Capítulo 12: Redención.
Las dificultades no son una excusa para que te rindas, al contrario, son valiosas lecciones de vida y del alma para crecer, evolucionar y sanar. Honra a cada maestro doloros que desafía tú camino. Alma hermosa, eres capaz de superar lo que sea...
El tenso ambiente que se respiraba en aquel lugar ya era costumbre en su día a día, así que le restaban importancia, habían aprendido a convivir con ese tipo de acontecimientos que para ellos era manejable, los rostros un poco preocupados de Taehyung y Yoongi desentonaban con los semblantes calmados de Jungkook y Jimin, el que no fuera conocedor del tema pensaría que los primeros eran los que más sufrían cuando en realidad era todo lo contrario, los últimos sucesos se llevaron consigo la falta de creencia y la manera en la que podían llegar a impresionarse, ahora tomaban las cosas con un poco más de calma, o eso querían aparentar.
–Se que es tarde para ustedes, nos disculpamos por irrumpir de ese modo, pero teníamos órdenes precisas de custodiar al redentor– informa Namjoon.
–Miren, quiero que entiendan una cosa– habla Jimin– esto es nuevo para mi, hasta hace unas horas era una persona normal, de repente todo cambia, y empiezo a descubrir un secreto tras otro, solo pido que me dejen asimilarlo– se puso de pie dispuesto a irse.
–Eso lo entendemos, pero no hay tiempo que perder, las potestades te quieren muerto, ¿no lo entiendes?– sus palabras detuvieron el caminar del rubio.
–Eso lo se perfectamente, me lo dejaron bien claro– los encaró de frente.
–¿¡Estuvieron aquí!?– pregunta exaltado Jin.
–No fue aquí, nos interceptaron en el camino– informa Jungkook.
–Sabías que esto iba a pasar– le dice Hoseok a Namjoon– cuando un Nefilim empieza a tener los síntomas, un Ángel los puede interceptar a kilómetros de distancia, y mucho más las potestades ya que ese es su trabajo.
–Soy consiente de ello, por esa razón tenemos que evitar a toda costa que ese acontecimiento se vuelva a repetir, tenemos que irnos.
–¿¡Irnos!?, ¡no! ¡no! de ninguna manera– el rubio bloquea la orden dada por Nam.
–Es la única opción que nos queda, no podemos permitir que las potestades te encuentren una vez más– la voz de Jin por algún motivo le daba cierta confianza.
–No quiero abandonar a mi familia– expresa triste.
–Amor, ellos tienen razón– Jungkook lo abraza– esa es la mejor decisión, así no los expones a los peligros que corremos, estarán a salvo.
Meditar no era su mayor fortaleza, pero forzó su mente y se dio cuenta de que aquello era lo mejor, así su familia estaría a salvo de los enemigos que últimamente lo tenían en la mira, si algo les pasaba a ellos jamás se lo perdonaría.
–Está bien, lo haré, pero solo por mi familia, no quiero que ellos corran peligro por mi culpa– toma asiento nuevamente– ¿cuándo nos vamos y a donde?– interroga.
–No es buena idea salir a estas horas de la madrugada, así que lo haremos al amanecer, y en cuanto al lugar será uno bien retirado de la ciudad, no queremos que las personas corran peligro si algo llegase a suceder, que no creo que pase porque tenemos ese sitio bajo un hechizo que no permite que sea visible para los que estén fuera.
–Está bien, entonces, ustedes se pueden quedar en las habitaciones de huéspedes– informa Tae– ahora vamos a dormir.
Todos suben a sus respectivas habitaciones, aunque de algo estaban seguros, lo que menos harían sería dormir, no había cavidad para ello, Tae y Yoongi no hacían más que preocuparse por el Fénix, después de todo era su trabajo cuidarlo, y por algún motivo que desconocían aquello nos les daba buena espina, Jungkook y Jimin hablaban de los planes que tenían cuando todo aquel desastre pasara, se lo merecían, merecían dejar todo atrás aunque sea por un instante y que en sus pensamientos se reflejara el día en que por fin fueran felices, era su deseo que estuviera muy cerca, Namjoon, Hoseok y Jin daban vueltas de un lado a otro en sus respectivas habitaciones mientras custodiaban la noche oscura que se reflejaba a través del otro lado del cristal, eran conocedores de que una de las fuerzas más poderosas reinaba todo aquel caos, pero era imposible saber de quién se trataba si seguía ocultándose detrás de algo, de alguien o de alguna máscara, todo era posible, por ahora lo único que les quedaba era tener fe, esa no se podía perder, aunque muy en el fondo tenían noción de que no era un arma fuerte y mucho menos le haría daño a quien fuera que estuviera detrás.
