Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

Capítulo 25. Un día de descanso

Ya había pasado unos días desde el rescate. Me dirigí a Tracer para saber como estaba pero la vi de lejos jugando con Lucio y Dva y parecía que estaba bien. Brigitte se acercó a mi abrazándome.

— No lo vuelvas a hacer —me dijo con un tono preocupado.

—¿Hacer el qué? —dije un poco confusa.

—De arriesgar poniendo tu vida por delante.

—Perdonad tortolitos —interrumpió Angela—, pero vamos a entrenar en cinco minutos.

—¿Tortolitos? No, no somos...

—Tranquila, lo sabe todo el mundo —dijo Angela con una sonrisa forzada.

—¿El qué saben? Brigitte, ¿qué has hecho? —pregunté enfadada.

—Yo solo me desahogué, la gente habla... No te enfades —me dijo con cara de pena mientras yo me eché la mano a la cabeza y me separé.

—Dva vale, Angela nos pilló. Pero ahora todo el mundo sabe algo que no existe y que duró... ¿horas? —se me estaba hinchando la vena del cuello—, ¿es que no tienes ni la más remota idea de lo que estás provocando?

—Fareeha, cálmate, tampoco es para tanto. Además, es una tontería, sé que no estáis juntas y creo que ahora mismo todo el mundo lo sabe —vi como todo el equipo nos miraba tanto desde cerca como desde lejos perplejos de nuestra discusión—, y solo lo he dicho para picarte pero no sabía que te ibas a enfadar tanto.

—Pues lo que has conseguido es lo último que has dicho —dije enfadada yéndome.

—Fareeha, toca entrenamiento —exigió mi madre desde lejos.

—Ahora voy —seguí mi camino.

Entré en mi habitación. Estaba harto de escuchar lo mismo de siempre: Brigitte y tú, Fareeha y Brigitte, que si una y la otra. Y hacía que mi relación con Brigitte de verdad se apagara. Quería tranquilizarme pero estaba furiosa caminando de un lado a otro de la habitación. Y alguien tocó la puerta.

—¿Se puede? —preguntó Angela.

—¿Qué quieres? —contesté un poco borde.

—¿Puedo pasar, morena? —dijo sonriendo.

—Deja de llamarme así, no estoy de humor.

—Pharah, no te enfades —dijo pasando y sentándose en la cama—, estaba de broma.

—Entre broma y broma... —dije mirándola seriamente.

—Ven, anda —dijo dando palmadas a la cama—, siéntate conmigo.

—¿Qué pasa? —me senté a su lado.

—Deberías dejar que tus emociones te afecten. Deberías ignorar todas las tonterías que te dicen y pensar con la mente un poco más fría. Además, si sabes que no es verdad, ¿por qué te afecta? —dijo sonriéndome.

—Imagínate que viene Dva, por ejemplo, y dice: Oh, tortolitos, dejad de hacer cosas... y que te acosen con la mirada y encima cuando vuelvas a ver esa persona quieres alejarte un poco más de ella para que no digan cosas —dije casi sin aliento—, que quieras seguir otro camino y aparece otra vez ella...

—Es decir, que si te echas otra novia, ¿te vas a comportar así porque no soportas que la gente te diga cosas? —me preguntó frunciendo el ceño.

—No, simplemente que lo de Brigitte quiero zanjarlo. Es mi amiga y nada más. Simplemente quiero que vean eso y que no nos miren de otra manera, que no me digan nada ya—dije un poco más calmada.

—Está bien —me cogió la mano—, lo siento. No sabía que te ibas a poner así. No iba con mala intención —me dijo al final mirándome.

—No pasa nada. Está bien —y me quedé mirando a sus ojos—. Oye, también quería preguntarte una cosa... ¿te acuerdas de lo que me dijiste en aquella sala en París? No acabaste la frase y tengo curiosidad.

—La verdad es que no... —miró hacia el otro lado y dejó de sujetarme las manos.

—Chicas, perdón por interrumpir —dijo mi madre—, pero Fareeha, tienes una amonestación y ya sabes el porqué. Ahora, a entrenar.

Nos levantamos y nos dirigimos al jardín. La verdad es que tenía curiosidad de qué es lo que quería decirme Angela en ese momento pero tampoco quiero acosarla (otra vez) y menos si no se acuerda. También tenía curiosidad que es lo que querían aquellas personas acerca de los archivos de Overwatch pero no me atrevía a preguntarle a Winston y tampoco volvimos a mencionar nada del tema.

Estábamos Hana, Lucio y yo haciendo un poco el tonto aunque faltaban Brigitte y Lena. Miré a ver donde estaban para que se unieran pero vi a las dos hablando seriamente en el árbol. Me acerqué para ver que pasaba y de repente se separaron.

—¿Qué os pasa? —dije preocupada.

—Nada... —dijo Tracer intentando evitarme.

—Ya les he dicho a todos que lo de nosotras fue una tontería y que no mencionasen nada del tema, que es pasado y no quiero estropear nada contigo —añadió Brigitte sin venir a cuento.

—Gracias, pero quiero saber lo que le pasa a Lena. A lo mejor tú me lo puedes contar —dije dirigiéndome a Brigitte.

—No es cosa mía —dijo Brigitte—, ella te lo contará cuando esté preparada —se levantó y se despidió con la mano dejándome con Tracer.

—Oye —me senté a su lado—, si no quieres contármelo, no lo cuentes. Pero si quieres desahogarte y quieres algún consejo, soy toda oídos.

—Fareeha, ¿qué haces si te gusta alguien pero sabes que es imposible? —dijo Tracer con voz apenada.

—Pues... la verdad es que no lo sé. Ni si quiera sé que es amar —dije mientras miraba al cielo—. ¿Se lo has dicho?

—No...

—¿Y cómo sabes que es imposible? —la miré y vi como miraba hacia el césped con una expresión de dolor. La verdad es que me ponía mal verla así.

—Porque lo sé. Porque esa chica no me conviene y porque... no sé, Pharah... Es que... uf.

—Quiero ayudarte... ¿es alguien de aquí? —pregunté directa.

—No... —esta vez me evitó mirando hacia el otro lado.

—Entonces, ¿es alguien a quién acabas de conocer? —seguí interrogando.

—Realmente no. La conocía de antes pero... Da igual.

—¿Es alguien que no te conviene en plan que la conoces pero ahora es como tu enemiga? —me miró sorprendida.

—¿Cómo has deducido eso? —preguntó extrañada.

—No sé, si es imposible sería alguien con quien te encantaría estar pero: o ella no te corresponde porque te lo ha dado a entender, o sí te corresponde pero no puedes estar con ella por X motivos. No sé si me explico. Imagínate que Angela no fuera de esta base y fuese nuestra enemiga. Estoy locamente enamorada de ella, y hasta ella lo sabe y corresponde a mis sentimientos pero no estoy con ella porque...

—Es tu enemiga... —dijo tristemente.

—Y a ti te gusta alguien que es nuestra enemiga, ¿verdad? —dije mirándola e intentando que no apartara la vista—. Puedes contármelo...

—Me gusta una enemiga. Y creo que corresponde a mis sentimientos...

—Y no vas a por ella por... ¿nosotros?

—Exacto. Realmente no es por lo que tú digas, es por lo que diría Winston...

—¿Es Amélie? —la miré y vi como los ojos se le ponían vidriosos—. Cálmate, no pasa nada Tracer. No te juzgo, nadie escoge de quién nos enamoramos.

—Lo sé... Es que me besó, Fareeha. Cuando me secuestraron y estuvimos en esa sala, estaba yo a solas con ella. Me intentaba animar diciéndome que no me harían nada y que me secuestraron a mi porque era la debilidad de Winston... y de repente me dijo que era también de ella, su debilidad, que tenía ganas de verme —inhalo fuertemente aire—, y yo me creía que estaba de broma y se puso en mi regazo mientras estaba sentada y me besó —se le empezaron a empapar los ojos—, y yo intenté echarme hacia un lado pero me cogió la mandíbula y siguió y yo solo quería... más. Ya fue cuando vino el otro y se separó de mi y empezó a pegarme puñetazos mientras ella miraba hacia el otro lado, y vi que quería ayudarme pero...

—Tracer, ya vale, respira —intenté tranquilizarla—. No pasa nada, no tiene nada de malo. Y si no te ha hecho daño será por algo. No te preocupes, ya lo aclararás con ella, te lo aseguro. Lo que es para ti, vendrá a ti.

—¿Eso crees? —preguntó limpiándose las lágrimas con los puños.

—Claro que sí. Ahora relájate y vive el momento. Vamos a entrenar y así te distraes un poco —le sugerí mientras me incorporaba y le alzaba la mano. Y ella aceptó.

Caminamos juntas con los demás y nos juntamos para seguir haciendo tonterías. Noté a Tracer más calmada. Vi el cielo y se estaba haciendo tarde. Paramos de practicar, fuimos a ducharnos y cambiarnos para la cena. Cuando fui a mi cuarto me pregunté varias cosas como que es lo que Winston ocultaba y qué es lo que Angela me quería decir. Ante la duda de la primera, cogí mi pendrive y aproveché para ir al despacho de Winston. Como no había nadie, ya que todos se estaban acicalando, copié todos los archivos para leerlos uno detrás de otro en mi habitación. Quería saber lo que estaba pasando.

Entré en mi habitación, encendí mi portátil y deje copiando los archivos mientras me iba a duchar. Cuando salí, vi que todo ya se había copiado, así que empecé a investigar. Algunos archivos contenían personas que no conocía o no me sonaban. Estaban los historiales de cada uno de los agentes... ¿puede que los enemigos quieran saber como nos hemos movido, nos movemos y nos moveremos en algún futuro? Seguí indagando, y vi los archivos de Amélie. Al parecer era una gran persona pero le robaron literalmente el alma. Y no me lo podía creer. En un apartado de sospechosos también aparecía la otra chica llamada Sombra. Y el otro chico, alias Reaper. Winston, y a saber quién más, sabían más que nosotros. No quería sospechar de ellos, a lo mejor no nos dijeron nada por precaución o porque era irrelevante. Me topé con otro documento y creo que encontré lo que los otros querían: el ocho tumbado, considerado como una joya con la proporción de vida infinita y el poder de ser más fuerte. Todo lo que tenía en relación a ella estaba aquí, menos su ubicación o su mera existencia.

Me pasé un buen rato al ordenador y me di cuenta que todavía seguía desnuda con la toalla puesta. Quería leer más pero alguien tocó la puerta que cerré de inmediato el portátil.

—Pharah, ¿estás bien? Estás tardando mucho —Angela giró el pomo y entró—. Oh, lo siento mucho, no sabía...

—Entra, entra... Cierra la puerta. ¿Estás sola? —fui hacia ella y cerré la puerta.

—¿Pasa algo? —me preguntó extrañada.

—Mira —me senté y la cogí de las caderas para que se sentara en mi regazo—, mira esto —señalé al ordenador—. ¿Sabes algo?

—¿Qué es esto? —preguntó sorprendida—. ¿De dónde lo has sacado?

—Es verdad... me vas a matar...

—Fareeha, esto es increíble —cerré los ojos pensando en que me iba a regañar—, por fin entiendo lo que pasa.

—¿No me regañas? —pregunté asustada.

—¿Regañarte? Ahora mismo te besaría —me miró y acto seguido dejó de sonreír pensando en lo que había dicho.

—Chicas —se escuchó al otro lado de la puerta—, vamos, estáis tardando.

—Sí —dijo Angela levantándose rápidamente de la silla.

Mientras Angela se iba por la puerta me quedé pensando en ella. La verdad que quería que pasara, lo del beso, pero no entendía el por qué sino sentía nada, ¿verdad? Antes de apagar el ordenador me fijé en un nombre: Genji. Me puse a observar su historial. Me quedé absorta con lo que estaba leyendo:

...El chico ha sido visto con un aspecto diferente y peculiar, no pasa por desapercibido. Se indentificó una vez ante un micrófono de un agente paisano. Sigue vivo. A la espera de su decisión de volver al ejército...

Genji estaba vivo y Angela no lo sabía. Winston ha estado ocultando tantas cosas que hasta me decepciona. El dolor de Angela, lo hemos soportado todos juntos pero él sabía que seguía vivo. Esto es increíble. ¿Qué debo hacer?

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro