Capítulo 15: Fin.
Y si cuando morimos, la luz al final del túnel es la luz de otro hospital, y ahí estamos, naciendo otra vez y la única razón por la cual salimos llorando es porque recuerdas toda tu vida pasada, lloras por el hecho de que moriste y lo perdiste todo. Conforme creces, comienzas a olvidar tú vida anterior y te enfocas en la vida que tienes, pero pequeños recuerdos se quedan en tú memoria, causando los "dejavú". El día que menos lo pienses, todo se va a acomodar. Te vas a dar cuenta que es lo que realmente vale y que no. Aprenderás a que te importe menos lo que los demás piensen de ti, y lo que pienses de ti te importe de verdad. Te vas a dar cuenta de lo lejos que has llegado y vas a recordar la época en lo que todo parecía un desastre, como un proceso que tuviste que pasar para ser la persona que eres hoy, y sonreirás, sonreirás y estarás muy orgulloso de ti, y de lo que todas tus peleas, fallas y retos te han convertido. Admito que me consumió, me despedazó, me destrozó. Pero también admito que me hizo mirar hacia adelante y entender que todo en esta vida tiene un motivo. Y que cuando has sufrido mucho, llega el día en el que todo empieza a doler menos.
Desde que nacemos tenemos una misión en la vida, algunos la cumplen, otros no pero siempre nos acompaña ese deber o ese anhelo que queremos realizar, para Jimin fue exactamente así, deseaba desde sus entrañas vivir un amor profundo y lleno de alegrías, nunca imaginó encontrarlo de esa manera, pero lo sostuvo con todas sus fuerzas impidiendo que las adversidades lo arrastraran, luchó contra obstáculos que les imponía la vida, vivió momentos felices y otros no tanto, pero nunca se rindió, y la vida lo recompensó por ello.
-Amor, ¿me escuchas?- el eco de aquella voz dentro de su cabeza lo hizo despertar.
En sus opacos ojos se encendió ese brillo que le devolvía su alma y ser interior al divisar lo que más amaba en el mundo, las comisuras de sus labios se alzaron hacia arriba dejando ver una encantadora sonrisa hipnótica para todos los presentes que suspiraron aliviados.
-¿Qué pasó?, ¿porqué estoy aquí?- pregunta el rubio mientras intenta reincorporarse.
-Todavía estás débil, no te esfuerces, ya todo está bien, por fin somos libres- la sonrisa que el pelinegro le brindó le dio paz y tranquilidad, por fin podía respirar aliviado.
-¡Tremendo susto que nos dieron!- interviene Taehyung- pero gracias a Dios ya están a salvo.
Los rostros felices de los seis chicos a su alrededor le hicieron saber que todo había terminado.
-¿Cómo es que vine a parar aquí?- pasea su vista por la habitación de hospital en la que se encontraban.
-Los vencimos cariño, logramos acabar con toda la maldad y la destrucción en el mundo.
Las imágenes de aquel suceso invadieron su cabeza, ahora lo recordaba todo.
-¿¡Estás bien!?- le pregunta a Jungkook mientras coloca una mano en su mejilla.
-Tranquilo, yo estoy bien, al principio fue muy duro para los dos, pero todo este tiempo me sirvió para reponer fuerzas y recuperarme- trata de tranquilizarlo.
-¿Todo este tiempo?, ¿hace cuánto estoy aquí?.
Jungkook mira a Taehyung y este hace un leve asentimiento de cabeza.
-Hace seis meses- responde.
-¿¡Seis meses!?, ¿¡Cómo es posible!?.
-Lo que pasamos no fue nada fácil, estamos vivos de milagro.
-¿Me pueden decir que fue lo que ocurrió?
-Yo se lo cuento- intervino Tae deteniendo al pelinegro- imagino que debes de recordar algo, ¿no es así?- el contrario asiente- bueno, luego de que se apuñalaron salieron de sus cuerpos los poderes que les habían otorgado, me refiero al Fénix y al Nefilim redentor, ambos unieron fuerzas y así lograron acabar con Lilith, que resultó ser la que manejaba a la marioneta de su padre, ella fue la verdadera causante de todo, por ello nunca dio la cara hasta el final.
-¿Qué más ocurrió?- Jimin lo insita a continuar.
-Su deber desde un principio fue ese, como ya saben, el de liberar a la Tierra de la destrucción, pero había un inconveniente, la manera para hacerlo estaba oculta, tenían que descubrirlo por sí solos, nunca imaginé que lo fueran a lograr, pero al ver que preferían morir por sus amigos estuve seguro de que lo iban a conseguir, y lo hicieron, pero- hizo una pausa y los miró a ambos- el poder que los había acompañado toda su vida, ya no está, ahora son simples mortales.
