonces esto es una guerra?– preguntó.

–Es una guerra– afirmó– en la que solo habrá un ganador, y voy a ser yo– dijo Jungkook, lo que hizo que el contrario desapareciera.

Volvió a acurrucarse en la cama de Jimin pero unos toques en la puerta lo hacen levantarse nuevamente.

–Adelante.

–Jungkook, los padres de Jimin están al teléfono dicen que quieren hablar con su hijo, ¿qué les digo?

–Yo creo que es mejor que no se enteren por ahora, no les hará bien, vamos a esperar a ver que pasa, diles que está de viaje de negocios o algo así ¿está bien?

–De acuerdo mi niño, por cierto, ¿tienes hambre?,no has comido nada desde ayer ¿quieres que te prepare algo de cenar?.

–No, no te preocupes nana, no tengo apetito, tú ve y descansa, lo necesitas mucho.

–Está bien pero si deseas algo solo llama.

–De acuerdo.

El agotamiento tanto físico como mental acompañado de ese aroma adictivo para su organismo lo hicieron caer en el más profundo de los sueños.

En estos se veía reflejado luz, mucha luz a todo su alrededor, era muy hermoso, árboles verdes con flores color rosa adornaban aquel bello campo de cuento de hadas, el rocío presente en la hierba bajo sus pies era muy refrescante, el aroma de las flores y la brisa primaveral le brindaba una eterna satisfacción.

–Jungkook– lo llaman.

Esa voz, esa dulce voz que deseaba tanto escuchar estaba presente en sus sueños.

–¿Jimin?, ¿dónde estás?

–Estoy contigo Jungkook, en tu interior.

–¿Estás bien?– preguntó.

–No lo sé, la oscuridad me está ganando, trato de salir del túnel, de perseguir esa chispa de luz al final pero no lo consigo.

–No te des por vencido, tu puedes, yo estoy a tu lado apoyándote y siempre lo voy a estar.

–Esto me supera, es más fuerte que yo, no puedo combatir contra eso.

–¡Sí puedes!, ¡sí que puedes!, eres muy fuerte, te necesitamos Jimin, yo te necesito, nana te necesita, no nos abandones, por favor– su voz se quebró debido al nudo agónico alojado en su garganta.

–Ya no tengo fuerzas Jungkook, no tengo fuerzas.

La voz que se escuchaba clara y aguda se desvaneció por completo con aquellas últimas palabras.

–¡¡¡No Jimin!!!– se levantó de un salto, no sabía si aquello había sido un sueño o una pesadilla.

Pero el incesante sonido de un teléfono lo sacó del inicio de su debate mental, esperaba que todo estuviera en orden con Jimin y que las noticias fueran las mejores.

–¿Diga?– contestó.

–¿Es familiar de Park Jimin?

–Si, ¿porqué?, ¿qué pasó con él?.

–Lamentamos informarle que el paciente cayó en un coma profundo.

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