Las vacaciones de verano eran muy aburridas.

De nuevo seguíamos siendo pobres, y no pudimos ir a casa, así que tuvimos que estar en la residencia.

ABURRIDOS

BORED

Taikutsuna

Beụ̄̀x

Pero el gran Pichit tuvo una maravillosa idea como siempre.

Quise que hiciéramos algo diferente.

Aunque tuvimos que seguir entrenando a Diario, pues el siguiente año planeábamos participar en el Grand Prix, y mi señor mejor amigo nada más dejaba el ejercicio, subía de peso.

Primero pensé que podíamos ir a buscar un equipo de hokey, al cabo somos los amos del hielo, pero el único que encontré fue en una plaza comercial y los tipos eran monstruos de dos metros y mas rudos que un presidiario. Así que salimos huyendo de allí.

Caminé desepsionado al lado de mi amigo, el cual estaba a punto de entrar a un restaurante de comida china, cuando una revelación apareció en mi vista.

Me paré en seco y detuve a Yuuri.

"Grease needs you!
❤️❤️❤️

Are you looking for fun this summer...?
We need dancers!
Come with us!"

Ese cartél era la solución a nuestro aburrimiento.

No incluía hielo ni patines, pero si el baile.

-No, no, no, no, no.-Yuuri se resistió y caminó dentro del restaurante.-Are you crazy?

Yo tomé su mano y me inqué en el suelo.

-Please...-puse la cara mas angelical que pude, pero él giró los ojos.

Las personas que pasaron pensaban como siempre que éramos pareja, y que le estaba pidiendo que volviera conmigo.

-Come with me!-exclamé dramáticamente.

Y para mi suerte, el director de la obra salió del local aplaudiendo.

-Bravo! Bravissimo!

Mi gran rabieta se detuvo al oír esa extraña voz, y Yuuri suspiró al darse cuenta de que era el productor del musical.

-You are the best actor from my musical!

A mi bestie no le hizo mucha gracia que ya estuviéramos dentro de la obra.

-"Tell me more, tell me more
Did you get very far?"-me levanté canturreando y bailando esa canción del musical-'Tell me more, tell me more
Like does he have a car?
Uh-huh uh-huh uh-huh uh-huh"

Entramos al lugar que no era un teatro de 5 estrellas, pero eso lo hacía más interesante.

El hombre nos repartió los papeles y libretos, no podía creerlo, yo era Danny y Yuuri era Doody...?

Debía haber un error mi aburrido amigo no podía tener ese papel, claro que yo si era el chico guapo de Vaselina. Y obviamente, a el no le hizo gracia.

Le sonreí lo más hermoso que pude para conversarlo, y funcionó, a regañadientes, pero lo hizo.

Nos fuimos a casa con nuestros libretos para volver al otro día.

Me desperté temprano y levanté a Yuuri para llevarlo a entrenar un rato en la pista antes de ir al teatro.

Durante todo el entrenamiento él no me dirijió la palabra, de verdad estába molesto conmigo, sin embargo, fue conmigo a los ensayos.

Cada día íbamos yo me divertía demasiado, pero ver a mi amigo con esa cara no me dejaba concentrar, incluso el director lo regañaba a cada rato. Si era un personaje cómico, al menos tenía que sonreír.

Pero cuando las coreografías entraban a escena, Yuuri se transformaba.

Los ojos de todos se sorprendieron al verlo bailar.

Así que su pésimo humor se compensaba con éso.

Y así pasaban los días, entrenando y ensayando.

El día había llegado y como siempre fuimos a patinar por la mañana.

Para ése momento Yuuri ya había olvidado su enojo contra mi.

Corríamos como locos por la pista. Y terminamos tomados de las manos dando vueltas.

-Watashi wa anata o aishiteimasu, tomodashi.

-C̄hạn rạk khuṇ pheụ̄̀xn

Un "Te quiero amigo" salió de nuestros labios.

No nos dimos cuenta de un pequeño intruso que tomaba fotos, un niño japonés, al que su madre andaba buscando y salió corriendo.

Solo reímos y salimos al teatro para nuestro debut como actores.

Al llegar nos cambiamos y lucíamos como unos galanes retro.

Pero no llegan los espectadores.

El anuncio de primera llamada se oyó como 5 veces.

Una que otra señora del tiempo de Jhon Travolta comenzaron a llegar.

Segunda llamada.

Yuuri y yo espiábamos por el telón, cusndo un pequeño niño entró corriendo seguido de un su madre.

Era nuestro acosador de la pista, y se había sentada en la primera fila.

El director dió la tercera llamada al ver el entusiasmo del niño.

La función dió inicio, nuestras actuaciones no fueron como los de un bailarín de Broadway, pero, fue bastante divertido.

Al terminar, el niño nos aplaudió como un loquillo, tal que fuéramos de verdad unos grandes artistas.

Al bajar el chico nos atacó con una cámara y casi nos acorraló para que nos tomáramos fotos con él.

Fue demasiado lindo ser el ejemplar de alguien así, nos dijo que él también era patinador y que quería ser como Yuuri.

Al final tuvimos uno de los mejores veranos de nuestras vidas.

Perdón por la tardanza.....