Aquella noticia inundó el corazón de ambos chicos de la más pura alegría, por fin vivirían su amor como personas normales, sin enemigos ni demonios queriendo hacerles la vida imposible.
-¡Por fin!, ya no hay nada que nos detenga- expresa Jimin rodeando a Jungkook en un abrazo.
-Ahora es nuestro turno de ser felices- captura sus dulces labios en un profundo beso.
-Tortolitos- los llama Namjoon y todos ríen- de verdad me alegro que todo haya terminado bien, ese era nuestro anhelo desde el principio, pero ahora tenemos que irnos, nuestra misión aquí ha terminado, les deseo toda la felicidad de este mundo en su larga vida juntos, que estoy totalmente seguro de que así será.
-Adios Nam, te extrañaremos mucho- dicen al unísono mientras él sale.
-Creo que también es mi hora, debo irme, les agradezco por todo lo que hicieron por mi- expresa Hoseok- me voy de aquí llevando conmigo la felicidad, los quiero- abandona el lugar.
-¿A que se refiere?- pregunta Jimin sin entender sus palabras.
-Yo si se a que se refiere- sonríe Yoongi- tal vez pronto les llegue una invitación de boda, hasta luego, algún día nos volvemos a ver- sigue el camino antes recorrido por su ahora novio.
-¡Wow!, ¿es enserio?- se asombra Jungkook.
-Me temo que sí, yo lo predije, como dicen por ahí, del amor al odio...
-Solo hay un pasó- completan la frase.
-¡Exacto!- sonríe Jin- es hora de mi partida, los quiero mucho a ambos, les deseo la mayor e infinita felicidad que pueda existir en el mundo, aquí tienen- le extiende un papel con una dirección escrita.
-¿Qué es?.
-Mi nueva casa, de Namjoon y mía, pueden ir a visitarnos cuando quieran, seguro mis hijos querrán conocer a los suyos- sale de la habitación dejando a ambos chicos con la boca abierta por la información.
-Pues falto yo- ríe nervioso- quería que supieran que me regreso a mi hogar, al cielo, allí es a donde pertenezco, me gustó mucho compartir estos momentos que a pesar de que no fueron los mejores, me enseñaron que en las peores circunstancias es donde surgen los mejores amigos, y así los considero, nunca los olvidaré, los quiero mucho- se acerca y los rodea en un abrazo.
-Cuídate mucho por ayá arriba- dice Jimin mientras seca sus lágrimas.
-También te vamos a extrañar- completa Jungkook.
-Adios- susurra mientras desaparece como el humo.
Un segundo de silencio colmó el lugar solitario.
-¿Y ahora que hacemos?- preguntó curioso el rubio.
-Ahora- besa sus labios- es nuestro turno de ser felices- ahora, nos vamos a casa.
...UNA SEMANA DESPUÉS...
-¡Eso no va ahí!, colóquelo a un lado de la pista.
-Señora- la llama Jin- yo me encargo de todo aquí, valla con su hijo.
-Gracias querido- palmea su hombro.
Con una gracia inigualable, algo que los años no le pudieron quitar, sube las escaleras en dirección a la habitación de su hijo, con los nudillos de la mano derecha hace sonar la madera.
-Adelante- escucha la invitación.
-Hola hijo- se adentra al lugar- ¡pero mira que guapo estás!, cuando Jungkook te vea así seguro caerá desmayado.
-No es para tanto- ríe por el comentario de su madre.
-¿Cómo que no?, lo que te digo es poco, enserio estás deslumbrante- se acerca y lo abraza- te amo mucho mi niño.
-Yo también te amo mamá- dice con los ojos cristalizados.
-¡No!, no puedes llorar o estropearás el maquillaje- le seca las lágrimas- venía a verte porque quería que supieras que te deseo lo mejor de este mundo, incluida la más inmensa felicidad.
-Gracias mamá, me alegro de que estés a mi lado en este momento tan especial, no me va a alcanzar la vida para agradecerte tus cuidados.
-No me tienes porque agradecer, y a pesar de no ser tu madre biológica te quiero como si fueras de mi propia sangre, te quiero más que a mi vida- con los ojos llenos de lágrimas abre sus brazos hacia él siendo correspondida en el abrazo- bueno, hoy es un día feliz, así que tienes prohibido llorar.
-De acuerdo- sonríe mientras limpia sus lágrimas y las de su madre- quería preguntarte desde hace días por nana, ¿porqué no está aquí?
-No te preocupes por ella, está más que bien, conoció a una persona muy especial y ahora están paseando por las Islas Griegas.
-Eso sí que no me lo esperaba- sonríe- espero verla pronto, la extraño mucho.
-Y ella a ti, por eso me pidió que te entregara esto- le extiende un sobre y el contrario con mucho cuidado lo abre.
-¿Dos pasajes a Jeju?
-Así es, me dijo que te estaba eternamente agradecida por todo lo que habías echo por ella en el pasado, así que ahora que puede permitírselo quiso regalarles la luna de miel.
-No tengo palabras- una lágrima hace acto de presencia rodando por su mejilla- si llama dile que Jungkook y yo le agradecemos el gesto.
-Se lo diré- hace una pausa- tal vez pienses que no es el momento adecuado pero hay alguien que quiere hablar contigo.
-¿Quién?
En ese instante la puerta es abierta dejando ver a la figura de su padre.
-Hola hijo- saluda apenado.
-Hola papá.
-Quería pedirte disculpas por todo, siento mucho como me comporté el día que me enteré de que estabas saliendo con un hombre, por eso te pido perdón- dice sincero.
-No tengo nada que perdonarte, entiendo tu reacción, solo querías lo mejor para mi, y quiero que sepas que lo mejor para mi tiene nombre y se llama Jungkook.
-Lo sé hijo, ahora más que nunca soy consiente de ello, por eso los apoyo totalmente, eres mi único hijo y solo quiero para ti lo que te haga feliz.
-Gracias papá- se acerca y lo abraza.
-¡Jimin!- lo llama una voz proveniente del otro lado de la puerta- ya es hora, tienes que bajar.
-Ya voy- avisa.
-Yo los espero abajo- anuncia su padre.
-No- lo detiene- quiero que ustedes dos me acompañen al altar.
Ambos sonríen de alegría y con su padre al lado izquierdo y su madre en el derecho bajan las enormes escaleras que eran adornadas por rosas rojas y blancas, cintas por todos lados se extendían abarcando las grandes paredes, globos azules y amarillos atados del pequeño techo que resguardaba del sol a los invitados. La decoración era magnífica, la fina hierba perfectamente podada era pisada por sus zapatos mientras avanzaba con la marcha nupcial resonando en aquel abierto lugar, que era el jardín de su nueva casa. Ver a Jungkook junto al padre, con una sonrisa que se reflejaba en toda su cara lo hicieron derramar lágrimas de regocijo, nunca pensó que ese maravilloso día llegaría, y ahí estaba, cumpliendo uno de sus sueños con la eterna limerencia que anhelaba su ser desde un principio, era feliz junto a su novio y en pocos minutos atarían sus vidas para siempre incluso, más allá de la muerte.
Llegaron al lugar, Jimin se sienta al lado de Jungkook y el padre comienza la ceremonia.
-Estamos aquí, reunidos, para unir en matrimonio a éstas dos personas que desde hoy se juran ante Dios, lealtad y amor eterno- hace una pausa, y mira al pelinegro- Jeon Jungkook, ¿acepta a Park Jimin como legítimo esposo?, ¿promete serle fiel en las alegrías y en las penas, en la salud y en la enfermedad todos los días de su vida?
-Acepto- sonríe mostrando sus perfectos dientes blancos.
-Park Jimin, ¿acepta a Jeon Jungkook como legítimo esposo?, ¿promete serle fiel en las alegrías y en las penas, en la salud y en la enfermedad todos los días de su vida?
Lo mira a los ojos profundamente y con lágrimas escurriendo por sus mejillas mientras mostraba una de sus más lindas sonrisas, responde:
-Si, acepto.
-Es hora de los anillos- anuncia el sacerdote- mientras se los colocan digan sus votos.
Jungkook toma uno con sus dedos temblorosos mientras sostiene la mano de Jimin para colocar el anillo.
-Que la sinceridad, el respeto, la pasión y el amor sean siempre los valores que sustenten lo nuestro, porque no necesitamos grandes cosas, porque yo solo necesito que tú estés a mi lado para ser feliz. Prometo que, en esta vida que nos espera juntos, estaré siempre a tu lado y te querré hasta cuando me pongas de los nervios- esas palabras provocaron risas entre en público que los veía llenos de alegría- amor es lo que siento cuando te miro a los ojos- coloca el anillo.
Jimin imita la acción antes echa y hace lo mismo con Jungkook.
-En toda mi vida nunca he sido más feliz que ahora mismo como lo soy contigo, el amor que siento por ti es un impulso, una necesidad, mi necesidad de estar a tú lado sin importar las adversidades de la vida. Prometo reponer el papel higiénico siempre- Jungkook aguantó la risa- prometo aprender a cocinar y prepararte algo nuevo todos los días. Prometo hacer lo que sea para que te den esos ataques de risas que no puedes parar, pero sobre todo prometo amarte cada segundo de mi vida aún cuando ya no esté en este mundo- terminando sus votos coloca el anillo.
-Por el poder que me confiere la ley, yo los declaro esposos, pueden besarse.
Jungkook toma el rostro de Jimin con ambas manos y junta en un muy acaramelado beso, sus labios, deseosos de sentir el calor que le proporcionaba la boca de su ahora esposo, se movían al más perfecto compás echo solo para ellos, los aplausos de los invitados junto a los vítores de "vivan los novios" no faltaron en llegar, así como los saludos y las felicitaciones, aquel momento no podía ser más perfecto.
La fiesta comenzó, las pocas personas invitadas eran compañeros de trabajo de Jimin y su familia, contando algunos amigos como Jin y Namjoon, todos bebían, comían, bailaban y cantaban al ritmo de la música, el ambiente alegre que reinaba el lugar era algo que Jungkook y Jimin no se imaginaron vivir, pero ahí estaban, casados y con una vida por delante sin interrupciones.
-¿Qué te parece si despedimos a todo el mundo y nos quedamos solitos?- dice Jungkook mientras pega a Jimin a su cuerpo y besa su cuello.
-Que pervertido eres- dice riendo.
-Pero te encanta este pervertido- le muerde el lóbulo de la oreja.
-No lo niego, me fascina tu perversión- besa sus labios- pero vas a tener que esperar a que lleguemos.
-¿Lleguemos a dónde?- pregunta mientras se separa un poco para mirar los ojos achocolatados del rubio.
-Pues a nuestra luna de miel.
-¡Ah!, cierto, ya recordé, tenemos que agradecerle mucho a nana por ese gesto tan maravilloso.
-¿Ya lo sabías?- preguntan extrañado.
-Así es, nana me llamó esta mañana y me dijo lo de los boletos, le agradecí mucho por todo y le deseé unas estupendas vacaciones- responde.
-No es justo- hace puchero- no me dijeron nada.
-No te enfades con ella, solo queríamos darte la más agradable sorpresa- lo pega aún más fuerte- va a ser una luna de miel inolvidable- sonríe pícaro contagiando a su chico.
-Ya- golpea el hombro de Jungkook- ¿qué dice? ¿Cómo la está pasando por esas Islas?- sonríe- quien lo diría, nana con un novio millonario, estoy muy feliz por ella, se lo merece.
-Dice que la está pasando de maravilla, que nos desea lo mejor y que te extraña- besa los labios contrarios- ¿Qué te parece si adelantamos lo que vamos ha hacer en la luna de miel?- cambia de tema mientras sostiene fuerte de la cintura a su ahora esposo.
-No me canso de repetirlo- sonríe divertido- eres un caso perdido.
-Tú caso perdido.
-Si, mi perdido, vamos no podemos hacer esperar a los invitados, ya tendremos tiempo para estar solos.
-De acuerdo- dice resignado.
Salen de la habitación encontrándose con Jin y Namjoon en el pasillo.
-Me debes cien mil wons- Jin estira su mano hacia Nam y este deposita el dinero.
-¿Qué pasó?- pregunta Jimin extrañado.
-Que mi querido esposo acaba de perder una apuesta- confiesa.
-¿Qué apuesta?- interviene Jungkook.
-Pues que al decidir venir a buscarlos le dije a Nam que ustedes estaban de calenturientos y que por eso habían desaparecido de la fiesta- hace una pausa y mira la camisa por fuera y el maquillaje corrido de Jimin- y por las fachas que traes, veo que gané.
-¿Pero que dices?- se defiende Jimin- obviamente no hicimos nada de lo que estás pensando.
-Viste, Jimin lo acaba de desmentir, así que devuélveme el dinero- Namjoon acerca nuevamente una mano y da golpes en la palma de esta con los dedos.
-¿En el cuarto hay cámaras?
-No- responden al unísono.
-Pues como no hay pruebas de que lo que dicen es cierto, el dinero sigue siendo mío- sigue su caminar ágil de gacela pasando de largo.
-Lo que quería era quitarme los cien mil wons- dice Nam mientras sigue detrás de Jin.
Jungkook y Jimin no paraban de reír por las ocurrencias de aquellos chicos, querían seguir su ejemplo de tener una relación duradera y divertida como aquella.
Tomados en la mano bajan a la fiesta echa para ellos.
-¡Chicos!- grita Ye Jin mientras se acerca a pasos rápidos a ellos- ¿ya tienen todo listo?
-Si mamá, ya arreglamos las maletas.
-¿Y qué esperan?- los apura- van a perder el vuelo.
-¿Qué hora es?- pregunta Jungkook.
-La 1:30pm, el avión sale en media hora.
-Entonces vamos a despedirnos- habla Jimin.
-Adelántate tú, yo voy por las maletas personales- se va.
-Bueno, cariño, espero que tengan un buen viaje y la más dulce de las lunas de miel- se abrazan- te voy a extrañar mucho este mes que no vas a estar conmigo.
-Yo también te voy a extrañar, pero un mes pasa volando, pronto estaré de vuelta y podrás visitarme cuando quieras- sonríe mientras seca una lágrima que rodaba por la mejilla de su madre.
-Ya estoy aquí- anuncia el pelinegro al llegar con dos maletas.
-Cuídate mucho tú también querido- lo abraza.
-Gracias- sonríe.
-¿Se iban sin despedirse de mi?- grita Jin mientras corre hacia ellos.
-Claro que no, seríamos incapaces- finge Jimin mientras se abrazan.
-Te creo- dice el chico en su oído.
-¿Qué cosa?.
-Que no hicieron nada, pero quería quitarle dinero a Nam, nunca me da cuando le pido, así que esa era la mejor oportunidad.
-De acuerdo, no diré nada- sonríe y se separan.
-Buen viaje- les desea.
-Gracias.
-Hijo mío, cuídate mucho, te estaremos esperando cuando vuelvas- se acerca su padre.
-Por supuesto que si papá- lo abraza mientras se dan palmaditas en la espalda.
-Y tú- señala a Jungkook- me lo cuidas.
-Claro señor.
-Ya tenemos que irnos, vamos retrasados, los quiero a todos- dice mientras se suben al auto rumbo al aeropuerto.
Todos se despidieron con las manos mientras el coche se alejaba de la casa. La felicidad los inundaba cada vez más, iban rumbo a compartir una vida llena de alegrías juntos, su destino era próspero y era todo lo que merecían después de lo sucedido.
El vuelo fue calmado, Jimin dormían recostado al hombro de su esposo mientras el otro escuchaba música. Contentos y tomados de la mano estaban dispuestos a recorrer el camino de la libertad sin ningún obstáculo de por medio.
El gran hotel en el que reservaron habitación para ellos los dejó asombrados, tenía de todo tipo de lujos y comodidades, que solo algo con la muy amplia categoría de cinco estrellas tenía. Subieron a la suite presidencial, nunca imaginaron que aquella enorme mansión sería la designada para ellos durante ese mes, se merecía esa categoría, era sumamente grande, casi como su nueva casa, contaba con todo tipo de cosas que sobraban para satisfacer sus necesidades.
Mientras Jimin desempacaba la maleta veía como Jungkook caminaba de un lado al otro pegado a su teléfono, le extrañó un poco aquella acción, se suponía que debían estar desconectados del mundo exterior, al menos lo que durara la luna de miel.
-¿Ya has terminado?- pregunta el rubio.
-¿De qué?
-De las llamadas que estabas haciendo, pensé que no habías dejado trabajos pendientes.
-No es eso, solo estaba preparando tú sorpresa.
-¿Sorpresa?- preguntó con la chispa de alegría iluminado sus ojos.
-Si, ahora quiero que pares lo que estás haciendo y me acompañes.
-De acuerdo- se levanta y tomados de la manos salen del hotel.
Al cabo de varios minutos a Jimin le picaba la curiosidad, ¿en dónde se encontraba su sorpresa? La noche estaba callendo y aún no llegaban por lo que empezó a impacientarse.
-¿Falta mucho?
-No lo creo.
-¿Tú ya lo viste?- pregunta desesperado.
-Si, lo hice por fotos.
-Eso no es justo no me dejaste verlo- hace puchero.
-Jimin, no te quejes, haz hecho tanto por mí que lo más lógico que podría suceder en este caso es que sea yo quien te de la sorpresa, ¿no crees?- lo miró con una ceja enarcada.
-No, lo que he hecho, ha sido de corazón porque te amo- expresa sincero el rubio.
-Yo también te amo, pero no te diré nada, ven aquí- colocó sus manos encima de los ojos de Park- camina, no tengas miedo, yo estoy aquí.
-¿Por qué tanto misterio?
-Ya verás- sonrió divertido.
Jeon retiró sus manos lentamente cuando llegaron al área de la playa, aún llevaban sus trajes de boda puestos. Para el más bajo la vista era un sueño hecho realidad. Las olas del mar formaban los sonidos más hermosos en contraste con la ocasión.
En un lateral yacía una enorme cama con doseles, vestida por sábanas de seda cremosas y en ellas se encontraba un corazón relleno con pétalos de rosas y dos cisnes en medio formando un corazón con sus cabezas, bañando sus plumas de los pétalos rojos como la sangre y brillantes como el sol.
Esta contaba con un techo plano. En el habían dibujado aves blancas volando libres, en el arrebol del atardecer. Un sol que se escondía dando paso a su ama reina de las noches. El velo fino y delicado caía a los costados, aprisionados, firmemente, de los doseles por moños blancos con decoraciones doradas y rojas.
Al lado de la cama, se hallaba una mesa, blanca y roja al igual que casi toda la decoración, rodeada de velas aromáticas que le daban ese toque de belleza y romanticismo. Sobre ella, organizadas a la perfección, dos copas de champan, acompañados de la botella y un hermoso portavelas con velas que iluminaban tenuemente el pequeño espacio.
Esta era acompañada por sillas cubiertas con telas algodonadas y envueltas con finos bordados rojos, dorados y azules. También se encontraba la pulcra y elegante vajilla de porcelana en espera de ser útil durante la cena. El camino hacia ella, al igual que hacia la cama, era guiado por un recorrido de pétalos rosados, rojos amarillos y blancos.
Todo no parecía más que un sueño del cual nuca quería despertarse. Deseaba permanecer en ese lugar por el resto de su existencia si tenía a su lado al amor de su vida. Las lágrimas hicieron acto de presencia en su rostro provocando un fuerte abrazo desbordado de amor brindado por el más alto.
-Mi amor, no llores, es lo mínimo que puedo hacer por ti, con todo el amor que llevo dentro- se separó unos centímetros de él, sin detener sus saladas gotas de agua, y lo observó fijamente a los ojos.
-No Jungkook- tomó su rostro entre sus manos y lo acarició delicadamente con sus pulgares- esto que has hecho es increíblemente hermoso, te lo agradezco mucho, y aunque no me hubieras dado nada, no importa, solo me importa que eres la persona que más he amado y amo en este mundo. Eso es lo único que debe llenar nuestra felicidad, porque tú sientes lo mismo que yo y solo eso me basta.
Jeon atrapó sus labios en un apasionado beso mientras lo apretaba más contra su cuerpo, si es que eso era posible. Le demostraba mediante esa vía que el amor que sentía no era falso y que haría lo que fuese por hacerlo feliz aún cuando la muerte los envuelva con su manto oscuro.
Fue guiándolo hasta la cama, donde depositó suavemente el cuerpo de Jimin, intentado no hacerle daño con ningún movimiento. Era un cristal precioso que debía cuidar con su vida. Con el beso aún persistente, recorrió el cuerpo contrario desde los muslos hasta los hombros. Park se estremecía con cada toque de su amado. El más alto retiró el saco y la corbata de ambos una vez que sus cuerpos necesitaron oxigeno para seguir funcionando.
Jungkook se deshizo de las prendas de ambos en cuestiones de segundos, dejando anonadado a un pequeño que yacía sobre la cama, desesperado por entrar en acción. Volvió a recorrer el cuerpo del más bajo mientras este disfrutaba de su embriagante sabor y calor corporal. Jeon intentaba ser lo más delicado posible, porque esta vez estaba haciéndole el amor a su pareja.
Trasladó sus besos húmedos a la zona del cuello y movía lentamente sus caderas, frotándose ambos falos, sacándole ruidosos gemidos al contrario. Agradecía que fueran los únicos en la playa para ese momento. Sus toques no cesaron y los jipidos se hacían cada vez más fuertes. Sus grandes manos apretaban con deseo los glúteos del cuerpo bajo el suyo. Su boca devoraba con fervor la de Jimin.
La cordura para ambos había quedado en el último de los lugares.
-¡Ah!, Ko..kook, no quiero..que..¡ah!..vallas lento- un grito ensordecedor abandonó sus labios cuando el pelinegro atrapó su endurecido pezón entre sus dientes y sus dedos estimulaban todas las zonas nerviosas que podía, de su entrada.
-Jimin- llamó captando la atención contraria- quiero hacer de esta vez, una ocasión inolvidable para los dos- el rubio asintió erráticamente por el placer, puesto que Jungkook no había detenido sus manos.
Succionó el otro pezón y mordió hasta que creyó que era suficiente, bajó lentamente por el medio del pecho, dejando a su paso un recorrido de besos húmedos y chupones- que mañana serían marcas rojas o morado verdosas-, hasta el ombligo. Lamió y besó este hasta llegar a la base del pene contrario en lo que sus manos se paseaban por sus piernas y muslos, brindándole más placer.
Una mano de Jimin sujetaba, cruel, las delicadas sabanas bajo él, la otra permanecía enredada entre las hebras azabaches, para mantenerlo atrapado en su sexo. El placer que reinaba en su sistema era inmenso cuando Jungkook le hacia un oral tan profesional. Su lengua acariciaba su eje desde el vientre bajo hasta el glande cada que lo engullía, llegando a lo profundo de su garganta.
Sus manos lo ayudaban a masturbarlo en la base cuando succionaba con devoción la primera parte del falo. Bajó hasta la base del miembro, besó y succionó suavemente la zona del perineo y los testículos mientras su mano masturbaba, de forma exquisita, su pene y volvió a engullirlo hasta lo más profundo que pudo en su garganta. Este palpitaba anunciando su ansiado orgasmo, así que colocó un dedo encima de su ínfimo orificio para detenerlo.
-No te puedes correr aún o será doloroso para ti después y no quiero que eso pase.
Park asintió rápidamente por varios segundos abriendo sus piernas para que el contrario lograra mejor acomodo entre ellas. Besó con ahincó las caras interiores de sus piernas y muslos. Al estar ubicado en la posición deseada retomó aquel beso olvidado de hace varios minutos atrás, sus papilas gustativas degustaron los sabores favoritos de cada uno. Las caderas de Jeon mantenían un vaivén, rozando ambos miembro, aumentando el placer de sus organismos.
El más alto coloco los brazos a cada lado de la cabeza del pelirubio para mantener su peso equilibrado y utilizó su lubricante natural para humedecer su propio miembro y alinearlo en la apretada entrada que lo reclamaba con ansias, para ser llenada.
La entrada de su apertura abrazó fuertemente la cabeza de su eje sacándole un bajo gemido de satisfacción. Era increíble como le fascinaba sentir la estreches de sus paredes internas envolviendo su falo y estaba seguro de no aburrirse nuca. Podía pasar su vida entera de ese modo.
-Mg..¡ah!- el pelinegro se introdujo lentamente para no causarle daños debido a que no usaron lubricante fabricado.
-Mmm, Jimin, si me sujetas el trasero de esa forma, dudo que pueda contenerme por más tiempo- dijo como pudo, aguantando sus deseos de penetrarlo de una sola estocada.
-No quiero que lo hagas..- inhaló profundo- no entiendes que así me desespero más... ¡esto es una tortura!.- gritó desesperado.
Jungkook lo besó para callarlo, gemidos y palabras fueron ahogadas en su cavidad bucal. Ambos gimieron sonoramente cuando su pene entró completamente en el interior de Jimin y este envolvió sus caderas haciéndolo entrar aún más profundo en él.
Jeon alcanzó el lóbulo de su oreja para lamerlo, intentado distraerlo y aliviar el dolor que sabía que sentía debido a la condición actual. No quería hacerle daño, deseaba hacer, de ese día, el más especial de sus vidas si era posible.
El rubio mordió su labio inferior en un vago intento por acallar sus gritos de placer mientras encarnaba, cada vez más, sus uñas en la ancha espalda de su esposo. La penetración era lenta pero profunda, rozando firmemente su próstata, enviándolo al cielo para ver los ángeles y agradecerles por semejante regalo.
Jungkook besó nuevamente los labios de su deseable pareja aún cuando sus caderas seguían el patrón del vaivén. Tomó las manos de Jimin entre las suyas para entrelazarlas, sus respiraciones eran cada vez más irregulares. El corazón se aceleraba con cada embestida, que parecía querer abandonar sus cuerpos.
