Ꜥ꧖ ⁝ 나의 왜곡된 현실
"La pesadilla de la esquizofrenia, es no saber lo que es verdad"ㅤ
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Un salón negro, una tenue luz verde y brillante en el centro apuntando sobre su cabeza, allí está un niño.
Ese niño era Lee MinHo.
A su alrededor todo tipo de monstruos, personas, animales y cosas que él no sabía explicar, los escuchaba y los sentía tan vivos en la piel.
Porque ellos han estado allí desde que tenía memoria, lo atormentaban siempre sin que haya escapatoria alguna.
Así comenzó su vida, siendo un niño normal, con gustos normales, pero con ojos que parecían ver a una dimensión diferente.
"No está en tus ojos, está en tu mente"
Ellos siempre estuvieron allí, a veces burlándose de él, a veces jugándole bromas pesadas y a veces atormentándolo hasta ya no poder más.
Al inicio creyó que verlos y escucharlos era normal, que todos lo hacían, pero no es así.
Y cuando fue por primera vez a la escuela lo descubrió, fue con toda la alegría que un niño podía tener.
Su madre lo llevó y lo dejó en la puerta con un beso en la mejilla y con la promesa de volver más tarde. Caminó con entusiasmo y una gran sonrisa en la cara.
"Todos te están mirando, eres patético".
Vio a su alrededor encontrándose con algunos ojos terroríficos en su dirección, su sonrisa se borró y con su mirada baja caminó directo hacia el salón.
"Míralos, están por todos lados, se burlarán de ti todo el tiempo".
Sus pequeños ojos querían llorar, sintiendo la vergüenza pegada a la piel, quemándolo. Buscó su salón a duras penas, y se sentó en la pequeña silla admirando todos los coloridos dibujos pegados a la pared.
"Son muy lindos ¿Verdad?, ¿estás seguro de que podrás hacer algo así, estúpido?"
Bajó su mirada y apretó los ojos fuerte, ya no quería escucharlo, pero no sabía como hacer que guarde silencio, la niña a su lado, había estado mirándolo un largo rato con una pequeña sonrisa.
— ¿Estás bien? — dijo con su dulce voz.
— S-Si — le contestó titubeante.
— Me llamo Nayeon, tengo 5 años — le dijo sonriendo.
MinHo la miró, tenía una sonrisa amplia como esperando que le dijera algo.
"No hables con ella, solo quiere burlarse"
MinHo bajó la mirada al escuchar eso, él pensó que ella quería ser su amiga.
— Se supone que aquí me dices tu nombre — dijo Nayeon
— Y-Yo soy Lee MinHo — dijo inseguro — también tengo 5 años.
"¡¡TE DIJE QUE NO LE HABLARAS, ESTÚPIDO!!"
MinHo se tocó las mejillas con dolor, había sentido un duro golpe y sus ojos se llenaron de lágrimas, solo quería salir de allí, quería irse. Ella al verlo se asustó y le tocó el hombro con cuidado.
— ¿Qué pasa? ¿Qué tienes MinHo? — soltó preocupada.
No quería hablarle, ya que la mirada de eso estaba sobre MinHo, seguro iba a pegarle otra vez.
— M-Me due-ele — dijo ignorando sus miradas — él me pegó.
La pequeña Nayeon lo miró confundida, ella no veía nada.
—¿Quién? — dijo ella.
— Él — volvió a señalar.
Nayeon fijó su mirada en la dirección que le dijo, y sus cejas se juntaron más.
— Pero... aquí no hay nadie — contesto.
— Es él, el hombre vestido de negro — le dijo insistiendo — te está mirando.
Nayeon se asustó un poco, no sabía de lo que el pequeño hablaba.
— ¿D-De que hablas? — dijo asustada — no hay nadie allí, estás loco.
Él empezó a reírse macabramente causándole miedo, MinHo se tapó los oídos fuertemente y cerro sus ojos para no verlo más, pero incluso allí estaba él.
"Ellos no pueden vernos, no le cuentes a nadie sobre nosotros o parecerás un loco"
Fijó la mirada en la puerta del salón, allí vio un gran perro negro con sus ojos rojos y la baba saliendo de su boca, este volvió su mirada a la niña y corrió hacia ella para comérsela de un bocado.
— ¡NO LO HAGAS! — le gritó.
Todos a su alrededor lo miraron extrañados y comenzaron a reírse de MinHo.
"Te dije que todos iban a burlarse de ti, eres un pobre estúpido y nadie nunca querrá ser tu amigo"
Cuando MinHo quiso volver a verlo ya no estaba, ni él, ni su perro.
— ¿Dónde están? — dijo señalando a todos lados —¿Dónde están ellos?
Los niños a su lado solo continuaron burlándose.
"MinHo tiene amigos imaginarios" se burlaron una y otra vez.
Los ojos del pequeño MinHo solo ardían con lágrimas, su cabeza comenzaba a dar vueltas y se sentía mareado. Un sentimiento de querer escapar de allí lo invadió, así que corrió dejando todas sus cosas allí sin importarle nada.
Solo quería escapar.
En el camino, una joven maestra lo detuvo, vio su estado y se preocupó mucho.
— ¿Qué pasa, pequeño? ¿Alguien te hizo daño? — le dijo.
— F-Fueron el hombre y su p-perro — le dijo sollozando — ellos hicieron que todos se burlaran de mi.
La maestra lo miró confundida, parecía no creerle, justo como la otra niña.
— Pequeño, no hay ningún hombre con un perro aquí — le dijo sonriendo para tranquilizarlo — ¿Lo ves?
MinHo miró a su alrededor, todo parecía normal así que se calmó un poco, pero al ver el cielo azul tornarse rojo y una atmosfera oscura aparecer, el miedo se instaló una vez más en su pecho.
Vio como pedazos del cielo caían y aplastaban a los niños que estaban en el patio, su cara mostró terror y comenzó a gritar con miedo, intento escaparse rápidamente del agarre de la maestra. Cuando lo logro, con miedo corrió lejos buscando un lugar donde esconderse.
Su corazón estaba agitado, sus oídos dejaron de captar todo sonido y todo empezaba a verse borroso mientras corría, le dolía la cabeza, sentía sus piernas temblar y al llegar, se escondió bajo aquel escritorio para hacerse bolita, llorando, temblando y cerrando los ojos fuertemente mientras escuchaba el desastre afuera.
Sentía miedo, desesperación, y muchas ganas de salir de allí, mamá sabría que hacer, si tan solo estuviera allí con él.
— M-Mamá — dijo temblando — V-Ven a salvarme, por favor.
No quería abrir los ojos, tenía miedo de volver a ver aquel desastre. De un momento a otro, solo sintió una mano posarse sobre cabeza mientras la acariciaba, todo le daba miedo, pero ese toque le produjo la mayor paz que jamás había sentido.
MinHo levanto la mirada con miedo, y allí lo vio, a él.
Era un chico bastante mayor con lindos ojos y mejillas regordetas, era alto y delgado, cuando lo vio a los ojos, todo alrededor se hizo negro y solo él brillaba en medio, al sonreír parecía una ardilla de las que andaban en el parque.
No dijo nada, solo le sonrió con ese brillo en los ojos, el pequeño MinHo se quedó hipnotizado frente a él. De pronto todo se quebró asustándolo y dejó de verlo, una maestra le estaba hablando, pero solo podía ver sus labios moverse, poco a poco todo a su alrededor volvió a sonar y todo parecía volver a su curso.
— ¿MinHo, estás bien? — le dijo algo preocupada —estábamos aprendiendo las letras, pero comenzaste a llorar y gritar.
Cierto, aún estaba en clases allí sentado, ¿Nada de esto había sido real? ¿Se lo había imaginado?
Pero se había sentido tan real...
Fijó mirada a la ventana y vio a aquel chico otra vez, tan real para haberlo imaginado, cuando lo miró, este solo sonrió y se quedó allí solo viéndolo desde lejos.
— Q-Quiero a mi mamá — dijo MinHo hacia la maestra comenzando a llorar otra vez.
— Seguro te sientes mal, vamos a llamarle — dijo sacándolo del salón.
La madre MinHo llego preocupada minutos después, lo llevó a casa y le pregunto que había pasado, MinHo le contó todo lo que había visto y lo que había sentido, la mujer solo lo miró preocupada.
No le creía.
— Mi bebé, todo eso no puede pasar — dijo ella — es imposible.
— Pero mami, es verdad, yo lo vi — le dijo con lágrimas — fue tan aterrador, yo lo sentí.
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"La esquizofrenia no puede entenderse sin comprender la desesperación"
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Allí fue cuando su pequeño cerebro entendió que esto solo lo vivía él.
Después de meses de seguir viviendo lo mismo, de llorar asustado por no saber que hacer, su madre decidió recurrir a un profesional.
Un psiquiatra.
—MinHo, las cosas que ves y escuchas no son reales — le explicó pacientemente — lo que tienes es esquizofrenia.
— ¿Esquizofrenia? ¿Qué es eso? — le preguntó confundido
— Esquizofrenia es todo Lee MinHo — dijo — lo que ves, lo que piensas, todo a tu alrededor es esquizofrenia.
Allí fue donde su mundo se distorsionó para siempre, ya nunca jamás volvió a ver todo igual.
Los primeros años trató de llevar su vida lo más normal que podía y trataba de olvidar todos los fantasmas.
Porque si, para él no eran más que fantasmas.
Eran y se sentían demasiado reales para ser simples alucinaciones, así que les llamó fantasmas.
A ellos les gusta igual.
Fue capaz de llevar su vida normal hasta cierto punto sin salirse de control, pero todo cambió cuando asesinó a aquel chico en la escuela cuando tenía 11 años.
"Matalo, matalo" "Está burlándose de ti, solo matalo"
Todos estos años había tratado de ignorar las voces y las imágenes de su cabeza, pero esa vez no pudo y la locura se apoderó de su cuerpo.
Lo mató, con 49 puñaladas en la espalda, cuando ya lo había hecho y cuando ya estaba manchado con su sangre, la culpa lo golpeó duramente. Lloró mientras todo sus fantasmas alrededor se burlaban y lo atormentaban.
Su vista a lo lejos divisó a aquel chico de siempre, que le transmitía calma y siempre le sonreía. Él era el único fantasma que jamás hablaba con él, no conocía su nombre ni ningún dato sobre él, solo miraba siempre desde lejos y no se le acercaba jamás.
Era el misterioso pero agradable Jisung, como lo había nombrado.
El más bello producto de su enfermedad.
Con ese asesinato, lo declararon socialmente peligroso y lo encerraron en una institución mental, alejándolo de todo lo que conocía.
Ahora a sus 23 años, aún seguía allí encerrado en esa pequeña habitación, con esponjas acolchadas en las manos para evitar hacerse daño a sí mismo. La puerta jamás se abría excepto a la hora de las comidas y había cámaras vigilándolo las 24 horas del día.
La ventana era la única cosa que lo mantenía conectado con lo que se podía denominar "vida", así que se la pasaba pegado viendo hacia afuera e imaginándose las miles de cosas que podría hacer si no estuviera en sus condiciones.
No veía a su madre desde que había sido encerrado allí, ya ni siquiera recordaba su cara con claridad.
Estaba solo, encerrado en estas 4 paredes blancas sin ningún objetivo claro y solo esperando por fin morir y descansar de su tormento, le habían dicho que su enfermedad estaba dañando su cerebro poco a poco, es por eso que le costaba hablar, sus movimientos era extraños y descordinados y había perdido la capacidad para comprender a otras personas, un día moriría cuando su cerebro ya no soporte más daños.
Él es solo era un cuerpo vacío esperando su destino.
Phamtasmia como le llamaba, era su realidad, cuando lo real se fusionaba con lo imaginario y su bucle interminable comenzaba a atormentarlo, lo único bueno de Phamtasmia era Jisung, cuando el efecto de las medicinas pasaba y podía verlo a lo lejos sonriéndole.
Ver su sonrisa es lo único que quería hacer hasta su muerte.
Porque ahora que había crecido y era todo un hombre, podía darse cuenta de lo atractivo que le resultaba Jisung.
Y una parte de él estaba feliz de ser el único que podía verlo.
A pesar de no saber nada de él, Jisung era el mejor de la vida, era el que de alguna manera, lo mantenía vivo con solo mirarlo.
Se entregaría a él si así se lo pidiera.
No podía esperar el día para por fin escuchar la voz de Jisung, mientras miraba la ventana como todos los días, lo veía allí al otro lado de la calle solo mirándolo y sonriendo como siempre.
MinHo lo llamaba para que se acercara a él, pero él solo negaba suavemente con su cabeza.
— Aún no es el tiempo — logró leer en sus labios.
¿El tiempo para qué? Se preguntó a sí mismo, MinHo solo quería admirarlo más de cerca.
Porque aquella vez en la escuela cuando tenía 5 años fue la primera y única vez que lo había tenido así de cerca. Todos sus fantasmas por más que lo atormentaran con todas sus fuerzas, nunca ninguno de ellos sería tan relevante como Jisung.
Jisung era el único que no lo atormentaba, al contrario, él parecía estar allí para salvarlo, ya que cada vez que lo miraba con esos ojos verdes brillantes todo alrededor perdía su importancia.
Podía pasar horas enteras admirándolo sin cansarse, hasta que le daban su medicina y él desaparecía como el humo. Así que solo podía desear que la medicina dejara de funcionar para volver a verlo..
Una noche en cuestión, él apareció a una distancia más cerca de lo usual, lo que lo emocionó mucho, sus orbes verdes brillantes lo miraban penetrando su alma mientras toda la ciudad estaba oscura, lo cual asustaba a MinHo.
Ya que sus peores alucinaciones pasaban en la oscuridad..
— ¿Te asusta la oscuridad? — leyó en sus labios.
Asintió viendo como él sonreía tranquilizadoramente y de repente todo el cielo se iluminó de un verde parecido al de sus ojos.
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Porque todo lo que tenía que ver con él era de ese color.
Fuera de asustarlo, la nueva iluminación del cielo le encantaba, así se dedicó a admirarlo en silencio mientras todo su cuerpo se relajaba. Jisung solo lo miraba, analizando el efecto que había causado en MinHo.
Se quedó allí toda la noche solo viéndolo a él y su sonrisa, mientras iluminaba el cielo de ese verde brillante que tanto lo hipnotizaba hasta quedarse dormido.
Todas las noches siguientes paso algo similar, apareciendo Jisung cada vez más cerca.
¿Por qué se acercaba a él justo ahora, si en 23 años no lo había hecho?
No importaba la verdad, solo quería tener a Jisung a su lado, no importa como, ni de que manera.
Y lo estaba consiguiendo, hasta el día que tanto esperaba llegó, el día en que lo tuvo a solo centímetros de su cara.
Cuando abrió sus ojos esa noche él estaba allí, mirándolo de cerca con su sonrisa, MinHo se asustó un poco y me sentó en la cama de golpe. La respiración se le volvió agitada, la verdad se sorprendió mucho.
Él solo se quedó allí quieto, sentado en la cama junto a él, hoy parecía más feliz que cualquier día haciéndolo sonreír
La nariz de MinHo detectó su rico aroma a naranjas y lluvia, lo inhaló hasta el fondo cerrando sus ojos con gusto. No solía hablar mucho, ya que el deterioro de las neuronas se lo hacía difícil, pero con todas sus fuerzas logró crear una palabra.
— H-Ho... Ho... La — le dijo suavemente.
— Hola MinHo — contestó, dejando a MinHo escuchar su melodiosa voz por primera vez.
Sin saber por qué, sus ojos se llenaron de lágrimas al escucharlo, intentó limpiarse, pero las esponjas de sus manos se lo hacían difícil.
Hasta que sintió los suaves dedos de Jisung limpiándole las lágrimas de su cara, su tacto sobre su piel era suave y delicado, MinHo sin saber lo necesitaba tanto.
Ambos se miraron a los ojos entrando en una especie de burbuja, y todo alrededor dejo de importar, estaban entrando a Phamtasmia juntos.
Dejaron de estar en la cama para simplemente estar flotando en el aire en medio del bosque, MinHo miró al cielo y aún estaba tan verde como la primera vez.
— ¿Vamos? — dijo extendiendo su mano hacia MinHo.
— ¿A-A Don... De? — preguntó.
— Donde tú quieras MinHo, esta es Phamtasmia, tu propio mundo — dijo él sonriendo.
MinHo sonrió igual y quiso tomar su mano, , pero las molestas esponjas de seguridad se lo impedían.
— Déjame quitarte estas cosas molestas — musitó.
Sacó una pequeña navaja de su bolsillo y corto ambas esponjas liberando sus manos. MinHo se tocó ambas manos, hace tiempo no estaba libre, iba a decirle gracias, pero su suave toque en sus labios lo detuvo.
— No hables, sé exactamente lo que piensas — le menciono — Tú y yo no necesitamos hablar para comunicarnos.
Le extendió su mano y por fin MinHo pudo tomarla, estaba cálida y suave, era lo mejor que había tocado en la vida. Lo jaló llevándolo lejos, ambos disfrutaban del aire frío pasar por sus caras.
Ambos se sumergieron en el denso bosque, y comenzaron a caminar en el, Jisung tarareaba una canción de cuna suavemente mientras caminaba en el bosque con las manos en la espalda.
MinHo solo lo miró, sintiéndose algo raro por tener tanta libertad de repente.
— No deberías tener miedo, esta es tu realidad, nadie tiene porque hacerte daño — dijo él pasivamente sin mirarlo.
Sonrió, él tal vez tenía razón.
Sentía curiosidad por saber más de él, por saber como se llamaba en realidad, quería saber todo.
— No necesitas conocerme, tú ya lo haces — dijo parando de repente y acariciando mi cara — tú sabes todo sobre mi.
¿Si?
Jisung lo tomó de la mano otra vez, llevándolo a una área amplia. MinHo observo a su alrededor, había pequeñas luces rojas por todas lados, intentó tocar una, pero estás desaparecían a su tacto.
— A la puesta del sol, ellas salen a ser libres — dijo él también tocando algunas — se dice que representan los sueños y deseos de las personas.
Entre todas MinHo vio una color verde, del mismo verde de sus ojos.
— Esa es la tuya — dijo señalándola — son tus sueños.
Jisung le hizo una seña para que se acercara a él, así que MinHo solo caminó en su dirección. La tocó con cuidado, pero está no desapareció como las otras, en cambio solo se restregó en él, llenando su cabeza de sus propios deseos.
No haberle causado tantos problemas a su mamá.
No haber tenido que pasar por tantos tormentos.
No haber nacido jamás.
Suspiró un poco triste y miró a Jisung a su lado.
— Descuida, jamás serás un estorbo para nadie — me dijo — no para mi.
— Q-Qui... ero esca... par — le dijo.
— ¿Quieres escapar de todo? ¿Quieres ir a algún lugar donde jamás te sigan tus fantasmas? — le preguntó.
MinHo asintio, era como si él conociera todas sus entrañas.
— Puedo hacerlo — soltó él — puedo llevarte donde nadie más te encontrará y donde podemos ser felices juntos, solo tienes que tomar mi mano y dejar que te guie.
MinHo miró su mano, ¿Debería tomarla?
— Tienes que decidir rápido o si no ellos te atraparán — dijo señalando al cielo.
Miró hacia arriba, notando una gran nube con sus fantasmas.
"Estas destinado a ser torturado hasta tu último aliento"
"Eres un estúpido, tú no puedes escapar de nosotros"
"Regresa aquí y deja que devoremos tus entrañas"
Ellos murmuraban todo tipo de cosas malas hacia MinHo, se agachó en el suelo sintiendo el pánico invadirlo. Tapó sus oídos intentando que las palabras crueles no entrarán en su cabeza y lo destruyeran más
Sus lágrimas ardían mientras caían por sus mejillas, ya estaba cansado de todo esto, ya no podía más.
Porque por un lado tenía a sus fantasmas taladrándole la mente hasta la muerte y por otro lado estaba él, extendiendole su mano y prometiendo liberarlo de sus cadenas.
Así que MinHo ante en la desesperación, el miedo y el dolor, decidió tomar su mano dejando que lo guiara hacia lo que tanto deseaba. Ambos corrieron, escapando de todo sin importarles nada.
Tomados siempre de la mano.
Jisung lo guio hasta el extraño puente, donde al otro lado todo parecía ser mejor.
— Esta del otro lado — dijo él señalando — si pasamos allá jamás regresaremos aquí y nunca nadie te volverá a torturar.
— P-prometes.. No... d-dejarme — le dijo — ¿N-Nunca?
— Nunca — aseguró — existo solo para estar a tu lado siempre.
Tomó mano y comenzó a caminar junto con él, sin importarle nada. Nada importaba si él estaba a su lado.
Porque al fin y al cabo el único objetivo de Jisung era hacer feliz a MinHo, darle por fin lo que jamás tuvo.
Tranquilidad....
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LEE MINHO
paciente 534
23 años
Diagnóstico: Esquizofrenia severa
Causa de muerte: Deterioro neuronal extremo mientras experimentaba episodio Psicótico
Declarado muerto a las 23 horas de la noche, en la cama de su habitación.
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"Mi cabeza dice: Basta
Mi corazón dice: Adelante
Pero mi Psiquiatra dice: Las voces que escuchas no son reales"
➳ ➳ ➳ ➳ ➳ ➳ ➳ ➳
FIN.
Gracias por leer, comentar y/o votar 🖤
Bye, las amo 💚🖤
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©𝐅𝐀𝐈𝐑𝐘_𝐇𝐀𝐍𝐍
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