El amanecer se reflejaba con coloraciones naranjas que teñían las nubes dándole aspecto de atardecer en vez de mostrar que un nuevo días sin precedentes comenzaba.
Cada quién abandonó sus lugares de descanso reuniéndose de a poco en la cocina.
–¿Tienen hambre?– pregunta Jin en cuanto los primeros hacen acto de presencia– es que no se para que pregunto, si parecen moscas rondando– al ser el más madrugador se adueñó de la cocina.
–Cara de mosca tiene Yoongi– expresa Hoseok divertido.
–¡Olle! ¿en qué momento te di esa confianza?
–No me la tienes que dar, yo me adueño de las confianzas.
–Si, como no– se burla.
–Claro que si, ya verás– habla mientras espera a que Jungkook y Jimin se adentren a la cocina– Ellos son el claro ejemplo de una noche salvaje– cubre su boca intentando no reírse.
–¿¡Qué!?– expresan al unísono ambos chicos borrando cualquier rastro de sueño de sus rostros el cual fue sustituido por colorete en las mejillas.
–¿Qué son esas palabras Hobi?, yo no te enseñé eso, más respeto– lo regaña Jin.
–Se agarraron fuerte ¿verdad?– continua Hobi refiriéndose a los que acababan de llegar.
–Y que ti que te importa– dice nervioso Jimin.
–Así se habla– responde Yoongi.
–¡Ya dejen de pelear!– grita Nam.
–No estamos peleando, solo estaba intentando relajar el ambiente, los veo a todos muy preocupados, en especial a Yoongi que quiere que lo agarren– se acerca a él– no te preocupes que yo te consigo con quien.
–¡Cállate!
–Desayunemos tranquilos, va a ser un día largo y tenemos que recuperar fuerzas– informa Jin.
En aquella pequeña mesa en la que se reunieron, transcurrió todo en silencio, hicieron exactamente lo ordenado por Jin sin decir palabra alguna, no les convenía comenzar una guerra entre ellos cuando el verdadero enemigo andaba suelto y con muchas posibilidades de que tarde o temprano acabara encontrándolos.
–¿Están listos?– pregunta Nam cuando todos se encuentran en la sala de estar.
–Eso creo– habló Tae– ¿Ustedes lo están?
–Si, pero yo tengo una duda– expresa Jimin.
–¿Qué pasó?, ¿cuál duda?– interviene Namjoon.
–¿Qué pasará con esta casa?
–Tenemos que quemarla.
–¿Qué? ¿Porqué?– se alarma Yoongi.
–Es la única opción que tenemos si queremos que no nos encuentren, lo digo principalmente por el Nefilim y por el Fénix, sus aromas se distinguen hasta muy lejos, estamos evitando que los rastreen.
–Está bien, es hora de irnos, no perdamos más tiempo– informa Hoseok mientras salía del lugar siendo seguido por todos– es tu turno Fénix.
–¿De qué o qué?– habla perdido.
–De quemar la casa, queremos ver tus poderes.
–¡Me encanta!, soy experto quemando casas.
–Si, eso lo se muy bien– Jimin lo mira.
–¿Estás molesto todavía por lo de la casa?
–No, olvídalo, solo decía que si es cierto que eres bueno, hiciste un muy buen trabajo con la mía.
–Lo siento– se acerca a él y lo envuelve en un abrazo– no volverá a pasar, lo prometo– levanta su meñique y lo enlaza al del contrario.
–Está bien, te creo– besa su mejilla.
–Vállance a un hotel– se queja Yoongi.
–Por primera vez estoy de acuerdo contigo– interviene Hoseok.
–Podrían dejar de hablar tanto, vuelvan a la realidad– los regaña Jin.
–De acuerdo– dice resignado Jungkook mientras levanta una de sus manos, cierra los ojos y lanza una poderosa llama hacia el tejado de la casa empezando a arder instantáneamente.
–¡Sorprendente!– lo alaba Nam.
–Gracias– sonríe y abraza nuevamente a Jimin.
–Es momento de irnos– Tae agarra su mochila y se adelanta siendo seguido por los demás– este..– se detiene luego de caminar tres pasos y rasca su cabeza– ¿por donde es?
–Hay que seguir ese camino– señala un sendero a su espalda.
–¿Por el bosque?.
–Tenemos que ocultarnos bien, así que es por el bosque.
–De acuerdo– responde no muy convencido y vuelven a emprender el trayecto que los llevaría a su destino inicial... o el final, el futuro de aquellas siete personas era muy incierto.
Se adentraron en aquel estrecho sendero por el cual solo cabían dos personas lo que los hizo armar filas, del lado izquierdo Namjoon, Jin, Yoongi y Hoseok y del lado derecho Jimin, Jungkook y Tae, caminaban tratando de evitar una que otra rama que amenazaba con estamparse contra sus cabezas o hacerlos tropezar, todo a su alrededor estaba cubierto de verde, los árboles frondosos y gigantes les impedían ver el cielo, solo dejando asomar pequeños rayos de sol que les indicaba el día, el húmedo suelo bajo sus pies se volvía un poco difícil de transitar, ya que debido a la suavidad de este, el lodo les cubría los zapatos, animales corrían de un lado al otro en busca de alimentos mientras hacían ruidos extraños para los que no tenían conocimiento del mundo fuera del paraíso. El silencio abarcó de lleno a los caminantes que pensaban o más bien temían que la noche cayera sobre sus cabezas cuando aún no hubieran llegado a su destino.
–¿Falta mucho?– pregunta Yoongi un poco exhausto.
–Que flojo eres– dice Hoseok.
–No hablé contigo.
–Estos dos van a terminar enredados– habla Jin mientras reía.
–Temo decirles que si falta, y mucho, no vamos ni por medio camino– informa Nam.
–¿Es una broma?
–Para nada, tendremos que pasar la noche en algún lugar donde encontremos refugio.
–¡Lo que nos faltaba!– se queja nuevamente Yoongi.
–Porque en vez de andarte quejando caminas un poco más rápido, no me dejas avanzar.
–Y tu porque no te callas– le responde.
–Chicos– los llama Jimin– ¿qué hacemos ahora?– pregunta al detenerse al final del sendero.
–Nos toca seguir por dentro del bosque.
–¿Es seguro?– pregunta Jungkook.
–¿Todos saben lo que significa la palabra bosque? ¿No?, yo se los digo, bichos, serpientes, arañas, animales salvajes...– interrumpido.
–¡Ya ya! suficientes datos– lo detiene Yoongi.
–Que cobarde– Hobi suelta una carcajada– si quieres te abrazo para que se te quite el miedo– dice mientras se acerca.
–¡Quítate!– lo empuja.
–Tenemos que continuar, pronto va a caer la noche y hay que buscar donde refugiarnos.
Se desvanecen las filas y cada quien continúa solo, a excepción de Jungkook y Jimin, este último tomó de la mano a su novio y así siguieron el trayecto no tan ameno, las ramas tupidas se enredaban en sus pies, por suerte el pelinegro siempre sujetaba a Jimin cuando iba de bruces al suelo, hasta que la noche no se aguantó más y se estampó contra el bosque dejando todo casi a oscuras, gracias a la luz de la luna llena podían ver un poco el suelo que pisaban.
–¿Y ahora que hacemos? ¿En dónde vamos a dormir?– pregunta Jimin.
–Creo que ese lugar se ve seguro– Jungkook señala una pequeña cueva a su costado.
–Vamos a ver, pero, Jungkook y Jimin van detrás– habla Namjoon mientras se adelanta con el resto de los chicos y se disponen a revisar la cueva– todo en orden, pueden venir– los llama.
–Que alivio– dice Yoongi mientras se sienta en el suelo– no me despierten hasta mañana– se acomoda para dormir.
–Creo que deberíamos hacer una fogata– dice Jin.
–Estoy de acuerdo, esta noche va a ser muy fría.
–Ese es mi trabajo– expresa Jungkook animado al aprender fuego a unas ramas traídas por Taehyung.
–Yo no creo poder dormir como él– dice Jimin señalando a Yoongi que yacía dormido en el suelo.
–Tienes que descansar, te ves exhausto– lo regaña Jungkook– voy a buscar algo que nos permita no dormir en el suelo.
–¿A donde crees que vas?– pregunta Taehyung.
–¿Pues a que más? a lo que dije que saldría.
–No, tú te quedas aquí, yo voy por algo– sale del lugar.
–¿Hasta cuando nos van a tratar como si fuéramos de cristal– reprocha.
–Entiéndelo, ese es su trabajo, nosotros comprometimos nuestras vidas solo para que ustedes estén a salvo– le informa Nam.
–Eso lo se, pero, ¿qué me podría pasar si salgo solo un momento?, creo que están exagerando un poco– se sienta al lado de Jimin.
–Tú lo ves de esa manera, pero nunca se sabe lo que pueda suceder, hasta el más mínimo descuido es peligroso.
–Aquí tienes– Taehyung le entrega un montón de hojas grandes.
–Gracias– empieza a acomodarlas en el suelo junto al fuego– ven gatito aquí puedes dormir.
–Gracias amor– se sienta en la cama impovisada– tengo hambre– soba su pancita.
–Mientras yo esté presente esa palabra no existe– dice Jin al sacar comida de la mochila que cargaba– aquí tienes– le tiende un sándwich.
–¡Oh!, gracias– sonríe satisfecho.
Las seis personas reunidas charlaban de forma amena, por un momento olvidaron cual era su plan, pero en cierto modo era gratificante para ellos borrar por un segundo aquella pesadilla, la oscura noche exterior caía casi sobre ellos, y eran totalmente ajenos a él par de ojos que los observaba desde afuera, oculto detrás de un árbol.
–¿Tienes sueño?– pregunta Kook al rubio.
–No mucho, pero lo voy a intentar– se recuesta– abrázame.
Jungkook hace lo que Jimin le pide y por detrás rodea con su brazo la cintura de su novio mientras acerca su cara al cuello de este.
–¿Así?– besa su cuello.
–Mmmm, si– cierra los ojos.
Apagaron la fuente de luz que les permitía ver sus rostros para evitar que cualquiera que transitara por allí notara sus presencias y se recostaron cada uno en el lugar que desearon, dispuestos a dormir un poco, hacía frío y mucho, pero cada quien se abrigó como pudo, con chaquetas, abrigos y otras cosas que decidieron llevar, nunca se sabía a que se podían enfrentar, Jimin dormía plácidamente en los brazos de su novio, el calor corporal de Jungkook era de treinta y ocho grados y medio, suficiente para dejarlo calentito.
Se encontraban a gusto a pesar de no dormir en sus cómodas camas, pero su mente y cerebro maquinaba todo lo sucedido, tanto así que Jimin no tardó en tener horribles pesadillas, muertes de personas y animales, destrucción, guerras y más guerras, hambre y enfermedades plagaban la Tierra, y sobre todo lo más espantoso, que él era el causante.
Se despertó asustado, su pecho subía y bajaba a un ritmo acelerado por la agitación, pero lo que vio, lo hizo gritar como nunca despertando a todos, frente a él había un hombre, no veía su cara, solo su silueta oscura.
–¿¡Qué pasó!?– pregunta Jungkook al despertarse por el ruido.
–¡Ustedes!– señala Nam a los dos chicos– ¡atrás! Nosotros nos encargamos– saca su espada de fuego dispuesto a luchar, con Hobi y Jin en sus flancos.
–Tranquilos– dice aquel hombre con las manos en alto– no vengo a dañarlos, solo quiero la redención.
–¿Quién eres?– pregunta Nam.
–Soy un Ángel caído y quiero volver a mi hogar– la aflicción se le sentía en el habla, y Jimin lo notó.
–¿Cómo sabes que es el redentor?– continúa interrogando.
–Mi deseo de ser redimido me condujo hasta aquí, por eso lo se, siento haberlos incomodado– intenta irse pero es detenido por Jimin.
–¡Espera!, lo haré– se levanta.
–Pero Jimin, no puedes, si lo haces conducirás a las potestades hasta aquí más rápido.
–No me importa Jin, siento su dolor, y está arrepentido de todo lo que ha hecho, es su hora de volver al cielo, además, ya está amaneciendo, podremos continuar el viaje, y para cuando las potestades encuentren este lugar ya estaremos lejos.
–Está bien, hazlo– aprueba Namjoon– solo tienes que colocar una de tus manos en su pecho y conectar tu alma con su deseo de regresar al cielo.
–De acuerdo– Jimin coloca la mano derecha en el pecho del hombre frente a el, cierra los ojos y libera aquella alma que se eleva al cielo luego de escuchar una pequeña explosión.
–Lo hiciste bien– lo felicita Hoseok.
–Gracias, la verdad me sentí un poco aliviado al hacerlo, fue como si me liberara a mi mismo también, fue una sensación extraña.
–Bueno, es hora de irnos, no podemos continuar aquí, las potestades deben de estar en camino, así que andando.
Todos salen del lugar rumbo al bosque nuevamente, la oscuridad todavía estaba presente a su alrededor no había amanecido aún pero pronto se empezarían a observar los síntomas de un nuevo día, por lo que siguieron andando, más rápido que antes, pues ahora estaban amenazados por el posible reencuentro con las potestades.
Cinco horas de larga caminata llegaron a su fin en cuanto Namjoon se detuvo en seco haciendo que los demás también frenarán su andar.
–¿Qué pasa?– pregunta Jimin preocupado.
–Hemos llegado– alza su mano y dibuja un círculo en el aire haciendo aparecer una enorme casa frente a ellos.
–¡Wow! ¿Aquí vamos a vivir?– pregunta Yoongi.
–Si, es aquí, espero que se sientan cómodos durante la estadía, acompáñenme– se adentra al lugar siendo seguido por todos.
Al entrar se encontraba todo el personal reunido en una hilera, estilo ejército.
–Buenos días a todos– dice Nam.
–Buenos días señor– responden todos a coro.
–Como todos saben, nuestros días de ausencia fue debido a la búsqueda del redentor, que por suerte logramos hayarlo y traerlo hasta aquí, les presento a Jimin– lo señala y todos se inclinan– lo que no contamos fue con que en ese trayecto descubriríamos que la famosa leyenda había vuelto de las cenizas, el es Jungkook, el Fénix– lo presenta y todos repiten la reverencia antes hecha.
–Estamos a sus servicios– habla una chica de cabello negro.
–Me alegro verte de nuevo– la saluda Nam– chicos ella es Lith, es mi mano derecha, y estará a cargo del entrenamiento de todos.
–Mucho gusto– saluda la chica– jamás pensé que vería este día con mis propios ojos, es un orgullo para mi conocer al redentor y al Fénix.
–Bueno, ella les mostrará la habitación de cada cual y cuando estén listos necesito que nos reunamos en el patio trasero.
Y así lo hicieron, cada quien subió a su habitación asignada mientras Jungkook y Jimin se dirigían a las más grande reservada para los dos juntos.
–Esto va a ser como unas vacaciones– dice el pelinegro mientras se tira a la cama.
–No creo que sea así, ¿viste la cara que tenían todos? Parecen sacados de una película de narcotraficantes o algo así, se ve que nos van a explotar al máximo.
–Relájate gatito, aquí no nos va a pasar nada malo, tu mismo viste la seguridad que tiene esto, a parte de que estamos ocultos ante los ojos de cualquiera– se acerca a Jimin y lo abraza– mientras yo esté contigo nada malo te va a pasar.
–Lo sé amor, ¿pero que tal si te ocurre a ti?, yo me moriría– sostiene el rostro de Jungkook con ambas manos.
–Tú no te vas a morir, si algo me pasara tienes que seguir adelante con tu vida, más ahora que tienes una misión, no puedes abandonar todo solo porque yo no esté contigo– besa dulcemente los labios del contrario– además, sabes que nos volveremos a encontrar, porque yo regresaré por ti– sonríe melancólico.
–Lo sé Kook, pero no quiero ni imaginar pasar quinientos años de mi vida sin ti, eso no está en mis planes, por eso voy ha hacer todo para protegerte.
Jungkook sonríe ante las palabras de Jimin.
–Aquí al que hay que proteger es a ti, por mi no te preocupes, yo estaré bien, si muero volveré a la vida, pero tú por más que seas inmortal, si las potestades te encuentran sabes que ellos si tienen el poder para matarte.
–Está bien, ya no hablemos más de muertes que me traen malos recuerdos.
–¿Pasó algo que yo no sepa?– dice alarmado.
–No es nada, solo pesadillas horribles, eso es todo– le resta importancia.
–De que tratan– se sientan en la cama.
–Es como si estuviera soñando con el fin del mundo, y yo fuera el causante, me aterra solo pensar eso.
–No te preocupes que eso no va a pasar, nuestra mente nos juega malas pasadas, y más ahora que estamos en esta situación y solo pensamos en huir, seguro los sueños se deben a eso, pero, ya no hablemos más, tenemos que bajar para ver que va a decir Nam.
–Está bien, vamos– se levanta y camina a la puerta.
–Ve tú– dice Jungkook– ahora te alcanzo.
–Está bien, no tardes– sale del lugar.
La casa que los resguardada le hacía recordar a la suya, era muy linda y espaciosa, colores elegantes la adornaban, era muy acogedora.
–Ya que todos estamos reunidos, voy a comenzar.
–Espera, falta Jungkook– informa Jimin.
–Pensé que venía contigo.
–Si, me dijo que me adelantara que ahora venía.
–Entonces vamos a esperar.
La espera los impacientaba, sobre todo a Jimin que se empezaba a preocupar.
–Creo que voy a ver que ocurre– dice mientras vuelve al lugar donde se habían visto por última vez, pero Jungkook no se encontraba por los alrededores, en su lugar había una nota que Jimin tomó con sus manos temblorosas y con mucho miedo leyó en su mente:
"¿Creiste que se librarían tan fácil de mi?, que ilusos son si pensaron eso, tengo en mi poder a tú querido novio, lo volverás a ver, por supuesto que si, pero de aquí a quinientos años"
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