Sus anatomías rozaban, bañadas en sudor, temblando por las sensaciones que experimentaba, nunca antes lo habían hecho tan lento y demostrando todo el amor que contenían en sus pechos. Porque eso era lo hacía, abrirle paso a los sentimientos almacenados y que no pueden explicarse con tan solo palabras.
-Jung...kook...Jungkook mírame a los ojos- murmuró con voz agitada y este lo miró mientras seguía el ritmo torturador de sus caderas- te amo... te amo con todo mi corazón.
Las brillantes gotas saladas adornaron el rostro de Jimin cuando pronunció aquellas palabras. Jungkook sonrió tierno ante la acción y colocó sus manos alrededor de la cara contraria acariciando sutilmente, con sus pulgares, las mejillas de su chico mientras secaba las lágrimas incesantes, que se fugaban de sus lagrimales, con tiernos besos.
Bastó un último beso de amor para que los gemidos de éxtasis fueran acallados por la unión de sus bocas, conduciéndolos al clímax, Jungkook soltó las manos del rubio, las cuales fueron a parar nuevamente a su espalda, y las suyas lo sujetaron fuerte de la parte trasera de los hombros sin dañarlo. El preciado orgasmo los golpeó en el momento justo, jipiaron sonoramente durante el tiempo que se presentó y el alto terminó desplomándose encima del más bajo.
Al cabo de unos minutos, la pareja de recién casados se hallaban acurrucados en la cama, cubiertos hasta la mitad de sus anatomías por las calientes mantas. Jimin estaba acostado con medio cuerpo sobre el de Jungkook trazando círculos con sus dedos sobre su pecho y este último acariciaba sutilmente su espalda y brazo.
El pelirubio alzó su vista para encontrase con la opuesta.
-Gracias.
-¿Por qué?
-Por hacerme el hombre más feliz de este mundo- besó su pecho desnudo.
-No- Jimin lo miró- gracias a ti por ser tan maravillosa persona y por permitirme estar a tu lado hasta el fin de nuestros días- besó la coronilla de su cabeza.
-Te amo.
-Yo también te amo.
-¡Yo te amo más!- gritó.
-¡No, yo más!- dijo pegado a sus labios y devoró estos con fervor en un apasionado beso lleno de amor- te amo- besó su rostro- te amo- besó otra parte de su rostro- te amo- besó otra más- te amo- todo entre risas provenientes de Jimin.
-Basta, me haces cosquillas, yo igual te amo mucho, mucho, mucho- lo abrazó fuerte y rió sonoramente al recordar algo que les había pasado.
-¿De qué te ríes?
-Recuerdas la vez que estábamos en la empresa, y tenías muchas ganas de hacer el amor, terminamos en el baño y de la nada apareció mi madre buscándome y tú desesperado porque no nos decubriera querías tirarte por la ventana- ambos rieron.
-Si me acuerdo, fue horrible, Dios, nos arruinó el momento- sonrió admirando su rostro.
-Te amo.
-Y yo a ti- quedó encima de él y mirándose como si fueran deidades, con la más pura devoción, iniciaron un nuevo beso, mismo que daría continuidad a una noche llena de pasión, la primera noche que coronaría el comienzo de su futura vida juntos.
El destino proporcionó ese reencuentro, esa cadena de la cual ellos eran rehenes los ataba de por vida, no eran conscientes de que sus mundos habían estado conectados por sus yo del pasado, jamás imaginaron eso, pero aquel día frente al altar juraron una única cosa: que no importaría cuán lejos estuvieran el uno del otro, siempre el cariño y el amor que se brindarían en su vida juntos, permanecería por toda la eternidad.
El amor como todos somos conscientes es un sentimiento que nos colma el corazón de la eterna felicidad, para el que solo se necesitan dos personas dispuestas a dar la vida por el otro, para Jimin ese amor se convirtió en la más pura realidad, además de ciertas características especiales que acompañaron el suyo, como esas alas de fuego que lo protegieron de todo lo malo hasta que su deber en este mundo fue cumplido, y la sonrisa más encantadora que jamás había visto lo acompañó en toda esa lucha.
JIMIN: Porque nunca es tarde y el tiempo solo se acaba cuando la vida termina. Y hasta ese momento siempre existirá nuestro amor.
JUNGKOOK: Te hago una promesa: viviremos cada día de manera memorable y digna, para que cuando mires hacia atrás y veas todos esos años que pasamos juntos, sonrías al ver el cúmulo de gratos recuerdos, de risas, de abrazoso, de amor, porque al final eso es lo único que importa.
SOLO IMPORTAMOS TÚ Y YO.
FIN.
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