Entré a la habitación corriendo como loco, pero al entrar, choqué con Yuuri y le tiré las fotos que tenía en la mano.

Mi amigo se asustó y comenzó a recoger todas sus fotos rápidamente, antes de que pudiera recogerlas yo.

Pero una de ellas se quedó tras él.

La recogí, y era una hermosa foto de él cuando era bebé, tan gordito que daban ganas de estrujar sus mejillas rechonchas. Tenía un tazón de cerdo frente a él, y sonreía disfrutando.

De mi boca salió un sonoro "Awwwww!" Al verlo, para que después me la arrebatara sonrojado.

–¡Pero si eras presioso!–traté de quitarsela, pero no me la dejó.

–Ya, ¿A qué venias? Entraste corriendo, supongo que algo querías decir.–Yuuri trató de desvíar el tema mientras metía las fotos en su ropa.

–Pues ya se me olvidó por ver a esa hermosa coshita Kawaii.

–No tienes remedio Pichit.

–El que no tiene remedio eres tú, Señor aburrido.–Saqué móvil y le mostré una foto mía.–¿Por qué no quieres que te vea? Yo también fuí un lindo bebé, sólo que yo era sexy desde que nací.–le guiñé un ojo.

Mi foto era una de esas clásicas dónde sales en la bañera mostrado cosas que ya no enseñarías.

–Y que lo digan, si sobretodo eras sexy...– dijo con sarcasmo.

–¿Te burlas de mí?–dije con enojo finjido y lo tiré en la cama.–Ya verás lo que te espera.

Si la mesera fujoshi y el fundashi de mi entrenador acaban de leer ésto, lo que pasó fue que comencé a hacerle cosquillas a mi adorable amigo hasta que logré sacar las fotos que había guardado bajo su camiseta.

–¡Lo logré! ¡tengo el poder!–grité con las fotos en mis manos.

Era presioso de bebé y cuando era un niñito haciendo cosplay de Viktor.

–Esto queda confiscado–las guardé entre mis libros.

–Ni se te ocurra publicarlas, ¿Me oíste?–me advirtió.

–Ya veremos, la privacidad tiene un costo~

Perdón por la eternidad en publicar y el capítulo corto, pero he tenido algunos problemillas.