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Capítulo 10: Potestades.

Porque nuestra lucha no es contra seres humanos, sino contra poderes, contra autoridades, contra potestades que dominan este mundo de tinieblas, contra fuerzas espirituales malignas en las regiones celestiales. No es casualidad cuando la vida insiste en cruzarte con algunas personas. Algo quedó por decir, por descubrir, por aprender.





El amanecer brillaba a través de la ventana, el trinar de las aves fue la dulce melodía que lo despertó, sentía su cuerpo pleno y en armonía por primera vez, se removió suavemente al percatarse de que su gatito dormía plácidamente acurrucado en su pecho, acarició su rostro angelical y su espalda descubierta, vislumbrar a Jimin sonreir en sueños llenaba su alma de regocijo y besando suavemente sus labios se adentró en la tarea de darle los más dulces buenos días.

–Gatito– susurró en su oído– despierta dormilón– besó su mejilla.

–Mmmm– ronroneó– buenos días– se revolvió entre las sábanas mientras sonreía satisfecho.

–Buenos días amor, ¿cómo amaneciste?– lo abraza.

–Pues creo que nunca he despertado tan bien en toda mi vida, te amo mucho ¿lo sabes verdad?.

–Lo sé, claro que lo sé– captura sus dulces labios– yo te amo más.

–Siento que este es el más real de los sueños que he tenido y tengo miedo a despertar– expresó triste.

–No tienes porque sentir miedo, esto no es un sueño, estamos aquí, los dos juntos, disfrutando de nuestro amor, nada malo va a pasar– giran sobre la cama quedando Jungkook encima de Jimin– voy ha hacer que te des cuenta de que esto es real.

Comienza a esparcir besos tiernos y húmedos por todo el rostro del chico que más amaba en la vida ganando risas de su parte, sentir aquella piel sedosa bajo el tacto de sus labios y caricias lo volvían loco, descendió su mano derecha hasta el miembro de su novio y comenzó a darle placer.

–¿Qué haces?– preguntó Jimin mordiendo su labio inferior fuertemente.

–Te estoy demostrando que esto no es un sueño, disfruta el momento.

Bajó las caricias y los besos acompañados de ligeras mordidas excitantes para el rubio, apretó fuerte sus caderas mientras introducía de lleno el miembro de Jimin en su boca y succionando subía y bajaba con desesperante lentitud haciendo que el chico se retorciera de placer bajo las sábanas.

–Kook...¡¡Ah!!– gimió.

Jungkook detuvo lo que hacía y levantando a Jimin lo enredó a su cintura, lo llevó al baño y lo pegó contra la pared.

–Me traes loco, no sabes cuanto– mordió su cuello– quiero hacerte el amor mil veces, quiero llenarme de ti– aspiró el aroma seductor que impregnaba todo el cuerpo de Jimin.

–Hazlo, quiero que lo hagas– susurró mientras el aliento abandonaba su boca.

Las hábiles manos del pelinegro apretaron fuertemente los glúteos de Jimin pegándolo más a su creciente erección mientras se frotaban deliciosamente provocando que roncos gemidos salieran de su garganta, llenaron la tina con agua y espuma, mientras se adentraron en ella, Jimin se sentó a horcajadas sobre Jungkook besando el adictivo cuello de su novio.

Con un ágil y rápido movimiento provocado por el pelinegro este se adentró de una sola estocada en el chico ocacionando que gritara por la mezcla de placer y dolor que sintió en ese momento.

–¡¡Ah...!!– echó su cabeza hacia atrás dándole cobertura a Jungkook para que besara a su antojo el apetecible cuello.

Mientras besaba toda la extensión del cuello del rubio sus hábiles manos bajaron hacia los glúteos del chico y aparentando fuerte profundizó más las estocadas que los transportaban a otro mundo, tocaban las estrellas, ese torbellino de sensaciones mezcladas los hacían ver la galaxia, se amaban, eso era lo que más les importaba en ese momento, sentir de lleno sus cuerpos y olvidarse al menos por ese instante del mundo exterior, solo eran ellos, su amor y el deseo que los inundaba.

–Jungkook– habló Jimin mientras se liberaba– nunca me abandones, no lo soportaría– se aferró al cuello del contrario.

–Eso jamás pasará a menos que seas tú quien lo quiera así.

–Tendría que estar loco para pedirte que te alejes de mi, eres lo que más amo en el mundo– besó tiernamente sus labios.

–Yo también te amo.

Se amaban con la más frenética locura que pudiera existir, en ese instante el mundo giraba a su alrededor siendo testigo de los más recónditos sentimientos que en aquel segundo de felicidad salían a flote impregnándose entre aquellas cuatro paredes, no querían salir de su pequeña burbuja, eran felices ahí, pero desgraciadamente el mundo exterior los amenazaba por muy ocultos que estuvieran.

–Diga– contesta Jimin el teléfono después de ver que tenía veinte llamadas perdidas de su madre y padre.

–¡¡Jimin!!, ¡por Dios! al fin contestas– dice su madre un poco alterada detrás de la línea– ¿¡Estás bien cariño!?, ¿no te sucedió nada?.

–Si mamá, estoy bien, no te preocupes, nada malo me pasó, pero, ¿cómo te enteraste?– pregunta extrañado.

–Es que me avisaron de la policía y fui de inmediato a tú casa, me asusté mucho al ver todo en llamas, pensé lo peor.

Las orbes de Jimin se abrieron de tope al escuchar la nueva información, no era consciente de aquello, pensó que su madre se refería al secuestro ¿qué estaba pasando? ¿su casa en llamas? ¿Porqué?.

–Está bien, mamá, yo estoy bien, no me pasó nada, ahora voy para ayá.

Al Jungkook escuchar esas palabras su cerebro se alarmó, ¿algo malo había pasado?

–No cariño, no hace falta, ya todo está en orden, lograron apagar el fuego pero la casa quedó totalmente destrozada.

–Por Dios– con una mano peinó su cabello hacia atrás– ¿saben que fue lo que pasó?

–No, no hay indicios de nada, y tampoco huellas, aunque la policía sigue investigando.

–De acuerdo mamá, luego hablamos.

–Cuídate hijo, nos vemos– colgó.

Los pasos frustrados de Jimin por toda la habitación de un lado al otro empezaban a impacientar a Jungkook.

–¿Me puedes decir que ocurre?– preguntó desesperado.

–Mi madre me acaba de decir que se encontró con mi casa envuelta en llamas, estoy seguro que fue ese maldito, tiene que haber sobrevivido a tu ataque, no le encuentro otra lógica.

Y ahí Jungkook fue consciente de que tenía que hablar.

–Este, Jimin, tengo algo que decirte– habló apenado.

–Ahora no Jungkook, tenemos que ir y averiguar qué fue lo que pasó, quiero saber si encontraron a mi cachorro, si logró salvarse– dijo triste y agarrando su chaqueta se dirigió a la puerta pero el fuerte agarre del pelinegro lo detuvo.

–Fui yo.

–¿Qué?, ¿qué dices?– se volteó quedando frente a él.

–Que fui yo el que incendió tu casa, lo siento mucho, yo no quería pero me salí de control.

–Espera un momento– alzó las palmas hacia el frente– ¿cómo que fuiste tú?– pregunta ya más calmado.

–Es que ese día me puse muy mal al llegar a casa y ver que ese maldito también te había secuestrado, me salí de control y el Fénix terminó por resurgir de mi interior, te juro que no lo pude manejar, pero te voy a recompensar la pérdida y por Tiny no te preocupes, le voy a decir a Tae que lo busque, seguro logró salir.

–Está bien, está bien, solo me preocupé porque el culpable de todas nuestras desgracias estuviera vivo, solo por eso y no me tienes que recompensar nada, al contrario, soy yo el que te debe las gracias por haberme salvado aquel día, sin ti, ahora no estuviera respirando.

–Sabes que lo haría mil veces si fuera necesario, te amo más que a mi mismo– lo envuelve en un reconfortante abrazo– por eso quería proponerte algo.

–¿Qué cosa?– lo mira a los ojos.

–Que te parece si invitamos a tus padres a cenar hoy y le contamos lo de nuestro compromiso– soltó todo aquello esperando recibir una afirmación de parte del contario.

–Yo, no estoy seguro, tengo miedo de que reaccionen mal al saber que me voy a cazar con un hombre, la verdad ellos son muy conservadores, en especial mi madre, ella es más estricta, temo su respuesta.

–No tienes porque sentirte así, yo voy a estar a tu lado en todo momento y te defenderé si es preciso porque mi deseo de unir mi vida a la tuya es más grande que cualquier inconveniente que pueda surgir.

–Por eso te amo tanto– besa sus labios– está bien, vamos a confiar en que nada malo pasará igual ya va siendo hora de que todos se enteren, no quiero ocultarlo y que terminen enterándose por otro lado.

–Ese es mi chico– besa sus mejillas y la punta de su nariz– ya es hora de irnos– lo toma de la mano y ambos se dirigen tranquilamente a casa.

El recorrido en auto inició muy tranquilo, y así fue durante cinco minutos, pero de pronto un malestar acometió contra Jimin.

–¿Estás bien?– pregunta Jungkook al ver el rostro pálido de su novio.

–No se, me siento un poco mal, pero no te preocupes por mi, se me pasará.

–¿Estás seguro?, tu semblante no me dice eso, creo que es mejor ir a un hospital.

–Si, estoy bien, solo continúa, no querrás que tengamos un accidente– le dice indicando que pose su vista al frente.

–Si, es cierto.

El trayecto se volvía cansado para Jimin ya que con cada minuto que pasaba se sentía más mal que el anterior, esto lo estaba comenzando a preocupar, dolores de cabeza, mareos, vista nublada, todo aquello se volvía más persistente con el pasar de los segundos.

–Ju..Jungkook– lo llama.

–¡Dios Jimin! ¿¡qué te ocurre!?– detiene el auto a un costado de la carretera al ver el deplorable estado de su novio.

–No se, no me siento para nada bien– con una mano sostiene su cabeza.

–Definitivamente vamos a un hospital– prende el auto.

–No Jungkook– lo detiene– ¡estamos en peligro!.

–¿¡Qué!?, ¡¿pero qué dices!?.

–¡No lo se!, ¡No lo se!, solo lo siento, vienen a por nosotros.

–Exactamente a eso venimos Nefilim, a llevarnos tú alma.

Una voz angelical pero a la vez llena de fuerza se hizo presente frente a ellos. Las orbes de ambos chicos denotaron el más creciente asombro pero eso no les impidió salir del auto y encaralos.

–¿Quiénes son ustedes?– pregunta Jungkook.

–Pero miren nada más a quien tenemos aquí– habla el hombre al mando del quinteto de ángeles frente a ellos– si es el mismísimo Ave Fénix, lástima que tengamos que conocernos en estas circunstancias, permíteme y nos presentamos, somos las potestades y estamos encargados de exterminar a los caídos y a los Nefilim de este planeta.

–¿A los que?– habla Jimin un poco asustado.

–A los de tú podrida especie, querido– enfatiza la mujer de cabellos oscuros que se encontraba al lado derecho.

–Yo la verdad no se de que me hablan, creo que se equivocaron de persona– se defiende.

–Lástima– suelta una estruendosa carcajada– la palabra equivocación no existe en nuestro vocabulario– sacan las espadas de fuego que traían dispuestos a luchar.

–Jimin, es mejor que te alejes, vienen a matarnos, vuelve al coche, yo lo soluciono.

–No Jungkook, no te voy a dejar solo.

–Hazme caso, nada malo me va a pasar, tú solo ve y espera ahí– lo besa– te quiero.

Jimin hizo exactamente lo que su novio le dijo y corrió directo al auto, desde allí podía ver todo perfectamente.

–Es una gran pérdida que tengamos que matar a una criatura tan esplendorosa como tú– habla el hombre que parecía ser el jefe de los cinco– solo por una criatura como él.

–No sabemos a que se refieren, Jimin es humano.

–¡Oh!, no, no lo es, su sola presencia es un peligro para el mundo y debe ser destruido.

–Eso será, pero sobre mi cadáver.

–Que desperdicio, pero bueno, de todos modos no va a ser mucha diferencia que te matemos o no, dado que vas a volver a la vida, lo que de aquí a unos cuantos añitos cuando él– apunta a Jimin que miraba la escena aterrado por lo que pudiera pasarle a Jungkook– ya no esté en la Tierra.

–"Lastima"– enfatiza la palabra antes dicha por el Ángel– que eso no va a ocurrir porque a pesar de que me sobrepasan en número, no son más fuertes que yo.

–Ten cuidado con lo que dices, estás muy equivocado si crees que nos puedes dañar con tú poder.

–Eso lo vamos a averiguar ahora mismo.

Cierra los ojos y tratando de concentrarse canalizó el poder oculto que tenía, haciendo al ave más majestuosa del universo resurgir de su pecho y salir al exterior.

Con ahínco acometió contra aquellos seres supuestamente de luz, esquivando uno que otro espadazo, y peleando por defender al ser que más amaba en el mundo, sin duda alguna aquellos seres tenían mucha fuerza, pero absolutamente nada podría con la ola de fuego que era capaz de provocar con solo batir sus alas, estaba convencido de eso, misma fuerza de voluntad que cayó al suelo al ver que lograron bloquear su ataque con aquellas espadas, su predicción fue un total fracaso.

–Creí haberlo dicho Fénix, tu poder no sirve contra nosotros, o ¿se te olvidó como fue que surgiste?– el contrario volviendo a su forma normal pone cara de asombro– por la expresión de tu rostro creo que ya recordase, si, así exactamente, gracias a una chispa de estas espadas surgió lo que eres hoy día, me temo que no vas a conseguir nada con eso.

Aquella situación lo ponía a pensar, ¿qué haría ahora? debía de evitar a toda costa que algo le pasara a su gatito, eso nunca se lo iba a perdonar, tenía que usar la cabeza y pensar en una forma segura- al menos para el rubio-, que lograra sacarlos de aquello, hasta que el bombillo de las ideas se encendió en su cerebro.

‐¿Sabes algo?– se acercó un poco.

-¿Qué?.

–Yo no tengo nada contra ustedes– avanzó otro paso.

–Me alegra escuchar eso, porque lo último que queremos es hacerte daño, pero si pones resistencia no nos queda otra alternativa.

–Eso lo se, por lo que quiero llegar a un acuerdo con ustedes– avanza dos pasos.

–Muy bien, te escuchamos.

–Yo se los entrego a él, pero solo si prometen desaparecer– avanza hasta estar frente a el Ángel.

–Muy sabia elección, trato echo– estrechan las manos.

Los cinco ángeles comienzan a avanzar, ahí era el turno de actuar de Jungkook, esperó a que todos se adelantaran y tomó al último en la fila, le arrebató la espada y se la clavó en el pecho al Ángel haciendo que este fuera consumido y terminara echo cenizas.

–Si no los mata mi poder, pues aquí tienen una cucharada de su propio veneno.

No les dio tiempo a reaccionar y con solo impulsar la espada acabó con todos los presentes.

Corrió hacia el auto para ver como se encontraba su chico.

–¿Estás bien?– pregunta al entrar y sostiene el rostro de Jimin con ambas manos.

–Si, si estoy bien.

–Pero estás frío como el hielo– dice alarmado.

–Es solo que tuve mucho miedo de que algo te pasara– confiesa.

–Ya, todo está bien– lo abraza– yo estoy bien y nada nos va a pasar, ahora estamos a salvo.

–De eso no estoy tan seguro, deben de haber muchos más como ellos y vienen a por mi.

–Eso no lo sabemos, solo nos queda esperar que no sea así.

–Pero me quedó cierta intriga acerca de lo que digeron.

–¿Qué eres un Nefilim?.

–Si, eso, nunca había escuchado tal cosa, ¿tú sabes algo?

–Si, pero solo un poco, ahora vamos a volver a casa y le contamos a los chicos, tal vez ellos puedan darnos las respuestas que buscamos.

–Me parece buena idea– soltó un suspiro.

–¿Seguro que estás bien?– pregunta nuevamente preocupado.

–Si, ya se me pasó todo.

–De acuerdo.

Con la vista al frente por parte de Jungkook mientras Jimin iba pensando en todo lo que había ocurrido decidieron volver a casa, aquellas conversaciones daban vueltas en la cabeza de ambos, el rubio estaba echo un lío porque nada de lo antes dicho tenía sentido ni comprensión para su mente y Jungkook tenía miedo, sí, y mucho, sabía que su gatito iba a sufrir en este largo proceso, él era consciente y sabía perfectamente que varios secretos, para nada buenos, saldrían a la luz si resultaba ser cierta la teoría del Nefilim.




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