Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

Capítulo 17. Tengo algo que decirte

Todos aprobamos, y con excelente nota. Menos Dva y Lucio, que fueron a su royo y Dva ya tenía un punto menos por el comentario que hizo el otro día. Aún así, aprobaron. Estaba muy contenta con mi nota. No era muy alta debido a que nadie podía ver el vídeo, pero con el arresto y que no teníamos ningún rasguño, salió todo un éxito y colaba ponerme algo de nota. Ya que me sentía que soy un poco más útil en este grupo. De repente alguien me cogió del brazo.

—Oye, ¿qué es lo que ha pasado? ¿Y cómo es que has conseguido buena nota? —Preguntó Brigitte extrañada.
—Ay, Dios. Eres tú. Se lo he explicado a  Winston. Pero te lo explicaré con más detalle, ahora tengo una charla. —Dije nerviosa.
—¿Vas a hablar con ella?
—Sí, le dije de hablar. No me ha dicho nada pero tengo que convencerla.
—Pues buena suerte.
—Chicos, podéis idos. —Intervino Winston.

Todos salían poco a poco y yo miré alrededor para buscar a Angela, pero no la encontraba. ¿Habrá salido antes? Salí y me puse a buscarla por los pasillos. Por la ventana vi que estaba en el jardín con Tracer, así que me esperé a que terminaran de hablar. Estuve mucho tiempo esperando, no paraban de hablar y yo estaba tan aburrida que decidí intervenir, así que fui hacia el jardín. Cuando llegué las dos me miraron. Tracer sonrió nada más verme, pero Angela permaneció normal.
—Yo me voy. —Dijo Tracer nada más aparecer a su lado.
—Eh, ¿por qué? Quédate un rato. —No quería parecer una acosadora yendo detrás de Angela.
—No. Está claro de que tenéis que hablar —finalizó Tracer—, así que me voy. —Dijo mientras se iba con una sonrisa.

—Bien, ¿de qué querías hablar? —Empezó la rubia con una cara un tanto mosqueada.
—Mira... Yo... No sé... A ver... —Qué ridícula me siento.
—No tengo todo el día, morena.
—¿Morena? —¿Por qué con apodos ahora?
—¿Qué quieres? —Preguntó algo tensa.
—Vale, voy a ir al grano. Angela, lo siento. —Me miró sorprendida—. No volveré a mencionar más su nombre. Siento si te he fallado en algún momento. Tienes razón en varias cosas como por ejemplo lo de mi madre al principio, pero también quiero que me entiendas a mi. Siento a ver sido una cabeza hueca y querer controlar la situación, tú eres más experta. Siento por si me he enfadado o te he sido una molestia, pero si tu objetivo es echarme te demostraré que sirvo para estar aquí. —Me latía el corazón muy deprisa—. Lo siento si te molestó el beso, pensé que era lo correcto para salir ilesas de ahí, pero lo hice sin pensar y creo que fue lo que colmó el vaso. Intento mejorar, quiero mejorar. —Empecé a notar e agobiada y se me empaparon los ojos—. Solo quiero estar bien contigo, quiero que seamos buenas compañeras...
—Para. —Intervino la rubia.
—Pero Angela...
—Fareeha, es verdad que me dolió que mencionaras lo de Genji. Me alegraba de volverte a ver, de verdad. Pero no quiero a una chica que nada más venir intente cotillear mi vida porque lo odio. Es mi vida privada y lo contaré cuando pueda. También no me gusta que vayas de listilla, acababas de entrar y veía que querías ser el cabecilla pero eras y eres una novata. ¿Cuántas misiones has hecho? ¿Tres o cuatro? Y en una de ellas viniste a mi consulta inconsciente. ¿Sabes lo que me dio verte ahí, en la camilla? Solo veía tu rostro de pequeña encima de la almohada, con los ojos cerrados y decía antes de entrar, caminando por el pasillo: "¿Y si me la encontraba muerta? ¿Podré soportar otra pérdida?" No te odio, pero si te di una lección y espero que aprendas de ello. Lo siento lo de tu madre, me puse así para que vieras la rabia que es meterte en las cosas que no te llaman y que se metan también en lo que más quieren. Y lo del beso me da igual, no tiene importancia, no es nada del otro mundo. —Concluyó la rubia.
—Entonces, ¿me perdonas? —Puse cara de cachorrito.
—Sí. —Le fui a abrazar, pero me frenó—. Pero con una condición. Tómatelo en serio.
—Oh, lo siento. Sí, a la orden. —Hice el saludo militar.
—Y deja de hacer tonterías. —Vi como se le escapaba una sonrisa y cerró los ojos. Acto seguido aproveché para abrazarla.

Me correspondió el abrazo. Le abracé por encima de los hombros y ella por la cadera, teniendo las cabezas una al lado de la otra. La felicidad albergaba sobre mi cuerpo. Cerré los ojos y olí su precioso pelo o el cuello, no lo sé... lo que sé es tenía un perfume o champú exquisito.

—Anda, ya habéis hecho las paces. —Apareció mi madre. Acto seguido nos separamos.
—Sí. Lo siento mucho por lo ocurrido, Ana Amari.
—Por Dios, Angela. Deja de formalidades. Entiendo que querías proteger a los demás, creo que yo también hubiese hecho lo mismo. —Sonrío mi madre.
—Bueno, si me disculpan, me tengo que ir. Tengo una cosa que hacer. —Dije mientras me iba, diciendo adiós y sonriendo. Estaba feliz de que por fin encajara las cosas.

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro