"Fuiste la forma más triste y bonita que tuvo la vida de decirme que no se puede tenerlo todo. Me quedo con la sonrisa de la última vez que nos vimos"

Las altas paredes de concreto que a su alrededor se encontraban le impedían ver en que dirección lo conducían sus pies descalzos y llenos de heridas, el camino cubierto de piedras le hacía más lento su andar pausado, los bultos filosos impactaban profundo a través de la fina piel sedosa que envolvía la planta de sus flácidos miembros utilizados para caminar, en sus recónditos pensamientos titilaba la incógnita sin respuesta a formular ¿en dónde estoy?, buscaba bien adentro del túnel sin luz que era la masa dentro de su cráneo, pero le fue inútil, la única opción no descartada que le quedaba viva era seguir su doloroso paso a paso, con el que hasta ahora no había logrado avanzar mucho, quería morir, quería que el ñuzco hiciera acto de presencia frente a sus ojos y le arrebatara el hilo a punto de reventar que era su vida, ya no la quería, pero en ese segundo su cerebro le reflejó a la persona por la cual estaría dispuesto a vencer la muerte, lo divisó tan hermoso que sus ojos dolieron, recordó toda la felicidad que compartieron juntos, que a pesar de ser escasa, fue suficiente para que su sola existencia dependiera de aquella cegadora sonrisa que solo él le podía regalar, la fuerza de voluntad que le brindó aquella imagen fue suficiente para que alzara la capa que cubría sus ojos, pero aún así, la negrura bañaba aquel sitio desconocido.

–¡Impresionante!– vocifera una voz detonante y rasposa que se escuchaba muy cercano a su posición– tienes mucha resistencia, ¿cómo es posible que aún estés vivo después de haberte atravesado el pecho unas diez veces?, creo que el Creador hizo bien su trabajo al crearte, se suponía que tenías que volverte senisas, pero aquí estás.

–E..eres un maldito– la voz del pelinegro salía casi inaudible debido a los golpes y las torturas que había recibido todo ese tiempo.

–Esas mismas palabras se las decías a mi hermano, pobre– su cara denotaba fingida lástima– fue tan iluso en creerlas, por eso ahora está muerto, pero conmigo es diferente, soy mayor que él, por lo tanto más fuerte, tus estupidas amenazas e insultos no funcionan conmigo.

–A..aunque no lo creas– hace una pausa que le permite llenar de aire sus cansados pulmones– ambos son igual de ilusos, el diablo por confiado y tú por el simple hecho de ser su hermano.

–Que poca fe me tienes– se acerca unos pasos más hacia Jungkook, pero este aún no captaba su verdadera posición– siempre cumplo lo que prometo, y mi hermano no será la excepción, voy a vengar su muerte.

–Es a mi a quien quieres ¿no es cierto?– poco a poco las fuerzas iban regresando, de algo le sirvió entretenerlo un tiempo, aunque aún no era suficiente para romper las cadenas que lo mantenían atado, y mucho menos para devolver a la vida su parte de fénix– entonces aquí estoy, has lo que quieras conmigo pero..– interrumpido.

–Eso lo dicen todos los humanos, ya veo que te has contagiado con ellos, ¿de que me sirve dejarte en paz cuando puedo divertirme un rato con tu gatito?– una sonora carcajada inundó todo el lugar acompañado de una luz cegadora, que impactando contra una antorcha incrustada a la pared, le permitió ver todo a su alrededor.

Aquel sitio tenía el aspecto de una cueva, con razón era tan oscuro, el espacio cerrado no era apto para claustrofóbicos, muy reducido, la falta de oxígeno dañaría la salud pulmonar de cualquier humano que allí se encontrara.

Lo captado por la vista de Jungkook lo dejó helado, allí frente a él, amarrado en un rincón de ese espantoso sitio, estaba su gatito golpeado y herido por todas partes, su corazón se estrujó y su alma lloró internamente al ver la devastadora escena, no podía permitir que algo le pasara a él y tampoco a los demás que allí se encontraban, atados de igual forma ¿cómo habían ido a para allí?

–Por ser tan ilusos como tú, por eso están aca– respondió a su pregunta mental, ¿cómo es posible? ¿Acaso lee las mentes?

–Así es, ese es otro de mis poderes.

–¡¡Te exijo que los sueltes de inmediato!!– ordena con voz imponente.

–No creo que esa posición– lo señala con un dedo desde arriba– te permita exigir algo, más bien relájate y disfruta del espectáculo que está a punto de comenzar.

–¡¡No!!, ¡¡No por favor!! No les hagas nada, ¡¡te lo suplico!!– grita con las fuerzas que le quedaban.

–Creo que empezamos a entendernos, pero vas a tener que rogar mucho más para que los deje en paz, eso no es suficiente– hizo una mueca de inconformidad.

–No Jungkook, no lo hagas, de todos modos vamos a morir, no te esfuerces– le dice Jimin del otro lado del lugar.

–Ves– lo señala– él es más inteligente que tú.

–¡No Jimin! No me voy a dar por vencido, ¡vamos a salir de esta!.

–Padre, ya regresamos– informa Lilith al adentrarse al lugar seguida de Buer y Lucion.

–¡Oh! Hijos míos, que bueno que están aquí, llegan justo a tiempo para presenciar el espectáculo.

–Creo que esto es innecesario, padre, ¿no es tu deseo tenerlo vivo?– refiriéndose a Jimin.

–Así es hija, pero eso no quita que me divierta un rato antes de lograr lo que quiero y mandarlo al otro mundo.

–¿No se supone que es tu hijo también?, pensé que querías que se uniera a nosotros.

–¿Hijo? ¿Tú eres..?

–Así es querido Jimin, soy Mephisto el señor del odio y más antiguo de los tres demonios mayores, Lilith y Lucion son mis hijos, al igual que tú.

–¿Pero, cómo es posible?– pregunta confundido.

–Ni yo tengo respuesta a eso, no se como fue que tu hermosa madre quedó embarazada, pero así ocurrió.

–¿Cómo era ella? ¿Quién era, cómo se llamaba?– miles de interrogantes se formularon en su cerebro.

–Te las voy a responder todas solo porque no quiero quedarme con cargos de conciencia después de tu muerte– al parecer esas palabras dichas eran un chiste, porque le causó gracia a aquellos cuatro demonios– tu madre era muy hermosa, pequeña, de tez blanca cabello rubio y ojos azules, toda una muñeca con voz de Ángel, no lo niego, te pareces mucho a ella, luego de la rebelión que provoqué llegué a la Tierra y su rostro fue lo primero que vi así que quise que fuera mía en todos los sentidos, no la amaba, solo me atraía su físico, la enamoré y me acosté con ella unas cuantas veces, de ahí surgiste tú.

–¿Era cantante?– el quiebre en su voz fue escuchado por los presentes que se encontraban consientes.

–Así es, muy famosa, no solo en Corea, también en el mundo.

–¡Eres un maldito! ¡por tu culpa estamos así mi familia y yo!– grita con las fuerzas que trataba de retener.

–Tienes razón, es por mi culpa, pero no solo tú familia está sufriendo, el fin del mundo se acerca, en estos momentos las cincuenta legiones de demonios al mando de mi fiel lacayo Buer están destruyendo el mundo, caída de aviones, incendios de bosques, lluvias ácidas, tornados, ciclones, tormentas eléctricas, enfermedades, en fin, pronto la nueva era comenzará y yo seré el legítimo rey– una carcajada retumbó en el reducido lugar provocando que fragmentos de piedras del techo calleran.

–¡No te confíes mucho, esto a penas comienza!.

–Es cierto mi querido Fénix, esto a penas comienza, la era en la que por fin la corona estará a mi disposición.

–¡Tu llegada solo ha traído desgracias, y lo vas a pagar muy caro!– espeta Jungkook con vehemencia.

–¿Mi llegada?– ríe sarcástico– yo he estado detrás de todo desde un principio, y mi plan A era utilizarte para provocar el caos en el paraíso, pero desgraciadamente no se pudo– hace una pausa– pero hay algo que quiero aclararte– enfrenta a Jungkook– que regresaras nuevamente a la vida de Jimin si ha provocado caos, todo lo que le está pasando es por tu culpa.

El remolino en sus pensamientos los dejaba abatidos, ¿era eso cierto? Si así era, entonces el diablo fue solo una marioneta, aquel momento era el definitivo, estaban ante el jefe de todo, y tenían que buscar una manera de vencerlo antes de que todo aquello pasara a mayores.

–¿A que te refieres con "regresaras"?– pregunta Jimin con su voz a punto del colapso.

–Me imaginé que harías esa pregunta– sonríe cínico mientras gira sobre sus talones para ver cara a cara al rubio– el Fénix y tú se conocieron en sus vidas pasadas, se puede decir que están destinados a estar juntos– hace una mueca de desagrado– por ese motivo siempre se van a reencontrar y siempre todo va a terminar en desgracia.

–¿Porqué en desgracia?– esta vez interviene Jungkook.

–Porque tú tienes muchos enemigos aunque no lo creas, y eso afecta a todo el que te rodea, ¿no lo ves?– sonríe satisfecho al ver que su plan estaba dando resultados, las caras de ambos chicos lo decía todo.

–Tienes toda la razón– Jungkook baja su cabeza.

–¡No Jungkook!, ¡no creas en lo que te dice!, eso exactamente es lo que quiere, desestabilizarnos, ¡no lo escuches!– lágrimas de dolor recorrían sus rojas mejillas debido al sufrimiento retenido.

–Se que no debo creerle, pero me es imposible, todo lo que dice es cierto, tú vida cambió desde aquel día en que caí del puto cielo, nunca debería haber regresado, solo te he traído desgracias– perlas saladas rodaron por su rostro, el dolor oprimía su corazón.

–¡Eso no es cierto!, Jungkook, ¡mírame!– le ordena y el pelinegro hace lo que le piden– ¿eres consciente de lo feliz que soy contigo?, no tienes ni la menor idea del amor tan grande que siento por ti, es verdad que cambió vida, y mucho, pero no me arrepiento de haberte conocido, gracias a ti hoy puedo sonreír, puedo ser libre, y sobre todo, tengo a alguien que amo a mi lado, y eso es lo único que me mantiene vivo, no me importan los obstáculos que tenga que enfrentar, si es contigo, yo soy feliz.

Los rostros bañados en lágrimas de aquellos chicos estrujaron el corazón de Yoongi y Taehyung que veían la escena orgullosos de haber cumplido con su principal cometido, unirlos para bien, y así lograran derrotar con el poder del amor el principal obstáculo al que se tenían que enfrentar y por fin, ese día había llegado.

–Quiero que me abraces– pide Jimin a pesar de estar atados y separados a tres metros.

Jungkook no aguantó más estar distanciado de su gatito y sacando la fuerza que este le había brindado logró romper las cadenas y corrió hasta Jimin envolviedolo con sus brazos en un cálido abrazo que les proporcionó el ímpetu necesario para dar fin a todo aquello.

–Tú, ¡maldita escoria!– señala Jungkook a aquel demonio causante de todo el caos del planeta– vas a regresar del hueco del que saliste.

–¿Crees que sea capaz de lograrlo?– le pregunta Yoongi a Tae.

–Estoy seguro que si, pero él no es el principal problema– responde Taehyung.

–¿Cómo que no? él ha sido el causante de todo.

–Así es Yoongi, pero su hija es mil veces más fuerte que él, y no creo que se quede en paz al ver a su padre muerto.

–¿Qué vamos ha hacer?– pregunta temeroso.

–Nosotros no podemos hacer nada, ahora les toca a ellos encontrar la salida, y créeme que no es nada fácil.

El silencio llenó el lugar, Jungkook concentró su energía, se separó lo más que pudo de Jimin y los otros chicos, canalizó la fuerza interior recientemente adquirida trayendo de vuelta al ave más majestuosa nunca antes creada, brillaba por si solo, su imponente presencia despertó el miedo de aquel demonio sediento de muerte, pero su sed nunca sería saciada, el Fénix dirigió todo el poder acumulado hacia sus alas y las batió infinitas veces contra aquellas cosas inhumanas provocadores de la infelicidad terrestre, ahora por fin, todo llegaría a su fin.

Jungkook corre hacia Jimin y lo rodea con sus brazos.

–¡Por fin!, gatito, ¡somos libres!– lo levanta del suelo y lo hace girar mientras ríen.

–Yo te lo dije, te dije que todo saldría bien, que todo acabaría, por fin la paz reinará en este mundo, por fin habrá descanso, y no se desataran más guerras.

–Yo no estaría tan segura– habla aquella voz desgraciadamente familiar para todos los presentes.

–Pero, ¿¡Cómo es posible!?– vocifera Jungkook sosteniendo aún más fuerte a su novio.

–Puede que mi padre sea débil, pero yo no, tus poderes no me afectan, y ¡van a pagar muy caro lo que le han echo a mi familia!– levanta una mano hacia ellos y una fuerza los impacta contra la pared provocándole quejidos de dolor a ambos– verán a las personas que aprecian morir frente a sus ojos.

–¿Eso que significa?– le pregunta Yoongi a Tae en el oído.

–Prepárate, no es nada bueno.

–No les hagas nada– suplica Jimin.

–Demasiado tarde, debieron pensar eso antes de haber echo lo que hicieron, ahora van a sufrir– la ira disfrazada de rojo brillaba en sus ojos, habían despertado la parte más violenta de aquella criatura, ahora deberían sufrir las consecuencias.

Alzó nuevamente una de sus manos acometiendo contra los dos chicos aún encadenados que de encontraban en una esquina.

–Taehyung, lo siento mucho– lágrimas rodaban por las mejillas de Yoongi, se encontraba indefenso, y aquello era más fuerte que él.

–No te hagas daño tratando de retenerlo, de todos modos, no tengo esperanzas de salir de aquí, al menos no con vida.

Y Yoongi no se pudo aguantar más, estrelló las cadenas que lo ataban, se lanzó sobre Tae y con todas sus fuerzas estampó una y otra vez sus puños en el rostro del chico totalmente indefenso por las cadenas que rodeaban sus brazos y piernas.

–¡¡No!!, ¡¡No!!, ¡¡déjalos en paz!!– gritos de dolor salían de los labios de Jimin.

–Lo siento mucho hermanito, pero eso no va a ser posible– una abominable y sonora carcajada salió de los morados labios de aquella demente.

Yoongi lloraba sin consuelo alguno al ver sus puños ensangrentados mientras deformaba el rostro de Taehyung a golpes, quería que lo mataran, prefería morir el antes que lastimar a su amigo, le dolía en demasía ver el semblante decaído del chico y no poder detener los ataques que seguían sin parar, hasta que no aguantó más y cerró los ojos, no quería verlo morir por su causa.

–Jimin, cariño– lo llama Jungkook con sus ojos cristalizados.

–¿¡Qué tienes!?– pregunta alarmado el rubio, tratando de esquivar el horrible panorama que tenía frente a él.

–Tenemos que hacerlo– lágrimas empezaban a correr por su rostro contagiando a su novio.

–No Jungkook, no me digas eso por favor– suplicó con voz rota.

–Es nuestro deber proteger la Tierra, así que tenemos que sacrificarnos.

–Pero...– su voz se quebró.

–Lo sé cariño, a mi también me duele no volver a verte nunca más, eres mi todo, te amo más que a mi vida, nunca olvides eso.

–Yo..yo también te amo- estalló en un llanto desgarrador que su pecho no podía retener más.

Sus rostros denotaban el dolor más grande que puede sentir un ser humano en la vida, el de perder a un ser querido, y a pesar de todas las desgracias por las que atravesaron, su partida sería por una buena causa, el bienestar de sus amigos, por ellos estaban dispuestos a renunciar a su felicidad y a una vida juntos.

–Adios, amor, siempre te voy a llevar en mi corazón a donde quiera que valla, no me olvides, porque yo no lo haré– suelta Jungkook con el pecho desgarrado y su rostro totalmente empapado en lágrimas.

–Te voy a extrañar mucho, espero que nos encontremos en el cielo, o a donde sea que vallamos, te amo.

La fuerte presión que los pegaba a la pared desapareció, se abrazaron fuertemente, secaron sus lágrimas y disfrutando del último beso y la última despedida, sacaron sus espadas de fuego que atravesaron sus pechos, dando así el último suspiro de vida.

"Es cierto que algún día moriremos, tal vez nos separemos por muchos años luz o quizás sea para siempre, pero en otra galaxia, en otro mundo, en otra vida, en otro cuerpo nos volveremos a encontrar, y aunque no sepamos quienes somos, el destino que nos ata se encargará de reunirnos nuevamente. No te preocupes, ya tendremos otra vida para encontrarnos y quizás todo funcione".