Capítulo 6. Cuánto tiempo sin verte
— ¿Pharah, puedes oírme?— Dijo una voz delicada.
Me costó reaccionar, no sabía dónde estaba y que había pasado. Me incorporé y vi a una mujer rubia a mi lado. Todavía veía un poco borroso, ya que me acababa de levantar.
— Tranquila, estás en el hospital de la base. Has sufrido una conmoción, pero estás recuperada y todo en orden.
— ¿Quién eres? Perdona... Es que...
— ¿No me recuerdas, pequeña?— Me sonrió, y reconocí esa sonrisa al instante.
— ¿Ángela?
— Yo misma. — Seguía sonriendo—. ¿Te encuentras mejor?
Vi como cogió una tabla de apoyo para apuntar cosas, como si anotará cada movimiento y cada contestación.
— ¿Tienes la misma manía de apuntar todo lo que pasa? —Dije refunfuñando.
— Sí.
— Angela, creo que soy un poco mayor y podemos hablar las cosas, no soy pequeña y estoy perfectamente. — refunfuñé—, sabes que soy dura de roer.
— Lo sé, cabeza dura. Pero aún así se envían y se archivan los informes, tenemos que tener actualizado el historial de cada paciente.
— ¿Cómo estás?— Pregunté de golpe.
— Como cambias de tema.— Sonrió y se giró para sentarse en su silla y empezó a teclear en el ordenador.
— Ha pasado mucho tiempo de... Ya sabes.— Mi tono de voz se bajó.
— ¿Genji?— Se giró y me miró a los ojos.
— No quería parecer una chismosa.
— Pues estoy perfectamente. — Se giró de vuelta y siguió hablando sin mirarme y con un tono más bajo —, no sé a qué viene esa pregunta.
— Lo siento, solo quería saber... — No sé porque razón pero me sentía muy mal, mi corazón se encogió nada más escucharla.
Seguía sin mirarme y ya me habló ya con un tono más de enfado.
— Puedes irte, estás perfectamente.
— Ángela, yo...
— Dile a Winston que ya le envíe el informe. Puedes marcharte.
Prácticamente me echó de la consulta. No iba a malas, de verdad que no. Perder a su fiel compañero, su mejor amigo, su confidente... Es doloroso.
Genji era un hombre ágil y fuerte, y enamoró a la doctora con sus tonterías, lo gracioso que era. Era un miembro más, parte de la familia antes de que yo viniese. Y me enteré por Brigitte que ellos dos estaba desaparecidos en una misión, y nada más alistarme, Ángela volvió el mismo día a la base pero fue tan discreta que no me inmute. Al pasar los días, Brigitte pasaba tiempo con Ángela mientras yo entrenaba, y por lo visto Genji fue atacado por varios miembros de su clan. No sabía ni por qué razón, pero vio a Genji morir por sus propios ojos. A la doctora no le hicieron nada porque ella no tenía nada que ver con lo que estaba pasando.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro