Capítulo 4. Después del entrenamiento
Y entonces entraron todos, de golpe. Habían vuelto de una batalla y lo único que querían era que Brigitte se encargará de arreglar los trapos sucios.
— ¿Cómo está mi nieta favorita? — Dijo Reindhardt con una sonrisa.
— Querrás decir mi hija favorita. — Torbjorn resaltó con una pizca de celos y una sonrisa.
— El ratón dice hola. —Me parecía gracioso ver a Hammond controlando un robot, me recuerda a Ratatouille controlando a los humanos a cocinar, pero él es como una máquina de matar.
— A ver... Tú debes ser la hija de la capitana... Soy Lena, pero me puedes llamar Tracer.— Tracer no paraba de ir de un lado a otro para mirarme. Era raro y divertido a la vez. Se le ve muy risueña.
— Jo, qué mona eres. También tienes la marca de tu mami. Eres adorable.
Mei llamaba todo a todo adorable cuando era ella la adorable.
— Pues parece que tienes mucha marcha. Tenemos que hacer una fiesta de bienvenida.
— Lucio, ¿cuando tú no haces una fiesta de bienvenida? Si a todo le dices fiesta. Pero eso sí, bienvenida Pharah. Estoy al tanto.
Winston era impresionante. Era tan grande y parecía tan fuerte.
— Hola, ¿cómo estás? Yo soy Dva, ¿podemos hacernos una foto? Entre a la misma vez que tú, más o menos, aunque yo entré una milésima de segundo más, por eso estoy con ellos. Creo. No sé. Pero igualmente hola.
Y tal y como me imaginaba de la pequeña Dva, tan charlatana que me hacía gracia.
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