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Minho se encontraba desempacando sus pertenencias después de dos días largos de mudanza.

A pesar de que hubiera preferido salir a comer y andar por ahí con sus amigos, tenía que organizar todo el desastre que había.

Después de unas cuantas horas por fin termino, se dio una ducha, decidió salir al pórtico de su nuevo hogar para recostarse en su hamaca y admirar el atardecer. Después sus ojos se empezaron a cerrar.

Unos cuantos pasos perturbarón su momento de relajación. Abrió los ojos y se encontró con que un chico de cabellos rubios con lindas pecas pasaba frente a su jardín. Lo siguió con la mirada hasta que entró a la casa de al lado. Después de eso, un mujer mayor se acercó frente a su casa.

— ¿Usted es el nuevo vecino cierto? — Minho asintió levantándose de su hamaca y acercándose a la mujer. — Soy la señora Choi. — dijo extendiendo su mano.

— Lee Minho. — hablo correspondiendo al gesto mientras estrechaba su mano con la mujer.

— Un gusto.

— Igualmente. — sonrío soltando la mano ajena.

— ¿Es familiar de los vecinos de al lado? — pregunto señalando la casa en la que había entrado el joven de cabellos rubios.

Lee negó con la cabeza.

— Creí que si por el apellido, lo siento. — sonrío avergonzada. — Bueno, usted se ve como un joven bueno, así que le aconsejo no acercarse mucho a esa familia; en especial al hijo menor.

— ¿De qué habla? — pregunto frunciendo el ceño. La mención del rubio por alguna razón le llamó la atención.

— El joven hizo algo que a su edad no se debió de haber hecho, solo tiene 19, y encima tiene atracción por ambos géneros — hablo con una mueca de desagradó. —, ¿no es feo? ¿Qué clase de ejemplo da?

— Yo no creo que eso tenga algo de malo. — respondió Minho un poco irritado pues el era gay.

— Bueno, cada quien sus creencias, pero eso es lo de menos. Luego de haber hecho eso dejo la escuela durante un año y trabajo durante todo ese tiempo, de hecho aún lo hace, solo que regreso a sus estudios en este nuevo periodo. Los jóvenes cometen errores y tienen ideas erróneas, pero todo eso es culpa de los padres; es por eso que no mucha gente adulta se acerca a esa familia, su forma de pensar es tan extraña, son extranjeros después de todo.

— Creo que debería dejar de hablar de la vida de sus vecinos a los nuevos, más aún si no sabe nada de ella. — un chico de mejillas regordetas interrumpió a la mujer. Iba acompañado de otro chico más alto y delgado.

— Solo quería comunicar lo que sucede ahí. No me sorprende que los defiendan, ustedes dos son igual de errados. — respondió con asco al par de jóvenes recién llegados.

— Si por errados se refiere a respetar la vida de los demás en todos los aspectos... somos demasiado errados. — dijo el chico más alto.

La mujer sólo rodó los ojos y regreso su atención a Minho.

— Nos estaremos viendo, hasta luego.

— Hasta pronto ajumma. — se despidió con una reverencia y después la mujer se alejó.

— No haga caso a lo que dice esa mujer. — hablo el de cara de ardilla.

— ¿Por qué?

— Es nuestro amigo, casi hermano. — respondió con una leve sonrisa.

Lee asintió con la cabeza y luego los otros dos se dirigieron a la casa del pecoso. Una cabellera larga y castaña los dejo entrar.

Luego de ese momento de confusión entró a su casa.

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A la mañana siguiente Minho estaba a punto de subir a su auto cuando alguien lo chocó por accidente, haciéndole tirar sus llaves.

— L-lo siento. — se disculpó un grave voz.

— No te preocupes. — respondió el castaño recogiendo sus llaves. Al levantar la vista divisó a su vecino misterioso.

— Hasta luego. — dio una rápida reverencia y se hecho a correr.

Lee observo que llevaba un uniforme de lo que parecía ser un bachillerato.

Le llego una repentina curiosidad por saber el nombre del dueño de esa profunda voz y también de saber como era posible que alguien con cara de bebé tuviera ese tono.

Despejó su mente y entró a su auto para dirigirse a su trabajo.

Al llegar se encontró con su mejor amigo y en cierto modo jefe, el australiano; Bang Chan.

— Vaya, si llegaste a tiempo.— exclamó.

— ¿Creíste que llegaría tarde? — pregunto dejando su maletín sobre el escritorio y sentándose en su vieja silla.

— Tal vez... — confesó el de cabellos rubios y rizados.

— ¿Por qué? ¿La mudanza? — pregunto burlón.

— Si..., aposté con Changbin a que hoy llegabas tarde. Ahora le debo 10,000 wons. — bufo el mayor.

— ¡Que terrible de tu parte pensar así de mi! — exclamó con falsa indignación el menor.

— Olvidemos eso y mejor hay que ponernos a trabajar. — ordeno.

— Como diga, capitán. — bromeo Minho.

Ambos se metieron en sus computadoras para terminar cualquier pendiente que tuvieran y arreglar lo necesario. Recursos humanos era un trabajo un tanto pesado.

Luego de unas cuantas horas, por fin llego el momento de la comida. Chan y Minho se dirigieron a la cafetería de la empresa para encontrarse con Changbin.

— Por fin llegan. — habla el más bajo sentado en una de las mesas del lugar.

— ¿Por qué no lo haríamos? — pregunta Lee mientras ambos toman asiento frente a Seo.

— Porque tú te cambiaste de casa, así que tenías un excusa para faltar hoy; y este porque se está viendo con alguien y eso significa distracción de tu trabajo y amigos. — responde señalando a ambos con su tenedor.

— ¿Qué? — pregunta Minho confuso. — ¿Estas saliendo con alguien? — pregunta a Bang.

— Apenas nos estamos conociendo. — responde. — Además Changbin está detrás de Chaeyoung.

— ¡¿Qué?! ¿Qué tanto confesaron cuando no fuí a cenar con ustedes? — pregunta con real indignación esta vez.

— Demasiado. — responde Bin — ¿Y tu qué? ¿Hay alguien interesante en tu nuevo vecindario? — pregunta alzando las cejas mientras se lleva un poco de melón a la boca.

— Hay varios vecinos atractivos, pero interesantes solo una familia. — responde recordando a los otros Lee.

— ¡¿Te gusto una familia entera?! ¡Que asco! — exclama Seo burlón acompañado de pequeñas risas por parte de Chan.

— No seas idiota. — dice estirandose para golpear la cabeza de su amigo. — No son interesantes de ese modo, al menos no todos — lo último lo dice en un tono más bajo que Chan logra escuchar. —, es solo que una vecina me contó que el mas joven de la familia hizo algo que a sus edad no está bien, solo que no se de que habla, también menciono que es bisexual y que da mal ejemplo.

— Vaya... — exclama Chan. — ¿Y quién despertó tu atención de manera romántica? — pregunta.

— ¡Ninguno! — se apresura a decir. — solo que... llamo mi atención este chico, siento algo de curiosidad por él; la mujer dijo que se apellida igual que yo y que van en el bachillerato.

— ¡Asalta cunas! — vuelve a burlarse Changbin.

— Tiene 19, no es tan pequeño; la misma mujer chismosa dijo que se salió de la escuela durante un año y apenas lo volvió a retomar. — recuerda.

— Que extraño. — exclama Chris. — Pero no es algo que le importe a la señora, y tampoco a ti.

— Lo se... — suspira el castaño.

— Bueno.... cambiemos de tema. — sugiere Changbin.

Luego de eso su almuerzo se llenó de bromas y charlas estúpidas.

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Como ya dije esta historia se encuentra en mi otro perfil, así que si la ven dos veces no se espanten soy yo también, pero mejor leanla aquí porque esa cuenta la perdí por tonta.
Gracias por comenzar a apoyar por acá.

Pdt: Según internet un won no es mucho aquí en México, así que no se espanten de ver cantidades "grandes" de dinero ^^'.