Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

Capítulo 30. Misión suicida

Nos reunimos todos en el apartamento que habíamos alquilado. Empezamos a trazar planes aunque estaba mirando a Angela todo el rato pero no me hacía ni caso, ni si quiera me miraba de reojo. Symmetra se puso a mi lado y miramos una hoja con todos los detalles, levanté un poco la mirada y vi a Angela mirándome. Apartó la vista y miré otra vez los planos.

—¿No has hablado con ella? —dijo Symmetra posando su mano sobre la mía.

—No —respondí seca y quité la mano tímidamente.

—Mira, tengo un plan: llenarla de celos —propuso.

—No sé si le gusto, Symmetra. A lo mejor es paranoia tuya, yo nunca he recibido señales por su parte. Tampoco sé si me gusta. Además, como se entere, a lo mejor se enfada y la verdad es que no quiero estar mal con ella otra vez... —dije cansada por sus propuestas.

—Mira, ven, acerca la oreja —me cogió de la cara y empezó a susurrarme en el oído—. Mira como te mira ahora y no te estoy diciendo nada.

Efectivamente, Angela miró de reojo y apartó la vista como si estuviera molesta. Estaba confusa y no sabía que hacer. Parecía una chica de primaria y ya tenía cierta edad para hablar las cosas.
Cuando acabamos de hablar, Winston nos puso a Angela y a mí juntas. Lo que faltaba, vaya. Le pareció buena idea ya que dice que como hemos trabajado juntas, no habría problemas.
.
Estuvimos en el puente de Rialto y llegó el momento de separarnos. Nos fuimos otra vez a la iglesia pero nos subimos en los tejados de los edificios de al lado. Estábamos esperando a la señal para entrar todos juntos. La única que se quedó en el apartamento fue Symmetra, por si las moscas. Eran uno menos al igual que nosotros ya que no había rastro ni de Tracer ni de Amélie. «Se estarán dando el lote», pensé. Ángela estaba delante mía observando por el tejado mientras yo me entretenía con el movimiento de su culo. La verdad es que era impresionante. De repente se giró y miré hacia otro lado.

—¿Sabes lo que hay que hacer, no? —preguntó la rubia.

—Winston entrará por la puerta con Reindhart, Brigitte, Torbjorn y Hammond. Dva y Lucio romperán la ventana de la izquierda. Nosotras entraremos por el techo donde Doomfist me dió un gran puñetazo que casi me muero...

—No digas tonterías —giró la mirada para seguir observando la iglesia.

—Y los demás intervendrán si escapan o algo...—terminé de decir el plan.

—Pues ahora, calladita —sugirió.

—¿Vuelves a ser Ángela: la cruel? —me burlé.

—Eso pregúntaselo a tu novia —contestó enfadada.

—No tengo novia, y si lo tuviera, no sería Symmetra.

—Mira cómo sabe que va por ella —dijo un poco molesta.

—¿Estás celosa? —pregunté sin rodeos.

—¿Por qué iba a estarlo? —preguntó sin mirarme a la cara.

—Te he preguntado yo primero, mírame a los ojos —la giré—. ¿Estás celosa, Angela?

—Pues sí —contestó—, porque eres mi compañera y no me gusta que te separen de mi. Y tampoco quiero que confíes tan rápido en personas que conoces a primera vista.

—Oye —le cogí la mano—, me siento alagada y sabes que nunca me voy a separar de ti —sonreí.

—Pharah... Yo... Es que... —se mordió el labio.

—Dime, qué pasa.

Cada vez se acercaba más a mi. Y la verdad es que quería que sucediera. «Bésame», me grité por dentro con esperanza de que me escuchara. En ese momento descubrí que Ángela me estaba gustando más que una compañera. La voz de Winston sonó por el pinganillo de Angela.

—Entramos ya —dijo mientras Ángela se separó.

Entramos todos juntos a la vez y todos se quedaron mirando. Doomfist puso cara rabioso cuando nos vio otra vez. Sombra, sin embargo, sonrió.

—¿Otra vez? —preguntó Doomfist molesto.

—Venimos a por Tracer —dijo el mono, aunque no sé si lo decía en serio o por entrar en un papel, ya que íbamos a por la reliquia.

—Creo que tu niña sabe cuidarse solita —contestó Doomfist enfadado—. Tampoco sé dónde está la nuestra —dijo refiriéndose a Amélie.

—Sé que la tenéis aquí —dijo Winston insistiendo.

—Dadme una razón para no matar a nadie ahora mismo porque estoy harto de vosotros y solo os conozco de hoy —dijo Doomfist rabioso.

—Winston... Pero... —dijo mi madre.

—Si me entregáis a Tracer, nos iremos —dijo Winston otra vez.

—No nos interesan las crías como ella. Si se te ha perdido el perro, atala con correa para que no se escape —dijo Doomfist burlándose.

—¡Winston! —gritó Tracer desde atras—, estoy bien. Estoy aquí.

—Ya he vuelto, mon amie —dijo Amélie a Reaper.

—¿Dónde estabas? ¿Con esa cría? Qué bajo has caído... —dijo Doomfist.

—¿Qué está pasando, Tracer? —preguntó Winston confuso después de lo que dijo Doomfist.

—Nada... —Tracer evitó el contacto visual.

—Ala, ya podéis idos —dijo Doomfist finalmente.

—Winston, ¿y el plan? —dijo Ana susurrando.

—Lo siento, este era el plan. No sabemos dónde está la reliquia ni ellos tampoco, no tenemos por qué preocuparnos —dijo Winston dirigiéndose hacia la salida y cogiendo a Tracer —. Lo único que quería era ir a por ti, pequeña —dijo mirando a Tracer.

—Entiendo... —dijo mi madre finalmente.

—Doomfist, necesitamos a la médico... —dijo Reaper en voz baja pero no tan bajo porque lo escuché.

Todos se habían ido ya por la puerta y las últimas éramos Ángela y yo. Vi como Doomfist se acercaba con Reaper. Eso quería decir que si necesitaban a un médico, era ella.

—Angela, nos vamos —cogí a Ángela de la cintura y me la llevé volando.

Doomfist fue detrás de nosotras. Lo sabía, iban a por ella.  Fuimos volando por todas las calles de Venecia. Ángela me indicaba por donde tiraba Doomfist, si por izquierda o derecha, ya que él tenía la capacidad de impulsarse con sus brazos e intentaba darme por a o por b. Nos metimos en los callejones para distraerle y funcionó.

—Creo que le hemos despistado un rato —dije sentándome y cansada.

—Voy a intentar comunicarme con Winston —dijo Mercy hablando por el pinganillo.

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro